El poder de una coma, Kiraya
Voy por la mitad de
La segunda ola y, por ahora, al ser la parte histórica, no estoy encontrando nada nuevo.
Sólo destacar cómo otros movimientos sociales junto con los que ha luchado el feminismo (por ahora, en este capítulo, habla del movimiento abolicionista de la esclavitud en EEUU) han acabado traicionando o abandonando a las mujeres, cuando aquéllos han logrado sus intereses. Ocurrió durante la Revolución francesa (en el libro
El ejército de los sonámbulos descubrí con asombro el papel protagonista de las mujeres -sin importar clase social- en esta época), con el abolicionismo, y -más tarde- con el anarquismo, el socialismo, el comunismo... Y es que cuando los hombres consiguen nuevos derechos, nuevas cotas de poder. se olvidan de sus compañeras de lucha, a las que devuelven a la cocina y a la cama
Por eso el feminismo se data en olas (me gusta cómo explica la metáfora): después del embate de la ola, llega la resaca...
En cuanto al libro en sí, me gusta cómo escribe y describe
Varela; tiene un estilo divulgador claro y conciso, sin olvidar la fundamentación. Creo que cumple muy bien el cometido de ser un manual para principiantes. Pero no principiantes bobas que necesitan que se lo den todo masticado, o que se las llame al despertar desde una postura de
yo, que tengo mucho camino recorrido, te voy a mostrar... , sino un libro para personas interesadas, curiosas, inteligentes y capaces de llegar a sus propias conclusiones (no puedo evitar comparar todos los libros generalistas sobre feminismo que leo, con la manzana de
Dolera 
)
En el hilo de
Lecturas feministas comentábamos hace unas semanas que deberíamos tener un criterio para valorar cuando una novela es feminista o no; que hablar de mujeres fuertes o independientes no es suficiente; y mencionábamos la idea de que los personajes, el enfoque de la historia, debía ser feminista: tener conciencia de la mujer como parte de un grupo, no como ser individual enfrentado al mundo.
Las
gafas violetas deberían ser ese criterio: las que nos permiten ver las causas estructurales de la discriminación a la mujer -por el hecho de serlo- que nos afectan a todas, aunque se de maneras diversas. Por tanto, el feminismo no es sólo el empoderamiento de la mujer, sino hacerlo con la conciencia de que todas debemos empoderarnos y que ello implica cambiar las relaciones de poder actual.
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¡Presente!
Como prueba de ello, empiezo con la dedicatoria.
así no os pillo por más que lea.