CO LC - Tradiciones - Sergiocossa
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Tradiciones
Las risas me llegan lejanas, nebulosas. Risas enfrentadas. La disonante retumba en mi cerebro con cada nota; la otra, la sensual, mezcla y crea colores extraños entre los almohadones de mi sueño. Tanto repiqueteo logra que mi conciencia gane espacio y abro apenas mis ojos.
La oscuridad de mi habitación también es invadida. Un resplandor amarillento baña las paredes y los muebles. Por la ventana entreabierta veo el inmenso reloj de la iglesia al otro lado de la calle. Un minuto pasa de medianoche.
—La hora de las brujas —digo con voz ronca y me dispongo a seguir durmiendo.
—Saqué un pulmón, gano yo por ahora —dice la voz de la risa disonante.
Es como un tañido que termina de perforar mi ensueño y hace que me incorpore en la cama. A mis pies, en la pared donde debería estar el placar, hay dos mujeres sentadas junto a una pequeña mesa circular.
Es una imagen insólita, sicodélica, surrealista.
—Dame el cubilete. En esta tirada no fallo —dice la voz de la risa sensual.
La mujer tiene el cabello de un blanco nieve y viste de negro. El vestido de la otra asemeja un baño de sangre sobre su piel morena. A los pies de ambas, sendas mascotas de aspecto espantoso. Sobre la mesa veo órganos humanos. Rojos, brillantes y frescos. Me llega un fuerte olor a incienso. Una sensación de ahogo nace desde lo profundo de mi estómago.
—Parece que tenemos visita —dice la de cabello blanco, mientras agita el cubilete.
La negra me mira, sonriente—: No solemos jugar con espectadores, pero podés quedarte.
—¿Puedo quedarme? ¡Es mi casa! ¿Qué está pasando? ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen acá?
—Jugamos a los dados, o dicho mejor, a los órganos. Somos brujas. Acá es un buen lugar como cualquier otro para seguir con la tradición —dice la negra.
De las dos se desprenden larguísimas pestañas que vuelan y forman pétalos irreales. Detrás, algo parecido a un túnel irradia la luz amarilla que dora la habitación.
—Es un sueño. —Me digo—. Un sueño bien lúcido.
—¿Un sueño? El que era dueño de los órganos no pensaría lo mismo... ¡Otro riñón! No estoy de liga esta noche, hermana —Dice la voz sensual.
Una de las mascotas olfatea hacia la mesa y gruñe.
La negra le acaricia la cabeza—: ¿Tenés hambre, Vanlia? Tranquila, ya comerán las dos.
—Si no es un sueño, ¿pueden explicarme qué es todo esto? ¿Qué es este juego? ¿Qué es esa tradición? ¡Quiénes carajo son ustedes!
—Hermana, creo que merece una respuesta —dice la de pelo blanco.
—Y se la daremos, hermana.
La negra juega con el cubilete y cruza las piernas. Ahora noto la increíble belleza de las dos.
—Te dijimos que somos brujas. Te dijimos que este juego es una tradición. Hace varios siglos, junto a tantas mujeres inocentes, los curas inquisidores también quemaron a algunas brujas reales. Una de esas era nuestra tátara tát... bueno, una abuela nuestra.
—Y nuestra abuela —prosigue la voz sensual— maldijo al tribunal que la condenó. Y les juró que por los próximos mil años todos sus descendientes, los de ellos, morirían aún jóvenes y sus entrañas serían usadas como diversión, para luego ser comidas por los perros.
—Por supuesto que no le creyeron y la quemaron. Pensaron que era otra pobre infeliz en la hoguera. Esa noche se inició la tradición. Desde entonces, varias generaciones de brujas rastreamos a esos descendientes y cumplimos la maldición —La negra arroja el cubilete—. ¡Otro pulmón! ¡Ya te tengo, hermana!
La de cabello blanco me observa. Siento cómo su voz me rodea, me aprisiona—: Y esta noche llegamos a tu habitación para comentarte sobre un antepasado tuyo que se portó muy mal... Es hora de cobrar deudas.
«¡Mierda!», pienso.
La sensación inicial de ahogo se transforma en pánico. Las mujeres me miran con seriedad. Sus horribles mascotas me muestran los dientes. Quiero gritar, pero una rigidez de piedra me atenaza. Todo comienza a girar y me siento cerca del desmayo.
—¡Ja ja ja ja ja ja! ¡Hermana, cómo le vas a decir eso al pobre muchacho! ¡Se va a mear encima!
La risa disonante, estentórea, ahora es acompañada por la sensual. A la mujer de cabello blanco le caen lágrimas mientras ríe y toma el cubilete.
—¡Lo siento, no pude resistirlo! Tranquilo, como te dijimos, estamos jugando y este es un buen lugar como cualquier otro... ¡Corazón! ¡Saqué el corazón! ¡Te gané, hermana!
Las mujeres se levantan, esbeltas, deslumbrantes.
—El juego terminó y nuestras mascotas deben comer. Gané y tendré el privilegio de encargarme del próximo heredero... Fuiste un buen anfitrión, muchacho.
El túnel amarillo que las rodea gira y se vuelve más oscuro. Toda la escena va absorbiéndose hacia el negro. Lo último que alcanzo a ver es un mechón de cabellos blancos como la nieve.
Luego, me desvanezco.
La mañana penetra cálida. Los primeros rayos rozan mis párpados y comienzo a despertar. El sueño, la pesadilla, se detiene un poco en mi subconsciente. Me da tiempo para repasar imágenes y formas. Colores. Las risas discordes de las brujas. Luego, todo se difumina y me preparo para la rutina. Al final, no fue más que un mal sueño.
Me asomo a la ventana. El gran reloj de la iglesia está detenido un minuto pasada la medianoche.
Las risas me llegan lejanas, nebulosas. Risas enfrentadas. La disonante retumba en mi cerebro con cada nota; la otra, la sensual, mezcla y crea colores extraños entre los almohadones de mi sueño. Tanto repiqueteo logra que mi conciencia gane espacio y abro apenas mis ojos.
La oscuridad de mi habitación también es invadida. Un resplandor amarillento baña las paredes y los muebles. Por la ventana entreabierta veo el inmenso reloj de la iglesia al otro lado de la calle. Un minuto pasa de medianoche.
—La hora de las brujas —digo con voz ronca y me dispongo a seguir durmiendo.
—Saqué un pulmón, gano yo por ahora —dice la voz de la risa disonante.
Es como un tañido que termina de perforar mi ensueño y hace que me incorpore en la cama. A mis pies, en la pared donde debería estar el placar, hay dos mujeres sentadas junto a una pequeña mesa circular.
Es una imagen insólita, sicodélica, surrealista.
—Dame el cubilete. En esta tirada no fallo —dice la voz de la risa sensual.
La mujer tiene el cabello de un blanco nieve y viste de negro. El vestido de la otra asemeja un baño de sangre sobre su piel morena. A los pies de ambas, sendas mascotas de aspecto espantoso. Sobre la mesa veo órganos humanos. Rojos, brillantes y frescos. Me llega un fuerte olor a incienso. Una sensación de ahogo nace desde lo profundo de mi estómago.
—Parece que tenemos visita —dice la de cabello blanco, mientras agita el cubilete.
La negra me mira, sonriente—: No solemos jugar con espectadores, pero podés quedarte.
—¿Puedo quedarme? ¡Es mi casa! ¿Qué está pasando? ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen acá?
—Jugamos a los dados, o dicho mejor, a los órganos. Somos brujas. Acá es un buen lugar como cualquier otro para seguir con la tradición —dice la negra.
De las dos se desprenden larguísimas pestañas que vuelan y forman pétalos irreales. Detrás, algo parecido a un túnel irradia la luz amarilla que dora la habitación.
—Es un sueño. —Me digo—. Un sueño bien lúcido.
—¿Un sueño? El que era dueño de los órganos no pensaría lo mismo... ¡Otro riñón! No estoy de liga esta noche, hermana —Dice la voz sensual.
Una de las mascotas olfatea hacia la mesa y gruñe.
La negra le acaricia la cabeza—: ¿Tenés hambre, Vanlia? Tranquila, ya comerán las dos.
—Si no es un sueño, ¿pueden explicarme qué es todo esto? ¿Qué es este juego? ¿Qué es esa tradición? ¡Quiénes carajo son ustedes!
—Hermana, creo que merece una respuesta —dice la de pelo blanco.
—Y se la daremos, hermana.
La negra juega con el cubilete y cruza las piernas. Ahora noto la increíble belleza de las dos.
—Te dijimos que somos brujas. Te dijimos que este juego es una tradición. Hace varios siglos, junto a tantas mujeres inocentes, los curas inquisidores también quemaron a algunas brujas reales. Una de esas era nuestra tátara tát... bueno, una abuela nuestra.
—Y nuestra abuela —prosigue la voz sensual— maldijo al tribunal que la condenó. Y les juró que por los próximos mil años todos sus descendientes, los de ellos, morirían aún jóvenes y sus entrañas serían usadas como diversión, para luego ser comidas por los perros.
—Por supuesto que no le creyeron y la quemaron. Pensaron que era otra pobre infeliz en la hoguera. Esa noche se inició la tradición. Desde entonces, varias generaciones de brujas rastreamos a esos descendientes y cumplimos la maldición —La negra arroja el cubilete—. ¡Otro pulmón! ¡Ya te tengo, hermana!
La de cabello blanco me observa. Siento cómo su voz me rodea, me aprisiona—: Y esta noche llegamos a tu habitación para comentarte sobre un antepasado tuyo que se portó muy mal... Es hora de cobrar deudas.
«¡Mierda!», pienso.
La sensación inicial de ahogo se transforma en pánico. Las mujeres me miran con seriedad. Sus horribles mascotas me muestran los dientes. Quiero gritar, pero una rigidez de piedra me atenaza. Todo comienza a girar y me siento cerca del desmayo.
—¡Ja ja ja ja ja ja! ¡Hermana, cómo le vas a decir eso al pobre muchacho! ¡Se va a mear encima!
La risa disonante, estentórea, ahora es acompañada por la sensual. A la mujer de cabello blanco le caen lágrimas mientras ríe y toma el cubilete.
—¡Lo siento, no pude resistirlo! Tranquilo, como te dijimos, estamos jugando y este es un buen lugar como cualquier otro... ¡Corazón! ¡Saqué el corazón! ¡Te gané, hermana!
Las mujeres se levantan, esbeltas, deslumbrantes.
—El juego terminó y nuestras mascotas deben comer. Gané y tendré el privilegio de encargarme del próximo heredero... Fuiste un buen anfitrión, muchacho.
El túnel amarillo que las rodea gira y se vuelve más oscuro. Toda la escena va absorbiéndose hacia el negro. Lo último que alcanzo a ver es un mechón de cabellos blancos como la nieve.
Luego, me desvanezco.
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Me asomo a la ventana. El gran reloj de la iglesia está detenido un minuto pasada la medianoche.
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Re: CO LC - Tradiciones
Autor/a, has sabido describir a la perfección la atmósfera onírica del cuadro e incluir una historia tras ella. Los vestidos, la luz, las mascotas, las pestañas como pétalos... está todo. El detalle del final, en el que el reloj parado un minuto después de la medianoche hace dudar de si fue un sueño o no, le pone la guinda al relato. Gracias por compartirlo y buena suerte
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Re: CO LC - Tradiciones
En efecto, un sueño, y muy bien descrito. Me ha gustado la vuelta que le has dado al cuadro, haciendo que sean brujas y estén jugando un juego de mesa (con órganos, como se puede ver).
Quizá me ha faltado concretar un poco más el final. ¿Cuál es el "castigo" del protagonista por ser descendiente de un miembro del tribunal? Por lo demás, buen relato, autor/a.
Gracias por participar, y suerte
Quizá me ha faltado concretar un poco más el final. ¿Cuál es el "castigo" del protagonista por ser descendiente de un miembro del tribunal? Por lo demás, buen relato, autor/a.
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- Jarg
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Re: CO LC - Tradiciones
Yo lo he entendido como que el protagonista no es descendiente de los inquisidores, simplemente es el dueño de una casa aleatoria en la que las brujas se han metido para jugar y ellas le gastan la broma haciéndole creer por un momento que sí que es uno de los descendientes a los que tienen que castigar.
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Re: CO LC - Tradiciones
Gracias, Jarg, visto así ya lo entiendo mejor Vaya brujas más bromistasJarg escribió: ↑27 Oct 2023 12:23Yo lo he entendido como que el protagonista no es descendiente de los inquisidores, simplemente es el dueño de una casa aleatoria en la que las brujas se han metido para jugar y ellas le gastan la broma haciéndole creer por un momento que sí que es uno de los descendientes a los que tienen que castigar.
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Re: CO LC - Tradiciones
Si alguien sabe cuando vuelven a quedar estas brujas que me mande un watsap, que me apunto. Creo que aún tengo algún traje de bruja en el placar, de cuando me desplazaba "como flotando".
Más tarde vengo a dejarte cuatro chorradas de las mías, ahora no, que me voy a hacer el vermut y eso, como lo de tus brujas, también es una tradición.
Más tarde vengo a dejarte cuatro chorradas de las mías, ahora no, que me voy a hacer el vermut y eso, como lo de tus brujas, también es una tradición.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
- Tolomew Dewhust
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Re: CO LC - Tradiciones
No puede ser, estimado Jarg, porque una de las brujas le dice al anfitrión que uno de sus antepasados se portó muy mal, .Jarg escribió:Yo lo he entendido como que el protagonista no es descendiente de los inquisidores, simplemente es el dueño de una casa aleatoria en la que las brujas se han metido para jugar y ellas le gastan la broma haciéndole creer por un momento que sí que es uno de los descendientes a los que tienen que castigar.Iliria escribió: Quizá me ha faltado concretar un poco más el final. ¿Cuál es el "castigo" del protagonista por ser descendiente de un miembro del tribunal?
La autora / el autor escribió: La de cabello blanco me observa. Siento cómo su voz me rodea, me aprisiona—: Y esta noche llegamos a tu habitación para comentarte sobre un antepasado tuyo que se portó muy mal... Es hora de cobrar deudas.
Hay seres inferiores para quienes la sonoridad de un adjetivo es más importante que la exactitud de un sistema... Yo soy uno de ellos.
- Tolomew Dewhust
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Re: CO LC - Tradiciones
Al chico se lo zampan. Ea. Se acabó. Y si no es así que la autora/ autor hubiera cerrado el final. Pero creo que sí, que el tema de que se despierte y el reloj vuelva a marcar la misma hora que en la pesadilla significa que está cadáver y se ha quedado para los restos en el limbo.
Hay seres inferiores para quienes la sonoridad de un adjetivo es más importante que la exactitud de un sistema... Yo soy uno de ellos.
- Tolomew Dewhust
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Re: CO LC - Tradiciones
Casi mejor le hubieras buscado un nombre a cada bruja para nombrarlas sin repetir varias veces "la de la voz disonante" y "la de la voz más sensual".
Es un texto bien construido a base de diálogo, aunque me inclino por darle más profundidad ambientando el encuentro con descripciones y parrafadas que nos metieran en la historia, haciéndola menos descriptiva.
Te voy a traer un gif raro.
Es un texto bien construido a base de diálogo, aunque me inclino por darle más profundidad ambientando el encuentro con descripciones y parrafadas que nos metieran en la historia, haciéndola menos descriptiva.
Te voy a traer un gif raro.
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- Tolomew Dewhust
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Re: CO LC - Tradiciones
Tu prota:
Hay seres inferiores para quienes la sonoridad de un adjetivo es más importante que la exactitud de un sistema... Yo soy uno de ellos.
- Jarg
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- Ubicación: En un Gran Ducado...
Re: CO LC - Tradiciones
Yo pensé también que podría ser una broma, por aquello de que una de ellas comenta que lo mismo daba un sitio que otro, pero ese reloj parado a las doce y un minuto me parece una especie de recordatorio, la promesa de una nueva visita, no sé yo...
Muy chulo, autor, autora, canalla y elegante, sí señor.
Muy chulo, autor, autora, canalla y elegante, sí señor.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
Re: CO LC - Tradiciones
Muy divertido. El juego con los órganos me ha parecido muy original. Si acaso, podría sugerir que las brujas no fueran tan explícitas con el soñador. Sería una manera más de torturar al pobre infeliz, como hacerlo culpable de algo que todavía no sabe. En esa línea, también podría sugerir que no fueran amables con su "anfitrión" al respecto de su calidad de invitadas... El muchacho no tiene potestad para hacerlas marchar. No sé. En cualquier caso así no queda mal, quizás, para qué liarlo más.
Enhorabuena y mucha suerte.
Enhorabuena y mucha suerte.
Re: CO LC - Tradiciones
Me ha gustado tu relato. Sencillo y original. Te deja pensando, al final, en si lo que pasó fue cierto o fue un sueño, y por tanto, dan ganas de leer más. La prosa muy cuidada y ciertamente poética pero con frases no muy largas ni complejas; da gusto leerlo. ¡Gracias por compartirlo y mucha suerte!
Vivir sin leer es peligroso, obliga a conformarse con la vida, y uno puede sentir la tentación de correr riesgos.
Michel Houellebecq
Publiqué una novela y está disponible aquí
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Re: CO LC - Tradiciones
me gusta mucho tu relato, autor/a, elegante, divertido, se te dan bien los diálogos... me gusta la historia (menuda visita tiene el pobre esa noche ) y me gusta cómo lo cierras, al final sí que se lo van a comer, qué le vamos a hacer! o no, ya dirás!
gracias por compartir, mucha suerte
gracias por compartir, mucha suerte
Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias. Eduardo Galeano
Recuento 2024
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