Yo no.-Joachin Fest

[Aben Razín]

Me he debido explicar muy mal, porque, por ello, hacía mi comentario al tuyo. Tenemos una realidad tan polarizada que, pienso, estamos viviendo una segunda oleada, tras 80 años después, y no nos queremos dar cuenta. En el fondo, los problemas sociales y económicos están ahí y su falta de solución es un caldo de cultivo hacia ese extremismo.

[Mariela]

Me he debido explicar muy mal, porque, por ello, hacía mi comentario al tuyo. Tenemos una realidad tan polarizada que, pienso, estamos viviendo una segunda oleada, tras 80 años después, y no nos queremos dar cuenta. En el fondo, los problemas sociales y económicos están ahí y su falta de solución es un caldo de cultivo hacia ese extremismo.

Discrepo respecto de la idea de que los problemas sociales y económicos o más bien su falta de solución sea un caldo de cultivo hacia los extremismos. En mi opinión, es justo lo contrario. Los extremismos siempre están ahí y contínuamente buscan problemas que les ayuden a medrar. Si los problemas existen, los exacerban. Y si no existen, los crean para a continuación exacerbarlos. Y esto es así tanto hoy en día, como en la Alemania de los años 20-30, en la Revolución Rusa, en la Revolución Francesa o en la Reforma Protestante, por poner ejemplos. Y en todos los casos simpre es un "quítate tú que me pongo yo" para que todo siga igual: nos ofrecen un cambio de amo, pero buscando que sigamos siendo esclavos. La cuestión es, ¿estamos dispuestos a pagar el precio de nuestra libertad en la moneda del ostracismo social? Y ojo, que el panorama a observar cada vez se amplía más, a ver si resulta que los árboles no nos dejan ver el bosque.

[Aben Razín]

No hay problema, creo que son puntos de vistas diferentes. En España, la aparición de ciertos partidos políticos extremistas han venido tras la inoperancia de los grandes partidos nacionales de siempre como el PSOE y el PP. Los momentos históricos que citas son un ejemplo diáfano de lo que he intentado decir. Sobre las soluciones que ofrecen, no tengo mucho que decir, porque es un cambio aparente, pero que, a mucha gente, seduce.