El pájaro cantor y la rosa (Microrrelato)
- Naomi
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El pájaro cantor y la rosa (Microrrelato)
*Éste es uno de los últimos relatos que escribí, y me he dado cuenta de que no llegué e publicar. Aquí os lo dejo. Me inspiré en los relatos "el príncipe feliz" y "el ruiseñor y la rosa" ambos de Óscar Wilde.
Cuenta una vieja historia, de cuando el mundo aún era joven, que hubo una vez una rosa y un pájaro cantor que se enamoraron.
Vivía la rosa en un rosal entre sus hermanas, pero el pájaro cantor quedó cautivado por la belleza y el perfume de esta rosa en particular. A su vez, la rosa, de entre todos los pájaros, quedó cautivada por la belleza, gracilidad y melodiosa voz del pájaro cantor.
Y a pesar de que no podían tocarse, pues las espinas de la rosa lastimaban al pájaro, y los pétalos de la rosa eran demasiado delicados para que el pájaro pudiera acariciarlos, se conformaban con su mutua compañía.
El pájaro le contaba historias de sus viajes, de todo lo que había visto, de lugares y animales que la rosa jamás vería; le ofrecía además su melodioso canto que la rosa escuchaba con deleite... a cambio, la rosa le ofrecía su dulce aroma y su delicada voz, que era como terciopelo para los oídos del pájaro.
Y durante algún tiempo, sí, fueron felices...
Pero se acabaron los agradables días de la primavera y el verano... llegó el otoño y, después, el temible invierno que trajo consigo la lluvia, la nieve y el frío con sus gélidos vientos.
El pájaro siempre había buscado refugio durante los meses de invierno, pero ahora no se atrevía a abandonar a su amada rosa. Así, pues, se quedó con ella.
"Por favor, vete, busca refugio" sollozaba la rosa. "Si te quedas conmigo, morirás."
"No" repetía el pájaro una y otra vez. "Jamás te dejaré".
No importó cuanto suplicara la desconsolada rosa, el pájaro se negó a abandonarla.
"No te preocupes, mi querida rosa. Pase lo que pase, estaremos siempre juntos."
Con sus alas la protegía de los gélidos vientos; con su cuerpo, la resguardaba de las implacables nevadas... así, día tras día, durante todo el invierno.
Un rayo del sol naciente despertó a la rosa aquella mañana, y al sentir el calor que desprendía supo que el invierno había llegado a su fin.
"Mira, mi querido pájaro. Por fin ha llegado la primavera" exclamó la rosa, llena de felicidad.Pero el pájaro no respondió y la rosa se inclinó hacia su amado, que yacía inerte junto a sus raíces.
La rosa supo entonces que su amado se había ido para siempre y una enorme sensación de tristeza la embargó.
Su tallo se dobló bajo el peso de su dolor, algunos de sus pétalos se desprendieron cayendo sobre el cuerpo de su amado, como lágrimas.
Y cuando el sol emergió del todo aquella mañana, se encontró a una rosa doblada sobre sí misma, cubriendo con sus pétalos el cuerpo de un pequeño pájaro. Ambos unidos para siempre en el sueño eterno.
Las otras rosas lamentaron y lloraron la pérdida de su querida hermana, pero supieron que el pájaro había cumplido su promesa. Pues ahora, por fin podrían estar siempre juntos.
Y es que el corazón puede ser tan delicado como una rosa y con cada pena es como perder un pétalo y marchitarse un poco... y algunos amores son tan grandes, que no puede albergarlos un sólo corazón, sino que hacen falta dos... y ahí está el riesgo, pues cuando vuelve a quedar sólo un corazón, a veces la tristeza es demasiado grande para que pueda albergarla por sí solo.
Cuenta una vieja historia, de cuando el mundo aún era joven, que hubo una vez una rosa y un pájaro cantor que se enamoraron.
Vivía la rosa en un rosal entre sus hermanas, pero el pájaro cantor quedó cautivado por la belleza y el perfume de esta rosa en particular. A su vez, la rosa, de entre todos los pájaros, quedó cautivada por la belleza, gracilidad y melodiosa voz del pájaro cantor.
Y a pesar de que no podían tocarse, pues las espinas de la rosa lastimaban al pájaro, y los pétalos de la rosa eran demasiado delicados para que el pájaro pudiera acariciarlos, se conformaban con su mutua compañía.
El pájaro le contaba historias de sus viajes, de todo lo que había visto, de lugares y animales que la rosa jamás vería; le ofrecía además su melodioso canto que la rosa escuchaba con deleite... a cambio, la rosa le ofrecía su dulce aroma y su delicada voz, que era como terciopelo para los oídos del pájaro.
Y durante algún tiempo, sí, fueron felices...
Pero se acabaron los agradables días de la primavera y el verano... llegó el otoño y, después, el temible invierno que trajo consigo la lluvia, la nieve y el frío con sus gélidos vientos.
El pájaro siempre había buscado refugio durante los meses de invierno, pero ahora no se atrevía a abandonar a su amada rosa. Así, pues, se quedó con ella.
"Por favor, vete, busca refugio" sollozaba la rosa. "Si te quedas conmigo, morirás."
"No" repetía el pájaro una y otra vez. "Jamás te dejaré".
No importó cuanto suplicara la desconsolada rosa, el pájaro se negó a abandonarla.
"No te preocupes, mi querida rosa. Pase lo que pase, estaremos siempre juntos."
Con sus alas la protegía de los gélidos vientos; con su cuerpo, la resguardaba de las implacables nevadas... así, día tras día, durante todo el invierno.
Un rayo del sol naciente despertó a la rosa aquella mañana, y al sentir el calor que desprendía supo que el invierno había llegado a su fin.
"Mira, mi querido pájaro. Por fin ha llegado la primavera" exclamó la rosa, llena de felicidad.Pero el pájaro no respondió y la rosa se inclinó hacia su amado, que yacía inerte junto a sus raíces.
La rosa supo entonces que su amado se había ido para siempre y una enorme sensación de tristeza la embargó.
Su tallo se dobló bajo el peso de su dolor, algunos de sus pétalos se desprendieron cayendo sobre el cuerpo de su amado, como lágrimas.
Y cuando el sol emergió del todo aquella mañana, se encontró a una rosa doblada sobre sí misma, cubriendo con sus pétalos el cuerpo de un pequeño pájaro. Ambos unidos para siempre en el sueño eterno.
Las otras rosas lamentaron y lloraron la pérdida de su querida hermana, pero supieron que el pájaro había cumplido su promesa. Pues ahora, por fin podrían estar siempre juntos.
Y es que el corazón puede ser tan delicado como una rosa y con cada pena es como perder un pétalo y marchitarse un poco... y algunos amores son tan grandes, que no puede albergarlos un sólo corazón, sino que hacen falta dos... y ahí está el riesgo, pues cuando vuelve a quedar sólo un corazón, a veces la tristeza es demasiado grande para que pueda albergarla por sí solo.
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Re: El pájaro cantor y la rosa
Lo que me parece extraño es que el pájaro no podía acercarse a la rosa debido a las espinas, pero ¿si pudo cubrirla a tal grado de que no le afectó el viento gélido? Oh bueno, a lo mejor murió mas por su cuerpo mutilado, que por el invierno.
Ah, eso sí suena mas lógico
Ah, eso sí suena mas lógico
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- Registrado: 28 Jul 2023 04:06
Re: El pájaro cantor y la rosa
Jajaja no hagas spoiler!!!
Re: El pájaro cantor y la rosa
Pues sí que fue longeva la rosa, más allá de lo razonable. Creo que hubiese funcionado igual, o casi, si el pájaro hubiese hecho caso a su amada y se hubiese ido, y al volver en primavera y ver solo el escaramujo se hubiese muerto de pena.
Y encima te quitabas lo de Jorel
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Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
Mis diseños
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- Naomi
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Re: El pájaro cantor y la rosa
Pero se quedó con ella, quizás porque intuía que ésa iba a ser su última oportunidad de estar juntos y quiso disfrutar el presente más que preocuparse por el futuro... o al menos ésa era la idea que tenía en mente mientras lo escribía... o eso creo recordar, hace bastante tiempo que lo escribí
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Re: El pájaro cantor y la rosa
¡Qué gran pájaro ese que sobrevivió la rosa y sus hermanas para poder llorar a la hermana a su muerte!
¿Sería un ave fénix? |
Soñar... ¡Donosa locura!
Blanca de los Ríos Nostench.
Erase una persona tan despistada que se quedó una semana en su casa encerrada pues sus llaves no encontraba.
Blanca de los Ríos Nostench.
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Re: El pájaro cantor y la rosa
Muy bonito. Como de cuento de hadas. Eso sí, me sobra un poco el párrafo final. Considero que el relato es lo bastante solido para no depender de una explicación. Que se quisieron mucho, fue evidente