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Ha sido un concurso muy especial para ambos, ¿verdad?
Por mi parte confieso que no lo tenía nada claro. El tema no me atraía y no sabía nada de los Beatles. Tampoco escucho su música. Por otro lado, me apetecía estar aquí, con vosotros, este verano tan extraño para todos. Así que anduve un par de semanas intentado plasmar una idea absurda: Lennon se iría transformando poco a poco en un águila real, para desconcierto de todos.
Como escribía poco convencido, cuando llevaba la mitad lo dejé, y decidí participar únicamente como lector. Al día siguiente, sin el peso encima de tener que escribir un relato salí a correr y, por lo que sea, volví a pensar en el concurso. Era domingo y quedaban cinco o siete días para que se acabara el plazo.
Entonces pensé que me había equivocado del todo: el concurso no iba sobre los Beatles sino sobre ti. Mientras trotaba pensé que podría escribir un pequeño poema dedicado a ti, que te haría ilusión leerlo y, como a veces te imagino como un pequeño colibrí, enseguida tuve el título del poema.
Cuando abrí el ordenador había cambiado de idea, escribí el título y me centré en el problema de tus malditas migrañas.
Lo demás, por resumir, fue saliendo solo. Cuando llegué al meollo me dio cierta rabia tener que implantarte un recuerdo inventado y que este fueran los Beatles, porque no casaba con el tono... pero hice de tripas corazón y me ceñí al tema del concurso.
Como curiosidad al respecto te diré que, al terminarlo, se lo envié enseguida a Jilguero. Ella no dice nunca: esto no me gusta. Pero la tengo calada. Ella dice: me gusta esto y esto. O, esto me encanta. Todo lo que no dice explícitamente que le gusta significa que no le gusta,
. Y lo de meterte los Beatles en la cabeza no le convencía. Aún así, al decirle que era la temática del concurso, pues tragó (igual que hice yo al escribirlo), aunque me ha pedido que si en el futuro tengo ganas, retome este relato desde la mitad y te meta en la cabeza algo más poético que un grupo de música. No se lo he podido prometer, porque soy muuuy vago.Cuando envié el relato a Kassio, dado que ella no iba a participar, le pedí un favor: le dije que sacara tiempo para leerlo y me diera un detalle tuyo porque creía que a la historia le faltaba un puntito. No quería un nudo importante ni nada que al leerlo te quedaras impactada -le dije- o preguntándote cómo sabía yo esto de ti. Solo un detallito que sumara.
Kassio, amabilísima como con todos nosotros, leyó la historia y me dijo que te gusta pintar y el crochet, las bellas artes en general.
En el relato, al cumplir 36 años te dirigías a un refugio de animales y adoptabas un cachorro de lobero irlandés que, sin saber por qué, no te podías quitar de la cabeza. Cuando Kassio me contestó, decidí que el cachorro no sería real, sino un peluche tejido por ti... El cambio, para mí, es sustancial, y, además, es justo el tipo de detalle que requería de Kassio. Mil gracias a Kass.
Todo lo demás lo has puesto tú. Como eres la prota, has hecho tuyas todas las referencias, y eso es natural y es bueno. Sé de ti que vives en Uruguay y que te duele la cabeza, jaja, nada más. No conocía esa relación tan profunda que tenías con tu padre pero ahí no arriesgué nada: todos tenemos un padre y una madre.
Sí, eché un rato en internet y recuerdo que puse en google "lugares que visitar en Uruguay" y me salió un blog de viajes con diez lugares imprescindibles de allí. Las tres islas me encantaron, frente a Cabo Polonio, así que me quedé con eso.
Ya voy terminando, eh,
.Nombré en el texto a tres Beatles. Dejé fuera a Lennon a propósito. No soy partidario de dejar todo taaaan atado y con tres me parecieron suficientes. Sin embargo, tanto Jilguero como Kassio me llamaron la atención sobre eso. Así que metí a John en el Liceo donde "tu madre" daba clases de música.
Por último: el final del relato. Está ese y no el que pretendía por perezoso. Conforme llegaba al final me dije que verías el barco carbonero con el nombre del Beatle y al día siguiente sacarías un billete para ver dónde te llevaba (se supone que en busca de tu padre). Desarrollar ese final me iba a llevar aún otro buen rato así que corté por lo sano y ahora me alegro, porque cuando os veo a tu padre y a ti, cada uno a un lado de la reja y contemplando el barco, se me saltan las lágrimas.
He disfrutado mucho escribiendo este relato así que las gracias te las doy yo a ti, porque sin ti hubiera sido imposible que la historia naciera.
Mua.
Ya sabes que el realismo mágico me cuesta, pero como ya te he dicho, me quito el sombrero por la forma en que lo manejas. No podía dejar este relato sin puntuar 
Me costó un poco más ordenar los siguientes relatos, pero el number one lo tenía claro. Tienes un don para transmitir sentimientos más allá de las palabras, casi casi como si hicieras magia. Como dijo Rubisco por ahí arriba, a mí también me gustaría escribir como tú cuando sea mayor 
