Un cuento encadenado
Moderador: Ashling
- Ceinwyn
- Foroadicto
- Mensajes: 4899
- Registrado: 04 Nov 2005 21:35
- Ubicación: Donde da la vuelta el aire
Con la mente puesta en un objetivo a cumplir, colgó el teléfono.Al otro lado de la Línea, Patricia quedó descompuesta. Lo había vuelto a hacer.
Su mente voló hacia el Victoria. Allí lo vio por primera vez, y desde aquel día el torbellino de amor y pasión la consumía por dentro. Samuel Caballero, el tipo apuesto del que jamás debió enamorarse: un ladrón de guante blanco, un trepa, un vividor.
Su padre jamás le perdonaría que hubiera puesto los ojos en alguien así, tan lejos de su educación, su nivel, su estátus social ... tan peligrosamente cerca de su fortuna.
Su mente voló hacia el Victoria. Allí lo vio por primera vez, y desde aquel día el torbellino de amor y pasión la consumía por dentro. Samuel Caballero, el tipo apuesto del que jamás debió enamorarse: un ladrón de guante blanco, un trepa, un vividor.
Su padre jamás le perdonaría que hubiera puesto los ojos en alguien así, tan lejos de su educación, su nivel, su estátus social ... tan peligrosamente cerca de su fortuna.
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
El cambio de narrador sorprendió a Samuel. Por un momento pensó que quizá era un burdo ardid del padre de Patricia para quitarle protagonismo. Trató de zafarse y dar un giro a la historia. Su mente voló hacia el Victoria. Allí fue donde vio por primera vez a Patricia, el torbellino de amor y pasión que la consumía por dentro. Algunos decían que Samuel Caballero era un tipo apuesto, del que quizá Patricia jamás debió enamorarse: un ladrón de guante blanco, un trepa, un vividor, decían algunos, que su padre jamás le perdonaría que hubiera puesto los ojos en alguien así, tan lejos de su educación, su nivel, su estátus social ... tan peligrosamente cerca de su fortuna
Ese era uno de los motivos por lo que había puesto su fortuna a buen recaudo. No entendía cómo, siendo hija suya, Patricia no tenía ningún cuidado por sus posesiones, ningún miramiento con sus amistades, ningún aprecio por el dinero.
El viejo sonreía canino al pensarlo: "¿qué hay de malo, para uno mismo, en ser un avaro?. Además, ya se lo anuncié al mundo al fundar Harpagón Industries. Yo nunca oculto nada, pero Patricia no puede decir lo mismo, látima."
El viejo sonreía canino al pensarlo: "¿qué hay de malo, para uno mismo, en ser un avaro?. Además, ya se lo anuncié al mundo al fundar Harpagón Industries. Yo nunca oculto nada, pero Patricia no puede decir lo mismo, látima."
1
- Andromeda
- Vivo aquí
- Mensajes: 7886
- Registrado: 18 Oct 2007 20:56
- Ubicación: Al otro lado del mar
- Contactar:
Mientras tanto, Pat se debatía entre el amor que sentía por aquel hombre y los firmes propósitos en los que tanto había pensado últimamente. Pese a todo, el violento fuego que llevaba en su interior hizo que se encaminara a la habitación de su padre, repitiendo maquinalmente:
-No va a pillarme, no va a pillarme...
-No va a pillarme, no va a pillarme...
Minutos antes Samuel Caballero había marcado el número de teléfono de Detectives Madison. Una voz misteriosa, algo metálica, sonó al otro lado de la línea.
- Ha llamado al número noventa y uno, tres cinco dos ocho siete tres nueve, en este momento no podemos atenderle, pero si quiere dejar un mensaje puede hacerlo a continuación de al señal
Sam dio un respingo, la voz metálica le recordó el sonido del cerrojo del revolver. Dudó si dejar un mensaje o no, prefería no dejar pistas, finalmente optó por hacerlo pero ocultando su propia personalidad:
- Este es un mensaje para el detective Arwen, es importante hablar con Vd. por favor, póngase en contacto conmigo, mi nombre es Andrómeda, el asunto clave, “El pase para el Victoria en el batín del padre de Pat”, con eso es suficiente para identificarle a Vd. cuando llame –a continuación dejó su número de teléfono.
- Ha llamado al número noventa y uno, tres cinco dos ocho siete tres nueve, en este momento no podemos atenderle, pero si quiere dejar un mensaje puede hacerlo a continuación de al señal
Sam dio un respingo, la voz metálica le recordó el sonido del cerrojo del revolver. Dudó si dejar un mensaje o no, prefería no dejar pistas, finalmente optó por hacerlo pero ocultando su propia personalidad:
- Este es un mensaje para el detective Arwen, es importante hablar con Vd. por favor, póngase en contacto conmigo, mi nombre es Andrómeda, el asunto clave, “El pase para el Victoria en el batín del padre de Pat”, con eso es suficiente para identificarle a Vd. cuando llame –a continuación dejó su número de teléfono.
Otro teléfono sonaba a la misma hora en el otro extremo de la ciudad:
- ¿papá?
- ¿quién es?
- soy tu única hija papá... -recalcó lo de única con hastío.
Pat no había encontrado el pase ni el batín. Llamaba a su padre desde el teléfono de su biblioteca pero no sabía para qué. Se debatía entre pedirle el pase y acabar de una vez, o delatar a Sam.
Daba igual, probablemente su padre reaccionaría de la misma forma.
- ¿Papá, vas a venir esta noche a cenar?
- ¿papá?
- ¿quién es?
- soy tu única hija papá... -recalcó lo de única con hastío.
Pat no había encontrado el pase ni el batín. Llamaba a su padre desde el teléfono de su biblioteca pero no sabía para qué. Se debatía entre pedirle el pase y acabar de una vez, o delatar a Sam.
Daba igual, probablemente su padre reaccionaría de la misma forma.
- ¿Papá, vas a venir esta noche a cenar?
1
- Ceinwyn
- Foroadicto
- Mensajes: 4899
- Registrado: 04 Nov 2005 21:35
- Ubicación: Donde da la vuelta el aire
Arwen entró atropelladamente en su despacho, cargada de bolsas.
Como siempre, había estado quemando la tarjeta de crédito en los comercios de la Calle del Álamo, famosa por sus marcas exclusivas, sin preocuparse demasiado de sus obligaciones.
Pulsó el botón del contestador y descubrió tres mensajes nuevos.
Rió en voz alta divertida: "Ja, Ja, Ja, seguro que me han echado de menos"
El primero, era el de Samuel. Su voz de tenor la hizo soñar, y la obligó a contestar rápida a su llamada, soñando con constelaciones hermosas y estrellas con joyas muy brillantes.
Como siempre, había estado quemando la tarjeta de crédito en los comercios de la Calle del Álamo, famosa por sus marcas exclusivas, sin preocuparse demasiado de sus obligaciones.
Pulsó el botón del contestador y descubrió tres mensajes nuevos.
Rió en voz alta divertida: "Ja, Ja, Ja, seguro que me han echado de menos"
El primero, era el de Samuel. Su voz de tenor la hizo soñar, y la obligó a contestar rápida a su llamada, soñando con constelaciones hermosas y estrellas con joyas muy brillantes.
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
-" Buenas. Le llamo en relación al pase para el Victoria en el batín del padre de Pat", sonó divertida la voz de Arwen por el hilo telefónico
- ¿Como dice? ¿Me llama usted de detectives Madison?
- Pues si. Me ha dejado usted un mensaje
¡Una chica de voz alegre y cantarina!, pensó Sam. Este era el tipo duro y sin escrúpulos del que le habían hablado... Si que estaban cambiando los tiempos
- ¿Como dice? ¿Me llama usted de detectives Madison?
- Pues si. Me ha dejado usted un mensaje
¡Una chica de voz alegre y cantarina!, pensó Sam. Este era el tipo duro y sin escrúpulos del que le habían hablado... Si que estaban cambiando los tiempos
Si, en efecto, algo raro estaba ocurriendo –pensó Sam-. Recordaba a Arwen como un tipo duro y sin escrúpulos que hacía el trabajo sucio en Detectives Madison, al menos eso pensó el domingo 18 de noviembre a las 8.39 pm. Sin embargo, dos días mas tarde, exactamente le martes 20 a las 11.49 am, la doctora Ceinwyn se había referido a como Arwen como una persona que soñanba con constelaciones hermosas y estrellas con joyas muy brillantes. No cuadraba. Definitivamente, algo extraño estaba ocurriendo, quizá porque todo sucedía muy despacio o porque Arwen tenía una doble personalidad o porque alguien no seguía el hilo con atención. La llamada tan fría de Arwen hace unos minutos le había descolocado totalmente.
Esa noche llamaría al tarot Hypathia, seguramente allí encontraría una explicación que le resultara satisfactoria, quizás era el momento de que esa brujilla de Hypathia entrara en escena.
Esa noche llamaría al tarot Hypathia, seguramente allí encontraría una explicación que le resultara satisfactoria, quizás era el momento de que esa brujilla de Hypathia entrara en escena.
- Ceinwyn
- Foroadicto
- Mensajes: 4899
- Registrado: 04 Nov 2005 21:35
- Ubicación: Donde da la vuelta el aire
Sam paseaba por la ciudad inmerso en sus pensamientos, cuando le asaltó la noche oscura, a traición, como llegan todas las cosas en este mundo.
Una figura negra apareció de repente, impidiéndole el paso. Era un tipo alto, fornido, con botas de militar, chaqueta de cuero que abultaba demasiado por su lado derecho, incluso tenía pinta de ser moreno, fíjate, aunque de noche, pensó, todos los gatos son pardos:
-Déjame pasar - pidió Sam.
- Necesito tu ayuda - contestó nuestro intruso, en un acento que a Sam le pareció Ruso .
- Y yo un millon de Euros y no me he parado a tocarte las pelotas por eso.- dijo mientras echaba a andar.
Pero nuestro misterioro asaltante lo paró en seco de un manotazo:
- Me llamo Ivanovich y, o me ayudas, o te inflo a hostias en tu propia casa .
Sam comprobó que Ivanovich no estaba para juegos. Eso, y que había visto muchas veces La Jungla de Cristal, así es que pensó que lo mejor sería acompañarle de todos modos...
Una figura negra apareció de repente, impidiéndole el paso. Era un tipo alto, fornido, con botas de militar, chaqueta de cuero que abultaba demasiado por su lado derecho, incluso tenía pinta de ser moreno, fíjate, aunque de noche, pensó, todos los gatos son pardos:
-Déjame pasar - pidió Sam.
- Necesito tu ayuda - contestó nuestro intruso, en un acento que a Sam le pareció Ruso .
- Y yo un millon de Euros y no me he parado a tocarte las pelotas por eso.- dijo mientras echaba a andar.
Pero nuestro misterioro asaltante lo paró en seco de un manotazo:
- Me llamo Ivanovich y, o me ayudas, o te inflo a hostias en tu propia casa .
Sam comprobó que Ivanovich no estaba para juegos. Eso, y que había visto muchas veces La Jungla de Cristal, así es que pensó que lo mejor sería acompañarle de todos modos...
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
Vamos a un sitio más tranquilo, dijo Ivanovich. Tenemos que hablar sin levantar sospechas. Le invito a un café.
Entraron en la cafetería de la esquina. Había pocos clientes y se sentaron en una mesa apartada.
Ivanovich pidió un café con leche y Sam uno solo. En cuanto les sirvieron Ivanovich soltó a bocajarro.
- Usted conocer Victoria, el club Victoria, perfectamente, ¿verdad? Hay algo allí que debe conseguirme cuanto antes.
Entraron en la cafetería de la esquina. Había pocos clientes y se sentaron en una mesa apartada.
Ivanovich pidió un café con leche y Sam uno solo. En cuanto les sirvieron Ivanovich soltó a bocajarro.
- Usted conocer Victoria, el club Victoria, perfectamente, ¿verdad? Hay algo allí que debe conseguirme cuanto antes.
Última edición por Arwen_77 el 24 Nov 2007 14:32, editado 2 veces en total.
¿cómo te va la vida, Sam?
Sam pensó que de dónde se habría escapado semejante loco, vestido con pantalón blanco y camisa hawaiana, y unas gafas de sol enormes puestas.
no entiendo de qué va esto contestó Sam y me gustaría marcharme a casa, no me encuentro muy bien, como puede ver por mi aspecto
Ivánovich no contestó y se quedó mirando su café. Esto provocó en Sam un ataque de furia, se levantó de la mesa y la tiró contra Ivánovich que no se movió a pesar de estar quemándose las piernas con el café.
Sam pensó que de dónde se habría escapado semejante loco, vestido con pantalón blanco y camisa hawaiana, y unas gafas de sol enormes puestas.
no entiendo de qué va esto contestó Sam y me gustaría marcharme a casa, no me encuentro muy bien, como puede ver por mi aspecto
Ivánovich no contestó y se quedó mirando su café. Esto provocó en Sam un ataque de furia, se levantó de la mesa y la tiró contra Ivánovich que no se movió a pesar de estar quemándose las piernas con el café.
1
Sam tampoco se movió. Durante algunos segundos ambos cruzaron miradas desafiantes. Samuel fue el primero en reaccionar, sorprendido por el cambio de vestimenta de Ivanovich.
- No entiendo nada -dijo Sam-, hace cinco minutos vestías chaqueta de cuero y botas de militar y hora luces un estupendo pantalón ibicenco, camisa floreada y gafas tipo Arús.
Si –dijo Ivanovich tratando de cambiar de tema-, pero escucha el rugido de la calle, más de trescientas visitas y solo 29 respuestas, la mayoría de los mismos.
En efecto, ambos se asomaron al balcón y escucharon a una multitud que gritaba:
¡¡NO NOS MIRES, UNETE!!!!, ¡¡MENOS VISITAS, MAS RESPUESTAS!!!!!, ¡¡QUEREMOS MAS FOREROS!, ¡¡QUEREMOS MÁS FOREROS!!! BIEN POR BML, BIEN BIEN BIEN!!
- No se atreven –comentó Ivanovich.
- Va a ser que no –respondió Samuel Caballero.
Luego Ivánovich volvió a colocarse debajo de la mesa para continuar la pelea ...
- No entiendo nada -dijo Sam-, hace cinco minutos vestías chaqueta de cuero y botas de militar y hora luces un estupendo pantalón ibicenco, camisa floreada y gafas tipo Arús.
Si –dijo Ivanovich tratando de cambiar de tema-, pero escucha el rugido de la calle, más de trescientas visitas y solo 29 respuestas, la mayoría de los mismos.
En efecto, ambos se asomaron al balcón y escucharon a una multitud que gritaba:
¡¡NO NOS MIRES, UNETE!!!!, ¡¡MENOS VISITAS, MAS RESPUESTAS!!!!!, ¡¡QUEREMOS MAS FOREROS!, ¡¡QUEREMOS MÁS FOREROS!!! BIEN POR BML, BIEN BIEN BIEN!!
- No se atreven –comentó Ivanovich.
- Va a ser que no –respondió Samuel Caballero.
Luego Ivánovich volvió a colocarse debajo de la mesa para continuar la pelea ...