Una y otra vez

[Snorry]

Enlace


Una y otra vez.

Despierto de bruces contra el asfalto. Cláxones, gritos. Giro la cabeza y veo el ojo ciclópeo del tranvía que, chirriando, viene a arrollarme. Entonces me doy impulso con los brazos y salgo volando. Lleno de entusiasmo doy brazadas y golpes de pie, y me desgarro la garganta a voces, como en las atracciones. Me elevo sobre los árboles, las farolas, la altura de un piso, otro, la calle va quedando pequeñita ahí abajo. De repente estoy en precario equilibrio sobre el filo de una cornisa. Braceo para recuperar la verticalidad. Veo que estoy desnudo. Desconcertado, observo una vigorosa erección. El sol del mediodía me ciega. Cuando giro la cabeza buscando refugio para los ojos, veo a un enorme gorila ocupando todo el marco de la ventana. El matón apenas tiene cuello, una cicatriz oblicua domina una de sus mejillas, la nariz hundida de boxeador no le da un aspecto muy complaciente. Me arrojó sobre el gánster y caigo sobre su hombro, plegado como una toalla. A voz en cuello, le imploro que me suelte mientras aporreo sus lumbares de sílex. El pistolero me transporta por un corredor, me deposita en mitad de una estancia y se larga ofuscado y sin quitarme ojo. He aquí que veo, recortada en la penumbra, bajo el dintel de la alcoba, una figura oronda que arroja una bocanada perniciosa desde un Montecristo a medio consumir, para luego desaparecer al amparo de la niebla artificial. Entonces viene lo mejor. En la estancia hay una cama habitada por una mujer. Me tiro a bocajarro en esa cama y sin mayor prolegómeno, dadas las circunstancias, pues ella me aguarda de par en par, se produce la cópula, sin mucho tacto por mi parte, a decir verdad. Ella maldice palabras en italiano, insultos que suenan como suculentas exhortaciones al canibalismo. Yo me veo poseído por el demonio de la convulsión. Una voz nasal y avinagrada trata de distraerme desde el tocadiscos: “I am a fool to want you…” Transidos por la dulzura ambiental, atenuamos nuestro ritmo hasta casi congelar nuestra acción. Y entonces beso la morena tez, la nariz larguirucha y admonitora, dejo resbalar mis dedos por la curva de un pecho, como un esquiador que ejecutara un salto, y sé que es demasiado pronto, que solo un tonto diría que ama a una mujer que acaba de conocer, pero lo hago, con una vehemencia incontestable, acercando mis labios al hermoso lóbulo de la hermosa oreja y en un ardiente susurro proclamo: oh piccola bambina, yo.... Y ella me insulta de nuevo en italiano, riendo con carcajadas menudas, con dientecitos de azúcar glasé alineados con moderada impericia en el más cautivador escaparate de chucherías, y me da un cachete en la mejilla. Pero entonces me incorporo y comienzo a vestirme, mientras una oscura intuición palpita en mi sien. Ella se ha puesto su bata de encaje y parece un ángel radiante al contraluz. Perfilada su silueta por el más lujurioso escultor, luz y materia entablan imposible diálogo; me trae un vaso ancho de cristal, yo me lo llevo a los labios y realizo el prodigio de regurgitar un líquido ambarino y aromático, me parece que es whisky, y antes de que lo vaya a ingerir de nuevo, la cabrona me quita el vaso y en una acertada, aunque triste, concatenación de milagros lo devuelve a la botella de Jameson Black Barrel. Me pongo mi sombrero y la beso como si fuera la última vez. Recojo mi revolver y apago el tocadiscos con una prudencia apócrifa. Sin embargo, maravillado por la visión de mi amada camino de espaldas hacia la puerta de la calle. Pero la voz desgarrada sigue sonando en mi cabeza: “Time and time again I went away”
Y cierro la maciza puerta con un golpe sordo y sepulcral

[posman]

Joer menudo relato; el prota volando por la ciudad en bolas.., menos mal que el tío va bien armado. Lleva la pistola amartillada dispuesta para disparar. Yo no soy aficionado a la música jazz y tampoco conocía a la cantante del vídeo que has añadido por lo que entré en internet para empaparme de esa mujer. Caramba, vaya vida que le tocó, da para escribir unos cuantos libros. En el relato suceden cosas curiosas que no parecen tener sentido, como la pelea con ese matón. Lo atrapa y lo lleva a una estancia en la que hay alguien oculto fumando. En una cama hay una chica que parece someterle a una terrible tortura pues le increpa, abofetea, se burla cuando el le dice que la quiere o que al final le quita la bebida que ella misma le da, mientras en el tocadiscos se escucha una canción que suena mal... Y para colofón al final se viste, apaga el tocata y camina hacia atrás en dirección a la puerta y sale a lo grande pero dando a entender que es una despedida. Claro que.., la historia está contada empezando por el final y acabando por el principio. Por eso "vuela" desnudo.., lo tiró el matón por la ventana..
¡Uf! Menos mal que lo he rebobinado. En realidad la clave para resolverlo fue precisamente, ojear en internet la biografía de la cantante. Fue ahí donde me enteré que estuvo casada con un mafioso que era un ejecutor. Lo asocié con el matón del relato y.., a rebobinar. Qué curioso, ambos tenían el mismo "trabajo"..
"Una y otra vez me alejé.."
Me ha gustado. Saludos.

[Snorry]

Muchas gracias, posman.
Me imaginé que se podría ver a priori que el relato va hacia atrás. Hacer pensar un poco al lector está bien, si acaba gustando, claro. Escogí esa canción por el título y porque me gusta mucho la cantante, al margen de su vida. Este iba para el concurso, pero al final se quedó aquí, en este frío rinconcillo olvidado.

Gracias!

[Yayonuevededos]

El relato tiene tu impronta.
¿A quién se le ocurre escribir una historia que se desarrolla al revés? A Snorry.
¿A quién se le ocurre mezclarlo con la voz exquisita de Billie Holiday y su turbia vida? A Snorry.

Varios acusan a Snorry de que se le va la pinza. No es cierto, nunca tuvo pinza.

P.S.
Posman, ¿No conocías a Billie Holiday? Espero que no salgas a la calle sin guardaespaldas (Snorry puede presentarte alguno).

[Berlín]

En cuanto saque un ratín lo leo, que a mí la Holiday me gusta más que un puente -laboralmente hablando- de seis días. De hecho tengo un relatillo por ahí en los cajones dedicado a ella.

[posman]

Posman, ¿No conocías a Billie Holiday? Espero que no salgas a la calle sin guardaespaldas (Snorry puede presentarte alguno).

Como decía el padre de Indiana; —Hijo mío, somos peregrinos en una tierra de infieles.
Yo, aparte de infiel, soy un hereje que seguramente arderá en la hoguera de los malditos y cuando me disponga a realizar el viaje al Hades en la barca de Caronte, éste me dirá:
—Cartero; tú aquí no subes.., mira que no saber quién era Lady Day...
Y me quedaré en la orilla esperando a embarcar en el Titanic que tampoco puede entrar en el inframundo.., todo por intentar provocar el cambio climático hundiendo un iceberg...

[Snorry]

Gracias, amigos.

Yayo: Martin Amis tiene una novela que transcurre cronológicamente del revés (La flecha del tiempo). Un escritorazo. Nada nuevo bajo el sol

[lucia]

Pues de no ser por pasman, en vez de pensar que era una historia contada al revés, hubiese pensado que era un sueño lúcido en el que las cosas suceden sin que tengan explicación.