Anecdotario sobre escritores... y otros

[Richard Shelton]

DURANTE una clase de capacitación a candidatos a sargento, la tropa escuchaba una arenga especialmente aburrida que pronunciaba el sargento encargado de amargarles la vida por aquellos días.
—Un buen sargento —decía con voz monótona—, no se hace. El buen sargento nace... ¿Alguno desea cualquier aclaración?
En esto, con voz llena de fastidio, alguien preguntó desde el fondo del salón:
—¿Dentro o fuera del matrimonio?
—Francis Parkes (Hartlepool, Inglaterra)

[Richard Shelton]

UN JOVEN, al llenar el formulario de solicitud para su primer empleo, llegó al renglón donde debía indicar su filiación religiosa y puso: “Capitalista confirmado”.
—D.B.

[Richard Shelton]

ESTOY seguro de que no hay vida en Marte, pues es el único lugar que no aparece en las cuentas de teléfono de mi mujer.
—L.M.

[Richard Shelton]

Rito anual

Una profesora, perpleja por el recado escrito que le había llevado un muchacho solicitando que lo excusara de asistir a la escuela para celebrar una fiesta religiosa, llamó por teléfono a la mamá para preguntarle:
—¿Cuál es esa festividad religiosa?
—Es el asueto que tomamos para ir al circo —explicó la madre—: vamos religiosamente todos los años.
—B.G.


Asueto: Descanso o suspensión de la actividad habitual de una persona durante un período breve, generalmente un día o unas horas. Oxford Languages.
Sinónimos: Vacación, recreo, descanso, puente, holganza, festividad, pausa, etc. WordReference.com

[Richard Shelton]

LA SABIDURÍA práctica es la que incluye el conocimiento de las limitaciones de los propios conocimientos.
—S. I. Hayakawa, en Language in Thought and Action

[Richard Shelton]

Un año antes de su muerte, Franz Kafka vivió una experiencia insólita. Paseando por el parque Steglitz, en Berlín, encontró a una niñita que había perdido su muñeca. Para calmar a la pequeña, Kafka inventó una peculiar historia: la muñeca no se había perdido sino que se había ido de viaje, y él convertido en cartero de muñecas tenía una carta que le llevaría al día siguiente al parque.
Con la ayuda de sus amigos en el extranjero, Kafka le mandaba la carta -escrita por él- a la niña en donde la muñeca le contaba sus experiencias de viaje en otros países. La niña recibió las cartas junto con fotos durante varios meses (esto nos demuestra como era Kafka a pesar de que en ese tiempo estaba muy enfermo).


Nota: Esta anécdota la leí hace años en la revista SRD y lo puesto aquí lo tenía anotado en otra parte.

[Richard Shelton]

Truco de Mercadotecnia

El biógrafo y novelista Henry Troyat relata su visita a una tienda de artículos varios en Italia. El vendedor lo saludó exclamando:
—¡Maestro, maestro! ¡Es un honor tenerlo a usted como cliente!
Troyat irguió la espalda y se ajustó la corbata. Cuando eligió una bufanda, el vendedor le dijo efusivamente:
—Me hace tal honor que no le cobraré 10.000 liras, ni siquiera 5000. Es suya por sólo 3000.
—Me la llevo —contestó Troyat—. Envíemela al Hotel Danieli.
—Perfecto —dijo el vendedor—. ¿A nombre de quién?
—Le Figaro Littéraire (Francia)
SRD Número 707, Tomo CXVIII

[Richard Shelton]

Física

—Ya sé porque los días son más largos en verano que en el invierno —dijo Jenny luego de asistir a su primera clase de física—: porque las cosas se dilatan con el calor y se contraen con el frío.
—Colaboración de Lea Berner (Suiza)

[Richard Shelton]

Cada oveja con su Pareja

Como yo suponía que a mi esposo le gustaba ver el patinaje artístico en televisión, un día en que sintonicé un espectáculo sobre hielo me sorprendió que soltara un suspiro de resignación.
—Creía que eso te gustaba —le dije.
—Bueno, no es que no me agrade —repuso—, pero es que que se la pasan haciendo lo mismo una y otra vez.
Yo estaba pensando en el vestuario, la música y los ejercicios, así que me mostré en franco desacuerdo, pero luego quise ser conciliadora y le propuse que buscáramos algo más interesante que ver.
¿Saben cuál fue el electrizante deporte que eligió?
El golf.
—Colaboración de Tracie Walker (Estados Unidos)

[Richard Shelton]

EL REGLAMENTO del laboratorio de biología de la universidad nos exige nos exige usar guantes al trabajar con el material genético de las bacterias para no contaminarlo. Estaba yo en medio de un experimento, con los guantes puestos, cuando fui unos minutos a otra aula a ver si tenía correo electrónico. En eso entró mi asesor y, al verme las manos, me dijo:
—Ya sé que hay virus en la computadora, pero no tienes que ponerte guantes para usarla.
—Colaboración de Saiful Majumdar (Estados Unidos)

[Richard Shelton]

Caricaturas

Una cavernícola a su troglodita: “¡Qué mala pata! Ahora que descubriste el fuego, supongo que vas a exigir que te sirva la comida caliente, ¿verdad?”
—Zahn, Woman's

Un abogado a otro: “Yo creo firmemente en la inocencia de alguien hasta que se le acaba el dinero”.
—Jack Flynn, National Enquirer

[Richard Shelton]

EN CIERTA OCASIÓN, una niña entra a una tienda de juguetes y pregunta al dependiente el precio de la muñeca Barbie maestra.
—Veinte dólares —responde amablemente el dependiente
—¿Y el precio de la Barbie doctora?—
—También 20 dólares —dice el vendedor.
La niña sigue preguntando por otras versiones de la muñeca y el precio siempre es el mismo. Entonces, los ojos de la pequeña se detienen en una muñeca que verdaderamente le llama la atención.
—Señor —dice la niña—, ¿cuánto cuesta la Barbie divorciada?
—Noventa dólares —contesta él.
—¿Por qué tan cara?
—Pues porque la Barbie divorciada incluye la casa de Ken, el auto de Ken y la PC de Ken.
—Colaboración de Karla Mier (Ciudad Satélite, México)

[Richard Shelton]

Desfachatez al Volante

Cuando detuvieron a un amigo mío por conducir con exceso de velocidad en una carretera, se sacó de la manga esta excusa:
—Créame, sólo estaba tratando de guardar una distancia prudente del coche que venía detrás de mí.
—Colaboración de Dawn Grathler (Estados Unidos)


En el Daily Chronicle de Bozeman, Montana: “Un hombre que fue multado por conducir a 165 kilómetros por hora en una zona de 70 dio una excusa insólita: estaba secando con aire su camioneta recién lavada”.
—AP

[lucia]

La anécdota de Kafka ya la conocía, pero me sigue pareciendo igual de tierna que la primera vez

[Richard Shelton]

Monerías

UN GRUPO de niños que fueron llevados al Jardín Zoológico de Filadelfia sufrieron un grave desengaño: no había un solo mono visible en ninguna de las jaulas.
—¿Dónde están los monos? —preguntó a uno de los guardas la joven maestra que iba cuidando del grupo.
—Esta es la época del apareamiento —contestó el guarda— Están todos en el interior de las jaulas.
—¡Oh! —dijo la dama después de pensar un momento— Los niños están tan contrariados. ¿Cree usted que si tirásemos unos cacahuetes a las jaula saldrían los monos?
—No sé, señora —contestó el guarda lacónicamente— ¿Usted saldría?
—Colaboración de Helen F. Lees
SRD N°113, Tomo XIX