CV7 - Sin salida - Raumat (1º)

[kassiopea]

Sin salida



Ya vienen de nuevo a por mí; por la derecha, por la izquierda, por arriba y por abajo; están en todas partes y su misión es atraparme, acabar conmigo, aniquilarme. Jamás descansan. No son seres humanos; son creaciones mecánicas que no tienen las debilidades propias de nuestra especie. Una poderosa fuente de energía les alimenta mientras me persiguen; el cansancio es algo desconocido para ellos; los sentimientos, también; son implacables, infalibles, invencibles; si uno de ellos cae en la batalla, de inmediato surge otro que ocupa su puesto. «Tarde o temprano, me cogerán», pienso.

Pero lucho. No puedo dejarme atrapar. Sé que no puedo enfrentarme a ellos y la única solución que me queda es huir, esquivarlos, despistarlos. Pero no hay lugar donde esconderme, no existe refugio para recobrar el aliento; sólo puedo correr, correr y correr, siempre con esos monstruos pisándome los talones. Tienen la zona controlada; han establecido barreras infranqueables y lo único que puedo hacer es dar vueltas y vueltas. He pasado ya una docena de veces por cada sendero y todos están archivados en mi memoria; sé donde empiezan y donde acaban; conozco lo que viene después de cada uno de ellos; casi podría recorrerlos con los ojos cerrados.

Pero eso no sirve de mucho; no es suficiente para salvarme, para alcanzar la libertad, para perderlos de vista. Sabía que esto iba a pasar. Aun así, no pude evitarlo. Era algo superior a mí, algo que perturbaba mi consciencia y me reclamaba. Y no pude resistir la tentación. Por eso me encuentro ahora en esta tesitura. Cercado, rodeado, en medio de un montón de callejones estrechos que no conducen a ningún sitio.

Y sigo corriendo; temiendo que me atrapen y sintiendo a la vez placer en mi huida. Soy más veloz que ellos y puedo hacer uso de un arma que ellos no poseen, la inteligencia. Solamente acabarán conmigo si me rodean todos en un callejón y se lanzan contra mí. Si logro separarlos, podré continuar corriendo. Me río de ellos cada vez que lo consigo; sé que gano simplemente pequeñas batallas en medio de una prolongada guerra, pero esas victorias me proporcionan un chute de adrenalina. Durante unos momentos el placer me invade, efímero gozo que no puedo paladear con tranquilidad porque pronto llegan otra vez, cual horda de zombis en busca de carne fresca, furiosos por su derrota, rabiosos por mi lucha, anhelantes de su triunfo final.

El público es cada vez más numeroso. Contemplan en silencio mi carrera con una sonrisa en los labios. Adivino sus pensamientos: «La próxima vez te atraparán». Ellos ansían que me cojan. Son seres humanos como yo, pero están impacientes por que llegue el desenlace, por presenciar el triunfo de las máquinas sobre el hombre, por comprobar de nuevo la victoria de la fría lógica sobre la imaginación.

Quizás alguno sienta cierta simpatía por mí o experimente compasión ante la caza de un congénere. Si me vieran ahora caer, muchos se disputarían el privilegio de ocupar mi puesto. Para poder disfrutar también ellos de este adictivo placer. Dejarían de mirarme con esa envidia que no pueden disimular. Porque la mayoría querría ser tan buen luchador como yo, porque cada segundo que pasa es una prueba de mi destreza, una muestra de que soy de los buenos. Por eso quieren que los bichos acaben conmigo de una puñetera vez.

Pero no puedo distraer mi mente con pensamientos inútiles, debo tenerla completamente lista para el combate. Vuelven a aproximarse a mí. Producen un sonido monótono, semejante al ladrido continuado de los perros de caza cuando han olfateado a su presa. Un sonido machacante que, sin embargo, no me aturde en absoluto; más bien al contrario, contribuye a que permanezca en tensión.

Esta vez tampoco podrán conmigo. He conseguido situarme en una posición ventajosa; esperaré que asomen por el callejón y simularé dirigirme hacia el sendero de la derecha. Ellos variarán sus movimientos e intentarán cercarme, pero yo retrocederé sobre mis pasos y tomaré el camino de la izquierda. Cuando quieran reaccionar ya será demasiado tarde.

De nuevo los he vencido, malvados y fascinantes autómatas.

Cada vez más espectadores empiezan a impacientarse. Tantos triunfos consecutivos les joroban. No aceptan mi osadía. Han visto antes a otros muchos que no han sobrevivido ni la mitad de tiempo. Sonrío, no les queda más remedio que admirar mi pericia. Deben de estar tan fastidiados como los monstruos que me persiguen; esos animalejos que, si no fuera por mí, ni siquiera existirían. Si yo no estuviera prisionero en esta cárcel de callejuelas, su fuente de energía les negaría el combustible que necesitan para vivir y ser algo. Porque si consiguen su objetivo, pasarán a ser nada, absolutamente nada. Hasta que otro valiente ocupe mi lugar; sólo entonces volverían a renacer. Irracional existencia la suya, luchando por algo que, si lo logran, les producirá la muerte. Pero, al fin y al cabo, no pueden pensar, son simplemente máquinas.

Presiento que mi huída está llegando a su fin. Confieso que en esta ocasión me he equivocado de estrategia y ahora los tengo cada vez más cerca, unidos todos, cerrando un círculo mortal. Sólo me queda aquella pequeña abertura. Tengo que llegar allí.

¡Lo conseguí! Me he salvado por los pelos.

¡Malditos! También están ahí.

Me estaban esperando. Ya no hay ninguna otra salida y ellos lo saben. Se van aproximando, con esa risa de hienas, con esos histéricos aullidos, hasta que se abalanzan furiosos sobre mí y sucumbo a su mortal abrazo…

Después, el silencio.

Y, tras unos instantes, vuelvo a meter la mano en el bolsillo y saco otra moneda que echo por la ranura de la máquina del «Comecocos».

[Gavalia]

Es curioso pero el otro día me entró nostalgia por los antiguos videojuegos y me bajé precisamente este.
Desde el principio del relato he visto a Pacman merendando fantasmas.
Describe bien el juego. Un juego que como tantos otros no deja de ser absurdo para los protagonistas. No hay final, solo victoria o derrota, y volver a empezar.
Me gusta el trabajo y por decir algo, en un intento de ser constructivo, quizás yo hubiera usado menos el punto y coma.
Por lo demás y en el global, aunque no me ha entusiasmado, el cuento me ha dejado buen sabor de boca.
Enhorabuena y suerte.

[Jarg]

Muy original (seguro que hay pocos, si es que hay alguno, fanfics del comecocos). Confieso que, mientras lo leía, intentaba adivinar cuál era, sin éxito. "Soy leyenda", "World War Z", "Yo, Robot" o "Hunger games" se han pasado por mi cabeza, así que me ha sorprendido descubrir la verdad al leer el final

Está bien escrito. Me encanta el buen uso que haces de las comas, aunque hay un párrafo en el que me parece un poco excesivo el uso del punto y coma.

¡Buena suerte!

[raumat]

¡Ay, amigo!, esa perturbada consciencia tuya… Que te va a pillar la horda de zombis... esas hienas histéricas…
Este relato me ha hecho reflexionar sobre la importancia de elegir bien a qué jugamos en la vida...
El protagonista elige jugar al “Comecocos”: Le cuesta dinero y al final siempre muere.
Fíjate Messi en cambio, que eligió el fútbol: Gana un pastón tremendo y vive como Dios.

En cuanto a redacción, arreglas en un pispás eso del “punto y coma” que te han dicho los compañeros y te queda un relato estupendo.
Gracias por compartirlo y suerte en el concurso.

[Ginebra]

Una idea muy original, ese pequeño homenaje a los primeros juegos, muy bien planteada. Me gusta, mucha suerte

[Sinkim]

Una idea brillante y muy bien desarrollada y con esa sorpresa final tan genial Aunque menos mal que te has basado en la versión clásica porque después Pacman consiguió escapar del laberinto y dedicarse a explorar el mundo exterior

[Megan]

Autor/a, sino fuera por los comentarios, no tendría idea que era sobre un vídeojuego.
Creo que jugué uno hace más de veinte años, cuando salieron y nunca más y te diré que me gustó, no era un pacman, sino una casa embrujada y tenía que encontrar objetos para poder salir, pero igual, sé la ansiedad que traen implícitos.
Pero para valorar tu relato lo tengo que sacar de ese contexto, sino se me complica.
Está muy bien expresado en lo que tiene que ver que ese ser, no importa quien sea, está siendo atacado y puede morir en cualquier momento, trabajaste muy bien su desesperación por defenderse. Sabe que son máquinas carentes de sentimientos, pero que no dejarán de seguir su reto y que los espectadores esperan el final. Creo que es lo más relevante del relato, después uno se entera que era una persona jugando a un vídeojuego, pero todo lo anterior me gusta como lo narraste, como creaste un ambiente amenazante. Buen trabajo.

Suerte y gracias por compartirlo

[Iliria]

A mi también me ha costado pillar que se trataba del Pacman
Me ha pasado un poco como con el relato de Anabelle: me hubiera gustado ver menos explicaciones. El relato funciona mejor si el narrador no se para tanto a justificarse y a dar explicaciones. Sólo deja que el personaje actúe: lo demás viene por si mismo
Pero también tengo que decir que en conjunto el relato resulta simpático, ágil y agradable de leer.

Gracias y suerte.

[pmarsan]

La verdad es que me ha encantado. Soy fan. Además, está muy bien escrito. Muchas gracias.

[kassiopea]

Una idea brillante, autor. No he pillado que se trataba del Comecocos hasta el final El título también me parece muy acertado, sin desvelar nada antes de tiempo.

Me ha recordado un poco a la película "Rompe Ralph", donde los protagonistas son los personajes de un juego de una máquina recreativa. Lo único "malo" es que se me ha hecho muy corto, pero tampoco creo que se pudiera alargar el asunto mucho más... Mucha suerte en las votaciones

[noramu]

¡Felicidades, Mosquito! Subiendo a lo más alto del podio. Sinceramente tu relato me gustó. La lucha simbólica entre el hombre y la casi perfección de la máquina y sus elementos me pareció interesante. Habla bastante mal del género humano. De haber votado, algo te hubiera caído por mi parte

[Megan]

¡Felicidades amigo querido!
¡No sólo ganaron los chicos, sino que ganaste vos el concurso!
Me alegro muchísimo, muy buen relato, no te voté, pero me gustó como lo narraste, te felicito

[Iliria]

Un relato original y diferente. No te pude dar puntos, pero me alegra que los compis te hayan dejado en tan buen lugar.
Felicidades, Raumat

[Jarg]

Enhorabuena de nuevo, @raumat . No te di puntos, pero tu relato me gustó mucho, sobre todo por la temática. Una victoria bien merecida

[Sinkim]

¡Felicidades, Raumat! Un relato muy friki y divertido, me encantó