CV9 - Desayuno para dos - Edgardo Benitez
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CV9 - Desayuno para dos - Edgardo Benitez
Desayuno para dos
El parecía ser un buen hombre, sencillo, afectuoso. Del tipo de personas que por su particular manera de ser pueden ser engañadas…, cándidas. Lo encontré llorando en el parque, con la cebra a un lado, suplicando por ayuda. Un día, cuando despertaron él y su cebra, no encontraron ni el rastro del circo donde laboraban. La cebra era una de las bestias salvajes que «Tarzán» presentaba todas las noches. Y él, la persona encargada de proporcionar alimento y cuidado a los animales. Al ver que nadie se interesaba por socorrer a tan desafortunados personajes, decidí hacerlo yo, aun a costa de saber que mi mujer se molestaría conmigo por llevar a vivir a casa a personas desconocidas, mayormente si se hacen acompañar por un animal tan peculiar. Aunque parezca increíble, el que una cebra se encuentre en un parque público no deja de ser extraño y admirable para todos los pueblerinos, que hemos visto vacas, caballos, perros y gatos. Pero… ¿una cebra?, es muy curioso.
Buen susto se llevaron mi mujer y mi suegra cuando el cuidador y su cebra entraron por la puerta de la sala. No podían creerlo, subieron a las sillas del comedor y a la mesa también, gritando y protestando, ante semejante cuadro. Nunca en su vida habían visto una cebra. Mucho menos pasando a la habitación para descansar y dormir allí. Luego, el pleito con mi señora y mi suegra, la justa razón que tenían por la gran injusticia.
Esa noche no durmieron de lo afligidas que se encontraban por la bestialidad que había cometido. ¡Y vaya que sí lo era! A la mañana siguiente, al despertar y abrir la puerta que da a la calle, hallé a todo el pueblo reunido, había un tumulto de personas por querer ver la cebra que durmió en casa. Algunos la acusaron de ser un caballo pintado a rayas de una manera magistral. Era de admirar esa obra de arte. Otro dijo que el señor cura explicó en misa del domingo que el demonio se manifestaba de mil maneras y que esa podría ser una de ellas. Con botellas de agua bendita en mano irrumpió en el lugar para exorcizar a ese enviado del mal. Y no faltó otro que se atrevió a decir que era una variedad de ganado caballar, el cual impulsaba el gobierno para colaborar con la disminución de la pobreza de la gente. Hubo que mandar llamar a los antimotines para disolver aquella trifulca que resultó ser tan, pero tan popular.
Lo extraño es que el hombre no se apartaba nunca de la cebra; lo acompañaba a todas partes, incluso para satisfacer esas necesidades, como ir al aseo, allí estaba su cebra, a la hora de comer se encontraba al costado de él, a la hora de dormir él se metía a la cama primero, luego ella. Al levantarse por las mañanas lo hacían consecutivamente, respetando el orden en que se habían acostado. Eran inseparables. Un día, sentados a la mesa mi familia, el cuidador y su inseparable amiga, le pregunté el nombre de tan extraña compañía, a lo cual él respondió: «nunca le puse nombre, ya que no interesa, siempre nos entendemos por gestos, siempre me hace caso, o al menos hace creer que entiende; es un noble animal, de ello no tengo la menor duda». El cuidador no empleaba ni un lazo para atar a su cebra, ella inteligentemente obedecía lo que él le ordenaba, muy dócil a su palabra. Otro día, dando un paseo por el pueblo, al preguntarle el porqué de ese acercamiento con el animal, respondió: «he tratado de abandonarla por todos los medios posibles, pero nunca lo consigo, hasta he pensado en darle un tiro, pero creo que después me arrepentiría de haber asesinado a alguien tan noble; con el pasar de los años he logrado acostumbrarme a estar a su lado y parece que ella también».
En cierta ocasión, después de haber cenado, contó que la mujer que tenía en el circo se marchó con uno de los payasos que allí laboraban, y que la cebra había sido su compañía en medio de la soledad. Pensaba que fue ahí cuando brotó la amistad que los une.
Una mañana, al despertar, me encontré con la desagradable sorpresa de que el cuidador se había marchado con mi mujer, llevándose incluso a mi suegra. Esto causó un profundo dolor en mí. ¡Traicionado por la persona a la que tendí la mano en la etapa más difícil de su vida! No tardé en descubrir que, en el puesto que dejó mi mujer, muy diligente desayunaba la cebra. Que con su mirada y sus gestos me decía: «no te preocupes, ¡todo pasa!, ¡todo pasa!», invitándome a la mesa y sirviendo el desayuno para dos.
Este día en el parque, mi cebra y yo.
El parecía ser un buen hombre, sencillo, afectuoso. Del tipo de personas que por su particular manera de ser pueden ser engañadas…, cándidas. Lo encontré llorando en el parque, con la cebra a un lado, suplicando por ayuda. Un día, cuando despertaron él y su cebra, no encontraron ni el rastro del circo donde laboraban. La cebra era una de las bestias salvajes que «Tarzán» presentaba todas las noches. Y él, la persona encargada de proporcionar alimento y cuidado a los animales. Al ver que nadie se interesaba por socorrer a tan desafortunados personajes, decidí hacerlo yo, aun a costa de saber que mi mujer se molestaría conmigo por llevar a vivir a casa a personas desconocidas, mayormente si se hacen acompañar por un animal tan peculiar. Aunque parezca increíble, el que una cebra se encuentre en un parque público no deja de ser extraño y admirable para todos los pueblerinos, que hemos visto vacas, caballos, perros y gatos. Pero… ¿una cebra?, es muy curioso.
Buen susto se llevaron mi mujer y mi suegra cuando el cuidador y su cebra entraron por la puerta de la sala. No podían creerlo, subieron a las sillas del comedor y a la mesa también, gritando y protestando, ante semejante cuadro. Nunca en su vida habían visto una cebra. Mucho menos pasando a la habitación para descansar y dormir allí. Luego, el pleito con mi señora y mi suegra, la justa razón que tenían por la gran injusticia.
Esa noche no durmieron de lo afligidas que se encontraban por la bestialidad que había cometido. ¡Y vaya que sí lo era! A la mañana siguiente, al despertar y abrir la puerta que da a la calle, hallé a todo el pueblo reunido, había un tumulto de personas por querer ver la cebra que durmió en casa. Algunos la acusaron de ser un caballo pintado a rayas de una manera magistral. Era de admirar esa obra de arte. Otro dijo que el señor cura explicó en misa del domingo que el demonio se manifestaba de mil maneras y que esa podría ser una de ellas. Con botellas de agua bendita en mano irrumpió en el lugar para exorcizar a ese enviado del mal. Y no faltó otro que se atrevió a decir que era una variedad de ganado caballar, el cual impulsaba el gobierno para colaborar con la disminución de la pobreza de la gente. Hubo que mandar llamar a los antimotines para disolver aquella trifulca que resultó ser tan, pero tan popular.
Lo extraño es que el hombre no se apartaba nunca de la cebra; lo acompañaba a todas partes, incluso para satisfacer esas necesidades, como ir al aseo, allí estaba su cebra, a la hora de comer se encontraba al costado de él, a la hora de dormir él se metía a la cama primero, luego ella. Al levantarse por las mañanas lo hacían consecutivamente, respetando el orden en que se habían acostado. Eran inseparables. Un día, sentados a la mesa mi familia, el cuidador y su inseparable amiga, le pregunté el nombre de tan extraña compañía, a lo cual él respondió: «nunca le puse nombre, ya que no interesa, siempre nos entendemos por gestos, siempre me hace caso, o al menos hace creer que entiende; es un noble animal, de ello no tengo la menor duda». El cuidador no empleaba ni un lazo para atar a su cebra, ella inteligentemente obedecía lo que él le ordenaba, muy dócil a su palabra. Otro día, dando un paseo por el pueblo, al preguntarle el porqué de ese acercamiento con el animal, respondió: «he tratado de abandonarla por todos los medios posibles, pero nunca lo consigo, hasta he pensado en darle un tiro, pero creo que después me arrepentiría de haber asesinado a alguien tan noble; con el pasar de los años he logrado acostumbrarme a estar a su lado y parece que ella también».
En cierta ocasión, después de haber cenado, contó que la mujer que tenía en el circo se marchó con uno de los payasos que allí laboraban, y que la cebra había sido su compañía en medio de la soledad. Pensaba que fue ahí cuando brotó la amistad que los une.
Una mañana, al despertar, me encontré con la desagradable sorpresa de que el cuidador se había marchado con mi mujer, llevándose incluso a mi suegra. Esto causó un profundo dolor en mí. ¡Traicionado por la persona a la que tendí la mano en la etapa más difícil de su vida! No tardé en descubrir que, en el puesto que dejó mi mujer, muy diligente desayunaba la cebra. Que con su mirada y sus gestos me decía: «no te preocupes, ¡todo pasa!, ¡todo pasa!», invitándome a la mesa y sirviendo el desayuno para dos.
Este día en el parque, mi cebra y yo.
- Yayonuevededos
- Me estoy empezando a viciar
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Re: CV9 - Desayuno para dos
Una historia delirante que debería tener más desarrollo, ya que material no falta. Lo que sí falta es algún punto y aparte.
Hay alguna confusión en las frases iniciales: describe al cuidador antes de encontrarlo.
Por el final, deduzco que la historia tiende a repetirse.
Hay alguna confusión en las frases iniciales: describe al cuidador antes de encontrarlo.
Por el final, deduzco que la historia tiende a repetirse.
Antiguo proverbio árabe:
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
Si vas por el desierto y los tuaregs te invitan a jugar al ajedrez por algo que duela, acepta, pero cuida mucho tu rey.
- Raúl Conesa
- No puedo vivir sin este foro
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- Ubicación: Alicante
Re: CV9 - Desayuno para dos
Sienta bien ver un poco de surrealismo de vez en cuando. La historia tiene su gracia.
Era él un pretencioso autorcillo,
palurdo, payasil y muy pillo,
que aunque poco dijera en el foro,
famoso era su piquito de oro.
palurdo, payasil y muy pillo,
que aunque poco dijera en el foro,
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- Jarg
- No tengo vida social
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- Registrado: 10 Jul 2018 13:27
- Ubicación: En un Gran Ducado...
Re: CV9 - Desayuno para dos
... por lo menos el cuidador tuvo la decencia de llevarse también a la suegra
Esto es lo bueno que tienen los concursos de temática libre, que hay variedad. Y un relato surrealista apetece de vez en cuando. En fin, que me ha gustado, autor/a, y quitando una tilde que falta y alguna cosilla de puntuación, el relato se deja leer con bastante fluidez. Y la premisa es original, eso no hay quien lo niegue. A Tolo le gustará.
Gracias por compartirlo y buena suerte.
Esto es lo bueno que tienen los concursos de temática libre, que hay variedad. Y un relato surrealista apetece de vez en cuando. En fin, que me ha gustado, autor/a, y quitando una tilde que falta y alguna cosilla de puntuación, el relato se deja leer con bastante fluidez. Y la premisa es original, eso no hay quien lo niegue. A Tolo le gustará.
Gracias por compartirlo y buena suerte.
Última edición por Jarg el 19 Jul 2022 17:10, editado 1 vez en total.
Yo amo a la humanidad. Es la gente lo que no soporto.
Linus Van Pelt
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- Edgardo Benitez
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Re: CV9 - Desayuno para dos
Sí, es cierto, es original. Aunque desconozco si es surrealista.
¡Hay vida antes de la muerte!
Ninguna de tus neuronas sabe quién eres… ni les importa.
Pero si te pego en el centro, será por filosofía.
Pero por poesía, serás mi centro.
Ninguna de tus neuronas sabe quién eres… ni les importa.
Pero si te pego en el centro, será por filosofía.
Pero por poesía, serás mi centro.
Re: CV9 - Desayuno para dos
Hombre, que se lleven a la mujer y a la suegra… y encima te regalen una cebra… yo no lo veo tan mal negocio…
Un relato simpático, gracioso, entretenido de leer.
En cuanto a la forma, alguna cosilla mejorable. La palabra “ser” se repite tres veces en el primer renglón, por ejemplo.
Gracias por compartirlo y suerte en el concurso.
Un relato simpático, gracioso, entretenido de leer.
En cuanto a la forma, alguna cosilla mejorable. La palabra “ser” se repite tres veces en el primer renglón, por ejemplo.
Gracias por compartirlo y suerte en el concurso.
Re: CV9 - Desayuno para dos
Muy entretenido y el final desopilante. La narración es acertada y se hace fácil leerlo.
Suerte.
Suerte.
Re: CV9 - Desayuno para dos
Una historia sin pies ni cabeza pero divertida a pesar de todo. Necesita un repasillo general, puntuación, redundancias, y algún cambio de tiempo verbal que no cuadra, para mejorar el cuadro, porque la trama es eso, un sinsentido surrealista con el que el autor se lo ha pasado pipa.
Saludos.
Saludos.
--- Pareces atribulado!!
--- No entiendo... tan sólo me estoy cagando.
--- Corre raudo, pues...
--- ¡Por los dioses! ¡¡¡Necesito un diccionario!!!
--- No entiendo... tan sólo me estoy cagando.
--- Corre raudo, pues...
--- ¡Por los dioses! ¡¡¡Necesito un diccionario!!!
Re: CV9 - Desayuno para dos
Me ha hecho gracia ese final y no me lo esperaba... Por mi parte aprobado, aunque duele mucho que la primera palabra del relato tenga una falta de ortografía. Eso es empezar con mal pie.
Re: CV9 - Desayuno para dos
Me ha gustado esta historia, sobre todo el toque final tan loco y genial Me ha parecido entretenida y bastante bien escrita
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)
- Iliria
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Re: CV9 - Desayuno para dos
Una historia original y divertida. Es verdad que necesita un repasito y cuidar alguna falta y repeticiones. Por lo demás, muy bien.
Gracias por participar y suerte
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-¿Y con wi-fi?
-Mejor.
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- No puedo vivir sin este foro
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Re: CV9 - Desayuno para dos
Hola!!
Bueno, no sé si me pasará alguna vez, pero no pienso recogeros a ninguno a mi casa y menos si tenéis una cebra, que lo sepáis. Si por lo menos lleváseis una cabra, pues lo mismo sí, pero cebras no.
Un relato surrealista que mantiene al lector esperando un final. No esperaba que tuviera el mismo final que su principio, pero oye qué esperar...
Mucha suerte y gracias!
Bueno, no sé si me pasará alguna vez, pero no pienso recogeros a ninguno a mi casa y menos si tenéis una cebra, que lo sepáis. Si por lo menos lleváseis una cabra, pues lo mismo sí, pero cebras no.
Un relato surrealista que mantiene al lector esperando un final. No esperaba que tuviera el mismo final que su principio, pero oye qué esperar...
Mucha suerte y gracias!
Re: CV9 - Desayuno para dos
Hola,
Qué sorpresa esta historia de la cebra y su cuidador. Enseguida tengo curiosidad por saber qué misterio encierran el animal tan peculiar y su relación con el domador. Me encantan los toques de humor que impregnan todo el relato.
Creo que necesitaba un repaso antes de publicar para evitar alguna que otra errata, pero buena historia, me gustaría ver cuál sería el siguiente capítulo del "pásalo".
Gracias por compartir,
Qué sorpresa esta historia de la cebra y su cuidador. Enseguida tengo curiosidad por saber qué misterio encierran el animal tan peculiar y su relación con el domador. Me encantan los toques de humor que impregnan todo el relato.
Creo que necesitaba un repaso antes de publicar para evitar alguna que otra errata, pero buena historia, me gustaría ver cuál sería el siguiente capítulo del "pásalo".
Gracias por compartir,
- Edgardo Benitez
- No tengo vida social
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- Registrado: 12 Feb 2017 14:10
- Ubicación: El Salvador
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Re: CV9 - Desayuno para dos - Edgardo Benitez
Agradezco mucho su atención a este texto. Fue un honor contar con su lectura y comentario.
Espero participar en el próximo.
Espero participar en el próximo.
¡Hay vida antes de la muerte!
Ninguna de tus neuronas sabe quién eres… ni les importa.
Pero si te pego en el centro, será por filosofía.
Pero por poesía, serás mi centro.
Ninguna de tus neuronas sabe quién eres… ni les importa.
Pero si te pego en el centro, será por filosofía.
Pero por poesía, serás mi centro.
- Jarg
- No tengo vida social
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- Registrado: 10 Jul 2018 13:27
- Ubicación: En un Gran Ducado...
Re: CV9 - Desayuno para dos - Edgardo Benitez
Enhorabuena, @Edgardo Benitez. Me gustó mucho tu relato y estuvo entre mis votados. Muy original .
Yo amo a la humanidad. Es la gente lo que no soporto.
Linus Van Pelt
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