CP XVI - Cuestión de pelotas - Raumat

Relatos que optan al premio popular del concurso.

Moderadores: kassiopea, noramu

Avatar de Usuario
lucia
Cruela de vil
Mensajes: 84420
Registrado: 26 Dic 2003 18:50

CP XVI - Cuestión de pelotas - Raumat

Mensaje por lucia »

Cuestión de pelotas

Era un partido a vida o muerte: el ser o no ser, la gloria o el desastre. Había llegado el día decisivo. Todo el trabajo y el sudor de una temporada se irían al traste si perdíamos, todas las patadas recibidas no valdrían para nada, todas las zancadillas que te habían hecho rodar por los suelos y levantarte con los muslos y las rodillas sangrantes no tendrían su justa recompensa. Nos lo jugábamos todo. De ganar, lograríamos el ascenso al quinto grupo de la segunda categoría regional ordinaria; de perder —maldita sea— nos quedaríamos en el séptimo grupo de la tercera categoría regional preferente. Había que ganar. No importaba cómo: justa o injustamente, haciendo fútbol de tiralíneas o jugando al voleón, de penalty en el último minuto, metiendo un gol con la mano, como fuera... pero había que ganar.

Todos los sábados por la noche acostumbrábamos a reunirnos en La Cabaña, único bar medianamente marchoso de Cantavieja y, entre cubata y cubata, charlábamos de mujeres y sobre todo de fútbol. La jugada que hizo Venancio sorteando a varios contrarios el domingo pasado que faltó poco para que se convirtiera en un tanto antológico, el gol que falló el Coco, que hasta un ciego lo hubiera metido; la entrada que le hicieron a Jaime, el papanatas del árbitro que debía estar comprado. Y este sábado, sólo un tema ocupaba nuestra sesera: el partido de mañana; el ascenso, la venganza. Los rivales nos eran conocidos, muy conocidos. Una pandilla de zafios destripaterrones que de fútbol no tenían ni idea y que lo único que sabían hacer era romper piernas. Ya el año pasado nos habíamos enfrentado... y perdimos. Aunque si una cosa estaba clara es que había sido un robo: un descarado y vergonzoso robo. Los jugadores del Tronchón C.F. desconocían la deportividad. Durante todo el partido se emplearon con aviesa dureza, siempre intentando hacer daño, causar alguna lesión que dejara fuera de combate a los hombres más sobresalientes de nuestro equipo, y a fe que lo consiguieron: Venancio —nuestro capitán— y Polvorilla no pudieron acabar el partido. Mientras tanto, el inepto árbitro permanecía impasible ante tanta violencia, favoreciendo de forma descarada a los de Tronchón. Su actuación fue canallesca, anulándonos dos goles clarísimos que hubieran sentenciado la contienda a nuestro favor, y concediéndoles un tanto a ellos en un clamoroso fuera de juego, que a la postre fue el que les otorgó la victoria. Por eso había sed de venganza.

Aunque no era ésa la única razón, ciertamente. También había de por medio algunos líos de faldas, rumores y cotilleos no confirmados, que si me han dicho que tú le propusiste a mi Adela... que he notado que miras demasiado a Pepi... Al parecer, Sergio y Juanma, dos de los más jóvenes de nuestro equipo, quizás un poco juerguistas y ligones, habían tenido algún devaneo con algunas chicas de Tronchón. Una de ellas, Trini, novia oficial del defensa central del equipo rival, una mala bestia que atendía por Choto. Y, según algunas fuentes, ellas habían mostrado un notable entusiasmo durante la refriega, aunque tampoco se sabía con certeza hasta donde había llegado el episodio. El caso es que algo debió oír el Choto, ya que a los pocos días se presentó en el bar donde trabajaba Juanma para simplemente partirle la boca y machacarle la cabeza, actos que quizás hubiera consumado de no ser por la intervención de los clientes que se encontraban en el bar, ¿quién sabe?... porque Juanma tampoco es manco, que una vez le metió un sopapo a un guardia de seguridad de una discoteca que lo dejó un par de minutos despatarrado en el suelo, sin conocimiento.

Esa noche abandonamos La Cabaña un poco más tarde de lo habitual. La ocasión así lo merecía y había que perfeccionar al máximo la estrategia a seguir durante el encuentro. De modo que a eso de las dos de la madrugada, con tres o cuatro cubalibres forcejeando en el cuerpo, ojos vidriosos, paso no muy firme pero a tope eufóricos, nos encaminamos a la piltra. La hora de la venganza se aproximaba. Los golearíamos, los arrasaríamos, tendrían que poner un carro bien grande detrás de su portería para poder llevarse todos los goles que les íbamos a meter; llorarían y rabiarían al sentirse humillados de tal modo, pero nosotros —más duros que Clint Eastwood— no tendríamos piedad de semejantes patanes.

El vestuario parecía un gallinero. Cada cual intentaba convencer al resto de que su táctica era la mejor para vencer. Sergio estaba vomitando en un pequeño retrete situado no muy lejos de las duchas. Al parecer había acabado la noche con jarana y era dudoso que se hubiera acostado siquiera.
—Lo primero que hay que hacer es meterles cuatro palos bien dados para que se acojonen —comentó el Coco, mientras se ajustaba los tacos de aluminio, no muy adecuados por otra parte para la tierra sobre la que jugábamos.
—Tened cuidado con los palos que este árbitro os expulsa rápido —respondió Toshack, el entrenador, hombre serio y un poco intelectual, que había empezado la carrera de Ciencias Políticas aunque no llegó a acabarla. Ahora tenía un chiringuito al aire libre donde servía perritos calientes y hamburguesas y no parecía que le fuese mal. De fútbol no entendía gran cosa, pero como era un tío simpático y «enrollao» pues él era quien hacía las alineaciones para que no hubiese demasiadas discusiones entre nosotros.
—Juanma, ten cuidado con el Choto, que ése va a por ti...
—Ese a mí me va a tocar éstos —repuso Juanma, agarrándose las partes nobles.
Sergio volvió al retrete a vomitar. De todas formas éramos once justos, así que tenía que jugar. El presidente del equipo, el Sr. Benigno, un vejete pequeño, esmirriado y calvo, pero muy marchoso, entró con una bota de vino al vestuario para darnos ánimos. Le cogimos la bota y la liquidamos en un suspiro. La hora de saltar al terreno de juego había llegado.

Calor, mucho calor. Venancio tendió la mano al árbitro y a Isidoro, capitán del Tronchón. El árbitro se la estrechó, pero Isidoro le negó el saludo.
—Serás gilipollas —dijo, con razón, Venancio.
Isidoro le escupió a los pies.
Asqueroso puerco este Isidoro. Pues ya se iba a liar. Venancio alzó el puño con rabia pero el árbitro le sujetó el brazo.
—Tengamos la fiesta en paz —amenazó—, que primero os expulso a los dos y después suspendo el partido.
Venancio se contuvo. No había comenzado el encuentro y ya estaban provocando. Lo iban a pagar caro estos infames.
Isidoro tocó por primera vez el balón. Hizo un par de regates que le salieron de chiripa. Venancio —sonriendo— dejó que se acercara a él. Isidoro intentó regatearlo también. El balón pasó, Isidoro no. Cayó al suelo, dando un alarido que debió oírse en todos los pueblos de la comarca y allí quedó tendido sobre la tierra, retorciéndose de dolor. Venancio le había hecho una entrada contundente, clavándole los tacos en la cintura —merecido lo tenía el chuleta de Isidoro— y con el rival en el suelo, nuestro capitán acercó su cara al caído.
—Escúpeme ahora, gilipollas. Venga.
El árbitro llegó corriendo. Apartó a Venancio de un empellón y empezó a gritarle como un descosido. Nuestro capitán repuso que ni siquiera lo había rozado. El árbitro no pareció estar de acuerdo con el punto de vista de Venancio y le sacó la tarjeta amarilla, amenazándolo con que a la próxima se iría a la caseta. Isidoro fue atendido durante un par de minutos por el masajista del Tronchón y pudo continuar el juego. Sin duda, ese Isidoro lo que más tenía era cuento.

Mediada la primera parte se produjo una jugada quizás decisiva para el resultado final. Nosotros somos un equipo técnico, con recursos, conocedor de tácticas y estrategias para asfixiar al contrario. Una de las tácticas que más utilizamos es la del fuera de juego. Claro, que es necesario que haya un árbitro que tenga ojos en la cara, y que los utilice para mirar los lances del partido y no a las aficionadas minifalderas que alborotan en la banda. Como resultado del saque de una falta —injusta, por otra parte— que el colegiado nos había pitado en contra, nuestra defensa salió rápida para dejar en fuera de juego a los delanteros del Tronchón. Tres de ellos —no uno, sino tres— cayeron claramente en la trampa, y cuando nosotros esperábamos que el árbitro sancionara la indiscutible infracción del Tronchón, resultó que el del pito estaba embobado con una rubita que enseñaba los muslos junto al banderín del córner. Nuestros rivales —tremendamente antideportivos, repito— aprovecharon la ocasión para marcar un vergonzoso e ilícito gol. Todo el equipo nos fuimos a por el árbitro, rodeándolo y recriminándole su «ceguera» —quizá lo zarandeásemos un poco también y alguien le propinara alguna patadita en el trasero, que todo hay que decirlo— pero el cucaracha hizo oídos sordos a nuestras reclamaciones y se dirigió hacia el centro del terreno, donde los de Tronchón celebraban alborozados la consecución del tanto. El partido comenzaba a ponerse cuesta arriba.

Pero no acabaron ahí las desgracias del Cantavieja, porque poco antes de finalizar el primer tiempo, Polvorilla —nuestro veloz extremo derecho— se fue por piernas de su marcador y enfiló la portería contraria. Era nuestra oportunidad para empatar. Sin embargo, entre Polvorilla y el portero rival surgió la masa deforme del Choto, que en una acción merecedora de la cámara de gas, volteó por los aires al liviano Polvorilla, y allí lo dejó maltrecho en el suelo, lanzando ayes lastimeros cual perro herido, mientras la pelota se perdía mansamente por la línea de fondo. Se había perdido la ocasión de empatar y, lo que era más grave, se había perdido a Polvorilla, que pese a los esfuerzos de Maripili —nuestra masajista— por recuperarlo allí mismo, tuvo que ser sacado del campo en camilla.

El árbitro se dirigió serio hacia el Choto y cuando todos esperábamos que le mostrara la cartulina roja directa, simplemente le advirtió que la entrada había sido un poco dura. ¿Un poco?... Pero si casi había mandado a Polvorilla al otro barrio el cafre ése. Volvimos a protestar enérgicamente al colegiado por tal condescendencia hacia los del Tronchón, pero de nada sirvió. El trencilla estaba claramente a su favor. Quedábamos tan solo con diez jugadores y el resultado nos seguía siendo adverso. Minutos después finalizaba la primera parte. Los de Tronchón se retiraban gozosos a los vestuarios. Nosotros, serios y cabreados. El partido se ponía cada vez más difícil.

Desolación, tristeza. Parecía un velatorio. Tanto esfuerzo para nada. Abatidos, frustrados, sin fe en nosotros mismos, sin las fuerzas necesarias para remontar el partido. Toshack nos contempló con mirada indescifrable, pareció pensárselo unos instantes, y después se subió a uno de los bancos del vestuario.
—¡Silencio y escuchad! —ordenó con voz tajante.
Sorprendidos todos porque jamás lo habíamos visto así, lo miramos expectantes.
—Muchachos —dijo—, no os podéis rendir ahora. El fútbol es como la vida: duro. Sólo los más fuertes logran el triunfo. Sólo los que no se amilanan ante las adversidades consiguen llegar a la cima. Hay que echarle coraje y un par de huevos. Y este partido lo vamos a ganar... me cago en la hostia. Y al primero de vosotros que se rinda lo machaco. Tenéis que luchar hasta el final, hasta la muerte si es necesario, pero esos hijoputas del Tronchón no nos van a derrotar. ¿Estamos de acuerdo?... Pues adelante, salir al campo y coméroslos a bocados.

Salimos al campo dando dentelladas a derecha e izquierda tragándonos varios moscones que pululaban un poco despistados. Nos correspondía el saque de centro a nosotros. Nada más efectuarlo, el Coco lanzó un chupinazo alcanzando al director de la contienda en la cocorota —no había pruebas de que fuera intencionado, aunque eran lógicas las suspicacias— derribándolo por los suelos y haciéndole perder durante unos segundos el sentido. El masajista del Tronchón —un cerdo pelota— acudió a reanimarlo, consiguiéndolo tras ardoroso empeño.
—¿Quién ha sido el cabronazo que me ha dado? —rugió iracundo el trencilla.
Pusimos cara de inocentes angelitos y elevamos la vista al cielo. Pues, ¿no se había aliado el árbitro descaradamente con el Tronchón en la primera parte? Pues a joderse ahora.

Pasaban los minutos, y a pesar de la tremenda presión que ejercíamos sobre los rivales, embotellándolos en su área, el marcador no se movía. Mala suerte, tiros que salían lamiendo los postes, el portero del Tronchón que parecía ser un pulpo llegando a balones humanamente inalcanzables... la fortuna nos volvía la espalda.
Mediado el segundo tiempo, al saque de un córner, Benito, nuestro aguerrido defensa central, entró en carrera viniendo desde atrás con una fuerza prodigiosa, se elevó cual águila real y asestó un impecable testarazo al balón, que se incrustó en la escuadra izquierda de la portería del Tronchón.
—¡Gooooooool! —gritamos todos.
—¡Gooooooool! —gritaron nuestros incondicionales en la banda.
Nos lanzamos hacia Benito, ¡qué tío este Benito... fabuloso!, y nos subimos encima de él tirándolo al suelo y abrazándolo como locos. Eso era un gol y no el que nos habían marcado ellos. Era el empate a uno.

Faltarían unos diez o quince minutos para acabar el partido, cuando el Choto y Juanma chocaron en el aire al disputar un balón de cabeza. Cayeron al suelo y se levantaron como cohetes. Se miraron durante unos segundos con odio feroz y, sin mediar palabra, se liaron a tortazos. Algunos nos acercamos para separarlos pero, viendo la enorme furia con que ambos se atizaban, nos abstuvimos de ello. Si no llega a ser por Trini, no sé qué hubiera pasado. Llegó corriendo desde el otro lado del campo, toda arrebolada... —mira que estaba buena esta Trini—, se interpuso entre ambos púgiles y les recriminó:
—¡Basta ya de zurraros! ¡A ver si después no vais a rendir conmigo!
El Choto y Juanma miraron a Trini, que se había desabrochado pícaramente los dos primeros botones de la escotada blusa que llevaba.
—Sí cariño, lo que tú digas… —balbuceó el Choto.
—Si sólo estábamos bromeando… —corroboró Juanma.
Ante tal mansedumbre, el árbitro aprovechó para expulsar a los dos tarzanes, que se encaminaron cabizbajos y avergonzados hacia las duchas. Faltaban diez minutos para acabar el encuentro. Ellos se quedaban con diez jugadores. Nosotros, con nueve. Si el marcador no volvía a moverse, el ascenso sería para el Tronchón.

Y llegó el último minuto, nuestra postrera posesión del esférico, la única oportunidad que teníamos para desnivelar la balanza. El balón llegó a los pies de Venancio. El árbitro miró de nuevo el reloj e hizo ademán de levantar los brazos. Venancio lanzó un chutazo impresionante desde el centro del campo y el balón se dirigió como un obús hacia la puerta del Tronchón. El portero se lanzó en portentosa palomita para intentar detener el tiro, rozando con las yemas de los dedos la pelota. Esta cambió ligeramente de trayectoria y se estrelló en el poste derecho, se paseó por la raya de gol sin decidirse a traspasarla y fue a dar contra el poste izquierdo. Pero todavía no estaba muerto el cuero. Nosotros, ellos, todo Cantavieja, Tronchón entero... miraba con angustia el vacilante rodar del balón sobre la raya. El portero se lanzó como un tigre para atrapar la pelota, pero ésta, con el último hálito de vida que le quedaba, se desvió ligeramente introduciéndose lenta y mágica en la portería.
—¡Gooooooooooool! —gritamos, exultantes de júbilo, clamando al cielo.
—¡Gooooooooool! ¡Goooooooooool!
Nos arrodillamos, pataleamos, besamos la tierra. Ya algunos corrían en busca de Venancio, nuestro capitán, un tío cojonudo, un héroe. Nos abalanzamos sobre él llorando de alegría y vociferando. Una gran piña fue creciendo en el centro del terreno de juego... llegaba Toshack también, y nuestras novias, que se echaban encima de Venancio y le decían que querían un hijo suyo. Todo eran risas y llantos, alegría desbordada, un montón de cuerpos apretujados, ebrios de gozo por la victoria. El árbitro silbó el final del partido. Habíamos ganado. Habíamos conseguido el ascenso al quinto grupo de la segunda categoría regional ordinaria.
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

Imagen Mis diseños
Avatar de Usuario
JotaArkham
Lector
Mensajes: 65
Registrado: 04 Feb 2021 11:05

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por JotaArkham »

Como futbolero renegado, me ha gustado el relato. Está escrito con pulcritud y tiene un tono de humor irreverente y gamberro que ameniza la lectura. Muchas partes me han arrancado una sonrisa, y es que efectivamente el fútbol de tercera, regional preferente, regional... está lleno de ese garrulismo simpático y rural que por desgracia hoy en día se malinterpreta a menudo como otra cosa. Me sorprendería descubrir que no son en buena parte vivencias en primera persona, porque hay guiños a iconos del fútbol, como el Venancio (supongo que vendrá por el mítico jugador del Athletic) y el Toshack; a la jerga del voleón, patada y tentetieso; y a todo ese "drama" extradeportivo de fiestas, novias, gritos de vestuario y demás.

Esas recreaciones sobre compañerismo, cubatas, bravuconadas, picaresca, épica de patatal... se leen cien por cien auténticas. Mi enhorabuena.

Por ponerle alguna pega, diría que el relato es víctima de su propio tono, y es posible que aquellos lectores no aficionados a este deporte no terminen de encontrarle el punto. La parte en la que Trini se desabrocha el escote me ha parecido un poco forzada... aunque sé que en muchos casos del fútbol de la España profunda, la realidad a menudo supera a la ficción.

Para acabar, un par de sugerencias: mejor "penalti" que "penalty", y mejor "salid al campo y coméroslos a bocados" que "salir al campo y coméroslos a bocados".
Avatar de Usuario
Raúl Conesa
No puedo vivir sin este foro
Mensajes: 652
Registrado: 15 Mar 2019 02:27
Ubicación: Alicante

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por Raúl Conesa »

Me ha sacado alguna sonrisa, pero aparte de eso no me ha causado mucha impresión. En buena parte es porque los deportes de equipo me parecen soporíferos, pero también por el tono de sábado en la tasca con un chándal de Adidas, que no me va nada. A nivel técnico, casi nada que mencionar. Un par de errores de ésos tan nimios que sólo se fijaría en ellos un tiquismiquis como yo. De estilo, lo mencionado: no me va el tono, pero insisto que es una cuestión de gustos.

Imagino que los aficionados al fútbol lo encontrarán más inmersivo, pero para mí se queda en aprobado raspado.
Era él un pretencioso autorcillo,
palurdo, payasil y muy pillo,
que aunque poco dijera en el foro,
famoso era su piquito de oro.
Avatar de Usuario
Jarg
No tengo vida social
Mensajes: 2087
Registrado: 10 Jul 2018 13:27
Ubicación: En un Gran Ducado...

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por Jarg »

Autor/a, nos has traído un relato simpático sobre el partido de ascenso de un equipo de tercera división. No sigo el fútbol, por lo que creía que el relato me sería bastante ajeno, pero tengo un primo que jugó en un equipo similar, por lo que recuerdo el tipo de dinámicas con estos equipos. Eso sí, si no recuerdo mal, los partidos no se ganaban por 2-1, sino que solían ser resultados del tipo 7-5 :lol:

En general el desarrollo del partido y el ritmo están bien, mantienen la atención en los hechos. La parte en la que Trini baja al campo me ha parecido un poco ingenua, pero supongo que el autor habrá querido hacer un guiño cómico en ese caso.

La forma del relato me parece adecuada para el contexto, sin florituras que lo harían extraño. Es una crónica del partido contada por uno de sus jugadores, por lo que ciertas salidas de tono o comentarios más coloquiales encajan sin problemas.

Lo único que no me ha convencido es el final. Sí, ganan el partido, pero... ¿y qué? En mi opinión, este tipo de relatos, que cuentan cosas bastante cotidianas, necesitan un final con algo más de efecto para destacar. Es solo una opinión, autor/a, ya te digo que por lo demás el relato está bien.
Yo amo a la humanidad. Es la gente lo que no soporto.
Linus Van Pelt
Avatar de Usuario
Jarg
No tengo vida social
Mensajes: 2087
Registrado: 10 Jul 2018 13:27
Ubicación: En un Gran Ducado...

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por Jarg »

JotaArkham escribió: 02 May 2021 00:27 Para acabar, un par de sugerencias: mejor "penalti" que "penalty", y mejor "salid al campo y coméroslos a bocados" que "salir al campo y coméroslos a bocados".
A lo mejor ha sido intencionado. Mucha gente usa incorrectamente el infinitivo como imperativo (Lola Flores la primera :lol: ). Puede que la intención del autor fuera que este personaje también lo usara de forma incorrecta :cunao: .
Yo amo a la humanidad. Es la gente lo que no soporto.
Linus Van Pelt
Avatar de Usuario
Grobedto
Mensajes: 3
Registrado: 27 Abr 2021 10:33

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por Grobedto »

Mi enhorabuena por la narración al creador/a.
Vaya por delante que entiendo de "furbo" lo mismo que de la cría del belugozonte de corral en los mares del Norte... :nono:
Pero me ha enganchado hasta el final. Se lee fácil y me parece entretenido.
Técnicamente ni idea, porque no llegué a ver ni un episodio de Benji y Oliver, pero desde el desconocimiento se ve un relato veraz y creíble.
El único "pero", como ya ha comentado un compañero, es que el final me ha dejado que ni fu ni fa...
Yo me imaginaba que el árbitro cabrón les anularía el gol, o que lesionarían al goleador en la celebración, o que de la alegría le daría un infarto al entrenador... Pero no...meten el gol y logran el ascenso...
Igual es que yo soy de finales más sorprendentes o donde el bueno pierde, pero me ha parecido un final algo desaborío... :desierto:
Un saludo :mrgreen:
Avatar de Usuario
Iliria
Foroadicto
Mensajes: 4835
Registrado: 23 Jul 2014 23:13
Ubicación: En la Torada Mágica, para siempre

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por Iliria »

No me gusta nada el fútbol, pero tu relato se lee con interés. Creo que lo has sabido aderezar bien con un estilo desenfadado, con personajes bien construidos y una trama bastante fluida.
Lo del infinitivo por imperativo también me ha chirriado, pero como apunta @Jarg puede ser intencional.

Gracias por participar, y suerte :60:
Si tienes un jardín y una biblioteca, tienes todo lo que necesitas - Cicerón :101:
-¿Y con wi-fi?
-Mejor.
Avatar de Usuario
JotaArkham
Lector
Mensajes: 65
Registrado: 04 Feb 2021 11:05

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por JotaArkham »

Jarg escribió: 02 May 2021 11:15
JotaArkham escribió: 02 May 2021 00:27 Para acabar, un par de sugerencias: mejor "penalti" que "penalty", y mejor "salid al campo y coméroslos a bocados" que "salir al campo y coméroslos a bocados".
A lo mejor ha sido intencionado. Mucha gente usa incorrectamente el infinitivo como imperativo (Lola Flores la primera :lol: ). Puede que la intención del autor fuera que este personaje también lo usara de forma incorrecta :cunao: .
Sí, yo también lo pensé, pero en ese caso el resto de los diálogos deberían haber estado más salpicados de incorrecciones, frases hechas, coletillas y demás habla basta. Entonces en mi opinión no se vería como un caso aislado, si no como un recurso del autor o autora.
Avatar de Usuario
Dama Luna
No tengo vida social
Mensajes: 1375
Registrado: 26 Ene 2016 21:18
Ubicación: Atravesando la Montaña Negra

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por Dama Luna »

Un relato gamberrete escrito con desparpajo, que muestra los descarnados intríngulis del fútbol en categorías inferiores, y de regalo, de las profundas rencillas de pueblos rivales. En Tronchón no he estado, pero doy fe de que Cantavieja es un pueblo realmente bonito.

La escena de Trini también me chocó; más que nada por la mansedumbre repentina de los dos gallos. Aunque es verdad que ahora los jóvenes son tan abiertos que muchas veces me pierdo.

Bueno, el estilo es correcto y la historia, aunque graciosa, no deja una muy honda impresión en el lector. Tampoco creo que fuera esa la intención del autor, por otro lado. Se deja leer y entretiene, que no es poco. Suerte!
Avatar de Usuario
pmarsan
No puedo vivir sin este foro
Mensajes: 508
Registrado: 21 Jun 2019 23:25

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por pmarsan »

Me ha hecho gracia tu relato, autor, sobre todo la última frase: con qué poco somos felices a veces, me ha hecho pensar. :roll: Creo, además, que está bien escrito, y que desprende ese sabor inconfundible de los partidos amateur que tanto disfrutamos todos los que practicamos deportes de equipo. Tal vez resulta un poco previsible lo de ganar en el último minuto, pero bueno, eso es porque a mí me gustan más los relatos de perdedores (o mejor, de “subcampeones” :wink: ). Espero, en cualquier caso, que lo de perdedores no vaya contigo y que quedes bien arriba en el concurso. Muchas gracias por compartirlo. :mrgreen:

A modo de anécdota, tu relato me ha recordado a los “Cuentos de fútbol” que publicó Jorge Alberto Valdano hace ya unos cuantos años. Hay uno que se titula “Creo, vieja, que tu hijo la cagó” que todavía releo de vez en cuando porque me parece antológico. También hay por ahí uno de don Camilo, de Giovanni Guareschi, que no recuerdo cómo se llama y que está centrado en torno a un partido de fútbol, con aparición estelar del Cristo de la iglesia incluida. Ya que te va esta temática, te los recomiendo. Seguro que los disfrutas. ;)
Avatar de Usuario
Gavalia
Chucho
Mensajes: 11873
Registrado: 03 Jul 2008 13:32
Ubicación: Perrera municipal

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por Gavalia »

Sin ser el relato más original del mundo reconozco que me he reído durante toda la historia. Una trama sencilla con una prosa canalla, no me trago lo del imperativo como algo buscado. Personajes tan típicos como entrañables, alguno que otro como la Trini me ha parecido algo forzado, no tanto por el personaje; que no desentona entre esta fauna, como sí por su intervención en la historia. Algunos fallitos ortográficos, poca cosa, cuestión de alguna tílde díscola o palabro cuestionado por la RAE, que a mi me suena conocido, aunque quizá mal usado. Mejor patadón que voleón y todos contentos. La comedia, a mi entender, es un género que no siempre gusta a todos por lo difícil de hacer reir; no es mi caso, claro, me río con facilidad. En general parece que el relato ha gustado.
Un saludo y suerte. Arriba la comedia.
En paz descanses, amigo.
Avatar de Usuario
Megan
Beatlemaníaca
Mensajes: 19461
Registrado: 30 Mar 2008 04:52
Ubicación: Uruguay

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por Megan »

Autor/a, me gustó tu relato.
Como futbolera desde pequeña debido a un padre hincha a muerte de su equipo, crecí entre Campeonatos Uruguayos, Copas Libertadores, Campeonatos del mundo y ainda mais, dijeran mis parientes brasileños. Es por eso que el relato fue como ver un partido de verdad, donde había que ganar o ganar, dejar todo en la cancha, hasta los ... de los jugadores, los dos por cierto.
Me gustó como lo narraste autor, esa desesperación, esa rabia, esa violencia bien de equipo chico que si gana es como si obtuviera la Copa Mundial y los periodistas deportivos definirían como unos cracks a esos once hombres surgidos de la nada pero que dieron el alma por su equipo. Pero si perdían, eran los peores jugadores que había en el planeta Tierra.
Todo muy bueno, no tengo peros, me gusta como lo narraste, como te encanta el fútbol y a mi también.

Mucha suerte y gracias por compartirlo, :D .
Imagen

🌷🌷🌷Give Peace a Chance, John Lennon🌷🌷🌷

Lee, escribe y comenta en Los Foreros Escriben
Avatar de Usuario
raumat
Me estoy empezando a viciar
Mensajes: 464
Registrado: 20 Feb 2015 19:56
Ubicación: Castellón

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por raumat »

Esos futbolistas son unos golfos... cubatas, borracheras, peleas, patadones... no hacen una buena... :lol:
Bueno, se salva Venancio, claro... golazo desde el centro del campo en el último minuto, ¡qué bárbaro!... No me extraña que Cantavieja esté lleno de hijos suyos... :cunao:

Divertido relato futbolero.
Gracias al autor por compartirlo y suerte en el concurso.
Avatar de Usuario
rubisco
No tengo vida social
Mensajes: 2370
Registrado: 15 Oct 2016 12:17
Ubicación: Tenerife

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por rubisco »

Empezamos por tu relato, autor o autora.

Como ya te han dicho otros compañeros, se trata de un relato gamberro en el buen sentido y escrito con desparpajo; y supongo que te reías con cada tecla que pulsabas.

Usas muchas frases cortas, lo que ayuda al dinamismo de la historia (un partido de fútbol tiene que ser dinámico; si no, estaríamos ante un atentado perpetrado por Bilardo o sus acólitos). El tono también ayuda a entrar en la historia porque, al ser contado en primera persona, entiendo que el protagonista-narrador forma parte del equipo; no sería tan creíble si la historia estuviera narrada a lo Pérez-Reverte o a lo García Mázquez.

Hay algunas cosas que me han chirriado levemente, como tres o cuatro cubalibres forcejeando en el cuerpo o clavar los tacos en la cintura. En el primer caso dudo mucho que yo hubiera escogido la palabra "forcejeando" y, de haberlo hecho, más que forcejeando en el cuerpo habrían estado forcejeando con el cuerpo o, incluso mejor, con el estómago. Por el otro lado, para clavar los tacos en la cintura hay que hacer una plancha bien alta, no sé si apta para esta clase de jugadores, pero además hubiera montado una trifulca en la que se habría visto envuelto hasta Rambo.

Y a pesar de todo, el estilo me resulta demasiado desenfadado. Quiero decir que, aunque le pega muy bien al relato, por algún motivo no me siento cómodo con esta clase de colegueo narrador-lector, al menos no en un principio (luego, si voy cogiendo confianza, tal vez acabe tuteándolo). Fíjate que me gusta más en novelas que empiezan serias y acaban con un estilo parecido, pero se ve que en los relatos no lo acabo de ver.

En cualquier caso me llevo un buen recuerdo.

(Curiosamente, en la primera lectura se me quedó en la mente que perdían el partido y ahora tengo la sensación de que el final no le pega :lol: , pero tranquilo que eso no lo tendré en cuenta en la valoración)

¡Mucha suerte!
69
Avatar de Usuario
Sinkim
Dragonet
Mensajes: 53602
Registrado: 14 Nov 2008 13:54
Ubicación: Logroño

Re: CP XVI - Cuestión de pelotas

Mensaje por Sinkim »

Un relato genial, me ha encantado el humor y la mala leche que desprende :cunao: :cunao: :cunao: No es que me guste demasiado el fútbol pero las peripecias de tus protagonistas me han cautivado :cunao: :cunao: :cunao:
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)

:101:
Responder