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Publicación: 02/03/2018
Páginas: 432
Edición ilustrada
Tamaño: 15 x 24 cm
Encuadernación: rústica con solapas
ISBN: 978-84-17044-90-9
IBIC: HD; HBG
Colección: Historia

Desde las míticas tumbas de los quimbayas, o la exploración de Machu Picchu, hasta el grandioso descubrimiento de las cuevas de Altamira.

¿Cuál es la tumba egipcia más extensa jamás creada? ¿Qué se esconde tras la aterradora e inquietante momia de Deir el-Bahari? ¿Existe un sarcófago egipcio hundido frente a Cartagena? ¿Qué historia subyace tras el descubrimiento de los cadáveres de Pompeya? ¿Los numerosos esqueletos hallados en el Pozo de la Muerte fueron objeto de sacrificio o, por el contrario, se trató de muertes voluntarias? ¿Cuáles fueron las motivaciones de Qin Shihuang para albergar en su tumba un ejército de terracota de más de 8000 soldados? ¿Cuál es el Tesoro de Aliseda? ¿Quiénes fueron los mayores saqueadores de tumbas?

Francisco García del Junco, tras su exitoso Eso no estaba en mi libro de Historia de España, vuelve a sorprendernos con una obra repleta de aventuras, tesoros, exploradores, tumbas y misterios por descifrar. Un libro riguroso y fascinante que hará las delicias de los amantes de la arqueología y la historia (y de quienes muy pronto lo serán). Desde la existencia o no de un Diluvio Universal al enigmático legado de los faraones, pasando por la singular disposición de ciertos templos funerarios, un mundo oculto cobra vida en estas páginas para revelar lo que hemos sido. Es decir, lo que somos.

«Muchas personas suelen pensar que los descubrimientos arqueológicos son fáciles y se realizan en poco tiempo: llegar, excavar y encontrar. Después, el arqueólogo vuelve a su país desde las áridas arenas del desierto y todos los periódicos cuentan sus brillantes descubrimientos. Sin embargo, casi nunca sucede así.»

Estupendo libro, disfrutarlo.

Muy buena pinta.

Gracias.

Como muchos libros de esta editorial (Almazara) tiene un tono de divulgación excelente, te puedes encontrar con cosas ya conocidas o con otras al menos para mi desconocidas, como el hallazgo; muchas veces casual y la posterior recuperación siempre milagrosa de parte de algunos de los tesoros antiguos encontrados, como pueden ser los de Guarrazar, la Dama de Elche, Aliseda, el Carambolo y hasta las cuevas de Altamira de las que se negaba su autenticidad, pues según el paradigma evolutivo de la época era inconcebible que unos humanos peludos y sin sentimientos humanos pudieran haber realizado tan maravillosas y maestras, parietales pinturas.

Gracias.

Estaré atento a ellos.