¡Salve!, ¡oh foro “Ábrete libro"!

Pues eso, que aquí habrá enlaces a sitios interesantes y a promociones, ya sea de eventos literarios o de otro tipo, y nuestras quedadas.
Con un * los que sirvan para mantener el foro.

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Zaoc
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ARCO IRIS EN EL MAR, CLÁSICO PONTIFICADOR DE LA ESPERANZA

"Clásico pontificador de la esperanza, arco iris en el mar, suspendida loa al ánimo, visual ambrosía:

yunque yo si de tu airosa majestad pálido eco, ¡oh volátil himeneo de mil y una ricas clorofilas!

Ni el ornato de versallesca gala parisina mares de pesares como tu preciosa visión aligeraría;

¡oh, policroma comba de la ilusión, garboso arco aéreo, de amador primitivismo colorada sonrisa!,

cromático regalo del cielo, curva escalera de dominios de Neptuno a la azur inmensidad prístina,

armonioso mosaico que es adiós a pluviosas bronquedades celestes, de áurea fe combadas líneas.

Arco iris en el mar, clásico pontificador de la esperanza, entre pretéritas lindezas cosa linda, linda, linda:

tu seducción colorada y as risueños levantamientos alentando, tu púlpito mole misteriosa de agua marina;

mundanal fama tu babilónico esplendor quisiera, Cleopatras de postín imitar tu complacida levedad lucífera;

delirante Narciso, hilarante pavo por ti aquel que más que el cielo saber creyera de leda y flamante poesía;

altiplanicies de ilusión alcanzar o recordar mirarte hasta ahíto es, cumplido sueño dedicarte la rotunda lira mía.

Arco iris en el mar, clásico pontificador de la esperanza, promisoria dulzura intemporal en la policromía:

añeja inspiración allá entre sin fin crecidos azules de mar y cielo, ¡oh sí!, tu flotante, donosa, fausta simpatía".


*Nota explicativa:

Del ebook, como cualquier otro mío largamente elaborado desde un personalísimo deleite, ANTIFONAL POR LA DIOSA INTIMIDAD, AUSPICIO DE ÁUREAS MEMORIAS Y DESLUMBRAMIENTOS (MADEJA DE CANTOS Y ESCOLIOS EN TORNO A INTRIGAS ÚLTIMAS DEL CORAZÓN), tengo el honor de extractar estas delicadas líneas. Como se ve ofrecen una visión poética de un arco iris, en ellas dejé que mi inocencia soñadora imaginase analógica a partir de él, que me dictara apropiadas palabras desde su indecible emoción, y luego las ordené y les añadí la musicalidad de fondo de la asonancia.

Muchas gracias por la paciencia y la atención.
Última edición por Zaoc el 14 Oct 2022 23:07, editado 1 vez en total.
El oro inmortal de la palabra poética: ahí el solo recuerdo posible de la magia de nuestras almas, el lar de mi espíritu alado, ensueño y lis en las tinieblas.
Zaoc
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CANTO PROEMIAL

“Con la llorera purpúrea y vestal del ocaso en el horizonte siendo, inmensidad de un morado adiós teñida,

de la mano de lenes vientos que el pasaporte a rincón todo tienen, quejumbroso alarde de sacra anarquía;

vuela que te volarás bienaventurado y Zeus, ¡volatilización sobre una heroica libertad hímnica!;

de sedosa nube errátil o voladora concha alba la aventura, ocioso flotar de delicia en delicia;

de la buena ánima crepuscular la queja de incendiado confín reproduciendo, llora que te llorarás ella exquisita;

de muelle cielo lisura de ubicuo orto espejeando, ¡una queda belleza incólume que ni magna Flora enardecida!;

sobre riscal altitud de volátil fe reflejos, fulgores de melosa bóveda, de celestes extensiones del corazón cartografía....,

de ello todo aquí contenidas palabras en plétora emocional maestras, del alma la aguada niña,

al mío amar, aliento inmortal de decires tales que tienen ángel, ¡ah sí!, la sola, azur, tendida vía...”

*Nota explicativa:

Del nuevo ebook CON LA LLORERA PURPÚREA Y VESTAL DEL OCASO EN EL HORIZONTE -que cuenta con dos sintéticos subtítulos: CORAL DE FINEZAS Y EMBLANQUECIMIENTOS DEL ALMA SÓLO APTA PARA EL SOÑAR REY, y CONJURO DE ESCRITOS BIOGRÁFICOS, FANTÁSTICOS Y METALITERARIOS, JUNTO A OTROS VARIOS DE ARDUA CLASIFICACIÓN- he aquí el prefacio en extensos metros, desde luego que bien acorde, dados su estilo y tema, con los desarrollos que cabe luego hallar en su interior y los recursos estilísticos principalmente empleados. Si algún día se le echase una ojeada a este nuevo testimonio mío -de quien siempre escribió porque solamente apelando a un lenguaje musical análogo al que aquí se ha mostrado puede intentar recogerse tal y como vibra en sí- en contacto cabrá ponerse con un alma libremente cantarina y gustosa, como invita a pensar el expresivo rótulo, de llorar por el mero hecho de sentirse y ser, acontecimiento lírico concorde con la portada de la puesta de sol en el mar, desde la que cabe imaginar que una emocionada voz, incitando a una amorosa y pausada lectura, musitando al oído dulcemente, ha rezado como se ha leído.
El oro inmortal de la palabra poética: ahí el solo recuerdo posible de la magia de nuestras almas, el lar de mi espíritu alado, ensueño y lis en las tinieblas.
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Mensaje por Zaoc »

Agradeciendo enormemente al foro la oportunidad de expresarme y abrir vías hacia mí mismo en este hilo, aquí copio la presentación y el enlace de la nueva publicación, para cualquier lector o curioso del presente o el futuro que deseara saber algo de quien sólo se consideró dado a sí en la palabra legada. Mil gracias por anticipado se da si son -por favor que así sea-, con comprensión y paciencia, disculpados los posibles excesos, lo reiterativo y lo denso de algunas de estas intervenciones, pues es muy difícil contener esa vehemencia de fondo que se trasluce al hablar de lo que para mí es el acto dichoso y definitorio de toda una vida, de búsqueda radical, a contracorriente, con una disconformidad perpetua, de libertad, de verdad, de belleza y de amor infinitos: mi escritura.


https://www.amazon.com/-/es/gp/product/ ... tkin_p1_i1


“He aquí un ebook íntegramente dedicado a la consignación de las primeras complacencias internas de antaño de su autor, que más que historiarse, saboreando la pepita de oro en medio de la inmensa hojarasca, se han plácidamente soñado; aquí básicamente el ahondamiento en iniciales latidos del éxtasis de ser convertidos en estróficas edificaciones donde lo melodioso e intenso extasían como sus inspiradoras lo hicieron tanto; el corazón abierto y en un hacer memoria desde la sintética y expresiva titulación, llamando a la afinación de los oídos de los adentros para recoger de pasado tal, diferentes escenas relativas a un mismo florecer espiritual a compartir, indecibles ecos.


Veintisiete son los números de la serie “NUEVAS MEMORIAS Y FRISOS DE LA SOLEDAD ENDUENDADA DE UN INEXTRICABLE E.T. SENTIMENTAL, CONTINUACIÓN DE LA PRECEDENTE RELACIÓN FOLLETINESCA SOBRE SUYOS ANCESTROS” que conforma el núcleo de esta publicación, donde se compara el lírico autobiógrafo, ponderando su incipiente emotividad, a un entrañable extraterrestre, viniendo a representar un elevado grado de intimidad de uno consigo, de limpia profundidad humana en continuo proceso de asimilación, y únicamente recurriendo al intemporal arte de la poesía traducible.


Conjugando una literatura testimonial con la esencial búsqueda filosófica y poética se desarrolla en estas hojas, por asunto general, la soledad como un arraigar en la médula de un yo sembrado de ignotos mundos, habiendo variados subtemas: el querer ideal; la necesidad de la consagración a una escritura exclusivamente centrada en ir sacando a la luz ensoñaciones y estremecimientos que ya iban siendo vividos con deleite; la inquietud angustiosa por garantizarse una libertad a la medida del ansia personal en lo venidero; el encanto vacacional, o de abandonados caminos o parques en los que se meditase tumbado miles de horas; las perspectivas de infinito atisbadas con audiciones musicales, cielos, montañas o mares; o descubrimientos de voces poemáticas en plena juventud, sin olvidar tantas de esas mal llamadas “pequeñas cosas” que una magia henchidora encierran según el prisma aquí aplicado.


¿No se principia realmente a congeniar con, a digerir, a poder paladear la maravilla de la vida, cuando, de cara puestos ante su fascinante extrañeza, nos apropiamos de parte de la enormidad de privilegiadas emociones pasadas, al bautizarlas de acuerdo con un código particularizado, cuando merced a ello reencontrarnos cabe en el tiempo en el cual apenas alboreaba nuestra conciencia y empezaban a pergeñarse horizontes de creación o líneas básicas de pensamiento haciendo respetar la procura de paz interior y autorrealización como valores universalizables? Coincidente la respuesta implícita es con el sentido de este texto, reliquia de memorialista preciosista cuyo abrimiento acaso suponga un antes y un después a quienquiera que, para emocionarse o pensar líricamente, o exhumar al inmaculado robinsón que se fuera otrora, su talismánico poder probar quisiese.



ÍTACA EN LONTANANZA: MEMORIA DE SINGLADURAS Y OROS A TRAVÉS DE LOS AVENTURADOS MARES DEL VERBO Y DEL SER: tal el planteado reto. Si la propuesta lectura cotejable a adentrarse es en encantado relicario multiplicador de novedosos prismas, signos y metáforas, aquí novedoso texto incitando a viajado ser en su inmortalizada palabra a quienquiera que leyese, al fondo llevando de esa mentada caja de adoración donde ahogadas violas del recuerdo ya suenan, y su capturada eternidad despliegan ya, ¡ah!, las como desde un gloriosamente transido cielo donde jamás hubo claro ni oriente llovidas hojas...”
El oro inmortal de la palabra poética: ahí el solo recuerdo posible de la magia de nuestras almas, el lar de mi espíritu alado, ensueño y lis en las tinieblas.
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HIMNO AL CORAZÓN EN GRACIA, PILAR EDÉNICO DE UN MIGUELANGELESCO LEGADO DE RIMAS Y PROSAS

(BLASÓN MUSICAL DE “JORDISOFÍA”, NEOLOGISMO QUE NOMBRA EL PRIMO ALIENTO SUSTENTADOR DE ESTA OBRA NUEVA)


“Del fuego a besar, de llama primera suya, marcial génesis, el volador cincel es en el pecho;

del agua toda heroicidad moral, de albo amar dadora: diafanidad y vida, elementalidad y eco;

de la noche, precipicio infinito de estros salpicado irreales, recto honrar él suyo designio, divo dedo;

del aire de ayeres y mañanas tañedor la eternal libertad aspirada, el cegador Pegaso vocear eterno:

con carácter tal, aquí así, de ti, de mí,

cielo coral rabiosamente y puro cielo,

de sombra y luz, adiós y sol, ayes y limbos,

principia ya, logrado milagro, el gran concierto,

siendo entrambos feraces noche y agua,

recordándonos flama antigua, ido viento”.


Ésta es la breve composición que aparece en mi página de autor, de la cual deseo que quede escrito el siguiente comentario aclaratorio:

Glosa de “HIMNO AL CORAZÓN EN GRACIA, PILAR EDÉNICO DE UN MIGUELANGELESCO LEGADO DE RIMAS Y PROSAS” (o un pertinente peaje para fluidamente transitar por la apropiada vía comprensiva)

A lo largo de toda la existencia, aparte de expresarme continuamente recogiendo cuanto fui verdaderamente viviendo, una sola ilusión grande, de veras, albergué en mí: poder ser algún día, incluso aunque nunca lo supiese por haber muerto ya, leído con un mínimo de conocimiento y pasión, lo cual exactamente lo mismo sería que recibido ser tal y como realmente sentí. Siempre tuve clarísimo que daría, sin dudarlo, no pocos años de vida por lograrlo o acercarme a ello.

Así cobran sentido mis ingentes y constantes, gozosos y provechosos esfuerzos leyendo, redactando, autopublicándome y glosándome sin detrimento de mi privacidad y mi independencia, pudiendo hasta preservar mi timidez. Por eso supone un placer y una responsabilidad enormes allanar la comprensión de este texto proemial, máxime cuando, quizás, alguno de los pocos curiosos que me hayan hecho el gran honor de reparar un tanto en él no lo hayan sentido y o entendido como fuese deseable, algo perfectamente comprensible al no estar familiarizados con el peculiar, recargado estilo propio de uno, en el cual cada línea escrita supone un bello reto reservando un supremo deleite -al recibirse su alta carga emocional y compartirse una experiencia marcadamente estética con el lenguaje- el interiorizarla.

Para empezar, unas aclaraciones previas:

Se titulan de himno estas líneas porque, profundamente amador su firmante de su corazón -esto es, la maravilla indecible, el milagro de sentir-, es éste celebrado en ellas, como a lo largo de toda su escritura, en su radical singularidad. Por regla general cada cual es capaz de ver, valorar, querer en los demás lo que logra ver, valorar y querer en sí; como bien divagara entre otros Proust, cuando creemos leer a los demás, en verdad, nos estamos viendo e interpretando a nosotros mismos; por eso nada es más importante en la vida que reconocer y amar infinitamente nuestro divino fondo humano, sede de nuestra realidad íntima, fuente de arte único.

Se habla también del “corazón en gracia”: he ahí el eje, el motor y el tema central siempre en mis textos, tratasen de lo que trataran, porque el prójimo, la muerte, el mal, el paisaje, el mundo por entero son siempre vividos siendo previamente pasados por los filtros de mi raíz emocional, atendiendo especialmente a los desgarros, éxtasis, admiraciones, descubrimientos que en ella ocasionan.

Se agrega, asimismo, que el himno supone un “blasón musical”: así es porque este canto significa para su autor un signo distintivo del poeta que hay en él.

Se puede dividir en dos el breve pero en condensación emocional riquísimo poema. La primera parte de la composición se extendería hasta el cuarto verso.

Obsérvese que el canto empieza con un hipérbaton, lo cual puede despistar un tanto o confundir mucho a un lector poco atento o avezado (la frase escrita de acuerdo con la convención gramatical sería: “En el pecho el volador cincel es del fuego a besar”).

Luego hay que apuntar una elipsis (o sea, una omisión, en este caso del sujeto, el cincel, que se ha de sobreentender) en el segundo verso; así el cincel es del fuego y también es del agua; y otra vez en el cuarto verso hay que señalar la misma figura retórica, mas esta vez lo que se omite es el verbo honrar; de modo que el cincel (la base del canto al principio) honra tanto a la noche como al aire.

El resumen de las primeras cuatro líneas podría ser: Jordi -o Zaoc- se presenta como un autor desde el fondo de sí que, con su inspiración, siente poder llegar a cualquier parte (de ahí eso de “volador cincel en el pecho”) y que, a su vez, considera su acto creativo emparentado con los elementos tradicionales -por eso el cincel es del agua y del fuego, y honra a la noche y al aire-, con lo cual insinúa que su poesía vive como un hecho puro, libre, espontáneo, originario y sustancial.

La segunda parte del himno empieza tras los dos puntos; este signo de puntuación, este detalle tipográfico es de gran importancia aquí, pues indica que hay una estrecha relación entre lo escrito antes y después, que para comprender adecuadamente lo que se afirma tras ellos hay que tener muy en cuenta las líneas precedentes.

Y sabemos en esta parte final que va a empezar “un concierto” (eso fue, es, será, al menos metafóricamente, toda mi inmensa obra), y que, además del yo del autor, hay un “tú” que también entra dentro de todos los libros publicados (de ahí que quepa leer eso de “siendo entrambos feraces noche y agua, recordándonos flama antigua, ido viento”), y ese tú, tan limpio y enjundioso como los cuatro elementos tradicionales mencionados en el escrito, se trata, como se puede imaginar, de una sensibilidad interpretativa pareja a la de Jordi -o Zaoc-, unidas ambas por la magia intemporal de la poesía.

Recapitulando: “HIMNO AL CORAZÓN EN GRACIA, PILAR EDÉNICO DE UN MIGUELANGELESCO LEGADO DE RIMAS Y PROSAS” consiste, básicamente, en un breve canto inicial con el cual uno introduce a un hipotético lector a su extensa obra inédita, pasada, presente y futura, que conforma un todo, un enorme caudal de composiciones unitarias. Con él sabemos que en su pecho (signo de que escribe desde el corazón) reside un “volador cincel” (instrumento para grabar mensajes en la misma piedra, el hecho de que se le atribuya la facultad de volar metaforiza la libertad poética de sentir que expresar la poesía que se contiene supone traspasar toda barrera, y también llegar a la esencia poética de lo otro, a nivel humano, paisajístico, libresco, etc) que es del agua y del fuego (alusión a la pureza y a la fuerza primitivas con las que siente su poseedor que entronca), y que honra a la noche y al aire (aludiendo con ello a su raigambre cósmica).

Muy probablemente ahora se comprenda bastante mejor el corto pero harto significativo himno. Si no fuese abusar de la amabilidad de quien por aquí pasara uno invitaría a volver a leer el breve poema a la luz de esta glosa, habiéndola asimilado, seguramente así se podría disfrutar mucho más y mejor.

Mil gracias por la atención y la paciencia se dan invitando a quien leyere a conocer algo de la originalidad poética de mi vasta obra, fundamentalmente el corazón desvelándose líricamente, diciéndose a sí con la mayor radicalidad y hondura.
Última edición por Zaoc el 28 Sep 2023 03:52, editado 1 vez en total.
El oro inmortal de la palabra poética: ahí el solo recuerdo posible de la magia de nuestras almas, el lar de mi espíritu alado, ensueño y lis en las tinieblas.
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Pandemias milenarias del espíritu se trata de un ensayo especulativo, denunciador de males atávicos que dificultan extraordinariamente la vivencia y manifestación de la luz y la música radicadas en los adentros, y en el que, desde la sana ambición de alcanzar la mayor tersura, plenitud y explosión interiores -expresada por su autor en diversos poemarios, prosas y textos de difícil catalogación- se desarrolla una serie de graves reflexiones.

Tales divagaciones enfocan críticamente expresiones de poder mundanal, creencias, valores, conductas, formas de vida y actitudes ante ésta, presiones, referentes y fines mayoritarios que, a lo largo de milenios -aun con múltiples y notorias diferencias apreciables en distintos espacios y tiempos- han sostenido, en general, el imperio universal de la desdicha, la rapacidad de unos pocos sobre el vasallaje de otros muchos, la ignorancia esclavizante, el descuido de trascendentes dimensiones del alma, el egoísmo primario, la vulgaridad, la atonía, la inercia o la falsedad en concordancia con el interés del dominador, coartando, eclipsando, adulterando, cuando no prácticamente extirpando, algunas específicas necesidades, metas y potencias humanas -hasta el punto de que el curso histórico va camino de ni reconocerlas ya como propiamente nuestras-, consideradas aquí, en abstracto, como claves de una autorrealización inexcusable: encuentro constante, en base a la introspección y a la interacción, con nuestra magnitud como criaturas libre e infinitamente sensibles, creadoras e inteligentes, disconformidad preguntadora por la realidad interna y exterior, aspiración a una madura y dichosa soberanía moral, paz íntima fundada en el descubrimiento y cultivo del ser, o robusta salud rindiendo culto a la mente y al corazón como fuentes de vida y belleza inherentes.

Suponiendo una demoledora, de raíz beligerante crítica hacia prejuicios y condicionamientos culturales represivos, enmascaramientos masivos, modelos de existencia global, y prototipos humanos de ayer y hoy, este trabajo filosófico versa sobre diez terriblemente perniciosas desvirtuaciones históricas del amor, de la realidad y la realización de uno mismo, del otro, y de la verdad, especulando con una serie de enajenaciones transculturales en los mismos cimientos del modo de “vida” presente, las cuales se han traducido en un detrimento gravoso de lo que, desde una antropología veladora de lo mejor -aunque quizás no más que virtual o larvario todavía- de nuestra especie, son nuestra natural candidez, autenticidad, independencia sentimental, expresiva y artística, pilares de un vivir genuino del cual siempre se distó y del que se sigue mediando, desdichadamente, abismos. Frente a estructuras sociales inevitablemente cancerosas ha de erguirse el librepensamiento, auxiliándonos, no sólo como doctor que teoriza y diagnostica, sino aguijoneando la inquietud moral, proponiendo sentidos existenciales y alternativas de toda índole, desde la certeza de que, con honesta búsqueda individual, las puertas hacia perspectivas purgativas y liberadoras cruzadas ser pueden por quienquiera que las correspondientes llaves tome: infinito amor a sí, intelectualismo y a la par ahondamiento en la subjetividad emotiva, titánica voluntad de autosuperación, severa autocrítica, exigencia suma de pureza.

Lectura que ha de contribuir a una mayor toma de conciencia del incalificable desastre moral representado por el planeta Tierra sujeto a la depredación y autodestrucción de su principal morador, a un rearme ideológico previo a un crear, un sentir y un pensar inmunizados contra patologías a nivel planetario cuyos gérmenes ya en la antigüedad cabe rastrear -como poco-, Pandemias milenarias del espíritu aparece dividida en una docena de partes, interrelacionadas, y un corolario final, a modo de recapitulación exhortatoria, de los que son sus sinópticos títulos:

La desvirtuación a partir de la mitificación pueril de la promiscuidad sexual y del placer sensorial en general

La desvirtuación a partir del amoldamiento al estereotipo de hombre exitoso y convencional

La desvirtuación a partir del brutal constreñimiento del instinto de conservación y de su explotación maliciosa por las élites que llevan la voz cantante

La desvirtuación a partir de la delegación de la conciencia en las cosmovisiones religiosas o en grandes arquitecturas conceptuales

La desvirtuación a partir de la siempre demencial proyección del instinto de conservación en el hijo virtual o efectivo

La desvirtuación a partir del afinamiento y de la ejercitación del instinto sojuzgador o de su padecimiento

La desvirtuación a partir de la adherencia al lenguaje burocratizado y persuasivo, y al vulgarizador imperio de lo fable, de lo tangible, de lo fútil, y de lo socialmente útil, reconocible y bien estimado

La desvirtuación a partir de la construcción y el manejo inescrupulosos de un amplio repertorio de imágenes capaces de imponerse y de vender en un gran mercado

La desvirtuación a partir del anclaje en la constantemente transmutativa y astringente inmediatez, y de la acción enajenada y las miras adventicias puestas en el día venidero

La desvirtuación a partir del irracional apego cultural al otro, de prejuicios atávicos contra la soledad, y del desconocimiento de la grandiosidad de las órbitas propias

Corolario trágico sobre las diez epidémicas desvirtuaciones explicadas


*Pertinentes aclaraciones extra para cualquier interesado en este libro digital:


Por supuesto, este trabajo de reflexión, concebido en su momento como la primera parte de la plasmación ensayística de la búsqueda y conservación de la mayor autenticidad, salud, robustez, pureza y soberanía de nuestra profundidad espiritual inherente, de nuestra interioridad sintiente, pensante y soñadora, busca, ante todo, estimular un pensamiento filosófico, principalmente ético, centrado en las cuestiones e inquietudes anunciadas en cada apartado, nunca sentar cátedra -¡risible empeño ello fuera, seguramente hallándose lejos de mi capacidad, a pesar de lo concienzudo y riguroso que, por respeto a la tan complicada y misteriosa vida y la no menos problemática verdad, siempre uno procura ser!-, o afirmar categóricamente tesis alguna. Nada, salvo el referirse a lo que se considera son enfermedades masivas y contagiosas de la humanidad, tiene que ver con el coronavirus, de hecho el texto escrito estaba desde el año 2015, si bien se ha revisado en los últimos meses -uno repiensa lo redactado, y lo repasa varias veces antes de por primera vez publicarlo, y ello aunque apenas por nadie hubiese de leído ser; los compromisos, inquebrantables, de desnudez del alma y expresión, son siempre de sí consigo mismo-, y se ha querido anunciarlo en esta sección del foro, abierta a aportes de sus miembros, y posibles glosas y discusiones posteriores.


En conformidad con lo dicho, con Pandemias milenarias del espíritu, evidentemente, a pesar de su enorme ambición, no se comete la aberración intelectual de pretender apuntar a ninguna verdad absoluta, ni referirse en concreto a algún período de la historia proponiéndolo como origen o síntesis de cuanto se cavila, menos aún se dogmatiza en base a lo que ésta se creyese en general, o se intenta hacer prevalecer una óptica única sobre qué ser pudiésemos -posiblemente no más que una interminable persecución de sentido y de voz a la altura se acerque al significado de tal “ser”-; tampoco consiste el escrito en una documentada y pudiera resultar que tediosa investigación, ni en un trabajo académico nacido de la erudición y el diálogo con textos análogos, pero ello no quita que abrigue una, desde el inicio perceptible, inquietud central por universales déficit relativos a los grados de individuación, emancipación, hondura alcanzada y personificada, voluntad no enajenada y veracidad en las existencias de ayer y de hoy; ni que contenga y desenvuelva una serie de ricas líneas discursivas que se permite su autor considerar altamente sugestivas y urgidas por el momento actual, y que es bien factible que conecten con cualesquier inteligencias y sensibilidades abiertas y preocupadas por el problema sempiterno de nuestro posible sentido trascendente per se, por la independencia, ingredientes y calidad de la vida psíquica y la conjeturable afirmación gozosa de su libertad, principio de cualquier acción en la que el sujeto se compromete ciertamente en su obrar.


El texto consiste, pues, en un filosofar individualizado acerca de todo ello, en un observar caviloso el devenir desde la premisa de que, a pesar de esos diez planetarios desastres pandémicos que no es posible dejar de señalar, la mayor felicidad fundada en un vivir de cara a nuestros abismos últimos sí es perfectamente alcanzable, y un proyecto vital concorde con él y completamente a contracorriente hacedero, siendo tácito que, si “esencia humana” hay, ésta se ha plasmado y se expresa, fundamentalmente, en la busca de la soledad introspectiva, así como en la de la interacción amorosa que procura el enriquecimiento mental y emocional de quienes entran en relación dialógica, y en la que se brinda a través del arte y la especulación filosófica. De ahí que se ponga de manifiesto una visión sumamente crítica de civilizaciones construidas y desenvueltas en el tiempo muy lejos de ese apetito de primordial espiritualidad libre, racionalizando el rechazo de algunas de las dinámicas y notas constitutivas suyas que seriamente restaran virtud, vigor, propiedad, limpieza como entidad sintiente y pensante a cualquier semejante nuestro inmerso en las mismas -de ahí el concepto clave de “desvirtuaciones”-; de ahí, una perspectiva sustentada en un franco amor a lo que dar puede de sí en vida cualquier criatura humana vuelta hacia lo que en este trabajo se estima como mejor y más definitorio de ella, considerándose muy insuficiente -o prácticamente inexistente- el desarrollo de hombres y mujeres de cualquier lugar o era como entidades realmente individuadas, humanizadas, creadoras, autosuficientes, fecundas y plenas; de ahí el tratar de contribuir a identificar algunos de tantísimos corsés, escollos, formas de censura y de homogeneización, deseos espurios que ataran a dimensiones superficiales de la realidad, canalizaciones alienantes, desviaciones y perversiones del pensamiento y la acción, manipulaciones a través del explotado descontrol de determinados instintos, falacias colectivas, cosmovisiones y postulados metafísicos hegemónicos que paralizaran la natural aptitud para el interrogante y la exégesis personales del cosmos, o miedos inducidos a enfrentarse al reto de importancia sin parangón, ya hermosamente loado por el viejo Píndaro, de ser radicalmente cada quien él mismo -en este ensayo presuponiéndose como un encontrarse y un descubrir y un redescubrir constantemente la verdadera identidad a través de la autocontemplación y la libre creación-, que, a lo largo del periplo histórico, han supuesto, y no dejan de significar hoy, poderosos óbices a una experimentación integral y mínimamente higienizada de la intimidad del ser.


Y justamente escrito fue este conjunto de entrelazadas reflexiones por el disconforme y subversivo viviente de un presente en el que el progresivo endurecimiento del coste de la mera subsistencia, la tecnocracia, la robotización existencial, el animalismo o el transhumanismo -la propia postmodernidad en fin, con su asunción implícita de la nada sobre cualquier posible absoluto-, al igual que otrora sólo que desde posiciones muy distintas, actualmente desechándose los paradigmas clásicos, lejos de incentivar disuaden la búsqueda interior con su descreimiento sobre una hipotética realidad estable propia, un lenguaje traductor de ésta, o acerca de una dirección existencial, una moralidad, una autorrealización, una experiencia interna y una dicha al margen de ese nihilismo y algunos de sus digamos que grandes “ejes difusores”: la orgía de intrascendencia ad infinitum exhibida como “vida”, y el caos informativo en particular y mediático en general, con la extraordinaria fragmentación, en el aluvión de discursos sobre lo dado, supuesta por efímeros relatos enseguida olvidados y suplidos por otros; y se da a conocer el libro digital cuando se agudiza ese grave y dañoso apartamiento de lo íntimo y sustantivo a nivel personal, además de poder enmascararse, huelga afirmarlo, nuevos y más sutiles mecanismos de dominación fabricadores del ser humano como un mero instrumento de los nuevos tiempos que, dada su naturaleza bastarda, choca frontalmente con la más antigua proclama de la filosofía -ya grabada en el oráculo de Delfos-, inherente también en el “cuida tu psique” socrático: conocerse a uno mismo -en Pandemias milenarias del espíritu más bien ser, la propuesta de un sentirse substancial, de un vivirse priorizando cuanto se tiene por “profundidades ulteriores”-.


Muchas gracias, por descontado, por su paso por aquí y su lectura, si algún día se animase a echar un vistazo a éste u otros textos puede ir a mi página de autor, la cual he dejado en mi perfil de usuario; huelga añadir, además, que abierto se está a cualquier crítica, análisis, pregunta, glosa o demanda interpretativa.
Última edición por Zaoc el 03 Mar 2023 04:43, editado 1 vez en total.
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*Nota aclaratoria:

El cantar copiado forma parte del libro digital Epistolario en flor a los mil y un númenes del misterio y la infinidad (Conjunto de poemas y glosas desde las embrujadas cavernas del ser), cuya portada se incluye aquí, y que se puede descargar en promoción gratuita en mi página de autor, la cual aparece en mi perfil. Muchas gracias por la atención.


BRUTAL TORMENTA CAMPESTRE, POSESO CIELO POR EL ALMA DESGARRADA DE UN BRONCO Y WAGNERIANO VICTIMARIO


"Súbitamente se enfría y se torna arisco el aire, adustez de miedo, temblar del propio basilisco ante el que todo corazón de fino cristal es, helor moviente prolegómeno de rayos y truenos a cuál más temiblemente cegador, a cuál más guturalmente clamoroso;

por el cielo en volandas la animada representación de un enojo antológico, presurosa refriega negra de nubes que se abroncan allende el propio exabrupto escupido, súbito apagamiento celeste en el que alcanza una cima de expresividad lo poderosamente torvo;

nuncio en el estallido tormentoso primero de que hasta delgados ríos se habrían de volver infaustas riadas, de una plétora que límites sobrepujará por parte de aguas turbias, de que macizos árboles palillos pajizos de ser habrán con el titán borrascoso;

de que el oído de la sonoridad envenenada de la cólera sabría, acústica ira cual salva a furioso Hércules, de que el vello se erizaría como escarpia, de que viejas cuevas semejarían refugio asediado por el rayo, de que la roca temería partida ser por uranio enojo...

Y hasta entraña germinal de tierra tiembla bajo la pavorosa atrocidad de tu diluvio, ¡oh brutal tormenta campestre, cimera plasticidad de un criminal romanticismo, poseso cielo por el alma desgarrada de un bronco y wagneriano victimario!;

hasta vetusto lobo se quiere taimado topo allí donde tu monólogo imperial no llegara, ¡oh colosal sublimación de las Furias infernales, volcada marmita de bruja malvada y báquica sobre el zozobroso, terroríficamente asaeteado campo!;

y en un santiamén entenebrecida la inmensidad o preludio de turbión mayestático, transformada la bóveda celeste en tremendo campo de batalla de enemistados vientos y chocantes nubes, espantablemente procelosa como para desorbitar del cíclope el solo ojo;

y salvadora arca de Noé no hay frente al constante aluvión de los más hostiles tintes, ni espectacularidad amedrentadora de la naturaleza cotejable por más que a la copa vertiginosa de un tsunami demoledor nos remontásemos, o a pánico grito de gigantesco oso;

y baja niebla raudamente expansiva, helada dominación de la evanescencia, con el paisaje montés se hace, menudencias de sí en ramas y troncos desgajados llora, empapa el lugar de su contristar gríseo, añadidura a un animado cuadro: Clímax proceloso;

de haberlas las propias bestias se habrían recogido por furor climatológico vencidas, fieros vikingos de los de antaño ídem a la cernida oscuridad de lobuna boca sucumbidos, ¡y no cesaría la enlobreguecida infinitud de exhibirse bárbara, dándome versos de oro!;

apenas mío, lírico vibrar desde el odio, centelleante espadón hacia antípodas de pura vida cantada, a ti parangonable, ¡oh brutal tormenta campestre, poseso cielo por el alma desgarrada de un bronco y wagneriano victimario!;

¡oh, confusión mayor de la brújula, prodigiosidad de sonido e imagen tremebundos igualmente de mía admiración desatadores, volcada marmita de bruja malvada y báquica sobre el zozobroso, terroríficamente asaeteado campo!".
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Zaoc
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Re: ¡Salve!, ¡oh foro “Ábrete libro"!

Mensaje por Zaoc »

*Comparto aquí el inicio de un escrito titulado “La vetustez fortificada de la antigua prisión de la Torre de Londres bajo el sortilegio inmemorial de la somnolienta luna, bordeada presea del abismo por arremolinados centelleos de ensueño exánime”, perteneciente al álbum de prosas y rimas -algunas con apropiadas imágenes ilustradas- A BORDO DE LA CARROZA INTERESTELAR DE LA JORDI FICCIÓN.

Jordi es mi verdadero nombre -dicho sea para quien no lo sabe aún-. Incluyo la imagen del texto elegido, y del ebook, y hago saber que se puede ojear o descargar éste en mi página, dicho sea no ignorando que mi bastante peculiar, un tanto culteranista, denso, colorista estilo no es, naturalmente, para cualquier paladar, mas ni un sólo instante dudé que, una vez se vaya habituando un lector medianamente culto a él, dominándolo poco a poco con cierta soltura, cogiendo el tranquillo, ha de ir siendo descubierto en sus engranajes sintácticos y unidad de fondo, comprendido y valorado muy positivamente, gustando cada vez más. Aún más diría, conforme se fuesen conociendo algunos de sus muchos secretos habría de brindar la cuidadosa lectura, finalmente, con certeza, grandiosas satisfacciones estéticas, aventuras intelectuales inolvidables, momentos de elevación sublime -de lo contrario, sin al menos la promesa fundada de ello, sin realmente disfrutar indeciblemente con la escritura en privado, uno jamás se habría molestado en escribir ni una sola línea-. Sea como fuere, infinidad de gracias ya por la paciencia mostrada, a quienquiera que usted fuese, se le dan por leer este mensaje.

Poema:

“Para el nocherniego perseguidor de ignotas musas presente mejor el paisaje: la muralla exterior de la Torre de Londres con el del río Támesis rumoroso desfilar cerca, nocturna melodía con sordina del agua,

tal para cual como espectrales columnas ambos de la gracia de aquél con algo de culto mistérico: se diría que vívida pintura de noble medievalista desvelado, ¡ni en un ápice mutada en centurias varias!;

bajo acusado blancor lunar, romántica elegancia intensificadora del duende inglés, lechoso desmadejamiento de doña Finura, la Torre cual antigua acrópolis, con rejas de celdas que a la misma parca turbaban,

pedregosos puentes y pasillos por el relinchar de mil y un corceles invisibles que séquito a la noche hacían tomados, donde de la otrora soldadesca, clerecía o juglaresco arte se conservasen acaso trazas;

¡ah, la construcción toda a estelar fantasía en curso de un sobrenatural amar remitiendo, bajo de noche ventosa dominación Excálibur, fondo de torca encantada;

cada enladrillada partícula suya por el esoterismo ambiental macicez de dormido dragón guardián evocando, cada instante cual melífero pasar otra hoja nielada,

otra en perdurables adivinanzas adensada, heraclítea página!...”.


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Gavalia
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Re: ¡Salve!, ¡oh foro “Ábrete libro"!

Mensaje por Gavalia »

No es mi lectura habitual la poesía o prosa poética en su caso, supongo que hay que estar más familiarizado con el género para que no se produzca cierto desconcierto durante la lectura. A mi personalmente me encanta el arte al servicio de las letras. Las hace más hermosas de lo que ya son, pero termino por distraer mi atención cuando se me hace necesario un diccionario para entender lo que leo. Nada me molesta más que leer un párrafo y que tenga que parar mi lectura a cuenta de este o aquel palabro, cuando entendiendo el contexto, no soy capaz de encajarla.
Llámame bruto pero es lo que hay.
He leído con interés el de la luna y me ha encantado, pero tropezar, he tropezado..
Tengo que leer más.
Saludos.
En paz descanses, amigo.
Zaoc
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Re: ¡Salve!, ¡oh foro “Ábrete libro"!

Mensaje por Zaoc »

TARDE FINAMENTE AZUL Y ORO, GALANÍA Y CORTEJO CELESTIALES, INMENSURABLE DELICIA VESPERTINA, SIMIENTE DE FELICIDAD AL AIRE

"Canción para todas las tardes despejadas y sonrientes, en simetría con el tronío sentimental presente en mí, para horas al gran negror de espiritosos candiles punteado preliminares;

para tu pureza plácida sin fronteras, ¡oh cielo querido!, rimadas líneas, engarzadas rimas, salientes lenguas sublimadas en vena, clamoroso yo amador, verso imperialmente sonante;

por tu azul cuya nitidez divino contentamiento connota, azul brindador de ala única, bóveda de seducción sin orillas: ojo lloroso al infinito ofrendado, idiomático besar o nombrarte,

por tu oro exquisito cual reinos de fábula valleinclanesca de dragones y princesas de pitiminí poblados, oro eterno al que génesis destellando me religo: esta canonización rozagante.

Tarde a adorar finamente azul y oro, desplegada tersura la tarde,

galanía y cortejo dichosos, ledos cortejo y galanía celestiales;

inmensurable delicia vespertina, y mía simiente en ella flotante,

¡ah de felicidad redonda de impávido Epicuro semilla al aire!

Mi blanca paz hasta querubes por ti llorar pupila única y aventurera ave queriéndose, mi voz en tu inmensidad de rico numen ebria, de culminantes letras cual alta musicalidad diamante;

antes de que del sueño musas con la noche velo corran en crepusculares rosicleres extasiado uno, amamantado retoño de su languidez alucinatoria, savia somnolienta, apostólico celaje;

lindura amplificada sin límites, tenuidad celeste que mirífico engendramiento de Velázquez en todo testigo provocar debiera, santa llamada a retratar ya viento y cielo sin pausa ni margen;

de a menos venido ocroso fulgor solar tuyo, ¡oh día declinante de mía delicia venero!, su equivalencia en el de cítara polvorienta dulzor, o en redentora lágrima de un dios o náyade.

Tarde a adorar finamente azul y oro, desplegada tersura la tarde,

galanía y cortejo dichosos, ledos cortejo y galanía celestiales;

inmensurable delicia vespertina, y mía simiente en ella flotante,

¡ah de felicidad redonda de impávido Epicuro semilla al aire!".


*Hasta aquí la reproducción de un escrito del poemario De la marmita mágica del valle nemoroso allende toda distancia y aurora (Rosario de rimas y exégesis sobre fascinaciones y memorias certeramente ilustradas), una compilación de unas mil páginas dignas de principio a fin de mí -dicho sea a sabiendas de que se puede encerrar en una breve frase el cielo o el infierno y, contrariamente, lo cual por desgracia es bastante más frecuente, caracterizarse por una gran productividad para no pasar de una gris mediocridad, o no acabar de expresar lo que se ansía, según se anhela-. Muchas gracias por estar ahí, y no dude usted en consultar, observar, glosar como deseare.


Al bueno de Gavalia se le agradecen la gran sensibilidad y la atención mostradas -¡amigo!: aquí estoy si lo precisas, no llenaré este hilo de explicaciones particularizadas para ti que seguramente te facilitarían abordar la lectura de alguno de mis textos por no cansar a cualquier otro viajante en este hueco de este generoso espacio digital que no las precisase o requiriese otras, pero siempre puedes enviarme un mensaje privado y con enorme gratitud te respondería, facilitando el acceso comprensivo, poniendo cuanto estuviese en mi mano por darme en las mejores condiciones-, haciéndole saber que, a tenor de lo que comunica, se halla en una fase inicial de tanteo con mis letras, a las que, tal vez, esté dando una oportunidad, o, si no, ya la dará más adelante; en cualquier caso, bien honrado me siento. La verdadera belleza es difícil, la comprensión mejor de un texto -no hay una única, pero sí, cuando se posee bagaje y amor por la estética en el lenguaje, realizables interpretaciones con fundamento que se aproximan, como poco, a la vivencia poética del alma del firmante trasladada al papel- es una obra de arte dual; más capacidad intelectual se requiere para acertar exegéticamente que para crear -a menos que realmente se innovara de manera sensacional-, y todavía más que para ello para traducir un escrito adecuadamente a otro idioma. Son virtudes que escasean mucho la pasión por la palabra, la flexibilidad e imaginación que nos traslada al pensamiento y sentimiento ajenos libres de prejuicios como el explorador que se dispone a explorar una Atlántida en la nada aparecida, la atenta escucha concentrada, o la pausada lectura con amplitud mental y sentimental, cualidades todas ellas que exigen, para ser disfrutados, la rica polisemia y el alto grado de ambigüedad y pura connotación propios de cualquier escritura poética; sí, todo ello cierto es, y no menos que, a tenor de mi propia experiencia al menos, siempre representa una fuente de goce superior el que un mensaje me plantee dudas lingüísticas y estilísticas, así como relativas al contenido, o que pueda impactarme o sobresaltarme con nuevas imágenes y modos originales de decir, representar, alegorizar tal vez.


No sin volver a dar las gracias a Gavalia por la atención y deferencia mostradas, así como al foro por permitirme concentrar en este hilo las múltiples entradas a una obra muy extensa de la que se seguirán publicando distintos contenidos, se dice: ¡hasta pronto!

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Zaoc
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Mensaje por Zaoc »

“Mírese, con soñadores ojos de perdidamente enamorada Venus renacentista, al azul celeste, especialmente cuando, más que nunca invitando a volar -aun cuando de alas se carezca- dulcemente pintado con tintura de idealidad radiante parece, y apostrofemos día tras día, a solas, con la gravedad de un impresionante disipador de los peores gérmenes infecciosos del alma con no más que chasquear los dedos, así:


«Si a ti, a tu soberanía imponderable, a tu regocijada limpidez de gigante amoroso, a tu glorificación continua de la libertad, no me asemejo más día a día, si en ti mis instantes todos el mejor reflejo no hallan, un intemporal hermano... Entonces, inevitablemente, me degrado de una u otra manera, miserablemente muero cuando exultar de estratosférico lirismo debiera; ¡oh, un ser yo imperdonablemente abortado!


Azul cielo, destapado cofre de una pureza sin fin: labrado fuiste con idéntica mano santa de la sublimidad amantísima a la que mío corazón forjara, estelar vibrar a perpetuidad verde y lozano;


plateando deliciosamente el momento embriagador ósculo de principesca beldad no mejor que uno sentido y liróforo, maravillado viajero de sí por siempre jamás esplendorosamente purgado;


cielo azul o interminable bendición de inmensidad y aire, azul cielo o mía metáfora ideal: ¡hasta muy logrado verso virgiliano ante ti parco!;


de la iconoclastia cénit y el fulgor personal mía vida como tu sosegada majestad de la belleza leda y despejada la cumbre, ¡oh excelso hado!»”.



Hasta aquí un extracto de la parte final del nuevo ebook -el cual cualquiera puede ojear, adquirir, curiosear visitando mi página de autor- que presento, desbordante de poética alegría habiendo hecho frente en los adentros a las enfermedades ancestrales previamente identificadas y abordadas, dado a conocer con el ánimo, sobre todo, de poder compartir, aquí o donde fuere, con cualquier hipotético interesado, gozosos años de meditación y escritura ininterrumpida condensados, labor que, por supuesto, se alargará en tanto mi propia búsqueda y mi necesidad de libérrima autorrealización sigan abiertas.



Tras la realizada diagnosis de males de la interioridad humana enquistados a lo largo de las eras en PANDEMIAS MILENARIAS DEL ESPÍRITU, ¿es no sólo deseable, como parece semejar claro para el doctor que las reconociera, sino factible, concebible inmunizarse eficazmente contra las interrelacionadas patologías pandémicas diagnosticadas? Tras el descendimiento a la primera cuestión se brindan ahora propuestas de emancipación fundadas, básicamente, en determinadas dinámicas psíquicas alcanzables, previamente atendiendo al problema de adueñarse de las que en el libro se tienen, como poco implícitamente, por algunas de nuestras potencias específicas que han de hacer posibles tales tónicas redentoras: voluntad soberana, memoria lírica, autoconciencia, o éxtasis creador.



En la busca de un ser -y un existir derivado- genuinamente inalienable y definible por el redescubrimiento constante de su especificidad, su inefabilidad y su misterio, en la que el pensamiento conjetural y la poesía son inevitables compañeros que desembarazan la senda, tanto como frutos naturales en la interminable y fascinadora travesía, LAS DIEZ TABLAS DEL VIVIR SOLO Y PLENARIO es cual sonda apasionadamente lanzada en el abismo en que se consiste interrogándose sobre su posible sustantividad, autenticidad, entereza, plétora o mismidad, apuntando a una liberación perpetua de fuerzas reductoras y manipulativas y de predisposiciones a encajar en viciadas vías de existencia colectiva tras la identificación de sus respectivas perversiones; viene a connotar el observarse, remirarse, soliviantarse, dudarse, problematizarse de un “yo”, según se especula, potencialmente perteneciente a cualquier criatura humana, abordado como una real piedra filosofal, abogando por una autocontemplación y profundización interminables -sin puntos de partida ni de llegada prefijados- en lo humano como sellos de interioridades al fin libres, todo ello después de la concienciación de los males pandémicos abordados, y de al menos ponderar una serie de recetas postuladas para lograr cierto grado de asepsia con este nuevo título, planteamiento de una respuesta complementaria a aquéllos.



Se estructura el texto así: un aviso preliminar, diez apartados correspondientes a cada una de las enfermedades de la decena de las mismas en el seno de la humanidad abordadas con una dilatada reflexión incluyendo propuestas superadoras, y un poético conjuro final, colofón instando a exorcizarnos de las ancestrales pandemias, procesos degenerativos universales con los que no solamente se van perdiendo parte de las capacidades intrínsecas de ser humano y posibilidades de autenticidad y de individuación, sino que también se desvirtúa, por pura inercia que no necesariamente por maldad, al otro, así como a la verdad en tanto, desentendido de sí, habiendo renunciado a hacer centro de su existir el autocontemplarse, el vivirse interior, el ir conociéndose hondamente, un sujeto cualquiera abocado está a horizontes de vida y realización de una estrechez degradante, donde lo que el prójimo, cosas, situaciones ser y significar pudieran por sí mismos, las preguntas por su hipotética verdad, causa primera y última, substancialidad, sentido, no pueden contar nunca como la prioridad intelectual.



En el nombre, por lo tanto, de la procura de la mayor independencia vivencial, escrutadora, pensante, volitiva, sentimental o expresiva legado queda al futuro, introductor de inquietud principalmente moral, este trabajo.



En correspondencia encontrándose cada una de las secciones ahora enumeradas con los distintos apartados de PANDEMIAS MILENARIAS DEL ESPÍRITU, este texto, expresión de una segunda fase de propuestas en el sendero de ir haciéndose con -y gozando creativamente- plena libertad sintiente y pensante desde cierto grado de autoconocimiento y autodominio, se estructura de la siguiente manera:



La superación de la mitificación pueril de la sexualidad y del placer sensorial en general: un goce basado en la ardorosa fantasía lírica y la intelectualización del erotismo más allá de los propios tantras



La superación de la desvirtuación dada a partir del amoldamiento al estereotipo de hombre exitoso y convencional: reconocerse y vivirse a uno mismo completamente fuera de la miseria y la impostura establecidas, la introspección gozosa y perpetua en conexión con la naturaleza y la divinidad originales



La superación de la desvirtuación dada a partir del anclaje en la constantemente transmutativa y astringente inmediatez y de la acción enajenada y las miras adventicias puestas en el día venidero: el control ascético sobre la materia y la profundización indefinida en las encantadas simas de la memoria y en las cátedras del tiempo



La superación de la desvirtuación dada a partir del afinamiento y de la ejercitación del instinto sojuzgador o de su padecimiento: la santidad de ser solo, la paz suprema de ansiar más nada que áurea soledad



La superación de la desvirtuación dada a partir de la adherencia al lenguaje burocratizado e indecorosamente persuasivo y al vulgarizador imperio de lo fable, de lo tangible, de lo fútil y de lo socialmente útil, reconocible, y bien estimado: una familiarización continua con la riqueza significativa y el poder evocador de la metáfora y de la música



La superación de la desvirtuación dada a partir de la construcción y el manejo inescrupulosos de un amplio repertorio de imágenes capaces de imponerse y de vender en un gran mercado: una sola e inquebrantable faz más allá de la utilidad, perfil incondicionado hecho de sinfonía, sangre y sueño



La superación de la desvirtuación dada a partir del brutal constreñimiento del instinto de conservación y de su explotación maliciosa por las élites que llevan la voz cantante: la dignidad de la soberanía soñadora, intelectual y sentimental sobre los ancestrales grilletes y anzuelos omnipresentes en las condiciones materiales



La superación de la desvirtuación dada a partir del irracional apego cultural al otro, de prejuicios atávicos contra la soledad y del desconocimiento de la grandiosidad de las órbitas propias: la soledad plenaria y la finura selectiva del otro cuyo criterio es la profundización maravillada en una feraz pureza



La superación de la desvirtuación dada a partir de la delegación de la conciencia en las cosmovisiones religiosas o en grandes arquitecturas conceptuales: la desnudez radical del alma cual inmaculada agua primera



La superación de la desvirtuación a partir de la siempre demencial proyección del instinto de conservación en el hijo virtual o efectivo: vivirse a uno mismo como el primer y el último ser humano ante el infinito



Conjuro final para exorcizar el alma de las ancestrales pandemias aquí tratadas.

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“Monstruo del ensueño de capa caída, Himalaya de escandalosos salones que en su momento vientre y parto fuera de irrepresentada dramaturgia valleinclanesca por la mezquindad española;

donde de astro vitolas Max Estrella llevaría, y, coloreando lo gris, fantasiosa alacridad creadora bastión de su insurrección señalase, y revolucionarias metáforas abono y casa fantasmagórica;

precintado teatro desde una data olvidada ya, como ni los más viejos del lugar del devenir carcomas y eclipses sufriendo, ¡sí!, difuminado por irrealidad de fina y tétrica, ya sepultada brocha;

desteñido frontis hasta mural ceniza evocar, de hierro oxidados candados cercándolo, transversal rúbrica de muerte de lo que emporio de lo impredecible fuese, ceñir pesando incontables arrobas;

palacio de la irreverente imaginación en ruinas, a historiador de errátil genio erosivo lo que marfileño sitial entre nubes para el Juicio Final, ¡ah, sanctasantórum de explosivos soñadores otrora!;

¡de decimonónico teatro la mole por idus y calendas azotada, muro mugriento y musgoso llora que llora!,

¡oh, en arquitectónica piedra, bajo bruja penumbra de un añorar pluvioso, insospechadas memorias!;

y en derredor, como esperando última función, al ocaso el suspense ambientan sitiadoras sombras;

¡por batallones de apurados días tomada enseña de un transgresivo escenificar sin retorno, donde ismo triunfase loa tras loa!,

¡oh, ya amustiados sus laureles de gloria!;

y en torno, derrengados serenos sin sueño, apenas dos obsoletas, anémicas, penumbrosas, sepulcrales farolas”.

*Del álbum Poetización de floreares y cruzadas de un pecho eternamente arrebolado, de sidéreos pentagramas potosí (Sucesión de cadencias verbales en verso libre con vastas glosas previas), he aquí un fragmento del escrito “Teatro gótico y bohemio precintado en casco antiguo o visita obligada para grandes anticuarios y caracteres románticos, icono de la tragedia de la subversión artística”. Como se ve, en él se llora líricamente la decadencia de una sala otrora reservada a representaciones teatrales, donde cabían, sin censura ni mayor represión artística del propio autor, graves críticas, ideas revolucionarias, peregrinos sueños en la escena; un arte como debe de ser, ajeno a la cultura de masas, libre, peligroso, desafiante y soberano, más allá del dominio de la política, de moralinas, convencionalismos y de tener que hacer encajar sus visiones y mensajes, desvirtuándose fatalmente, en la estrechez de lo opinable y comercializable. Por si fuese necesaria la aclaración, se deja escrito que Max Estrella fue un símbolo de la vida bohemia -hoy prácticamente desaparecida hasta el punto de que la juventud ni sabe qué fue-, igual que Valle Inclán, mucho más conocido al haber quedado en la memoria colectiva como uno de los mayores dramaturgos y prosistas del siglo XX en español. Muchas gracias por la lectura.

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Mensaje por Zaoc »

Tragedia de sinfonía, sangre y sueño

Episodio I:
"Adiós al último estilete de la desnudez"

Parte I:
"La alianza tenebrosa"

«Cónclave de dioses en el Parnaso de la Eternidad, ubérrimo paraíso de la poesía, una isla o estrella remota con respecto a cualquier punto existente o imaginable. Allí, más allá de las nubes y los limbos, sobre atávicas banderías y ensuciadoras máculas, allende la misma idea de belleza suprema, dos almas tan limpias como las bulliciosas aguas de un diáfano torrente cual ledo himno de poderío y génesis que no hubiera visto ningún ojo humano: las de VLAM o X y LUCY o ANIGMA. En torno a ellas el DIOS TIERRA, el DIOS AGUA, el DIOS AMOR, el DIOS MISTERIO, el DIOS MÚSICA, el DIOS SILENCIO, el DIOS PASIÓN, el DIOS SANTIDAD, el DIOS MELANCOLÍA y el DIOS INSPIRACIÓN; los diez vivísimos resplandores y ambos espectros de las purgadas almas mentadas platónicamente enamoradas, a su vez, formando una apoteósica piña en torno de la LUZ DE LA OMNISCIENCIA DEL PARNASO DE LA ETERNIDAD, suprema energía de una omnisciencia inherente que, pudiéndolas sentir a su antojo, guardando hialina memoria de diversas encarnaciones durante las que olvidó ser tal deidad descendiendo en un plano ontológico, entre tantas otras cosas sabe de las limitadas vivencias, precariedades, flagelos, incertidumbres y esplendideces de la totalidad de formas de vida, desde la más rudimentaria hasta la más sutil; deidad central que, situada en un augusto y resplandeciente sitial, es la que habla con una voz tan colosal en poderío como enorme es la llama en forma de corazón que compone su imponente figura, una forma gigantesca que se alarga varios metros imperialmente y en cuyo fondo, aguzando la vista, se distinguen ciertos rasgos humanos.

En cuanto se inicia su majestuoso cántico al mortal adaptado, ruboroso acompañamiento y espectacularidad amantísima, miríadas de aladas rosas brujas en el aire abren sus superlativamente finos y fragantes pétalos y, al unísono, unas formas de querubines de delicadísima fisonomía, empuñando nacaradas plumas, transcriben la encantación sin techo de sus palabras, como harán hasta el final del emotivo discurso de la sacra luz, en montañas y montañas de rampantes y esmaltadas hojas, situados devotamente a los pies de la deidad cardinal.


LA LUZ DE LA OMNISCIENCIA DEL PARNASO DE LA ETERNIDAD

Mirando, ora al espectro de Lucy o Anigma, ora al infinito.

Arrebatadora cantora desde su llegada de un planeta Tierra cual fatalmente flotante bola de hormigón en la Vía Láctea, de mutuo acuerdo con su inseparable amor prenatal, ha deseado el llameante espectro de la allí llamada Lucy o Anigma recrearse con su literaturizada biografía, y créenos, ¡oh luciente dueña de los ensueños de la lira recientemente bienvenida entre nosotros, oh purgado fantasma que, merecedor de encendidas loas sin término, eres bienaventurado en cualquier estrella!, créenos cuando afirmamos que ningún deleite resulta más apetecible para tus artísticos albaceas que permitirte escuchar, tal y como es tu debilidad superlativamente poetizada, la trágica y alegórica historia de tu paso por la oscura cárcel del espíritu en que se convirtió aquel ya de siempre, desde que por desgracia el hombre es hombre, latoso y aciago planeta; una ejemplarizante y predestinada existencia que finalmente remató devorada por el incontestable fulgor del fuego, allá en las antiguas y milenarias montañas de Auxom, definitiva grandeza hecha fresco verdor, antañosos roquedales y augusto silencio, opulentos trofeos de su majestad madre natura que fueron tomados por las implacables hordas del mundanalmente todopoderoso Zoriam; una terminación de tu habitar en el tornadizo reino de las formas como un heroico voto a la belleza imposible, como la elegíaca entronización de dos almas que volvieron a formar un solo e inviolablemente cárdeno jazmín, como una doliente despedida del desdichado orbe de los enmascarados por parte de la divina verdad cósmica, siendo más triste aquel desenlace de tu inolvidable vida, desde cierto punto de vista, que el enamoramiento de los quince años que comienza como la colorida fábula siempre por el alma ambicionada y, tal y como diría un castizo que pensara con frases hechas, acaba peor que el rosario de la aurora».

*Nota aclaratoria:

Hasta aquí un fragmento del inicio de una creación monumental, sólo tras muchos años de elaboración engendrada, epopeya fantástica, poema novelado, creación sui géneris, aunque con ecos de diversos autores clásicos, ebook que en mi página, con ya dieciocho publicaciones, se puede encontrar, aunque ya agradece uno enormemente esta lectura suya. Regalo del autor a sí mismo en su busca pertinaz de la obra que recogiese el misticismo de sus sentires ideales, y que, aunque abierto también al otro, se aconseja sólo para amigos de la literatura absorbidos por el ángel de la belleza lírica, preguntadores por nuevos horizontes que, una vez en sus alas subidos, sonreírles sienten fantásticos mares y cielos. Tragedia espantosa del lirismo romántico incomprendido y fustigado por un prosaísmo y un desalmamiento ancestrales; libro -o ambrosía tal vez- para almas poéticas a la busca continua de un lenguaje florido e intenso a la altura de sí mismas, para las que, completamente vueltas hacia sí, gustan de tallar un espejo en el cual eternizar los hallazgos encontrados, para las habituadas a desbordamientos de cárdena emoción, para las que arden sin remedio en un apasionamiento desbocado en pos de belleza sublime.

Si más que un gran amor son para ti aire o agua salvíficos la palabra libre, audaz y preciosista, la voz que condensa germinaciones y fulgores de una emotividad virginal, el llanto por paraísos y quimeras, la mente crítica y expedita del perpetuo disconforme, el amante del atrevimiento creativo y la ampulosidad expresiva, la gran rebeldía del corazón impoluto...; si habitas en los encantados parajes de tu soledad y allí, en medio de una bendita exuberancia y ligero cual silfo, yerras por tu propio misterio; si acoges la frase novísima, alargada, vibrante y de metáforas sembrada como un reflejo de la sístole y la diástole de la magia indecible que es la vida; si respiras un abrumador encanto en cada instante y precisas de desatamientos verbales que al menos hacia éste apunten; si la ilusión por poner en correspondencia el verbo con vertiginosas cumbres de emoción es definitorio rasgo tuyo; si eres poesía en fin, y así abocado por siempre estás a soñar con nombrar lo inefable continuamente sentido en el universo y en ti mismo, entonces, siempre en pos de la definitiva melodía que colmarte pudiera -no solamente con la curiosidad espoleada por esta reseña-, habrías de sumergirte en los negros piélagos de esta obra, de subir a esta especie de nave hacia el infinito de mí mismo aquí anclada, de abrir esta inédita arca aquí yacente de laberínticos jardines de grafos, de acordes insospechados, de estrellados suspiros que retan al tiempo y a su hermana mayor la muerte...

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Zaoc
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Mensaje por Zaoc »

La torre incierta del fantasma del arpa de la melancolía mayor (O del magnetismo sin igual del llamado de un querer más allá del último allende)

«Suspense precioso, feliz proporcionalidad, fase ascendente de enamoramiento digno de llorado diario oculto de Cenicienta insomne: a medida que caminaba más sonaba la música a familiar misterio;

y, de la moza del resto separada, ligazón acústica de dos elegidos para el amar de lejano orto procedente su poroso pecho acogía, eco se hacía que hermano se proclamaba, ¡ah!, de tañidos a imán parejos;

de algún subterráneo punto de la ruinosa torre del fantasma emergía, imperar sonoro, el de sones vinoso yugo, su Estrella de Oriente, su mágico ritmar al céfiro trocando en irresistible Trotaconventos;

y tras hipnotizada avanzar a su origen, de aquélla un peldaño dentro pisaba, y mágicamente un camino se abría bajo el nivel de la superficie, polínico intrigar, de la joven, en la flor de su ánimo, enredo nuestro;

y, cual el de Canterville doloroso, su perenne conato de sentimental correspondencia, bordando un muy suyo decir, vocalizaba él como atisbando una rosada luz a lo lejos;

del fantasma éste de incesante lamedura de su llagada flor como soñador allí años tantos alojado, herido Hamlet entre atribulados escombros, era su pontifical oralidad en eso:

“Son tras son, de ultratumba reclamos, sonoridades seductoras, el oxímoron del instante eterno cumplido, catapulta hacia y resplandor de sentimental utopía, plena mélica;

amor al fin para mío amar, mutuo darse desde raíces entre los muros de esta, entre atribuladas nubes, de la suma lealtad y romántica ilusión invisibilizadas, legendaria fortaleza;

cual carpanta elíptica o posesivas circunferencias de remolino a marino fondo, los rítmicos sonidos, en trance, cual arrobada paloma que querubes arrastra, te llevan y te llevan;

y se te dará para un pecho hermano de llorado lapislázuli en sombra ignoto hasta hoy la negada, única llave, ¡a en paz azur fecundo cielo sólo de dos así, así abiertas las puertas!”.

Y, a golpe de transportadora partitura, metáfora del ostracismo del sentir miscible jamás, al último reducto del puro amar ella entraba, grutesco silo del querer honesto,

y en el subterráneo espacio sin lucerna, a su vista cual a aventurero de Moctezuma joyas únicas, temblaban del allí finado, como quevedescas líneas cantan, los huesos;

y allí donde cerilla fuera robusto candil, y abierta tumba entre polvo glosador de tinieblas detalle, nunca tanto, ni para oscuro orfismo, fue finar despojarse de carcelero cuerpo,

para movida musa por exclusiva música a sus tímpanos, a su extasiado corazón fantasmal conducto, la noticia mejor llegaba: su irreversible desmayarse, su dichoso ir muriendo:

“Del amar por amar consumación gloriosa: distancia ninguna hay ya entre tú, yo, el sótano este, sonriente cielo;

juntos al fin en este secreto osario, falla siniestra, panoplia de soledades soñándose: ¡no más nos queda que sernos!,

aire tornándome, con mi exánime, nublado existir ya ni a pavesa cotejándose disminuido lo clamo, toda campaneo:

¡siamés en lágrima por jazmíneo éter, vuelta lágrima hacia su wagneriano índice, del tuyo, gemelo así mío espectro!”».

*Miscelánea de nocturnos del amor y el terror románticos, más otras inspiradas composiciones de temáticas y calibres varios (Nuevo transporte mitad verso mitad prosa a níveos cúlmenes de la ensoñación): en esta colección se encuentra el poema compartido, de tan nula originalidad temática como osadía formal, y una factura que me contentó sinceramente -de lo contrario jamás lo daría a la luz-. En él combino a mi gusto narrativa y lirismo imaginando un querer puramente sentimental más allá de la vida y la muerte, simbolizado por un espectro que llama a su amada a la penumbrosa torre donde reposan sus restos, para allí fenecer ésta también soñando así encontrarse con el antiguo amor que la citase haciendo sonar el arpa de la melancolía mayor. Desde siempre sabe uno que hay que releer con cuidado muchas frases para desmenuzarlas, y luego, poniéndolas en relación entre sí, ir haciéndose con una idea del texto en su conjunto, al unísono fácilmente vibrándose de emoción con el cuerpo de emotivas letras que se asimila -que eso es poesía ante todo, ¡sublime emoción!-; por supuesto, del texto -como de toda mi escritura sin cabida a ninguna improvisación no examinada luego con sereno detenimiento filológico-, tal es su calidad adrede. Guste usted o no de ello, o de estas aclaraciones, mi gratitud siempre es la máxima por su lectura y, muy atentamente, responderé a cualquier cuestión o consideración que se realizara. Muchas gracias.

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Felicity
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Re: ¡Salve!, ¡oh foro “Ábrete libro"!

Mensaje por Felicity »

Que bonito Zaoc! Bienvenido de Nuevo!
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Re: ¡Salve!, ¡oh foro “Ábrete libro"!

Mensaje por Zaoc »

Flor fucsia de invocación a nacarina soledad poemática

«Lo clama siempre la noche, magisterio de Hermes cayendo marcialmente sobre desérticas tierras, la noche que es metáfora genial de dédalos gigantescos y secretos preciosos de la interioridad:

“¡Soledad: efervescencia mágica de constelaciones y raíces, en mí tu alegato mejor de hallar has!”.

Lo implora el fruto de una conjura por la belleza flotando en el ambiente, como intangibles ángeles que exclamaran a la par:

“¡Soledad: fascinante cauce del romance entre vida y alma, contigo celestiales músicas naturalmente han de venir, monstruosas náyades sin nombre en ti de cantar han!”.

Lo musitan la oreada yerba, o el dulce corzo, o la cerril tormenta que principia, terrible cual superior holocausto del mal:

“¡Soledad: interior desenvolvimiento de cósmica intriga, contigo han de venir sonorosas campanadas al arte naciente, hasta espectros sin lengua en ti de recitar han!”.

Lo canta el recio sol cual desconsolado patriarca que su periódico adiós ha dado, su adiós a la vez refinado y espectacular:

“¡Soledad: tapadera de imaginativos fantasmas que al sabio helarían, oculta esponja de poéticos vientos: en ti el desmesurado Dionisio de erguir su rebosante copa ha!”.

Lo aplauden simientes de augustos cantos al aire libre, sacra espuma de la mar invisible de la pureza originaria, ascendiendo desde arenas y piedras, asertóricos por demás:

“¡Soledad: pasadizo secreto hacia clarores cognitivos y estéticos, en ti el puente mejor, el esencial puente hasta nosotras está!”.

Lo expresa, candoroso como un aya buena de las que no abundan, espectáculo fomentador de delicadas arias, el añejo crepúsculo invernal:

“¡Soledad: en ti que sembrada estás de bellísimas voces, en ti, infinidad de rapsodias sobresalientes de florecer bien faustas, de florecer limpiamente han!”».

*De nuevo con quien leyere, siempre sintiendo el mayor respeto a cuantos aquí anuncian sus, aunque bastante distintos a los míos, por supuesto que muy valiosos textos, ideas, presentaciones, manuales, etc; así como una franca admiración: la que me merecen quienes, como Felicity, Magali u otros administradores del foro, dan la oportunidad de exponer aquí sus letras a quien acatara unas normas mínimas, cuantos generosamente organizan y mantienen este espacio virtual. El escrito copiado pertenece a Espejo y loa de las sombras (Poemario desde el reino innombrable de la noche) donde el amor y la soledad como fuentes de poesía vividos son temas centrales. Como se ve, en la reproducción se aborda un tema tópico en la tradición poética, aunque, ¡ha perdido tanto la magia de antaño la soledad!, ¡cuesta tanto imaginar en nadie a ella como feudo de un romanticismo fidedigno, de un buscarse y un expresarse desinteresados, de encuentro espiritual de uno consigo, de inocencia venturosa! No obstante, no hay que olvidar que ninguna forma de arte ni de pensamiento puros, originales, elevados son posibles sin cierto grado de aislamiento meditativo y creador tratando de hallarnos esencialmente, y así lo recuerda, creo que muy bellamente, “Flor fucsia de invocación a nacarina soledad poemática”. Muchas gracias por escucharme.

Postdata:

En concreto a la amabilísima Felicity se hace saber:

Hermosísimos gestos como el tuyo uno llevará siempre consigo. Tras décadas de sostenido y bastante fructuoso esfuerzo silencioso -que por supuesto no ha de cesar pues, como dejé escrito en mi perfil de autor, desde mi sentir más constitutivo y genuino la vida necesariamente enfoqué como el pretexto para reflejar a mi aire la poesía contenida por dentro-, pero como por desgracia suele ocurrir cuando alguien en ningún momento sigue los caminos preestablecidos ni se deja manejar por los otros, también de desprecios, incomprensiones, ataques a la autoestima y dignidad, burlas, estafadores, rechazos, distorsiones hirientes de la imagen y la idea que nadie se pudiese hacer de cuanto uno es y a tenor de cuanto expresa -que no acaban pero se aprendió ya, a la fuerza, a sobrellevar-, tras todo ello, dulces, sentidas, humanas palabras como las tuyas semejan casi que irreales -como si no se mereciesen en absoluto-. Mi inmensa obra tan mía es como de quien aprendiese a comprenderla, vivirla y quererla, y, así, exclamaciones como las tuyas grabadas hasta la muerte -y, tal vez, incluso más allá- irán conmigo.

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