Fin de una regencia (ENC 3)- R. Fernández de la Reguera y Susana March

En este foro se hablará de novelas históricas.

Moderador: ciro

Responder
Avatar de Usuario
RAOUL
Foroadicto
Mensajes: 4854
Registrado: 28 Dic 2008 05:58

Fin de una regencia (ENC 3)- R. Fernández de la Reguera y Susana March

Mensaje por RAOUL »

Imagen

Parece ser que allá por los inicios de la década de los 60 del pasado siglo, el editor José Manuel Lara, hombre de instinto, listo y de fino olfato libresco y comercial, alentó la idea de retomar la fórmula de los episodios nacionales galdosianos para ni más ni menos que continuarlos. Se cuenta también que se propuso la cosa a varios representantes del gremio literario, pero al final el proyecto eligió a un hombre y a una mujer: el novelista santanderino Ricardo Fernández de la Reguera, autor consagrado en los años 50 (por ejemplo, su novela «Cuerpo a tierra», ambientada en la guerra civil, fue muy aclamada en su época; el "Sin novedad en el frente" español se decía) y la novelista y poetisa barcelonesa Susana March (su biografía me ha interesado, pro cierto). Los dos formaban matrimonio, además, e iban a iniciar juntos una tarea de documentación y esfuerzo literario, a lo que se cuenta extenuante.Como le pasó a don Benito tampoco ellos pudieron completar su tarea, que quería abarcar desde la pérdida de Cuba hasta la reciente posguerra. Se quedaron a mitad de la República y cuando murió Susana ya Ricardo perdió cualquier interés. Pero al menos alumbraron a cuatro manos, de manera "aleatoria y compleja" al decir de su hijo, unas doce novelas extensas, de entre 400 y 500 páginas cada una, que Planeta tituló «Episodios nacionales contemporáneos»; hoy descatalogados pero en su momento de cierto éxito de público y crítica.

Yo sólo he leído este «Fin de una Regencia»(1964), que es el tercer episodio de la serie y que comprende el material narrativo entre dos fechas muy precisas: el 1 de enero de 1899 y el 17 de mayo de 1902, día de la jura de Alfonso XIII en el Congreso. Y lo he leído con interés, a pesar de que la idea y la estructura de los autores no deja de ser muy convencional. Se crea a la carta una familia de la alta burguesía catalana, los Aymerich, para narrar su peripecia vital con los avatares nacionales de fondo. Hasta los tipos elegidos no dejan de tener un algo de arquetipo que facilite el mostrar las convulsiones de esos años. Tenemos al padre, que es el siglo XIX que está dejando de ser al melancólico modo; al hijo mayor, catalanista activo y convencido, muy involucrado en las trapisondas descentralizadoras y autonomistas; al hijo pequeño, que sería lo que hoy se dice un españolista; y al hijo de enmedio que mira escépticamente al uno y al otro lado, que no sienta la cabeza, que no se encuentra a sí mismo ni su posición en el mundo, que anda en malas compañías, con prostitutas, homosexuales y anarquistas. Por la parte femenina familiar gozamos de la tía Eulalia, que sirve para dar voz a las eternas fuerzas ultraconservadoras, católicas a machamartillo. A la hija mayor la perdemos a la tercera página, y no es que muera, no, pero la imagino desengañada de una peripecia de la novela anterior; la pequeña de la casa, Marta, es aún una niña y de todas formas su presencia sirve para brindar algún muy buen capítulo.

Con estos mimbres se hace el cesto de la tertulia porque hay que decir que en buena parte la obra constituye un coloquio a pie de página del libro histórico. Se puede criticar a los autores que no imbrican el relato novelesco en el devenir histórico, que no articulan ni ensamblan adecuadamente las dos partes. Sin embargo, da la impresión de que es que optan conscientemente por no hacerlo. De esta forma, la obra es novela pero también un anuario o un reportaje histórico. Se exponen, como en un ensayo, los hechos fundamentalmente políticos: la Conferencia .e París, las huelgas universitarias y de obreros, las sesiones del Congreso, los gobiernos que se suceden, los actos sociales, las conferencias de los prohombres, etc. etc. Pueden encontrarse abundantes artículos de la prensa de la época, textos de conferencias, cartas, hasta transposiciones del diario regio... Y así te puedes encontrar con Pi y Margall, en sede docente, hablando durante cuatro páginas enteras sobre la cuestión religiosa. De esta forma, es verdad que la acción novelesca se detiene al paso de la Historia, los personajes después del paso comentan los pasajes de la Historia y luego siguen viviendo, amando y sufriendo en la Cataluña de principios de siglo. Sólo en dos ocasiones la novela sale fuera, cuando Ignacio el hermano existencialista se la lleva con él a Madrid y París (y por cierto, que resultan interesantes y amenas esas partes). Por lo demás, las vidas de los Aymerich discurren bastante por los terrenos amorosos, con su algo de Balzac y su algo más de Zola, con su cosa de Galdós y su cosa más hacia lo Blasco Ibáñez.
En definitiva, una parte de "Fin de Regencia" podría ir a No ficción y otra parte podría enviarse a Contemporánea. Pero las dos partes unidas al modo de los autores lo deben dejar en Histórica. La técnica es discutible, el tratamiento resulta convencional, el estilo es irregular (no malo y nunca vulgar, porque ni Ricardo ni Susana eran malos escritores). Pero a quien le guste la Historia y la olla en hierve la Historia encontrará joyitas y sorpresas. Como novela no podemos decir que sea brillante y quizás la encontremos con signos de reumatismo, pero en general no deja de resultar amena y con pasajes incluso excelentes. Yo al menos no le he encontrado inconveniente para hacerme con el siguiente, que empieza con Mateo Morral llegando a Madrid.
1
Avatar de Usuario
ratonB
Vivo aquí
Mensajes: 12130
Registrado: 17 Sep 2005 23:18

Re: Fin de una Regencia (ENC 3)- R. Fernández de la Reguera y Susana March

Mensaje por ratonB »

Lástima que esta obra esté descatalogada. La serie tiene hilo propio, pero cada uno de sus títulos merece uno aparte.
Germinal. Zola, Emile

2022
Agenda
Responder