Autor/a me ha gustado tu relato, tiene ese puntito de fantasía y jugueteo que yo espero encontrarme en el concurso.
Lo malo, que soy quizá demasiado nuevo, no sé quienes son las "Yolandas", Alfredo me da que es Rat. Pero vamos que eso no importa, en mi segunda vuelta te releo y leo los comentarios, seguro que ahí me entero de todo, fijo.
A ver, lo importante, tu relatillo. Me gusta mucho la idea de centrar la acción en un pueblecito fasntasma, abandonado, encantado, etc, y, sobre todo, que separes a los personajes para ampliar los escenarios y situaciones. Qué bueno que nada más llegar el pueblo "espejismo"... no, permíteme decirle
espejito, que me mola la idea, ya verás por qué. Retomo, nada más llegar resulta que el espejito está de fiesta, me has sumergido en un ambiente distendido, colorido, variopinto, con su jarana y su gente amable, cómo me ha gustado eso. Separas a tus sufridos protagonistas (cansados ellos pero con ganas de dejarse llevar, me los imagino con ese estado anímico de aquel que supera una prueba, está muy cansado pero quiere aprovechar el entusiasmo de haber logrado pasar esa prueba) y los lanzas a sus, posiblemente, tres mayores pulsaciones, al menos en tu cabeza.
Alfredo encuentra a una chica, no sé si el pobre está tan necesitado, pero barrunto que querías ahondar en esa herida... digo en esa idea, de ahí que la muchacha se llame Pedro y sea un pelín irreal (para Alfredo al menos, que no ve más allá de que sea preciosa, le haga caso y quiera llevarselo al huert... al castillo), auqnue puede que Pedro sea cosa de algún relato añejo y no me entere ni media, epro oye tú déjame a lo mío. Alfredo obtiene lo que quiere, no quizá hasta dónde quiere, pero el espejo le otroga un bonito reflejo de sus anhelos, un bonito recuerdo nocturno, aunque sea con una vampira o similar.
Yoli tropieza con su pulsación, en ese lugar escondido, incluso dentro de tanta algarabía, con ese señor que le ofrece algo que sabe que necesita y que no le hará ningún mal. En el reflejo de Yoli, el espejito (ese pantano de Yesa
) le regala la creación con sus propias manos de un ser que llega a sobrecogerla, no sé si de nuevo es referecia a un relato añejo (sospecho que sí) pero dejándome llevar, a mi bola, he pensado en la gestación de algo propio, como un hijo, por eso del barro tibio, irlo formando con cierto amor poco a poco, crearlo ella misma; y quizá lo de la desnudez sea como una alegoría a dejar atrás prejuicios. En este caso me temo que no tengo mucha idea de la leyenda del golem y poco más puedo entresacar, pero tranquilo autor/a, en mi segunda vuelta espero haberme informado.
Por último está
Yolanda. A ella el espejito le ofrece historias, algo que le encanta, pero no cualquier tipo de historias, sino historias con algo de misterio, con algo oculto, con enigmas quizá. Ella es la que descubre que algo raro hay en el pueblo, y quizá sea porque su pulsación es precisamente esa, contar lo que descubre a los demás, y el pueblecito la escoge a ella para que atesore sus historias y para que no sea olvidado. Ese puntito de repelús cuando descubre lo que hay me ha parecido buena idea, con esa carrera espantada que nos hace tomar perspectiva y preguntarnos qué sería de vivir las otras historias (porque con Alfredo y Yoli nos has llevado a vivir un par), además me parec eun buen recurso para llegar a un final más reposado, con ese "solo es un punto del camino", vamos que la aventura continúa. Me gusta, ya digo. (Y tengo a alguien en mente, pero no me aventuro, por si acaso).
A nivel narrativo me gusta el tono y la prosa, se me ha hecho fácil de leer y no tengo pegas. A la vuelta sí que puede que a algo le saque punta de esto o de aquello.