CP XV - Merefrit - Adrianhyde

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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lucia
Cruela de vil
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CP XV - Merefrit - Adrianhyde

Mensaje por lucia »

Merefrit

Desperté entre las caricias de una campiña dorada. El cielo sin nubes y el tenue susurro de las olas invitaban a que durmiese de nuevo, pero no conocía aquel lugar y decidí permanecer con los ojos abiertos.
Pensé que habría de sentir el temor producto de encontrarme en aquel desconocido lugar, mas mi corazón palpitaba de alegría, escuché entonces como un pájaro familiar cantaba en el oeste y decidí incorporarme para seguir su tañido.
Así fue como la encontré.
No podría describirla pese a que brota diariamente en mi memoria, soy incapaz a expresarme debidamente cuando lo intento, tan solo podría hablaros de sus crepitantes ojos que lograban sumergirme rumbo a mundos inefables. Sin embargo, sí que podría deciros el nombre que a diario busco con melancólico ardor.
Merefrit
Nos encontramos viniendo el uno hacia el otro, ella no pareció extrañada al encontrarme, se detuvo y me habló con el rostro quedo aunque sus pupilas llameantes parecían danzar libres.
—Decidme quien sois forastero, y qué habéis venido a hacer aquí.
Y descubrí de una triste verdad.
—No… no recuerdo quién soy ni conozco estas tierras, pero mi corazón me dice que jamás he estado en ellas.
El pájaro cantó de nuevo, pero esta vez no se podía predecir de dónde procedía su tañido.
—Vine aquí siguiendo la voz de un pájaro sagrado, su trino siempre trae presagios divinos y escasos logran escucharlo. No os conozco pero el canto del animal celeste me susurró que viniese hasta aquí.
Ella sonrió por vez primera, aquella joven me resultaba extrañamente familiar, sentía conocerla desde el principio de mi vida pero parecía que un misterioso vacío había alterado mis recuerdos y sensaciones.
—Me llamo Merefrit, y tú serás Baltóh. Algo me dice que os conozco desde siempre, tal vez nos conociésemos en tiempos distantes y el cantar del pájaro nos ha vuelto a unir por el capricho de Aldarioth.
Merefrit, Baltóh pensé. Conocía ambos nombres pertenecientes a esa lengua extraña que escuchaba por primera vez, pero aunque lo intentase, no lograba recordar su significado pese a sentirme cercano a él.
—¿Dónde estoy Merefrit? Todo me resulta extraño.
—Te encuentras en las tierras de Turiya-Elen, cuya capital es Aldaria pero se encuentra lejos de aquí—Merefrit me tendió la mano—.Sígueme, Aibé, el Pájaro del Canto Sagrado, ha debido encomendarme que te la muestre.
Y caminamos, pronto abandonamos la campiña y dimos con una acogedora aldea portuaria. Su mar cristalino y en contacto con el sol reflejaba por doquier haces adamantinos que bañaban todos los recovecos y hogares de la cálida aldea.
—Esta es la aldea llamada Fetharsi, es pequeña y poco transitada como puedes comprobar. Sus habitantes recorren sus orillas desnudas y aguas para después hacer los colgantes de corales y caracolas que empleamos para rezar.
Varios de estos habitantes se encontraban realizando la tarea que Merefrit me había descrito, tenían la piel tonsurada a causa de los brazos del sol y no percibí atisbo de grandes preocupaciones en sus rostros.
—Parecen felices.
—Y siempre lo serán, hasta el final de las cosas vivas, pero apresurémonos, como ves, tan solo hay un barco en el puerto.
—¿Tú eres de aquí?—le pregunté mientras nos dirigíamos al transporte.
—Nací aquí, vivo en la capital pero, aunque ya no me queden parientes, siempre cuando el tiempo me lo permite.
Llegados al puerto puede contemplar nuestra alegre y altiva embarcación. No pude hacerlo antes en la distancia, pero cuando lo tuve cerca supe que ansiaba sondar los desconocidos mares que me aguardaban guarnecido por sus añiles velas gemelas.
Se trataba de un junco que creía haber visto antes y lucía veloz, un barco digno de aquella tierra desconocida a la que ya empezaba a tomar como mía.
Merefrit habló con el capitán, un hombre menudo y de sonrisa jovial, me di cuenta de que no entendía lo que se decían.
—¿Por qué hablas con él en otra lengua?—le pregunté.
Ambos me miraron extrañados: Merefrit como si la estuviese engañando, el capitán parecía no haberme entendido.
—¿Dwanlein Han?—pareció preguntarme.
—Fam—contestó Merefrit tratando de disimular su rubor.
El capitán me golpeó amistosamente la espalda y se fue.
—Parece que solo a mí puedes comprender—me informó mi guía.
—¿Qué me ha preguntado?
—Si eres un extranjero, en esta tierra se habla mucho de ellos mas nadie ha visto a ninguno.
—¿Ni tú?
—Ni yo—contestó secamente.
—¿Y no tienes miedo?
—Todo lo que aquí sucede es mandato de Aldari, y no debemos temer sus fenómenos porque jamás son perjudiciales. Pero ahora no preguntes, Baltóh, todo te será respondido cuando lleguemos a la capital.
Navegamos por aquel mar cristalino y siempre calmo, la tripulación me miraba curiosa y sus miembros siempre me sonreían y me dirigían palabras que, aunque no comprendiera, me resultaban amistosas. Todos eran morenos de largos cabellos salados y de recio cuerpo marinero.
—Este barco se llama El Surcador del Cristal y recorre todos los puertos de Turiya-Elen recogiendo todas las mercancías posibles.
—Es un barco increíble, parece deslizarse por el mar como si tuviese vida propia, incluso cuando no se percibe el viento.
Pasamos por centenares de islas habitadas y Merefrit me indicó todos sus nombres y a qué se dedicaban sus habitantes, y yo no lo he olvidado. Recuerdo cada nombre, cada cabo, bahía y puerto y pese a que deseé visitarlo todo, el Surcador del Cristal no se detuvo, pues abundantes eran sus provisiones y mi guía me informó de que iríamos directos a la capital.
Fue al séptimo día cuando unas multicolores luces nos dieron la bienvenida, aún no se podía atisbar la ciudad, pero Merefrit me explicó que su presencia indicaba que el puerto destino estaba próximo.
—Estas luces son las almas de los que fueron, los que serán y los que volverán a ser: Ashi es la luz azul e indica que el alma aún no ha nacido; Gem es verde y significa que ya fueron una vez; Vjira es azulada, la luz de aquellos que están por volver—Merefri señalaba cada luz con amor—.Todos fuimos Ashi, nos iremos como Gem y retornaremos como Vjira. Estos son los fulgores de Aldari.
Las almas danzaban enroscándose las unas con las otras sin llegar a tocarse, un espectáculo de haces multicolor más allá de lo transcendental.
—Cuando Gem baila con Ashi un alma le da la bienvenida a otra y le desea un tranquilo porvenir; si son las Ashi las que bailan entre sí, almas que se amaron se encuentran de nuevo y se regocijan y, finalmente, si Gem danza con Ashi, un espíritu le desea a otro un feliz retorno a la vida.
—¿Y nunca bailan juntos los tres colores?
Merefrit sonrió y como si todo hubiese sido preparado, tres luces de cada color descendieron hacia la popa del Surcador del Cristal y danzaron entre nosotros. Ella se ruborizó y sus ojos candentes brillaron aún con más fuerza.
—Nos dan la bienvenida.
Y entramos en las tierras del Eterno Sueño, un cielo crepuscular colmado de aquellas danzantes luces celestes multicolor se abría ante nosotros. Recorrimos las ondas de un nuevo mar centelleante y entonces vislumbré la Ciudad de Aldaraia, una voz susurró en mi interior: La Ciudad Soñada.
Desembarcamos en su puerto, un crepúsculo ceniciento nos arropaba, Merefrit me contó que se llamaba Menel y que siempre se hallaba crepuscular para que brillasen con aún más fuerza las luces celestes de la vida, la muerte y el retorno.
El puerto era también un mercado, me sorprendió la oscuridad que parecía siempre hallarse en la ciudad, pero se trataba de una oscuridad cálida que invitaba a perderse en ella, no poseía un atisbo de maldad. No había presencia de faroles, pues sus alegres ciudadanos alumbraban las calles mediante pequeñas hogueras en las que varios grupos se congregaban en torno para charlar y situar sus tiendas de mercado ambulante.
Grandes torres se alzan en Aldaraia, todas coronadas por un altivo pináculo en el que descansa una tenue llama del color de los ojos de Merefrit, quién observaba complacida mis reacciones.
—Esta ciudad… solo puede ser obra de un Ser de una transcendencia insondable.
—En escaso tiempo, te explicaré los orígenes de esta ciudad.
Paseamos por sus calles, Merefrit me guiaba tomando mi mano: vi herreros, más mercados y hogares sin puertas tenuemente iluminados. Una ristra de soldados de oscuras y temibles armaduras pasó junto a nosotros, sus yelmos ocultaban sus rostros pero dejaban al descubierto ojos fieros, un león dormido descansaba en su testa.
—Me resulta extraño que necesitéis protección, no puedo imaginarme a ninguna de estas personas como un criminal.
—Son los Ozhal—me explicó Merefrit—, Los que Velan el Sueño.
Quise seguir preguntando, pero me contuve puesto que mi querida guía me había prometido que me explicaría más adelante.
Continuamos caminando, pude ver varias columnas solitarias en las que descansaba también la estatuilla de un león dormido, dorado en su caso. Merefrit me mostró dantescos edificios de intimidantes bóvedas y cúpulas y me explicó su funcionamiento, cosa que jamás olvidaré, ni una de sus palabras he olvidado, pues las atesoro como uno de mis bienes más queridos.
Nos perdimos en sus calles, en sus tabernas, las gentes siempre eran amables y, aunque no comprendía lo que me decían, siempre percibía una gran calidez. Entonces Merefrit tomó mi mano de nuevo y me condujo más allá de las murallas sagradas de Aldaraia, los Ozhal nos abrieron la gran puerta de mármol.
—Ahora te conduciré a donde te prometí, allí te será todo explicado y te acogeremos como un ciudadano legítimo.
Viajamos a través de una densa llanura de hierbas pardas, lo hacíamos a pie, parecía que en aquella maravillosa tierra en la que me había despertado a uno nunca le vencía el cansancio, o tal vez la emoción por descubrir nuevos paisajes ensombreciera el agotamiento de mis músculos. Comprendí que amaba aquella tierra y que deseaba quedarme por siempre.
Llegamos a un bosque viejo, pero noble. Varios eran los árboles que allí florecían y todos tenían un nombre y daban fruto; no nos detuvimos porque, según Merefrit, ya quedaba menos para nuestro destino.
Comencé a escuchar las ondas del agua y pronto dimos con un lago sombrío de orilla desnuda. La luna llena brillaba con fuerza divina, pronto descubrí que una barca nos estaba esperando.
—Aquí siempre espera una barca a aquellos que se dirigen a donde nosotros. Siéntate, las aguas nos conducirán a nuestro destino.
Y así hicieron, como si tuviese vida propia, la barca de roble recorría cariñosa las aguas de aquel lago oscuro, nada se podía ver a través de sus aguas y me imaginé que nada viviría bajo ellas. Miré al cielo nocturno.
—¿Por qué no hay aquí las luces del alma?
—Pronto tus ojos obtendrán la respuesta—me contestó Merefrit.
Y así fue, con el tiempo la barca redujo su marcha y divisamos el lugar al que nos dirigíamos.
De una única y eterna gran nube colgaba un santuario de columnas a millares, una gran congregación de almas celestes revoloteaba entre sus muros y el gran pináculo. Las aguas se abrieron y liberaron una escalera de piedra de brillante coral que pronto se encajó con la entrada del santuario colgante.
—Este es el Templo de Zildar, donde vienen a nacer las almas que serán y las que retornan. Tras sus puertas descansa la Hoath, la gran sacerdotisa. Ella será quien te reciba.
La belleza del interior de Zildar se adhirió a mi retina para siempre, sin embargo, es imposible expresar con palabras las maravillas y tesoros que allí vi. Merefrit me presentó a la Hoath y esta me reconoció como Baltóh, así fui nombrado ciudadano honorífico: Baltóh Aibé, pues fui conducido a estas tierras por el Pájaro Sagrado.
Mientras descendíamos por las escalares del templo rumbo de nuevo a la ciudad, nos cruzamos con una sombría procesión de encapuchados, cantaban una triste y melancólica letanía. Merefrit, entonces, me contó la historia de Aldaraia.
—Aldaraia, la Ciudad Soñada, es la capital de Turiya-Elen. Todo este mundo es producto del sueño de Aldari, él duerme y todos nosotros no somos más que retazos de su vigilia. Esta procesión que aquí ves está cantando para alargar el sueño de Aldari, pues todos sabemos que su despertar no puede ni debe evitarse, mientras duerme rezamos para que, una vez despierto y todo desaparezca, cuando vuelva a dormirse, nos sueñe de nuevo.
—Pero eso es terrible…— Merefrit sonrió y acarició mi rostro.
—La eternidad es un ciclo, todo lo que nace debe morir para volver a nacer. Todo fluye y se repite, mi corazón me dice que volveremos a ser soñados… por eso aquí nadie duerme, no puedes dormirte dentro de un sueño.
—¿Quién soy entonces?
—Un extranjero, el primero de todos, por eso se te ha honrado con la ciudadanía. Tú eres Baltóh Aibé.
Retornamos a Aldaraia, la Ciudad Soñada, y disfrutamos de sus calles, de sus mercados y de la amabilidad de sus gentes. A menudo volvíamos al Templo de Zildar para orar por el buen dormir de Aldari, ojalá el dios nunca despertase.
Un día decidimos tomar el barco para visitar Fetharsi, escrutábamos el mar tomados de la mano.
Aibé, el Pájaro del Sagrado Canto, tañó de nuevo su trino. Un pesado calor comenzó a apoderarse de mi cuerpo, la modorra.
—Me… me estoy…
—Durmiendo—terminó de decir Merefrit impasible.
—Pero aquí nadie duerme—logré decir mientras combatía contra mis párpados.
Cuando fui nombrado ciudadano honorífico, Merefrit me confesó que si Ashi, Gem y Vjria bailaban entre dos personas, estaban destinadas a amarse y así aconteció entre nosotros.
—Merefrit… te…—mi piel brilló verdosa por un instante.
—Recuérdame Baltóh, todo vuelve.
Tomó mi rostro entre sus manos, mi mirada se apagaba.
—Suéñame.
Lo último que vi fue sus ojos centelleantes.
Desperté en mi cuarto, me dolía el pecho. Logré incorporarme y abrí la persiana, el pesado calor veraniego me deslumbró con su brillo. Un triste paisaje urbano y herrumbroso que era mi hogar se alzaba ante mí.
Mi vida volvió a ser la de siempre, pero desde entonces jamás he podido amar a nadie. Recuerdo todos los días su mirada centelleante y camino con los oídos en guardia para escuchar el canto de Aibé. Repudio mi nombre y, tan pronto como termina el día me apresuro ansioso a sumergirme en los labios de Morfeo.
Para volver a ver esos ojos centelleantes, para navegar por aquel mar.
Ansiando volver a perderme con ella en Aldaraia, la Ciudad Soñada.
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Raúl Conesa
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Raúl Conesa »

Para mí éste está en el top 3. El lenguaje "semiantiguo" y las descripciones de los preciosos escenarios crean una imagen nítida, salvo la parte del templo, que según parece es indescriptible (ahí nos has salido con una excusa, pillín/a).

Me encanta la idea del universo como un sueño, que es una parte esencial del hinduismo. Me pregunto si el autor se ha inspirado en esa religión, o si le ha venido así sin más.

El final me deja ese sabor agridulce que seguro fue la intención del autor. Todos sabemos lo frustrante que puede ser imaginar un mundo fantástico y saber que nada igual puede existir en nuestra vida; pero para eso tenemos el arte, ¿no?
Era él un pretencioso autorcillo,
palurdo, payasil y muy pillo,
que aunque poco dijera en el foro,
famoso era su piquito de oro.
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Mister_Sogad
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Mister_Sogad »

Lo reconozco, autor/a, la lectura de tu relato me ha alegrado. Es un relato que he disfrutado, por las ideas y por el trabajo que creo tiene detrás.

No sé si en posteriores lecturas o relecturas bajaré de la nube pero, este relato tuyo de Fantasía me ha llevado a momentos de hace tiempo, cuando me ilusionaba al viajar por mundos nuevos y exóticos, de fantasía, de leyendas. Conociendo también culturas nuevas, civilizaciones curiosas y un largo etcétera.

Me ha parecido bien narrado, auqnue creo que te ha faltado un buen repaso final pues hay un puñadito de gazapos. Pero la lectura ha sido fluída ayudando a que me enganchara a lo que me ibas relatando.

Debo destacar el acierto de las ideas y el trabajo que habrás invertido en la creación de todo lo que iba apareciendo. Un acierto me ha parecido también el que deba ser algo soñado para existir, esa es una idea que me encanta, de hecho yo he explotado el tema sueños como mundo a parte alguna vez.

Espero que saques algo constructivo de mis comentarios, que es mi intención. Mucha suerte en el concurso!! :60:
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Isma
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Isma »

Me estreno con este.

Hace un tiempo leí que las historias deben tener tema, argumento y trama. El tema de este relato me gusta mucho. Es la realidad del sueño, o el sueño de la realidad (no sé porqué esos conceptos se pueden intercambiar así con tanta frecuencia). También lo bello y lo efímero. Leyéndolo, me han venido ecos de Borges y sus expediciones solitarias y oníricas; de Ítalo Calvino y sus ciudades invisibles; de Gisbert y sus laberintos cálidos; Tolkien y el esbozo de las tierras imperecederas al otro lado del mar, y de tantos otros. Mola, la verdad. La roca de este relato mola.

El argumento está bien, sin tirar cohetes. De hecho suena a algo leído. Quizás le convenga para el tono de leyenda. Las reminiscencias son recursivas. Me pregunto porqué siempre es un hombre al que guía una bella mujer y no al revés. Supongo que el hombre está siempre empanado y es más susceptible de caer en lo vaporoso del sueño. Pero me hubiera gustado que ocurriera de manera opuesta. O quizás una mujer guiando a otra.

La trama es sencilla, lineal. No hay mucha chicha por ahí. Bueno, así son las leyendas. Las clásicas al menos. Todo ocurre secuencialmente. Hubieras podido jugar un poco con lo irreal de la situación para que sus recuerdos se mezclaran, se confundieran. Tal y como ocurre en los sueños. Uno aparece ante el templo de Aldari y resulta que aún está pisando las arenas del puerto. Algo así.

La forma... bueno. Se puede pulir un poco más. Así, sin entrar mucho al detalle, te diré que al principio hay un exceso de adjetivos de sonido rimbombante que no creo que favorezcan al relato. Mejor sería que se deslizara más suavemente hacia el lector. Esas expresiones son como piedras afiladas. También hay un uso peculiar de la puntuación, con esas frases concatenadas por comas de cuando en cuando.

Curioso lo de los nombres propios. Como hay tantos, entran y salen del lector, que es incapaz de retenerlos. Justamente como en un sueño. Si lo has hecho adrede es para quitarse el cráneo.

Algunas cositas a corregir (el detalle para los correctores, cuando lleguen):
—Decidme quien quién sois forastero, y qué habéis venido a hacer aquí.
—Nací aquí, vivo en la capital pero, aunque ya no me queden parientes, siempre ¿vuelvo? cuando el tiempo me lo permite.
Y una nota final, por curiosidad. Lo que pasa por la mente de un lector. Fíjate, me dio por calcular el número de islas por hora que ve nuestro viajero de camino a la capital. Calculé mientras leía que no menos de una, unas veintiocho al día.

¡Suerte!
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Jarg
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Jarg »

Un relato original, autor/a, aunque debo admitir que en algunos momentos me ha costado leerlo. No porque sea aburrido, sino porque le hacía falta un buen repaso. Faltan algunas tildes, comas y habría que corregir expresiones como "incapaz a expresarme" o "descubrí de una triste verdad". La frase "Nací aquí, vivo en la capital pero, aunque ya no me queden parientes, siempre cuando el tiempo me lo permite" no he llegado a entenderla.

A nivel de argumento también ha habido cosas que me han confundido. Las luces, por ejemplo: dices que Ashi es azul, Gem es verde y Vjira es azulada (¿azul de nuevo?). También dices que cuando "Gem baila con Ashi" un alma le da la bienvenida a otra... Pero luego leemos que cuando "Gem danza con Ashi" significa otra cosa distinta.

Si no fuera por eso (que son detalles pequeños pero que suman), le daría bastante puntuación a tu relato. El estilo me ha recordado al de la mitología sumeria, pero con elementos originales. Lo del universo que vive en un sueño y cuyos habitantes rezan para que el dios no despierte me ha parecido genial. En fin, que dándole un par de repasos para poner las comas en su sitio se te quedará perfecto :) Un saludo y gracias por compartirlo.
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Isma
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Isma »

Lo que dice Jarg de los colores me recuerda esta frase que pronuncia el protagonista hacia el final:
—Merefrit… te…—mi piel brilló verdosa por un instante.
Supongo que brilla verde porque se va como Gem, ¿no? Si no lo resume Jarg no me habría enterado, recuerdo que leyéndolo me quedé con la mosca detrás de la oreja pero no di con la clave. Te lo cuento por si era esa tu intención, autor, para que refuerces o aclares ese punto, como también propone Jarg.
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Tolomew Dewhust
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Tolomew Dewhust »

Isma escribió: 20 Abr 2020 23:35Supongo que brilla verde porque se va como Gem, ¿no? ...
Te lo cuento por si era esa tu intención, autor, para que refuerces o aclares ese punto, como también propone Jarg.
Efectivamente, Isma, esa era mi intención.
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Gavalia »

Una gran imaginación y un gran esfuerzo por hacerlo bonito, construyendo un mundo de sueños. Bravo por eso, pero quizás no sea suficiente para terminar de gustar. Deslucen el texto algunas contradicciones y ciertas formas verbales que no me parecen correctas. El uso de varios símiles, por muy poéticos que puedan parecer, en algún caso yerran el tiro. Ciertas frases me han chirriado por su construcción o sintaxis... Con unos pocos arreglos quedaría mucho mejor. Gustar me ha gustado, pero como ya te dije, no es suficiente.
Suerte.
Última edición por Gavalia el 22 Abr 2020 17:33, editado 1 vez en total.
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por lucia »

Tolomew Dewhust escribió: 21 Abr 2020 12:09
Isma escribió: 20 Abr 2020 23:35Supongo que brilla verde porque se va como Gem, ¿no? ...
Te lo cuento por si era esa tu intención, autor, para que refuerces o aclares ese punto, como también propone Jarg.
Efectivamente, Isma, esa era mi intención.
Qué bicho eres :lol:
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Tolomew Dewhust »

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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Tolomew Dewhust »

Este relato hay que leerlo, saborearlo, despacio.
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Gavalia »

Después de una segunda lectura creo que no fui muy justo en un principio.
Investigué un poco por internet sobre el título y ahora entiendo mejor el relato y el tono mágico que lo envuelve. Supongo que la prosa acompaña bien en ese contexto. Como de poético tengo más bien poco, creo que se me atragantó lo que me parecía una ida de olla. En fin. Buen trabajo.
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Megan
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Megan »

Autor/a, qué bonito relato.
Me encantó el mundo que creaste, como mostraste sus calles, sus habitantes, sus leyendas, sus espíritus.
Debió ser una ardua tarea, tejer la historia de estas dos personas en medio de un lugar que inspiró tu mente.
Me gustó mucho tu poética, hace que una lo lea más suavemente y con ansias de saber más.
El final... me hubiera gustado que fuera otro, donde siguieran las magias, las danzas, la felicidad.
Sólo te acoto eso como mi gusto particular. Otra cosa, la narración es hermosa.

Mucha suerte y gracias por compartirlo :D
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Tolomew Dewhust
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Tolomew Dewhust »

Si a mí me dicen que mi relato le trae reminiscencias a la mitología sumeria me derrito.

Pues muy currado este relato. Eso sí, hay que leerlo sin prisa y sin niños correteando alrededor.

Comienza con un lenguaje un pelín pomposo, algo que parece pretendido por el autor. Estaría bien limarlo para que entre mejor por el ojo. Conforme avanza el texto el tono se va corrigiendo, lo que se agradece.

Lo he leído solo dos veces y hay alguna cosilla que se me escapa. Imagino que las respuestas están ahí, aunque aún no las he hallado. Por ejemplo, el protagonista es un extranjero, lo reconocen como tal, y es el primero que el resto de personajes reciben en su ciudad. Sin embargo, tanto él como Merefrit piensan que ya se han conocido en otro tiempo o vida (o sueño)...


Ella sonrió por vez primera, aquella joven me resultaba extrañamente familiar, sentía conocerla desde el principio de mi vida pero parecía que un misterioso vacío había alterado mis recuerdos y sensaciones.
—Me llamo Merefrit, y tú serás Baltóh. Algo me dice que os conozco desde siempre, tal vez nos conociésemos en tiempos distantes


¿Ha estado o no ha estado antes en esa ciudad? ¿Estuvo como luz?

Hay almas vagando en forma de luz pero, hasta que no llega el protagonista, ¿no se ha reencarnado ningún otro?


—¿Qué me ha preguntado?
—Si eres un extranjero, en esta tierra se habla mucho de ellos mas nadie ha visto a ninguno.
—¿Ni tú?
—Ni yo—contestó secamente.


Por último, añadir que el meollo de la historia (lo más interesante para mí), que es el tema de que son seres soñados por un dios y que cuando este despierte van todos al garete, queda un poco a la sombra de tanta descripción y del viaje de los protagonistas. En este caso, siendo todo ello necesario para meternos en el ambiente, no veo que sobre nada, sino que hubiera preferido que alargases el texto un par de páginas más (yo las leería con gusto), ahondando en el tema del dios y de su sueño, y de la mecánica que no termino de encajar de las luces de colores.

Me gusta bastante tirando a mucho: es una paranoia, el autor/a se ha roto la cabeza imaginando esto y, aunque le sobran adjetivos y palabras demasiado llamativas, es un pequeño deleite leerlo.

No he mencionado que la puntuación es regulera, por si los demás no lo perciben.


Ah, otra cosa. La frustración del protagonista -me encanta que lo hagas sufrir así- me ha recordado a la película de Disney John Carter, en la que el prota es transportado a Marte de manera accidental, allí hace su guerra y se enamora, y regresa de nuevo y en contra de su voluntad a la Tierra sintiendo eso mismo que describe el tuyo en el último párrafo.

No tienen nada que ver ambas historias y lo menciono únicamente porque aquella me encantó, y me ha gustado rememorarla al leerte a ti y a tu prota frustado.
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Isma
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Re: CP XV - Merefrit

Mensaje por Isma »

Gavalia escribió: 22 Abr 2020 17:41Investigué un poco por internet sobre el título y ahora entiendo mejor el relato y el tono mágico que lo envuelve.
¿Qué es lo que has encontrado en internet sobre el título? Pensaba que eran nombres inventados :oops:.
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