¡Pfaner! Me ha alegrado encontrarme con que ya has abierto este hilo. Muchas gracias
. Que yo, pese a que tenía la intención, lo iba demorando por culpa de otras ocupaciones y de mi proverbial torpeza informática.
Además me parece que has acertado de pleno con el título. Creo que es mucho mejor que, en un mismo bloque, sin separaciones disiciplinares, se dé cabida a esto que se viene a llamar "la interconexión de las artes", de todas las artes, algo que existe desde el principio de los tiempos. Es inevitable que unas beban en la fuente de otras. Que el arte es suma y adición; no resta.
Poemas, novelas, dramas, pinturas, grabados, esculturas, ballets, cómics, óperas, sinfonías, canciones, fotografías, videos, películas... Todas las manifestaciones artísticas pueden nacer y de hecho muchas veces nacen unas de otras, directa o indirectamente, por inspiración, sugerencia u ósmosis. Llevamos pocos mensajes en el hilo pero ya suficientes para suponer una muestra significativa: un cuadro de Gauguin inspirado en un poema de Poe, referencias a obras pictóricas y a canciones insertas en la trama de novelas...
Me ha parecido fantástica la idea de Madison de ampliarlo no sólo a representaciones plásticas sino a abstractas como la música.Y también resultan muy interesantes las conexiones subjetivas que establecen artistas o público; ejemplo de la primera, la relación que señalas tú, Pfaner, y que dejó Visconti en su película entre dos obras (literatura-música) sin vinculación inicial alguna; de la segunda, la que haces tú, Odel, entre la prosa de Murakami y los cuadros de Hopper (literatura-pintura).
A raíz de estas aportaciones he pensado que este hilo podría servir además para albergar una especie de pequeño museo compuesto por monografías, necesariamente no exhaustivas, sobre grandes momentos de la historia de la literatura universal y algunas manifestaciones artísticas derivadas de los mismos. Explicaré lo que quiero decir utilizando la historia de
PAOLO Y FRANCESCA.
Francesca da Rímini (fallecida hacia 1285), noble italiana, era hija de Guido da Polenta, gobernante de Ravena. Contrajo matrimonio, fundamentalmente porque esta unión era importante por razones políticas para su padre, con Giovanni Malatesta de Rímini, príncipe cojo y deforme. Francesca se sintió atraída por el hermano menor de Giovanni, Paolo, y fue correspondida. Los dos jóvenes se convirtieron en amantes. Cuando el marido descubrió la relación que ambos mantenían, asesinó a la pareja.
Algunos años después, Dante Alighieri recogió este suceso dándole su inmortal formulación literaria:
Dante y Virgilio han llegado al segundo círculo del Infierno, donde están los lujuriosos, condenados a ser arrastrados por un torbellino incesante que les hace dar vueltas continuamente sin concederles un instante de reposo. Virgilio muestra a Dante, entre otras, las almas de Cleopatra, Semíramis, Paris y Tristán...Dante descubre a lo lejos dos almas que se ven sometidas con más fuerza que otras a la tromba infernal y se dirige a su Maestro:
"Poeta, quisiera hablar a aquellas dos almas que van juntas y parecen más ligeras que las otras impelidas por el viento.
Y él me contestó: -Espera que estén más cerca de nosotros y entonces ruégales por el amor que las conduce que se dirijan hacia ti.
Tan pronto como el viento las impulsó hacia nosotros, alcé la voz, diciendo: -¡Oh, almas atormentadas!, venid a hablarnos, si otro no se opone a ello.
Así como dos palomas, excitadas por sus deseos, se dirigen con las alas abiertas y firmes hacia el dulce nido, llevadas en el aire por una misma voluntad, así salieron aquellas dos almas de entre la multitud donde estaba Dido, dirigiéndose hacia nosotros a través del aire malsano, atraídas por mi eficaz y afectuoso llamamiento.
-¡Oh, ser gracioso y benigno, que vienes a visitar en medio de este aire negruzco a los que hemos teñido el mundo de sangre!; si fuéramos amados por el Rey del universo, le rogaríamos por tu tranquilidad, ya que te compadeces de nuestro acerbo dolor. Todo lo que te agrade oír y decir, te lo diremos y escucharemos con gusto, mientras que siga viento tan tranquilo como ahora. La tierra donde nací está situada en la costa donde desemboca el Po con todos sus afluentes para descansar en el mar. Amor, que se apodera pronto de un corazón gentil, hizo que éste se prendara de aquel hermoso cuerpo que me fue arrebatado de un modo que aún me atormenta. Amor, que no dispensa de amar al que es amado, hizo que me entregara vivamente al placer de que se embriagaba éste, que, como ves, no me abandona nunca. Amor nos condujo a la misma muerte. ¡Caín espera al que nos arrancó la vida! -Tales fueron las palabras de las dos sombras.
Al oír a aquellas almas heridas, bajé la cabeza y la tuve inclinada tanto tiempo, que el Poeta me dijo: -¿En qué piensas? -¡Ah!, exclamé al contestarle:¡cuán dulces pensamientos, cuántos deseos les han conducido a este sitio doloroso!
Después me dirigí hacia ellos, diciéndoles:
-Francesca, tus desgracias me hacen derramar tristes y compasivas lágrimas. Pero, dime: en tiempos de los dulces suspiros, ¿cómo os permitió Amor conocer vuestros secretos deseos?
Ella me contestó:
-No hay mayor dolor que acordarse del tiempo feliz en la miseria; y eso lo sabe bien tu Maestro. Pero si tienes tanto deseo de conocer cuál fue el principal origen de nuestro amor, haré como el que habla y llora a la vez. Leíamos un día por pasatiempo las aventuras de Lanzarote, y de qué modo cayó en las redes del amor. Estábamos solos y sin abrigar sospecha alguna. Aquella lectura hizo que nuestros ojos se buscaran muchas veces y que palideciera nuestro semblante; mas un solo pasaje fue el que que decidió de nosotros. Cuando leímos que la deseada sonrisa de la amada fue interrumpida por el beso del amante, éste, que jamás se ha de separar de mí, me besó tembloroso en la boca; el libro y quien lo escribió fue para nosotros otro Galeoto; aquel día ya no leímos más.
Mientras un alma decía esto, la otra lloraba de tal modo, que, movido de compasión, desfallecí como si me muriera y caí como cae un cuerpo inanimado."
DANTE
Divina Comedia
Infierno. Canto V
No me resisto a subir un dejar el enlace de un video en el que estos versos, bellísimos, son recitados en su idioma original. La verdad es que, dicho sea esto entre paréntesis, a aquel que se decidiera a acometer la Divina Comedia yo siempre le recomendaría que procurara hacerse con una edición bilingüe y la leyera en italiano.Merece la pena el esfuerzo.
http://www.youtube.com/watch?v=JIpJvE2i2YI
La historia de Paolo y Francesca estuvo muy extendida sobre todo desde el siglo XIX, desde el Romanticismo. Al final adjunto una pequeñísima selección de representaciones pictóricas.
En cuanto a la música, algunos ejemplos son:
- "Francesca da Rímini", poema sinfónico compuesto por Piotr. Ilich Thaikovski (1876). Parte final:
http://www.youtube.com/watch?v=d8tejgEfa5Y
- "Francesca da Rímini", ópera compuesta por Ricardo Zandonai, con libeto de Tito Ricordi basado en la tragedia de D'Annunzio; estrenada en Turín en 1914. Escena final:
http://www.youtube.com/watch?v=1PCuH3hShP4
Y, por último, un poema de
Víctor Botas(1945-1994)
PAOLO Y FRANCESCA
Esta noche, Francesca,
tus ojos son dos pájaros y van
en vuelo delicado
hacia un silencio verde de hondas ramas
sin nadie.
Vuelo quieto del ibis impasible,
del ibis mayestático sobre un Nilo ya apócrifo.
Ojos en los que siempre siempre está
soñando cosas raras
una esmeralda líquida en peligro.
Esta noche, Francesca, nuestra noche
última (fiel veneno
en el tímpano joven de un príncipe durmiente)
se derrama despacio, gota a gota,
en tus manos desnudas.
Manos que entre las mías eran (son)
dos palomas torcaces en su nido.
Nido de piedra verde y crepúsculos rojos
como espadas después de la batalla.
O labios entreabiertos
Palpitantes
Labios
que, como el mar, gimen de bruces
en las tibias arenas de tu cuerpo.
¡Ah, Francesca!: tus labios, de tan fríos,
pronuncian los oráculos
de esa muerte incesante que nos une.
Tácita Celestina, muda virgen que cela
nuestro amor
en las complicidades de la sombra.
¿Qué es el amor, Francesca?
¿Qué diantre es el amor?
Unos ojos que el tiempo ha dibujado
en el cristal preciso de otros ojos.
La tarde que no fue lazo ni cárcel.
Esta muerte incesante que nos une.
Que nos une, Francesca.
Vaga rosa imprevista reposando
sus pétalos valientes
en las húmedas fauces del invierno.
Una muerte dantesca, sí: la sola
que merece la pena de vivirse.