"Me alegro que te alegres que me alegre", decía uno.
"Antes de hablar, quisiera decir unas palabras", decía otro.
Como cualquiera sabe, un argentino va con la partida de nacimiento a la facultad y le convalidan media carrera de psicología
En este cuento busqué un efecto: que el lector compartiera la sorpresa del protagonista.
Apenas dejé un par de indicios: cuando el personaje pregunta si tienen hijos y los otros se sobresaltan; y cuando dice "...algo más que no supe definir."
Dicho lo cual, le devuelvo su honra a Don Chejov.
El texto es corto, alargar la tensión era peligroso para el ritmo que llevaba. La frontera con el ridículo es muy delgada.
He pensado mucho en otras cuestiones. ¿Qué pasó en la casa tras cerrarse la puerta? Seguro que Marcial querría, exigiría, alguna explicación. ¿Y si se revirtiera la búsqueda? Años más tarde, Marcial —ya convertido en ayudante del fiscal— Inicia una búsqueda de su padre para saber la verdad. ¿La obtendrá? Si el padre se la dice, destroza a la familia y a su propio hijo. Plan "B", le miente, pero eso es demasiada nobleza para un ex convicto. Una cosa es que haya actuado por instinto y otra que proteja al hijo de manera calculada. SI encuentro un final adecuado, ya tengo los escenarios y los personajes. Claro que segundas partes nunca fueron buenas (otro riesgo).
Esto ya es más largo que el cuento (otra virtud argentina, vea).
Saludos a todos, les reitero mi agradecimiento.
Marcelo