¡Hola autor/a!
Me ha gustado mucho esta historia, esos seres que has creado me parecen de lo más entrañables, sobre todo Seikurd, pobrecillo, no hace más que liarla cada vez más, pero gracias a su ocurrencia final de dejarse comer por los coyotes, su alma y la de los suyos seguirá vivendo en el interior de los humanos.
Lo cierto es que creía que esa gema, al ser mágica, le serviría a Seikurd para vengar a los suyos, y cuando decide ir a arrojarla a la aldea he pensado "seguro que cuando la lance estalla en plan bomba o algo así, y adiós humanos", pero me alegra que no haya sido así, pues además de hacer un giro que me ha sorprendido, ese final me gusta mucho más, y es que, aunque desde luego merecían venganza por parte de Seikurd, creo que, al no estar en su naturaleza ser violento, esa venganza accidental no le habría dejado muy buen sabor de boca.
He leído algún comentario donde se dice que los gursminchk se vuelven agresivos y presentan batalla, pero según he entendido yo, no es así. Ellos no van a la aldea pensando en luchar, (el único que quería atacar y clamaba venganza era Landrock, que me da a mí que alguna vez probó la carne humana
), solo quieren asustar a los humanos aparentando ser fieros y peligrosos y que estos abandonen la idea de ir a la cueva, o incluso que abandonen la aldea. Y creo que por eso, al pillarles por sorpresa el que los humanos salgan con más armas y se enfrenten, se quedan sin saber como actuar, y su instinto les hace preocuparse más por las almas de sus familiares que por su propia vida.
La escena de Seikurd entregando al niño el brazo del padre me ha encantado, por un lado me ha hecho gracia imaginármela, y por otro me ha enternecido ver a Seikurd preocupado por ese niño, porque a pesar de pertenecer al bando de sus enemigos, se apiada de él, quizá en parte porque se siente culpable de haber matado al padre aunque haya sido por accidente, o quizá porque ve en el niño un alma más pura, más próxima a la suya. Y también me gusta la idea de imaginar ese acto desde la perspectiva del niño, que ve a un ser feo hacer algo horrible, sin imaginar siquiera las buenas intenciones de Seikurd.
Quizá me haya faltado algo más de chicha en la batalla, aunque no sepan luchar y su "fé gursmichk" (como dice Rubisco), les haga ir corriendo a comerse a los caídos en vez de defenderse, sí que me hubiera gustado ver cómo los humanos se llevaban al menos algún que otro escupitajo de esos que, aunque no fuera suficiente para matarlos, buenas quemaduras podrían haberles hecho
. Pero bueno, pensándolo bien, así mueren con su alma aún más pura, sin hacer daño alguno y, siendo el alma algo tan importante para ellos, tampoco veo mal que no lo hagan.
En definitiva, un buena historia con una narración fluida que me ha gustado mucho.
¡Enhorabuena y mucha suerte!
P.D. En
Las crónicas de Imaginadantia me quedé con las ganas de saber a qué sabían esos dulces, y con este relato me he quedado con las ganas de saber...
como suena la nana . |