Anecdotario sobre escritores... y otros

[Richard Shelton]

Lógica Femenina

Un joven recién casado que ha accedido a comprar una aspiradora de polvo monta en cólera al saber que su esposa acaba de ordenar el modelo de lujo en vez del corriente.
—Pero, hijo —le explica ella tratando de calmarlo— el costo será el mismo para nosotros. Todo lo que tendremos que hacer será estar pagando unos cuantos meses más.
—Colaboración de Marie Andersen


Ella me contó —dice una mujer con tono de queja a su amiga— que tú le contaste a ella el secreto que yo te dije que no le contaras a ella.
—Verás —contesta la amiga un tanto ofendida— Yo le dije a ella que no contara a ti que yo se lo había contado a ella.
—Oh, mi querida —contesta la otra—. ¡Bueno, no le cuentes a ella que yo te conté que ella me contó!
—H.L. Gee, en Another Cheerful Day (Methuen) citado en Ladies' Home Journal

[Richard Shelton]

UN MAESTRO de escuela de Nueva York a quien fastidiaba que algunos de sus alumnos estuviesen durante la clase pendientes del reloj, cubrió la muestra de éste con un cartón que decía: «El tiempo pasa. ¿Pasará usted?»
—Colaboración de A.J. Rinaldi

[Richard Shelton]

Cuando le preguntaron a Henry Ford qué le había ayudado a vencer el más grande de sus obstáculos contestó: «El anterior».
—The Northlander

[Richard Shelton]

Nones

UN JOVEN escritor envió varios artículos a cierto famoso periodista pidiéndole consejo sobre cuál cuál sería el mejor canal para llevarlos al mercado literario. A los pocos días recibió sus manuscritos con esta breve nota:
—El único canal que honradamente puedo recomendarle como la mejor salida para esta clase de artículos es el Canal de la Mancha.
—Colaboración de Guy H. Humphreys

CIERTO DRAMATURGO novato envió una de sus obras a un editor, junto con una carta en la que decía: «Los personajes de esta obra no tienen conexión alguna con personas vivas o muertas».
Una semana después recibió su manuscrito con la siguiente nota escrita a lápiz: «Eso es lo malo de la obra».
—Colaboración de Blaines C. Bigler

[Richard Shelton]

Ardid florido

En la colonia de campo donde vivimos, los jardines de nuestras casas son el deleite y orgullo de todos nosotros. Bien puede imaginarse el disgusto que experimentaríamos cuando cierta dama forastera que alquiló allí una casa por los meses de verano dejó sueltos a sus dos perros, un San Bernardo y un setter irlandés. Aquellos animales estaban causando desastres y era preciso hacer algo... con mucho tacto. Con la esperanza de que los conocimientos botánicos de la dama fuesen limitados, el presidente de nuestros club de jardines le envió esta carta:
«Estimada señora: Algunos de los vecinos han visto y admirado sus dos hermosos perros y creemos nuestro deber advertirle el grave peligro a que están expuestos. Todos los jardines están llenos de escabiosa. Como sabemos cuán penoso sería para usted que tal planta les causara daño queremos darle el presente aviso a fin de que tome todas las medidas necesarias».
¡El ardid resultó! Durante todo el veranos los perros permanecieron atados en la propiedad de la señora y solamente salían en la tarde custodiados por ella.
Nuestros jardines volvieron a ser lo que antes eran con gran alegría de todo el mundo.
—Colaboración de Molly Anderson Haley

[Richard Shelton]

En una comida con que se festejó a cierta estrella infantil cinematográfica que a la sazón tenía un gran éxito un productor se levantó y dando una afectuosa palmadita en la cabeza de la chiquilla, dijo: «Queremos rendir homenaje a nuestra diminuta estrella». Luego señalando a la feliz madre de la festejada, agregó: «Pero no queremos olvidar a la gallina que puso el huevo de oro».
—Joe Laurie, Jr., Press Features

[Richard Shelton]

Razón de la sinrazón

Por Paul Steiner en «The New York Times Magazine»

EN LOS ÁNGELES un joven negó haberse robado un caballo «Sí, yo me llevé la silla —confesó— pero el caballo... bueno, se encariñó conmigo y me siguió porque le di un terrón de azúcar».

UN INDIVIDUO de Detroit a quien se acusaba de haber derribado de un golpe a un policía dio como razón la siguiente: «Vi que una abeja enorme se le paró en la nuca más arriba del cuello. No quería que lo picara y le di a la abeja un golpe con toda mi fuerza».

HABIENDO fallado en el examen escrito que se le exigía para darle el permiso de conducir automóvil, un solicitante de Grand Rapids (Michigan) dijo que acababan de ponerle una caja de dientes postizos y le era imposible escribir porque no podía pronunciar bien las palabras.
—Quote

EN VIENA, Franz Devizini, de 63 años, no pudo hallar otra explicación sino ésta para el hecho de que lo hubieran sorprendido robando: «Yo había sido hasta ahora un hombre honrado, pero no hace mucho me hicieron una transfusión de sangre y creo que me inyectaron la de un ladrón».

UN DESENFRENADO automovilista a quien la policía detuvo en una carretera del estado de Kansas, contestó cuando le preguntaron por qué iba a 145 kilómetros por hora: «Acabo de lavar mi automóvil... y estaba secándolo».

EN DETROIT un individuo alegó como razón para haberle pegado fuego a su casa: «No me gustaba el vecindario».

LOS AGENTES de la policía secreta de Saint Louis (Misuri) supieron por boca de un tipo a quien habían agarrado como falsificador de billetes la razón de sus clandestinas actividades: «El buen grabado me seduce», explicó.

SRD N°138, Tomo XXIII

[Richard Shelton]

LA NOVIA tenía planeado obtener su permiso de conducir antes de la boda para que así le fuera posible compartir el manejo del automóvil con su esposo durante el viaje de bodas. Pero los preparativos de la boda absorbieron de tal modo su tiempo y su atención que no pasó de conseguir el permiso de aprendiz. El día del matrimonio, poco después que la feliz pareja se había retirado de la fiesta, reapareció la novia en la puerta del frente.
—¿Qué ha sucedido? — preguntó uno de los invitados mientras los demás permanecieron mudos de sorpresa.
—Oh, nada —contestó la novia dirigiéndose a la escalera—. Fue sencillamente que se me olvidó mi permiso de aprendiz.
—R. M. C.

[Richard Shelton]

SÓLO hay dos lugares en que el socialismo funciona con éxito: en una colmena y en un hormiguero. —Partners

[Richard Shelton]

UN INDIVIDUO barrigudo, de edad madura y sudando profusamente, a un compañero de gimnasio: «Lo malo es que no estoy en forma para mantenerme en forma».
—Collier's

UNA DAMA A OTRA en la sala de espera del médico: «El doctor que me estuvo viendo últimamente tenía la obsesión de que todos mis achaques eran mentales».
—Collier's

[Richard Shelton]

UN RECIÉN CASADO de Indiana devolvió a la oficina del Recaudador de Impuestos la forma correspondiente al nuevo impuesto para el seguro social de los sirvientes domésticos con esta nota: «Ahora ya no tengo que pagar ese impuesto porque me casé con la sirvienta».
—INS

[Richard Shelton]

ESTABA cierto día haciendo compras cuando tropecé con un viejo amigo y me detuve a charlar con él. Por los rótulos de los paquetes que llevaba noté con gran sorpresa que había comprado flores, perfume y ropa interior de seda.
—¿Para qué estás comprando tú esas cosas? —le pregunté impulsivamente. Pero luego, horrorizada de mi indiscreción, empecé a balbucir excusas.
— No te preocupes, querida —dijo mi amigo sonriendo—. Algunos hombres cuando llegan a la edad madura principian a buscar plantas jóvenes, pero yo... bueno, me limito a cultivar la que tengo.
—M. E. J.

[Richard Shelton]

EN UN programa de la radio preguntaron a una muchacha:
—¿Cuándo se juntan uno y uno y dan más de dos?
La respuesta debía ser «en el número 11», pero la muchacha se apresuró a contestar:
—Cuando marido y mujer tienen trillizos.
—Promenade

[Richard Shelton]

HACE POCO, una joven de Pasadena (California) entró en una tienda donde alquilaban libros.
—¿Tiene usted La mujer inmoral de Irving Stone?
Con mucho tacto la vendedora le dijo que según ella entendía el nombre del libro era La mujer inmortal.
—Entonces no me interesa —repuso la joven y tomó el portante.
—Colaboración de Hazel Wyngarden
SRD, N°67, Tomo XI


Nota: El libro de Stone, Inmortal Wife, se tradujo al español como Esposa inmortal: novela basada en la vida de la escritora y activista política estadounidense Jessie Benton Frémont (1824-1902).

Tomar el portante: Irse, marcharse. Marcharse de algún lugar rápidamente y de forma ostensible. RAE, enciclopediauniversal.es

[Richard Shelton]

Frases pintorescas

Tenis de preguntas y respuestas (Manuel Gálvez)

Charlando a cántaros (Eduardo Zamacois)

La luna de par en par (García Lorca)

La noche estaba loca de relámpagos (José Santos Chocano)

El firmamento entero se derrumbó en un rayo (Leopoldo Lugones)

Se echó el incidente al bolsillo de la memoria (Jan Struther)

Se miraron con una estupidez inteligente (Honoré de Balzac)

Facciones distinguidas como la cara de una moneda vieja (W. Somerset Maugham)

Una senda más torcida que cuerno de cabra (Ricardo Palma)

Los motores ronroneaban como gatos satisfechos (Enrique Jardiel Poncela)

El telón guillotinó el espectáculo (Cine Argentino)

La primavera disparó su primera andanada de golondrinas (Clelia Campos Orellana)

Un perro bonachón salió a recibirle agitando en el rabo su bandera de paz (José Rubén Romero)

El amor hace que el tiempo vuele— y el tiempo hace que el amor vuele (Enrique Jardiel Poncela)