Hola !!!
Como os comenté estoy creando una página y una sección es de literatura. He realizado este ...¿ artículo? ¿Crítica?, ¿artículo de opinión?, la verdad que no sé como denominarlo. Lo podré en esta sección literaria y me gustaría saber vuestra opinión al respecto.
Si veís algo que se pueda mejor o algún fallo ortográfico o comas y puntos mal puesto o mejorables dicírmelo...que uno es de ciencias, ya se sabe
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un abrazo y aquí os dejo lo que subiré a mi página:
En la vorágine del día a día no prestamos atención a lo que nos rodea. Caminamos mirando al frente, pensando en el siguiente destino de nuestra trayectoria diaria. Pasamos día tras día por un mismo lugar, reconocible, pensamos que nuestra vista no ha dejado escapar nada de él. Cruzamos un edificio tras otro, un portal tras otro, sin prestarles atención. Pero, ese día que vamos acompañados por un observador cuyos ojos ven por primera vez ese lugar, que lo escanea con la mirada, que admira cada detalle nuevo para él, esa persona nos descubre algo que por esa vorágine del día a día se nos había escapado. Descubriendo un nuevo detalle, un edificio simple pero realmente bello, nada llamativo, discreto, a la sombra de edificios monumentales que le hacían sombra, más jóvenes que él.
Esto mismo me ha pasado con El dibujante de nubes, de Richard Rayner. Entre la pila de nuevas novelas que salen al mercado, uno no tiene tiempo de admirar esas pequeñas joyas del ayer. Pasado el tiempo muchas de ellas se olvidan, y sino tenemos alguien que recuerde que están allí se pierden. Esto ocurre en el foro Abretelibro. Cada compañero aporta su grano, encuentra y muestra ante los demás su nuevo libro adquirido, actualmente este libro se encuentra entre los libros de ocasión del Corte Ingles, y este compañero lector lo adquirió y lo mostró ante los demás lectores que escriben en dicho foro. Sino fuera por él no hubiera leído tan bella novela.
Todo comienza con el primer ascensor construido en Finlandia. La atención del protagonista, Esko Vaananen, quedará absorta por las palabras del artículo de un periódico de Helsinki hablando de este nuevo aparato, propio de la era industrial que había comenzado en la Europa de finales del siglo XIX. Desde este punto Richard Rayner comienza a construir su rascacielos literario particular, su pilvenpiirtaja. Como un buen arquitecto realiza unos magníficos cimientos que sustentará cada capítulo, hasta llegar a la cúspide desde la cual tendremos una panorámica completa de la novela que no dejará indiferente al lector.
Estos cimientos nos harán entender como es Esko Vaananen, su personalidad, los valores que harán tomar decisiones importantes ante el amor, su profesión, la guerra, las injusticias. Desde estos comienza la construcción de los capítulos y Richard Rayner nos muestra los pilares que sustentará su pilvenpiirtaja literario. Cada piso que va construyendo basado en los diferentes decisiones que su personaje, Esko Vaananen, toma. Recorrer el principio del siglo XX, desde la revolución rusa, la guerra civil finlandesa hasta cruzar el charco y llegar a Nueva York. Realmente este es el punto de inflexión de la novela de un pequeño y cálido edificio finlandés a convertirse en un rascacielos digno de la capital económica del mundo moderno. Nos adentraremos con el personaje en los movimientos arquitectónicos vigentes en la gran manzana de los años veinte, el nacimiento del Jazz, la era de los Ganster y la ley seca, el momento en que el nuevo mundo aportaba la oportunidad de ser alguien desde la nada.
No podemos olvidar el amor, cada arquitecto construye con amor, amor hacia su profesión, su pequeña edificación que va creciendo poco a poco convirtiéndose en un hito arquitectónico, y Esko Vaananen no puede ser menos. Siendo un artista, la pasión fluye por él, y Richard Rayner compone su propia versión del cuento de hadas tradicional europeo, La bella y la bestia, siendo la bella Katerina Malisheva y la bestia Esko Vaananen. Será el motor que mueva al personaje a lo largo de su propia historia. Será la ornamentación que envuelva los cimientos, pilares, suelos y paredes de este maravilloso pilvenpiirtaja litarario que nos regala Richard Rayner.
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