Ezmoillae escribió:Lo entiendo perfectamente, pero la verdad es que esperaba un poco más de compromiso con la realidad cotidiana de los enfermos de Alzheimer y sus cuidadores.
Sin embargo, lo que ha hecho es reflejar un punto de vista que no se suele dar de esta enfermedad, que es el del enfermo.
No estoy diciendo que el entorno familiar del paciente no sea el que sufre, pero es que para narrar esta historia había que quitarlo, creo yo.
Si en vez de una residencia de ancianos, el escenario hubiesen sido varios hogares, las referencias a los problemas familiares hubiesen sido ineludibles, porque son una parte principal del problema.
Pero yo entiendo que el autor quería centrarse en lo que piensan (o pueden pensar) los enfermos y por eso a mí me ha parecido acertado situarlo en una residencia de ancianos minimizando la presencia de familiares. Y con la ventaja de que ha podido narrar varios "puntos de vista" de diferentes pacientes.
No creo que se le esté restando importancia a los familiares en absoluto, o que no haya compromiso. A mí me parece simplemente que para contar el punto de vista del enfermo en algo menos de cien páginas ha decidido no dar mucha relevancia
en la historia a los familiares, pero no porque no la tengan.
Ezmoillae escribió:Lo que sucede es que en la mayoría de los casos no existe el piso de arriba. Los familiares más cercanos son quienes se ven obligados a cuidar a los enfermos con el desgaste psicológico y emocial que ello supone.
Y no dudo que el infierno es otro. Pero digamos que cuando se llega a ese estado, ya no podemos saber muy bien qué es lo que piensan los enfermos y de qué manera.
Y como la historia está centrada en situarse en la piel de un enfermo, no tendría mucho sentido continuar la historia hasta ese punto. O quizá sí, pero ya sería otra historia.