Anecdotario sobre escritores... y otros

[Richard Shelton]

EL NÁUFRAGO llevaba ya siete años en una isla desierta. Cierta mañana divisó emocionado un barco anclado cerca de la isla, y un bote que se aproximaba a la orilla. Cuando llegó, el oficial al mando del bote entregó al náufrago un atado de periódicos, y le dijo: “Mi capitán le envía sus saludos; me ha dado instrucciones de que le pida a usted que lea esto, para que después nos diga si desea que lo rescatemos”.
—Bill Leverette, en On Edgar Bergen's Lap (Pechtree Publishers)
SRD N° 608, Tomo CII

[Richard Shelton]

UN GRUPO de turistas que visita Madrid pasa cerca de la sede del Congreso, un edificio muy grande, y alguien le pregunta al guía cuántas personas trabajan allí. “Aproximadamente una cuarta parte”, contesta el guía.
—Batik, en Chistes (Perea Ediciones, Pedro Muñoz, España)

[Richard Shelton]

Hombre de recursos

—¿QUÉ HORA ES? —pregunta desconfiada la esposa, cuando su esposo llegó tarde a casa.
—Debe de ser la una —contestó él.
Acababa de decirlo, cuando el reloj dio tres campanadas.
—¡Válgame Dios! ¿Desde cuándo tartamudea el reloj?
—Almanaque Bertrand 1931 (Livraria Bertrand, Portugal)

[Richard Shelton]

Cosas de Mamá

AL ENTERARME de que parte de mi testimonio, en una audiencia, aparecería en el noticiario vespertino, telefoneé a Mamá para decirle que podría verme en televisión.
—¿Qué te pareció? —le pregunté.
Sin vacilar, Mamá replicó:
—¡Maravilloso! Pero no me habías dicho que te habías comprado un traje nuevo.
—A.F.


ME ROBARON la elegante bolsa que Mamá me había regalado. Después de cancelar tarjetas de crédito, saldar mi cuenta de cheques y hacer un informe a la policía, llegó la hora de despertar a Mamá de su siesta para decírselo. Al entrar en su recámara ya estaba preparada a oír un largo sermón.
—Mamá —dije, vacilante—, me acaban de robar de mi auto la bolsa.
—¡No me digas! ¿Cuál?
—La de cuero rojo.
—¡La de cuero rojo! —repitió.
Luego, encendió la luz para mirarme bien.
—¿Con ese conjunto?
—D.T.

Recámara: Dormitorio, cuarto, alcoba, habitación, aposento, pieza, etc.

[Richard Shelton]

EN LA Universidad donde doy cátedra, inicio cada semestre pidiendo a los alumnos que se presenten a sí mismos. De ese modo, si los estudiantes ven a algún compañero o compañera cuyo trato les interesa, sabrán su nombre y obtendrán algún dato para entablar conversación.
En cierta ocasión, cuando un joven guapo se puso de pie, observé que todas las chicas empezaron a tomar notas. El estudiante concluyó su presentación con estas palabras: “Vengo de una familia de 16 hijos, todos de una madre. Todavía soy soltero y quiero encontrar a alguien que sea como mi madre”.
Después de la clase encontré en la cesta de papeles muchas hojas arrugadas, en las que aparecía el nombre de ese joven.
—K.J.E.

[Richard Shelton]

Participación del público

CUANDO LA EMPRESA de mi padre contrató a un asesor para mejorar su eficiencia, éste convocó a una reunión de todo el personal de taller. Insistiendo en la importancia de seguir un plan fijo de procedimiento de ingeniería, hizo esta analogía:
—Supongamos que se encuentran en el Titanic cuando se está hundiendo. Han subido a un bote salvavidas. Hay oscuridad y niebla. ¿En qué dirección remarían? Ahora se hallan en la misma situación, pero llevan consigo al navegante del barco. ¿Hacia dónde remarán? En la dirección que el navegante les indique, ¿verdad?
Entre el grupo se oyeron murmullos de aprobación, hasta que un hombre, en la última fila, exclamó:
—¡Bueno, no lo sé! En realidad, ¡él ya chocó con un iceberg!
—S.J.P.

[Richard Shelton]

¡Zas!

NUESTRO HIJO Andy cumplía cinco años, y mi esposo y yo nos preparábamos para llevarlo al cine. Dije al niño que guardara un bocadillo en mi bolso para que lo comiera durante la función. Supuse que había metido una galleta o un pastelillo. Ya en el cine, Andy se inclinó hacia mí y susurró: “Mami, ¿puedo tomar ahora mi sándwich de helado de vainilla?”
—L.B.

[Richard Shelton]

Uruguay

VISITABA yo a una tía en el centro de recreo de Punta del Este, que se encuentra en la orilla del mar, y una noche en el mercado de artesanías, las personas empezaron aplaudir rítmicamente y con fuerza. “Se ha extraviado un niño”, me explicó mi tía. “Cuando encuentran a un pequeñuelo vagando en una plaza pública, los transeúntes se agrupan alrededor de él y aplauden así hasta que aparecen sus papás o quien esté encargado de cuidarlo”.
—Colaboración de Elizabeth Schell

[Richard Shelton]

Egipto

EL CAIRO es una ciudad de gatos. Los hay en las pirámides, en las oficinas y en los hospitales. Merodean por los vestíbulos de los hoteles y en los restaurantes. Los teatros y los bazares tienen gatos. Incluso se encontró uno en un avión. De ello se dio cuenta en los titulares de los diarios: “Un gato obliga aun avión a regresar a El Cairo”. El felino se introdujo en la cabina del piloto de un vuelo de Air Sinai. Una vez en el aire, el animalito armó un gran alboroto y sus maullidos suscitaron “un gran barullo entre los pasajeros”, lo que oligó al piloto a regresar.
Los gatos cantantes de la sala de conciertos El-Gomhuriya, son famosos en la ciudad. A Hassam Kamy, el tenor más destacado de Egipto, le han robado la escena varias veces. “Era el último acto de La Bohème”, refirió en una entrevista. “Yo sostenía en mis brazos a la agonizante Mimí. La orquesta enmudeció al acercarse el gran final, y entonces un gato apareció en escena. Al principio el público rió por lo bajo, pero el animal se tomó su tiempo para atravesar el escenario, mientras yo seguía sosteniendo a Mimí. La gente acabó riéndose a carcajadas”.
—A.P.


Hassam Kamy: Actor y cantante de ópera egipcio (1936-2018).

[Richard Shelton]

EL AYER se ha ido río abajo, y no puedes hacer que regrese.
—Larry McMurtry, en Lonesome Dove

[Richard Shelton]

Respuesta perfecta

Alfred Hitchcock recibió una vez una carta de un hombre que le relataba que su mujer, después de haber visto la película Psicosis, tenía miedo de bañarse o ducharse. Le pedía un consejo.
Hitchcock le contestó: “¿No ha considerado usted enviarla a la tintorería?”
—Bill Davidson, en Saturday Evening Post

[Richard Shelton]

Marcha nupcial

EN UN ENSAYO de la ceremonia de boda, el ministro instruyó al padre de la novia:
—Cuando entregue a su hija al novio, dígale algunas palabras cariñosas.

El padre, encargado de una tienda de víveres, aceptó el consejo. Durante la ceremonia, colocó la mano de la novia sobre el brazo de su yerno, y dijo:
—Sin depósito, y sin devolución.
—Northwestern (Oshkosh, Wisconsin, Estados Unidos)

[Richard Shelton]

¿Cómo dice?

AVISO PUBLICADO en un diario de Hammond, Indiana: “Hoy, a las 10 de la mañana, se practicarán análisis gratuitos de concentración de colesterol en la sangre. El costo será de 6 dólares”.

[Richard Shelton]

DOS HOMBRES hablaban de las infidelidades de un tenorio de la oficina.
—No sé cómo se sale con la suya —comentó uno de ellos—. Lo único que yo he hecho a espaldas de mi mujer es subirle el cierre del vestido.
—Citado por James Dent en la Gazette (Charleston, Virginia Occidental, Estados Unidos)

[Richard Shelton]

Razón de peso

EN UNA OCASIÓN, un vecino de mi hermana fue a quejarse de que mi sobrinito le había dado una pedrada a su hijo. Cuando mi hermana le preguntó por qué lo había hecho, el niño contestó:
—¡Es que él me tiró primero!
—¿Y por qué no me llamaste? —reclamó mi hermana.
Bajando el tono de voz, el niño repuso:
—Porque tú tienes muy mala puntería.
—Colaboración de Luz Elena Calzada (Hidalgo del Parral, Chihuahua, México)