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Si la sequía es una vieja conocida de los humanos por lo menos desde el Neolítico. Ha habido muchas, seguidas de hambrunas guerra y peste.
El mundo actual con su fascinante tecnología no tiene ninguna solución para paliar este desastre, desde luego que el consumo de agua en este mundo de super super super consumo es suicida, pero van a cambiar los hábitos de uso y abuso de este elemento fundamental para la vida, no parece.
¿Qué tal si buscas información de la evolución del consumo de agua per cápita antes de decir nada de los hábitos y la tecnología?
Eso por no hablar de la desalación y de otras tecnologías que eliminan compuestos como el arsénico del agua.
Y ahora, la próxima vez que repitas un argumento de los que quieren borrar de un plumazo unos cuantos centenares o miles de millones de personas porque patatas, por lo menos lo harás a sabiendas de lo que dices.
El problema no es repetir un argumento, sino repetirlo como un loro, sin haber considerado antes si es correcto o no, o si, de ser plausible tras haberse uno informado, lo compartes o no.
Sequía e inundaciones, no quiero ser agorero pero este año va ser super catastrófico en sentido del agua la que baja y la que corre, palabra de Raphel y no es broma.
Les cuento un poco cómo estamos por aquí en el sur, que en definitiva es muy parecido a lo de todo el mundo.
Los ríos se están secando, algunos ya nos existen, la principales represas ya no tienen agua, por lo tanto el gobierno decidió potabilizar el agua del Río de la Plata. No hay otro remedio, pero no está bueno, el agua es salada, claro que se puede hervir y usar en la cocina, pero las personas hipertensas no pueden tomarla. Por lo tanto están embotellando bidones de seis litros con agua de las grandes fuentes naturales que tenemos: la Reserva de Minas y la Reserva del Pan de Azúcar, que es agua potable y normal que se puede tomar. Por otro lado tenemos el Sistema Acuífero Guaraní -SAG- (Acuífero Gigante del Mercosur) es un enorme reservorio mundial de agua dulce subterránea que se extiende por cerca de 1.090.000 km en América de Sur, abarcando partes de Brasil (67,4 %), Argentina (20,9 %), Paraguay (8,0 %) y Uruguay (3,7 %).
Pero todos nos preguntamos, ¿hasta cuándo tendremos esas reservas, o también se secarán? Es todo un misterio y sigue sin llover...
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eso sí):
