(Segunda parte del bujío aquí

Porque nada buscamos y todo acogemos, pase sin llamar.
(reza en el cartel que hay al comienzo del caminito que conduce al corazón de este berenjenal)

Por razones que no vienen a cuento, este verano abrí este hilo para escribirte una carta abierta. La construí hilvanando sobre la marcha lo que me iba ocurriendo en el día a día, si bien sazonándolo con lo que me dictaba la imaginación. Pero has resultado ser una oyente tan discreta y tan agradecida

Es por eso que he decidido cambiarle el nombre al hilo y poner un índice al principio por si alguien de paso quiere picotear en su interior. Y elijo como nombre «bujío» porque es un localismo usado en Córdoba y Cádiz, dos tierras en las que me siento enraizada; pero también porque simboliza a la perfección la sensación que experimento cuando escribo aquí. La sensación de hallarme en un refugio donde las palabras pueden ser usadas con sencillez y libertad porque van a ser siempre bien acogidas y, lo que es aún más importante, bien interpretadas


******
Ciberteca de Santa Cata del Guadiana (para uso exclusivo de la dueña del garito)
******
Retrato de la familia bujiana (retrato parcial)
******










* Xirín (verdecillo), carrizo (chochín), chasca (tarabilla), paporrubio (petirrojo),
vichelocrego o ouriol (oropéndola), xílgaro (jilguero), pinpin (pinzón), ferreiriño azul (herrerillo), cardeal (camachuelo), meniño (niño, crío), raparigo (chiquillo) pega (urraca), pega marza (arrendajo), falcón (halcón), cegoña (cigüeña), lagarteiro (cernícalo), voitre (buitre), avenoiteira (chotacabras gris)picapeixe (martín pescador), verderolo (verderón), cirrio (vencejo), anduriña (golondrina), avión (avión), lavandeira cascadeña (lavandera cascadeña), gabián (gavilán común), azor (azor), pardal (gorrión)...
**Zurrón del xirín: recuncho, merlo, cigoñino, cigoniño, lombriga, miñoca de terra, miñoca de mar, gaivota (gaviota), rula (tórtola), teixo (tejo), nogueira (nogal), cerdeira (cerezo), ameixeira (ciruelo), carballo (roble: Quercus ruber), salgueiro (sauce), ameneiro (aliso), bieiteiro (saúco), avenoiteira (chotacabras, zumaya), esquío (ardilla), pradairo (arce: Acer pseudoplatanus), alguergue (arce: Acer campestre), bidueiro (abedul), lorcho (gobio, blenio), xesta (retama), toxo (tojo), silva (zarza mora), píntega (salamandra), raia (frontera), abella (abeja), ferreiriño gris (mito), lecer (ocio), meniño (mi niño), raparigo (chiquillo), miudiño (suavecito), gabián (gavilán común)...
******



******

Carta abierta a Santa Catalina by Jilguero

Hagiografía de Santa Cata del Guadiana by Jilguero

Encuentro de Caleto con Dios by Caleto

Encuentro de Caleto con el Poeta de Guardia by Caleto

Visita de Pin y Pon a la tía Catalina by Caleta

Santa Catalina atraviesa la pantalla by Santa Catalina

Historia de un lagarto by Jilguero

La cajita de música by Jilguero

A una peluquera del sur que me adentró en el sensual mundo del quiromasaje by Caleto

El cangrejo de río by Jilguero

Operación Casiopea: diario de a bordo by Petirrojo

Eufemia by Petirrojo

La sarasa que no podía cruzar la calle by Petirrojo

Un telegrama azul by Emilio

Caleto y el poeta by Caleto

La niña camaleón by Caleto

Juanita la Loca by Petirrojo

Un, dos, tres... Pollito inglés by Caleto

El sueño de la Beata Juana by Petirrojo

El cielo no responde by Petirrojo

El Macondo de Azul by Jilguero y Petirrojo a cuatro manos

Petición dominical a Santa Catalina by Prófugo

Como la cabeza de un alfiler by Petirrojo

El regreso by Petirrojo

Viejas amistades by Edgardo


El regreso by Edgardo

La cueva de la perra by Petirrojo

Intercambio de solsticios by Eleanis


La despedida by Petirrojo

Pitangus by Eleanis

Cádiz se despedía... by Caleto

Rumbo a la isla de Santa Elena by Caleto

La piojera by Jilguero

Bestiario foral by Jilguero

Sin dirección postal by Gretogarbo

El niño perdido by hexagono69

Ahora que mi carcelero duerme... by El prisionero Catulo

El niño que no sabía sonreír by Jilguero

El joven rampero by Jilguero

Es tanto el tedio... by Gretogarbo

La primera vez by Gretogarbo

Pajarera de recuerdos by Gretogarbo

Calle de los cerezos by Jilguero

La memoria, esa gran liberadora... by Jilguero

Cuántos recuerdos... by Tessia

Bajo las tejas by Jilguero

La Carchena by Jilguero

La última siesta by Jilguero

Cartas a la Seño by Edgardo

Escultura by Edgardo

La falsa modestia de la flor de ciclamen by Jilguero

De espaldas al río by Jilguero

Velquesí by Jilguero

Mañana de niebla by Jilguero

Monólogo honrado y valiente by Edgardo

Vida by Edgardo

La alberca by Jilguero

Réquiem por una cigarra by Edgardo

Diamantes mandarines by Gretogarbo

Fuera by Jilguero

Con motivo de la exposición de los lienzos de Santa Cata y Santa Lilaila by Jilguero

Días grises de otoño by Jilguero

La noche en la que conocí a Carel by Jilguero

En un rincón del bujío by Jilguero

Olor a alhucema by Jilguero

Diario de una damita de Petrogrado by Jilguero

Una joven soñadora by Jilguero

Los teros by Megan

Levedad versus éxtasis by Jilguero

Un ramillete de nardos by Jilguero

Una colmena virginal by Jilguero

Fin de fiesta by Jilguero

La chumbera by Megan

La dama y el unicornio: olfato by hexagono69

La noche en que vi llorar a mi reina by Jilguero

Los compañeros del podador by Gretogarbo

Memorias inconexas de un anciano amnésico by El escriba de Usía

Un cero a la izquierda by Jilguero

Las cautivas de Tordesillas by Jilguero

Un toro entre los garbanzos by Jilguero

El soliloquio de Cecilia by Jilguero

A solas con Dido by Jilguero

Como aves límicolas picoteando en el fango by Jilguero

La caldera de Thíra by Jilguero

El faro del Cabo Spear by Jilguero

Como una Mucizonia en el camino de la ermita by Jilguero

Para que no se pierda... by Magali

La última tarde de la Lirio by Jilguero

La habitación 413 by Jilguero

El Actimel era de naranja by Catulo

La memoria, ¡qué gran gatuperio...! by Jilguero

Recuerdo nº 1 by Magali

¡Otra vez a pelear! by Jilguero

Cartas muertas apócrifas by Jilguero

Cavilaciones de un xirín no pensador by Gretogarbo

¡No ha sido tan difícl! Jilguero

Un gallinero singular Jilguero

En el corazón de la rosa de los vientos Jilguero

Intercambio de arrullos Jilguero

Mundanzas de un xirín by Gretogarbo

Marcelo y el milagro de los rabicondos Jilguero

Miriam Jilguero

Como aves de paso by Catulo

Cinco padrenuestros y cincuenta avemarías Jilguero

¿Quién dijo que la luz es un rayo bailarín? by Edgardo

Porque nada buscamos y todo acogemos, pase sin llamar by hexagono69

La sala de la pared azogada Jilguero

Infancia minimalista Jose2v

Cajoncillo de sastre minipamplinero Jilguero

Deep peace Jilguero

In the mood for love Jilguero

El jardín de los teros y la Torre de Babel Jilguero

Realidad y leyenda, de Santa Lilaila de Éfeso Jilguero

Unos minutos de gracia Jilguero

Ludopatía Jilguero

La niña que sentía celos del aire Jilguero

Sueño by Megan

Claudia by Jilguero

En la anochecida by Jilguero

Después del diluvio by Jilguero

Punta Camarinal by Jilguero

El confinamiento de Paludio by hexagono69

La santera de la Ermita del Calvario by Jilguero

La campanas de Algatocín by Jilguero

Réquiem por un don nadie by Jilguero

La santera de San Blas by Jilguero

Chatarra by Catulo el Chico

Las lentejas germinadas by Catulo el Grande

Mientras poso by Jilguero

Una voz color nazareno by Jilguero

Cádiz se detenía by Catulo el Grande

El peñón de los naufragios by Jilguero

Hoy pastel de carne by Gavalia

A orillas del Mendo by Jilguero

Un sueño de siglos by Jilguero

El elefante volador by Megan

La hojarasca bastarda by Jilguero

Al otro lado del cristal by Jilguero

Los cuervos de san Rafael by Jilguero

Depaso o El pueblo que se quedó sin gorriones by Jilguero

En las colinas de Gansu by hexagono69


La maqueta by Jilguero

Como una bandada de pájaros venidos del pasado… by Jilguero

Mea culpa by Jilguero

Por un par de pecanas by Jilguero

**********************************************************************************
Carta abierta a Santa Catalina
Santa Catalina, aunque no quiero alarmarte, lo que vi meses atrás en la calle Suipacha me tiene preocupada. No tanto por los conejitos, que son traviesos pero inocentes, como por el daño que estos puedan estarles haciendo a los geranios. No sé si te habrás enterado de que, por miedo a que se convirtiesen en trece, ese número tan fatídico para muchos, el escritor argentino decidió dejarlos en solo once conejitos esparcidos, al alba, sobre los adoquines de la calle. Una docena, casi, de copos blancos junto al cuerpo mucho más visible y, por ende, molesto del hombre que los vomitaba.
Si quieres seguir leyendo...
