Banco de tiempo (Relato)

[Batteman23]

Las imágenes de la ventana pasan veloces, tenues, difusas a penas, enseñan la realidad que hay al otro lado. Sólo el fino horizonte del mar Mediterráneo corre al unísono de la vía de tren, haciendo el camino más lineal y fugaz para pensar en ellos. Mi mente vaga en pensamientos para no escuchar a nada ni nadie de mi alrededor que atormente mi reflexión. Hay dos lugares donde la calma me aborda para permitirme pensar, uno es debajo de la silenciosa agua del mar, eco de pensamientos, y el otro lugar siempre ha sido un tren y su ventana. Este tren de otoño se dirige sin dudar a un frío invierno en su última parada. Nunca supe el momento socialmente exacto en el que se ha de llorar, quizás por eso necesito hacerlo antes, como tantas otras cosas en mi vida. Quizás necesito prepararme antes o simplemente aprendí a lamerme las heridas antes de sufrir la caída; eso lo aprendí de ti, como tantas otras cosas. Tú ya no puedes volver atrás , porque la vida ya te empuja como un aullido interminable. Tú siempre acuérdate de lo que un día te escribí, pensando en ti; como ahora pienso.
Para mí siempre has sido la primera que despierta y la última que apaga la noche. La que siempre posa sus manos olivas en nuestra fiebre, la que cuida y arropa al que duerme sin pedir nada a cambio. Eso de ti lo aprendí Nadie tan dura y terca hasta en los días felices sabía ser tan tierna y necesaria como tú; nadie me ha alumbrado tanto como tú. De difícil y rancia niñez que forjaron tu necesidad de cuidar a los tuyos y demostrarles que todo es posible; defendiendo con fiereza animal cualquier menosprecio a tus vástagos. Me esmeré en mi vida como hijo en devolverte días sin nudos y la falta de desayunos en la cama, ese era mi propósito, ya que sin ti no hubiera llegado a nada. Tomar tus manos siempre ha sido el mejor relajante que ha existido, y ahora pienso y escribo. Ojalá haya plasmado tu lección de ternura en los que ahora yo he besado en la frente cuando la noche apaga un día menos.
El tren reanuda sus paradas con un golpe seco en mi espalda que me hace frenar mi escritura. EL TIEMPO se acerca a cada estación. No estoy preparado; nadie lo está si ama a los familiares que deja por muy buenas intenciones que haya.
Y él, rudo hombre en su juventud, cuyas fuertes, ásperas y heroicas manos a ojos de sus hijos se tornaron tiernas y suaves con la edad. Tú que sin esfuerzo ni lectura forjaste a fuego el significado del respeto en nuestro carácter. La superación no es una opción sino una obligación, nos esgrimían tus cristalinos y menguantes ojos azules, lanzando palabras que tus labios no podían pronunciar.
De pequeño nunca entendí que tus semanas de trabajo duraban más de siete días, luego vi como el sudor de tu frente y tu agotamiento daban más amor del que podían ofrecer los regalos materiales. Galaico, catalán y ni una cosa ni la otra, como tantas almas de una generación olvidada que había nacido como fuerza de trabajo en un país por reconstruir. Te imagino de niño con pantalones cortos rotos y zapatos a juego, recorriendo un inmenso barrio cubierto de antenas y cables vestido de cemento y engalanado por toldos verdes. Para ti era un prado de hormigón reposado en unos adoquines debajo de los cuales nunca habría arena de playa, y en eso se equivocó el destino.
Tu silenciosa fantasía se subió en una caravana al oeste , como aquellas en las que refugiabas tus tardes en el cine de barrio al esconderte entre las salas para pagar una sesión y poder ver durante horas las aventuras de rudos vaqueros buscadores de una vida mejor. En la España franquista las caravanas eran autobuses que os llevaban a gastar el ahorro nunca disfrutado de horas de trabajo en terrenos inertes y sin valor aparente que debíais convertir en buena vida, un reto más para una generación que veía en sus hijos el porvenir que ellos debían sacrificar. Tú lo lograste, tú nos acercaste al mar y a la arena de la playa; ese es tu logro y era tu finalidad, tu lucha. Si te lo pusimos fácil o no, no lo sé, supongo que son puntos de vista; hoy pienso y escribo, acuérdate.

El tren se detiene, he llegado a mis 40 años a mi última estación. Si bien mi tren sé que tiene muchas paradas he elegido por el bien de los míos que esta sea la última.
Al entrar en la sucursal del banco de tiempo, veo como todo es frío y impersonal, como ha de ser un banco sea de lo que sea. A mi hora exacta el joven chico de traje que esta en la puerta me invita a pasar a unos de los box anaranjados de la parte interior. Obviamente no me acerca a los del fondo reservados para contrataciones mucho mas onerosas que la mía. Allí mi gestora me coloca en la muñeca el sensor que unido a su ordenador ha de decir exactamente el tiempo de vida del cual dispongo y mi plan de pago. Según los parámetros establecidos y mis datos de salud revelados por el nuevo algoritmo la estimación de vida útil es de 42 años más. Obtengo un buen trato, 12 años se los queda el banco de tiempo como intereses y su margen de beneficio que luego podrá vender a un alto precio económico a los clientes del despacho pomposo del fondo. Relleno los papeles necesarios para poder darles los 30 años libres de impuestos a mis padres.15 años más a cada uno, llegaran a los 95 años sin problemas.
Al estampar la rubrica final me siento orgulloso de poder devolverles los años que la sociedad les arrebato en su niñez, aunque sea con los años que la sociedad actual y su tecnología me roban a mi; una paradoja para sonreír al fin.
Ellos sabrán darles a mis hijos lo que me dieron a mí, ellos besaran sus frentes 15 años más. Paso a la habitación del fondo , done todo termina para mí, y dejo entre mis cosas lo que hoy escribí pensando en ellos, como ahora pienso…

[Snorry]

Buenas.

Primero, nota para los foreros: este texto tiene más de 50 lecturas y 0 comentarios. Eso es un castigo para el escritor.
Segundo, nota para Batteman23: aquí todos somos aficionados y nos gusta que nos den una opinión, así que te animo a compartir tus comentarios con otros autores.
Tercero, el texto: es el más flojo que te he leído. La primera parte es entrañable aunque creo que la prosa está un poco más desaliñada que de costumbre, pero luego nos metes, a mi juicio de forma muy abrupta, en el terreno de la ciencia ficción, y a mi me produce rechazo. No casan las partes de forma elegante. Creo que es un matiz muy pequeño pero importante. Quizá introduciendo algún elemento futurista en la primera parte para ir ambientando...

Solo faltaría que uses la línea Sant Vicenç - Estació del Nord y que alguna vez nos hayamos sentado uno enfrente del otro, borroneando en nuestros portátiles.

Saludos.

[Batteman23]

Merci como siempre a ayudarme a aprender.
Cuando sepa opinar me animaré a hacerlo
Una consulta como se sabe el número de lecturas? Soy muy novel

[lucia]

Recuerda a Momo un montón. Aparte de decir muy poco de ese hijo que no conoce a sus padres y que tampoco quiere conocer a sus hijos. No conozco a ningún padre que quiera sobrevivir a sus hijos y que no quiera verlos crecer e independizarse. Y es que deben ser bichos raros.

[Yayonuevededos]

Al hilo con lo que menciona Snorry, frase de Chejov: "Si en el primer acto hay una escopeta sobre la estufa, en el tercer acto esa escopeta debe ser disparada". También se aplica a la inversa.
Esto es, hay que sembrar pistas, miguitas que se cuelen en la cabeza del lector, y que conjuguen al final.
Revisa tus textos, que no queden deshilachados o con párrafos que no terminan de redondear la idea.
Céntrate en lo que el texto "dice", para que potencie lo que "quiere decir".

Otra razón de Snorry, la falta de comentarios, mea culpa, sin atenuantes ni excusas.

Saludos,
Marcelo