lucia escribió: ↑22 Abr 2021 20:08
Jeeves escribió: ↑21 Abr 2021 21:31
lucia escribió: ↑21 Abr 2021 19:59
¿Por todo lo contrario te refieres a que ahora hay más películas con protagonistas mayores de 60 años?
Por todo lo contrario quiero decir que hay machismo tanto en la sociedad como en las grandes productoras, retroalimentándose. Lo de la gerontofobia, si eso existe, es evidente que solo afecta a las mujeres, por lo tanto se confirma la tendencia general machista. Sobre tu razonamiento anterior, si te basas en anécdotas para construir una idea general (o en que la tía de uno vio tal o cual cosa), y además determinadas anécdotas son equivocadas (como, objetivamente, el caso de Carrie Fisher), es evidente que tiene poco peso para rebatir un problema que existe en el mundo desde hace... milenios. Sin exagerar.
Todo esto lo digo sin ninguna acritud
Pues iré de ciega por la vida, pero lo de la tendencia general machista no la veo. Lo que sí veo es mucho ofendidito viendo fantasmas donde no los hay. Y gerontofobia, en cambio, en bastantes sitios, incluidos el cine y la política. Todo lo que se ve anunciado es como mucho con actores de cuarenta a cincuenta años, en genérico castellano, incluyendo actrices y ofendiditas. Ahora, sí para ti Carrie Fisher no era mayor en la última entrega de La guerra de las galaxias, pues vale. Y es coetánea de Harrison Ford, que era de quien estábamos hablando.
Ahora, sí me hablas de patriarcado, igual ahí sí coincidimos. Aunque me parece mucho más sincera una Lara Croft que las versiones de cine de Patrulla X y similares.
Hola
@lucia, respeto tu opinión, como no puede ser de otro modo, y créeme que no trato de convencerte de nada, pero te voy a poner un ejemplo personal que explica el fondo del problema, que es más social que artístico. El cine, como cualquier arte, es en definitiva un medio aséptico, pero lo componen personas y estas hacen también la sociedad. Mi ejemplo va más allá del tema Star System y lo he escogido para que se vea que no es simplemente un tema de marginar a determinada actriz cuando, según los parámetros socialmente establecidos por la mayoría, ya no es atractiva sexualmente. La cosa tiene más calado.
El otro día (hace un mes o así) compré por iberlibro un número de la revista Cahiers du Cinéma, el 138, de diciembre de 1962, dedicado a la nouvelle vague. La nouvelle vague fue un movimiento cinematográfico que en teoría era joven, revolucionario, una modernización, etc. Son los modernos del cine, para entendernos. Ese movimiento, de hecho, surgió de las páginas de esa revista en la segunda mitad de los 50 del siglo XX, y ahora (1962) la revista le dedica un numero. Esta era la portada:
Lo primero que sorprende es la imagen que se utiliza: un par de chicas en bikini y bañador. Si se repasan todas las portadas hasta ese momento, nunca se había utilizado una imagen de este tipo, solían aparecer directores de cine, escenas de películas reseñables, pero nada así. Sin embargo, podemos aceptar que se haya escogido esta, porque la imagen está extraída de una película estrenada ese año y es perfectamente admisible. Sorprende un poco, a mí me sorprende, pero lo acepto. El problema viene cuando abres la revista.
El contenido de la revista es el siguente: entrevistas a tres directores fundamentales de la nouvelle vague (Truffaut, Godard y Chabrol), un estudio sobre las características de la producción de ese tipo de cine y lo más interesante para este caso: un repaso a 162 nuevos directores de cine franceses (“Cent soixante-deux nouveaux cinéastes français” es el título). Esta mañana los he repasado uno por uno. ¿Sabes cuántas mujeres había? 2 de 162. Dos... Paula Delsol y Agnès Varda. ¿Por qué ocurre eso? ¿Cómo es posible que en un medio como el cine, relativamente nuevo, y en el seno de un movimiento que en teoría trataba de renovar el arte cinematográfico, solo dos mujeres aparezcan entre los nuevos cineastas? El problema no es del cine, el problema es social, porque no es normal que en una sociedad no se hayan dado las condiciones para que cualquier persona, mujer u hombre, puedan dedicarse a un arte, al cine en este caso, si les apetecía o si se daban las circunstancias.
En esa misma época, en Inglaterra, surgió otro movimiento cinematográfico, el Free Cinema. Free, ya el nombre lo dice todo. ¿Free? Solo UNA mujer pudo desarrollar su carrera allí, Lorenza Mazzetti. Estamos en las mismas.
Si te fijas, hoy en día hay algunas mujeres (todavía pocas en mi opinión) que sí dirigen películas, y algunas son muy buenas. ¿Por qué pasa ahora esto? Porque la sociedad va evolucionando y la lucha feminista ha conseguido muchos avances sociales que hacen que una mujer intente hacer lo que le dé la gana con sus inquietudes artísticas. Algunas lo consiguen pero pasan un calvario, todavía. Y en el tema de la mujer como actriz, que es más expuesto, todavía estamos muy atrás, porque la mayoría tiene fecha de caducidad solo por ser mujer.