Concuerdo con la apreciación de Johan: este libro es fascinante de principio a fin. Entiendo la traducción libre de "La prisión blanca", que sobre todo hace referencia al primer tercio, pero no hace justicia al significado real (y profético) de "Endurance" (aguante, resistencia) que es efectivamente lo que hay de sobra en esta imposible travesía.
Antes de leerlo llegué a pensar que los eventos que transcurrieron pudieron ser fruto de la suerte; ahora no. Claro, hay golpes de suerte aquí y allá, en los momentos más inesperados y apenas entre coma y coma de una frase (segundos, instantes) pero el resto de lo que se narra es sufrimiento. Sufrimiento de varias clases, desde la incomodidad más leve al progresivo aburrimiento y apatía, a lo forzosamente desagradable, al dolor y la pena de las decisiones difíciles, y a directamente lo física y mentalmente insoportable bajo cualquier baremo. Hablar de suerte, incluso si la hubo en algunos momentos clave, es menospreciar el inmenso esfuerzo y valor que dedicaron estos hombres a salvarse unos a otros, y a sí mismos en el proceso. No sé si era la época, la casualidad, o el liderazgo imperturbable de Shackleton, pero esta gente estaba hecha de otra pasta y dudo hasta qué punto este tipo de hazañas es posible que se repitan hoy en día.
El libro empieza poniéndonos en tensión cuando el barco se va a pique entre el hielo. La primera parte hace un buen trabajo al presentar todos los personajes involucrados, la expedición fallida prácticamente desde el inicio y el cómo una situación mala que supuestamente sería temporal y podría resolverse va progresivamente a peor... poquito a poquito, pero con firmeza. Uno empatiza con los personajes genialmente caracterizados, cada uno con sus particulares y extrañas excentricidades (mi favorito: Orde-Lees el pañolero, que bascula entre lo infantil y lo entrañable), para luego arrojarlos a lo peor de lo peor.
La segunda parte empeora la primera; la tercera empeora la segunda. No es habitual que me pase, pero me descubrí bastante perturbado por la vívida y tan detallada descripción de
el sacrificio de todos los perros y cachorros de la expedición |
, un mal necesario si querían salir de allí.
Y en la cuarta parte es cuando este libro asombra con lo imposible. El relato de la navegación en tres botecillos en esas condiciones, durante tanto tiempo, tiene una tensión increíble incluso si uno sabe como acabó el viaje. El lenguaje busca ser preciso y claro sin embellecer artificialmente los hechos, y solo por eso hace que brillen mucho más. El fragmento donde
se ven forzados, a su pesar, a dejar el agua para pasar la noche en un iceberg y despiertan con una nueva banquisa de hielo rodeándoles en todas direcciones, el viento aullando y el mar encrespado con olas de nueve metros que la recorren entera... |
es sencillamente aterrador. Y así, pasajes de este tipo constantemente durante los infernales siete días que dura esa parte.
A partir de ahí, breve respiro para lo que suponen las dos últimas partes, con otro muchísimo más demencial viaje en bote. Las condiciones no son solo funestas, sino que el objetivo, para lo que han conseguido a esas alturas, se antoja directamente imposible. Y sin embargo... hay algo más profundo, casi animal, en gestas como esta donde el ser humano saca fuerzas de flaqueza y es capaz de conseguir lo imposible. El testarudo aguante con todo en contra, durante tantísimo tiempo, por apenas un puñado de hombres... dios santo, ¡si por lo menos un tercio de ellos ni siquiera eran marineros! Un biólogo, un geólogo, un físico, dos médicos, un dibujante, un fotógrafo... Y aun así: en lugar de dar pie a luchas internas, rencores y recriminaciones, se unieron por una causa común y sirvió de algo. El hecho de que conservaran siquiera la cordura es por sí solo digno de admiración; he visto a gente romperse por dentro con un estrés post-traumático por mucho, mucho menos.
En fin, una historia tremenda. Me pregunto cómo no la ha cogido aún un cineasta en condiciones, sobre todo alguno que maneje pulso narrativo con efectos especiales, para hacer una adaptación como dios manda en gran pantalla.