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CP XIII - Bajo el maquillaje - Mario Cavara

Publicado: 16 Abr 2018 17:01
por lucia
BAJO EL MAQUILLAJE

Es de noche, la madrugada impera sobre su habitual trono de estrellas y penumbras, aunque tan extendido ya en el tiempo su reinado que en breve será irremediablemente destronada por las hordas de la aurora. Frente al lavabo, una mujer desliza bolas de algodón sobre su rostro; rímel y maquillaje se funden en churretes que van dejando regueros grasientos por buena parte de la cara, revelando así una edad que con su impostura pretendieron aquéllos disimular a lo largo de la noche. Las arrugas y flacideces asoman en el semblante como duendes burlones.
Ella sale del cuarto de baño y se deja caer sobre la cama del dormitorio. Está cansada, muy cansada, por lo que durante algunos segundos se mantiene inerte, sin mover un solo músculo del fatigado cuerpo, clavada la vista en el techo, blanco y ligeramente desconchado, donde cuelga una lámpara violeta. Luego, sobreponiéndose a la flojera, lanza al aire los tacones, desajusta los ligueros que a sus muslos sujetan unas medias negras de rejilla y se desprende de ellas; en un último esfuerzo se quita el vestido rojo que lleva puesto para, ya en ropa interior, escurrirse bajo la cubierta. No apaga, sin embargo, todavía la luz.
Sabe que el sueño tardará aún en acometerla, que ni siquiera lo hará mientras ella no vaya en su busca a través del habitual atajo químico, pero no tiene prisa aún. Dormir no es tampoco una prioridad. En realidad, hace tiempo que dejaron de existir prioridades en su vida, una vida que en última instancia sólo progresa por los empujes de la inercia. ¡Inercia! ¿Puede en realidad llamárselo así? Sí, ¿por qué no?, todas las rutinas participan a su modo de una inercia, la suya no iba a ser en ese sentido una excepción, por muy sórdida que resulte. Reflexiona sobre ello y admite que no siente ya asco ni escrúpulos por lo que hace, es sólo un trabajo, el modo con el que se gana el sustento, nada más. Igual que otros venden frigoríficos, conducen taxis o construyen casas, ella arrienda su cuerpo, eso es todo, y mientras lo hace sólo piensa en que el huésped de turno lo desaloje cuanto antes, pague la tarifa y entre el siguiente, así de sencillo. Todo se convierte al fin y al cabo en rutina cuando se han perdido las ilusiones, y ella hace años que las perdió, no sabe cuándo ni dónde, en algún rincón del camino, del largo camino recorrido, qué más da en cualquier caso.
Hubo un tiempo en que todavía soñaba con príncipes azules, con redentores salidos de cualquier rincón del universo que, libres de prejuicios, la rescatarían de su noche oscura para llevarla lejos, muy lejos, allí donde el olvido impusiera su ley para borrar todo vestigio de lo que hasta entonces fuera su existencia. Un nuevo principio, una luz liberadora que iluminase un porvenir diferente, otros días y otras noches, otro mundo, un nuevo mundo donde poder ser feliz. Sentada a la barra del bar de turno, con un vaso de whisky en una mano, un cigarrillo humeante en la otra y el peso de la culpa sobre sus espaldas, sondeó muchas veces con el pensamiento esta posibilidad, pese a antojársele cada vez más remota, una entelequia en el fondo, tan utópica que no podía evitar que día tras día fuesen sus sueños engullidos por una realidad que, cada vez más acerba y cruel, se alzaba sobre ellos para hincársele en el alma como un cilicio lancinante, gritándole con sevicia que su destino sería arrostrar para siempre el mismo oficio de tinieblas.
Ahora ya no piensa en ello, todo le da igual, hace tiempo que se rindió a la evidencia de esa realidad sañuda que no cesaba de mortificarla, y al hacerlo sintió curiosamente alivio, pues no en vano fue tras capitular de forma definitiva, sin condiciones, cuando dejó de percibir las feroces punzadas de su adversaria; la derrota le trajo de este modo paz, aunque fuese una paz fundada sobre los eriales del conformismo, y tras el armisticio dejó la realidad de hacerle daño, aletargada por la anestesia de su propio abandono, resignada definitivamente a todo, a una vida sin ilusiones, sin nuevos sueños ni falsas esperanzas. Definitivamente fagocitado el futuro por una sucesión de presentes perversos, asumió al fin que ningún príncipe azul acudiría en su rescate y que el olvido sólo impondría su ley tras trasponer ella misma la última frontera, más allá de todos los horizontes conocidos.
Sabe, no obstante, que en los páramos donde florece ese definitivo olvido no hallará tampoco la felicidad, sino a lo sumo la nada, la eterna y absurda nada, esa que ha aterrado a los hombres desde la noche de los tiempos, llevándoles a inventar dioses, infiernos y paraísos con los que atemperar su pánico. Pero a ella no le asusta dicha nada. La muerte no le provoca perturbación de ningún género, no le sorprenderá desde luego con miedo o desazón en el alma, consciente en definitiva de que la vida sólo es un sueño confuso al que por fuerza ha de suceder un sueño aún más largo y oscuro.
No tiene de todas formas prisa por arribar a dichos páramos ineludibles, ya le llegará la hora cuando le llegue; cada noche viene a ser, por así decirlo, un anticipo de esa última noche eterna, otro paso más hacia la perenne nada, y ella lo acepta sin mayor rebeldía, como se acepta aquello contra lo que la voluntad deviene estéril; pero sin dejar entretanto de luchar por sobrevivir. Vive entre alimañas, en el seno de una selva fragosa y hostil donde no deja de ser una más, otra bestia que se alza sobre sus patas, que tensa su lomo, afila sus garras y pugna por continuar subsistiendo, y así seguirá siendo mientras tenga fuerzas para ello.
Su corazón, huero de emociones, da fe de esa condición de bestia; nada hay dentro de él, ni siquiera rencor o resentimientos, no es más que un músculo insensible y vacío, tan vacío como lo es en realidad toda ella, una cáscara sin sustancia que cada día se abre de piernas a cambio de unos billetes.
Pensándolo bien, ese ha venido a ser siempre su destino, el de una muñeca rota con la que todos juegan pero que nadie se quedará nunca; ahora lo sabe a ciencia cierta, sin que a estas alturas de la película merezca ya la pena tomarse la molestia de intentar siquiera alterarlo. ¿Para qué, si de sobra sabe que es inamovible? Le consta que su libre albedrío está subyugado bajo cadenas de plomo, cadenas forjadas a lo largo del tiempo en base a circunstancias que, bien provocadas por ella misma, bien por terceros, fueron sellando el acontecer de sus pasos, sólidas cadenas que, una vez aferradas a aquél, lo aprisionaron de tal forma que cualquier movimiento en aras a su liberación no conseguiría sino provocar cruentas heridas, y ella no está dispuesta a sufrir más, menos aún por utopías, sólo quiere que el tiempo pase sin imprevistos ni perturbaciones adicionales, de tal modo que a su través pueda proseguir transitando de la manera instintiva en que viene haciéndolo desde hace años, como una autómata, continuar desenvolviéndose dentro del fango que constituye su hábitat, en el que ha aprendido a manejarse con relativa facilidad, sin nada ni nadie que altere el curso de dicho devenir; no pide más, maquillaje, rímel, tacones, ligueros y ajustados vestidos de llamativos colores, eso es todo, las armas de guerra con las que luchar y sobrevivir en su sombrío tremedal.
Apaga la luz e ingiere con un vaso de agua los dos orfidales de rigor, los que, como de costumbre, la conducirán a los confines del universo onírico. Ha sido una noche bastante parca en trabajo, apenas media docena de brazos constituyeron su acervo, brazos entre los que durante algunos minutos se contorsionaron, inconmovibles, sus trilladas formas femeninas, pasando de uno a otro como quien recorre las ventanillas de un ministerio, sin ningún tipo de agitación emocional o sensitiva, sin más alegría que la fingida mediante esa falsa sonrisa de sirena con la que aprendió a combar sus labios pintados. Unos billetes a su bolso, el imprescindible condón y luego, terminada la faena, un adiós protocolario, vacío de cualquier clase de afecto. Esa es su rutina, la rutina de la muñeca rota, del juguete con el que retoza y se divierte un público apremiante.
Pero también ella juega a su modo; juega con ese mismo público que, ansioso, demanda instantes de apócrifo entusiasmo, juega con esa clientela ávida de goces sensoriales, de carne entregada, de furtivos ascensos al Olimpo, gente cuya lubricidad viene a ser para ella fuente de supervivencia. Juega y se sirve para el juego del deseo ajeno, de la soledad de sus amantes, hasta de su necesidad de afecto, porque incluso hay entre ellos quienes, sorprendentemente, buscan amor, migajas de amor, un soplo al menos de sentimiento, por espurio que resulte, e imaginan por un fugaz instante que es franco y amoroso el encuentro de la carne. Ella lo nota y se aprovecha de ello, alienta esa necesidad, aviva su adicción, curva los labios y les acaricia con su sonrisa fingida. Es un juego cruel, sin vencedores, un juego que se desarrolla dentro de un escenario de alcohol barato, colchones gastados y luces de colores. Es en definitiva el juego que le permite subsistir. Pero ¿hasta cuándo podrá seguir jugando?
La edad no perdona y ella lo sabe, consciente de que el éxito en su oficio depende, tanto o más que del hecho de poseer determinadas habilidades, del aspecto externo lucido en su práctica, y que, por tanto, a la par que se vaya deteriorando éste, irán con el paso del tiempo disminuyendo también sus clientes. Llegará así el momento en que ni el maquillaje, ni los escotes pronunciados, ni la voluptuosidad de su fisonomía serán suficientes para despertar el deseo, y será entonces arrumbada y dejada de lado como un trasto viejo e inútil. Inevitable que sea así, no en vano constituye el proceso por el que necesariamente atraviesan quienes, como ella, se dedican a la venta de carnal placer, sin que haya excepciones en dicho proceso. ¿Qué hará cuando eso se produzca? Prefiere ni pensarlo, aunque sabe que ese terrible momento no está ya demasiado lejos…. En todo caso, lo que tenga que ocurrir, ocurrirá; lo único claro es que seguirán sucediéndose los presentes, cada vez más voraces, hasta el definitivo final.
Empieza a tener sueño. Se quita el sujetador. Le gusta el contacto de las sábanas sobre sus senos desnudos, un roce suave que le hace olvidar la aspereza de las manos que cada noche los manosean. No quiere seguir reflexionando sobre nada más, sólo dormir, sumergirse en las plácidas aguas del sueño hasta que, ya avanzado el día, despierte de nuevo para comenzar otra jornada más. Dormir de día y vivir de noche, vivir para albergar entre sus muslos otras almas tan perdidas como la suya, roces de cuerpos que seguirán pasando de largo, amantes sin amor que se derramarán entre bramidos cuyos ecos resonarán en ese desolado enclave llamado corazón.
Se duerme al fin. Los ríos por donde navegan sus sueños se extienden formando meandros, cósmicas sierpes que hienden las profundidades de un firmamento paralelo, que zigzaguean entre racimos de estrellas para, envueltos en su luz, desembocar en el alma del durmiente, en su alma marchita y sola.

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 22 Abr 2018 12:31
por Onomatopeya
Bueno este relato es el que denota mejor manejo de la prosa por parte de su autor. Está claro que quién lo escribe sabe escribir y nos narra una poesía envuelta de prosa. ¿Será suficientes eso para ganar? No lo sé, le falta historia, y le sobra artificio. Ya sabes escribir, ahora lija la madera para que el relato quede liso y suave.

Suerte

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 22 Abr 2018 16:38
por Gavalia
Se entiende perfectamente lo que cuenta, no hay lugar a extrañas interpretaciones. La historia es poco original pero la forma de escribirla puede cambiarla por completo.
Sin duda alguna la parte que más me gusta es la central. Es limpia, fluida y fácil de leer. Tanto la primera como el final, creo que se exceden en el uso de palabras poco usuales en nuestro vocabulario, y por ende, aun menos en el de una mujer de vida relajada, con independencia de la forma de expresarse del narrador.
La historia ni me gusta ni me deja de gustar. Para mi aprueba perfectamente el corte pero no me entusiasma.
Saludos y suerte.
6-6-5

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 22 Abr 2018 21:44
por ACLIAMANTA
Un historia dura, que destila desesperanza, hastío y algo de resentimiento, que me parece debería despertar en el lector la compasión por la protagonista pero que no lo logra (o por lo menos no conmigo) tal vez debido al exceso de drama en las reflexiones del personaje, que terminan cansando al lector y con ganas de decirle a la mitad del relato: ¡ya, cállate y duérmete!
Hubo una expresión : “No apaga, sin embargo, todavía la luz” , que me sacó a empellones del relato. También lo encontré un poco recargado de adjetivos, algunos a mi juicio, innecesarios.
no sé que es lancinante
acerba y cruel no es lo mismo?

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 25 Abr 2018 19:34
por Sinkim
Muy bien escrito pero la historia me ha sabido a poco, no me suelen gustar los relatos tan descriptivos, pero eso es culpa mía :oops:

Me ha pasado igual que a Acliamanta con esa frase, suena muy rara :lol:

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 26 Abr 2018 05:04
por Fernweh
¡Hola, autor/a!

Antes de comentar tengo por costumbre leer dos veces cada relato, e incluso, si el relato me aburre por alguna razón, hago un doble esfuerzo en concentrarme en él en la segunda lectura. Y eso mismo es lo que he hecho con este.

La primera vez que lo he leído he tenido que parar muchas veces para buscar palabras en el diccionario, y eso ha hecho que no consiguiera sumergirme de lleno en la narración.
Habrá quien piense que un relato está mejor escrito por introducir un vocabulario muy culto, pero ese no es mi caso. Yo soy de las que piensan que un escritor puede demostrar mucho mejor su maestría sabiendo llegar al alma de sus lectores sin necesidad de recurrir a tanto artificio. Y ya no lo digo sólo por el vocabulario, sino por las frases tan largas y recargadas en las que, por más que quería centrarme en ellas, acababa perdiéndome.

Y lo he leído una segunda vez, haciendo ese doble esfuerzo del que te hablaba, y lo he disfrutado algo más, pues al menos ya conocía las palabras (gracias a una chuleta que me hice para no tener que ir a buscarlas de nuevo), y lo cierto es que tengo que decirte que realmente escribes muy bien, aunque yo no sea tu público adecuado. Y no lo soy porque, a pesar de que las reflexiones de la prostituta son muy profundas, cargadas de desidia y resignación hacia la vida, y que esas cosas normalmente consiguen emocionarme, no se me ha movido nada por dentro al leer tu relato.

Me da pena decir esto, pues se nota que te lo has currado, y créeme que lo valoro, pero si te dijera que me ha gustado, te estaría mintiendo.

Resumiendo: No soy tu público, pero nadie te quita que escribes muy bien y que tu vocabulario es tremendo.

Y así me hallo tras leer tu relato :roll:
¡Mucha suerte en las votaciones!

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 26 Abr 2018 08:25
por Berlín
Creo que a este tipo de historia le pega otro tipo de lenguaje, más sencillo, más crudo e incluso le hubiera venido bien escribirlo en primera persona. Una puta ajada que se desmaquilla y tras los kilos de rimel y corrector de ojeras queda tan solo lo que es, una mujer rota y cansada.

Lo siento autor, te juro que el lenguaje florido me suele gustar, además soy de las que no se conforman con entenderlo por el contexto, no, yo me voy a buscarlo al diccionario, porque me enriquece, pero creo que hay que saber cuando utilizarlo y creo que en esta historia no pega, porque sacas al lector de la historia, porque debería estar pensando en la amargura de esa mujer y en cambio se pone a pensar qué carajo es lancinante.

El caso es que está muy bien escrito y este tipo de reflexiones suelen gustarme, pero esta vez no ha sido así.

Suerte, compañero.

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 26 Abr 2018 16:34
por Isma
:hola:

Me ha gustado el relato. Transmites muy bien la atmósfera sórdida y encadenas las reflexiones de la mujer con coherencia: todas negativas, todas pesimistas. Quién es, de dónde viene, la inevitabilidad de su camino, la caída en desgracia igual que sus clientes, el final oscuro que anticipa.

Si acaso, le encuentro que no conducen a ninguna parte. Dibujan un escenario de desesperación en el que no hay salida. Aunque hay tensión, no hay cambio. No hay conflicto. El personaje no se desarrolla ni cambia. El relato en sí es pura atmósfera, un humo oscuro que cuando se disipa no deja más que la sensación de angustia de su protagonista.

Mejoraría el arranque y el final; el primero porque no engancha, y el segundo porque no dice nada. Está claro a esas alturas que el alma de la protagonista está marchita y sola.

¡Suerte!

Aquí te pongo el relato comentado de mi puño y letra (con estas reglas de interpretación que comentaba en el foro general).
-> Bajo el maquillaje (comentarios Isma)

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 26 Abr 2018 19:33
por Nínive
¿Sabes qué me pasa con este relato? Me parece una inmensa capa de maquillaje para lucir prosa, pero que se queda ahí. Con ese léxico preciosista y esas vueltas a las misma ideas, le restas crudeza. Es como si al describir un escupitajo escribieras que la saliva, en minúsculas burbujas, impacta contra el asfalto caliente.
Me falta "sentir" esa vacuidad, esa vida destrozada. Quiero olerla, quiero que ese maquillaje y ese sudor se me queden pegados a la piel... Y no lo consigues.

Esas son mis impresiones, autor.

¡Ala! ¡A seguir escribiendo! :60:

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 26 Abr 2018 20:11
por lunaroja
Me gustó el tema, me gusta como escribes, pero comparto lo que expresan muchos. Se extiende demasiado en descripciones, y tal y como dice Ismael,creo que tendría que haber tenido alguna ruptura que quebrara tanta explicación.

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 26 Abr 2018 22:58
por konchyp
:hola:

Me ha gustado mucho la forma y lo que intenta transmitir. La historia en sí me deja insatisfecha. Es un tema muy trillado y te esmeras en describirlo de una manera admirable, pero... ¿es suficiente? Me temo que no lo es para mí. Necesito algo más que haga la historia especial, diferente. Claro que es una questión personal mía, me gusta algo de acción.
Envidio la escritura y la forma en que llenas de pesimismo cada párrafo y cada frase, si hubiera tenido ese "algo más" me ganabas por completo, pero me falta lo esencial.

:60:

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 26 Abr 2018 23:38
por prófugo
Estimado autor:

Qué duda cabe de que posees un inmenso dominio de la lengua española y de que sabes expresarte de una manera más que correcta.

En el caso de tu relato, la historia en sí me ha gustado pero la forma de contarlo no. Me parece demasiado erudito y recargado...y yo, aunque aprecio, valoro y respeto una buena y rica prosa como la tuya, prefiero a veces algo menos "rebuscado". Creo que lo ideal es, casi siempre, el equilibrio...es decir, ni tanto ni tan poco.

Pues eso, que seguramente con una prosa menos adornada me hubiese gustado bastante más tu trabajo. De todas maneras, no tomes muy en cuenta mi comentario, soy solo una gota de agua dentro de todo un océano.

Espero sepas disculparme. Un abrazo y suerte :60:

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 29 Abr 2018 10:57
por raumat
Excelente retrato de una prostituta.
Así que un relato triste y depre, lógicamente.
Muy bien escrito. Una prosa muy bonita.
Aunque el tema no me resulta demasiado atractivo, creo que es un buen trabajo.
Gracias al autor por compartirlo y suerte en el concurso.

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 30 Abr 2018 12:39
por Iliria
Con este relato me encuentro un poco indecisa :roll:

El tema es bastante recurrente y creo que le das demasiadas vueltas a lo mismo. Creo que con menos hubiese sido más efectivo. Por otro lado muestras un buen manejo de un vocabulario rico, y la idea queda clara.

Suerte :hola:

Re: CP XIII - Bajo el maquillaje

Publicado: 01 May 2018 10:08
por Meiko
En fin, no te voy a decir nada que no sepas y no te hayan dicho ya, pero genial la prosa. A mí no me resultó en exceso adornada pese a la historia que cuenta porque el narrador a fin de cuentas no es la protagonista y habla como quiere, sí me hubiera chirriado en primera persona ese estilo. Esta frase me gusta mucho:
Bajo el maquillaje escribió:Los ríos por donde navegan sus sueños se extienden formando meandros, cósmicas sierpes que hienden las profundidades de un firmamento paralelo, que zigzaguean entre racimos de estrellas para, envueltos en su luz, desembocar en el alma del durmiente, en su alma marchita y sola.
Además creo que trasmites bien el sentimiento de abandono, de desidia, el nihilismo desesperanzado, la angustia por el paso del tiempo, el abismo del que no quiere salir. Porque no quiere pese a la desolación, no lo intenta, se ha rendido. Me quedo con la duda de si lo ha intentando alguna vez, tal vez me hubiera gustado que en vez de esperar príncipes azules en sus sueños saliera al mundo e intentara ser quien ella quería; igual hasta se hubiera chocado con alquien que la quisiera. Eso me hubiera gustado, que nos contaras más de sus ilusiones pasadas, de sus esperanzas. Tal vez el contraste entre la alegría juvenil y la dejadez actual.

Por otro lado, hay cosas que me han gustado menos. No necesitaba un vestido rojo, ni medias de rejilla con liguero, ni la expresión de la muñeca rota. Esas pequeñas cosas tan habituales en estas historias me hacen pensar que podrían haber sido distintas y que, adornadas con tu prosa, hubieran quedado más humanas y hubieran sonado menos a algo conocido, lo que siempre resta algo de drama, que es en lo que se basa tu texto.

Y, por el lado de la trama, de la historia, también hubiera querido un poco más. Algo, alguna decisión por parte de ella, ya hacia la vida ya hacia el suicidio, un desenlace. Me quedo pensando que me he asomado por una ventana a la mente de alguien, pero que ese fragmento de alma tiene una historia completa tras de sí que me oculta.

Oye, por lo demás desolador y deprimente todo, eso está conseguido. Qué triste que ni siquiera en los sueños pueda encontrar descanso.

Gracias por compartirlo :60: