A mí, personalmente, me gusta que los personajes hagan cosas, que actúen, y que sean esos actos los que me trasmitan las emociones, porque el lector no tiene por qué opinar lo mismo que el autor respecto a lo que hacen sus personajes, como luego explicaré.
Encuentro la historia un poco plana, no en exceso, pero sí un poco. Se nos cuenta el drama de una familia que se separa porque la mitad de los miembros que la componen parten (voluntariamente*) hacia la guerra. El drama está en la misma premisa. Los obstáculos que los personajes deben superar están en el drama de la separación. Drama, drama y más drama, pero muy lineal. Una aportación interesante es la decisión del amigo de ir con ellos, pero roza lo inverosímil, porque antepone un amigo a su propia familia por un fondo que ni le va ni le viene, él va por su amigo, pero no comparte su motivación.
*El hecho de que vayan voluntariamente puede tener varias interpretaciones. Puede verse como un acto heroico, de valor y sacrificio, como pretende el autor, o como un acto de estupidez y de egoísmo, porque es una decisión que afecta a la unidad familiar y no se ha tenido en cuenta la opinión de todos. Cuando alguien comparte su vida con otras personas, especialmente si tiene hijos, su vida ya no solo suya. Es un poco de cada uno de los miembros que componen esa unidad. Y el verdadero sacrificio está en renunciar a lo que quieres o necesitas hacer porque es lo mejor para el grupo (o lo que el grupo ha decidido, que no tiene por qué ser lo mejor). Cuestión de opiniones, por supuesto.
Es un tema complejo, desde luego, pero eso es lo que tú harías. Yo también, coincidimos en eso. Pero habrá quienes piensen que es mejor ir allí y empuñar las armas. Hay que respetarlo, aunque nos parezca una estupidez y un suicidio. En este relato se nos cuenta la historia de alguien que piensa así. Podemos pensar que se equivoca y discrepar de su decisión, pero eso no hace al personaje menos verosímil.Jarg escribió: ↑05 May 2022 23:20Lo único es que creo que el argumento (o, más bien, los personajes) abordan un tema muy complejo en una manera un poco simple de más (no por culpa de su autor/a, sino por las limitaciones de extensión del concurso). Tengo dos compañeros de trabajo ucranianos que se encuentran fuera de su país, y no puedo ni imaginar el calvario y la preocupación que están viviendo. Al mismo tiempo, tampoco creo que su punto de vista se pueda resumir con un "es mi país, lo dejo todo y voy a luchar". Una cosa es tomar esa decisión cuando estás en el país que está siendo atacado, en cierto modo es la única forma de proteger a tu familia, pero ¿es tan fácil tomarla cuando tú y los tuyos estáis fuera? ¿No sería más útil que Andrei se quedara en Italia para acoger y ayudar económicamente a los refugiados que lleguen?
No es que sea más correcto, es que la raya es el único signo correcto para los diálogos.
En estos concursos se ha dicho muchas veces, y las que se van a decir, incluida esta, porque se va incorporando gente nueva con ganas de aprender y para eso estamos aquí, para aprender y mejorar con las aportaciones de unos y de otros.
Forma de escribir los diálogos:
Raya/Línea de diálogo/Espacio/Raya/acotación del narrador/raya/punto, coma o punto y coma/Espacio/línea de diálogo (si continúa).
Obsérvese que no hay punto después de escucho. Eso es porque la acotación del narrador comienza con un verbo del habla (dijo, respondió, contestó, bramó, ladró, espetó, gritó, vociferó, etc.). La propia acotación (respondió) empieza en minúscula, por la misma razón, y el punto se pone después de cerrarla con otra raya.—Te escucho —respondió su viejo amigo—. Habla sin miedo.
Si la acotación no empieza con un verbo del habla se termina la intervención del personaje con punto y la acotación del narrador empieza en mayúscula:
Si por lo que sea, nuestro personaje está hablando por los codos y queremos meter un párrafo narrado, hacemos la línea de diálogo, la cerramos con su puntito y a continuación (punto y aparte) metemos el párrafo del narrador. Después de este párrafo (punto y aparte), y para que no se interprete que habla otro personaje, sino que es el mismo que sigue taladrándonos la cabeza, ponemos comillas españolas (las de cierre) y continuamos con la línea de diálogo:—Te escucho. —Abandonó la ventana para sentarse a la mesa frente a él—. Habla sin miedo.
No sé si habrá quedado claro. Si alguien tiene dudas que no dude en preguntar. Aquí o donde sea. Se intentará resolverlas.—Te escucho, pero no te entiendo. O, mejor dicho, sí te entiendo, pero creo que estás siendo egoísta.
Mirko Estaba mirando por la ventana cuando pronunció esas palabras. Su tono dejaba entrever cierto desasosiego. No le resultaba fácil decir lo que sentía y que no le vieran la cara ayudaba. Pero aquella vez no. Aquello tenía que decírselo mirándole a los ojos. Se giró, caminó hasta la mesa y se sentó frente a él. Titubeó incómodo. Andrei hizo ademán de levantarse, pero Mirko le agarró del brazo y le sostuvo la mirada. Había terror en ella.
»No hace mucho tiempo tú y yo estábamos ahí al lado troceando arboles para calentar este sitio, Andrei...
Por último, tu relato me ha sugerido este tema:
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