takeo escribió:¿Sabes cual es la palabra clave? IMPUNIDAD. Si entro en un mercado y me llevo tomates, me llevan a la carcel. Si entro en internet y me llevo música, peliculas, libros NO ME PASA NADA. Y si me pasa algo, protesto. ¿Pero no es un DERECHO no pagar por el trabajo de otros? Bueno, claro, si esos 'otros' se dedican a escribir, componer, actuar etc. Si es que aun encima quieren vivir de eso. ¡Que trabajen, hombre! y esas actividades extraescolares, de hobby y para colgarlas gratis en internet que si no los lectores, oyentes etc se enfadan.
Lo siento, me pierde la ironía y la obviedad.
Por un lado es evidente que la gente no hace lo que castiga la ley. Por otro, sin embargo, dejas algo muy importante fuera de tu análisis:
la posibilidad de hacer copias. Si una persona entra en una frutería y roba un kilo de tomates,
ninguna otra persona podrá hacerse con ese mismo kilo, ya sea legal, ya sea ilegalmente. Con los libros, la música o el cine no ocurre lo mismo: que una persona se descargue gratis una obra
no impide que otras muchas puedan hacerse con ella, ya sea legal, ya sea ilegalmente.
Esto, que es una obviedad, tiene consecuencias muy importantes. Si compro un tomate en una frutería, puedo elegir si lo disfruto yo, si se lo regalo a otra persona o si lo comparto de todos mis amigos,
pero de ninguna manera puedo copiarlo o prestarlo, perjudicando el negocio del frutero. Por el contrario, si compro un libro puedo leerlo y prestárselo a continuación a mi familia y a mis amigos (o escanearlo y colgarlo de una página web), de forma que
varias personas pueden disfrutar del mismo producto en su totalidad y sin ninguna restricción . Es obvio que esto puede perjudicar a sus autores, editores, productores y distribuidores, porque hace posible que una sola venta sea suficiente para satisfacer a muchas personas. La cuestión es, puesto que se trata de una característica inherente a todo producto de naturaleza intelectual, ¿hasta qué punto tiene sentido tratar de limitarlo mediante la ley?
Desde un punto de vista práctico, deberíamos preguntarnos ¿qué es lo que debería prohibirse? Si consideramos que debería ser ilegal descargar gratuitamente un libro porque así el autor no recibe remuneración alguna por su trabajo, ¿no deberíamos considerar igualmente ilegal leer un libro prestado? ¿Por qué la misma gente que se opone, por ejemplo, a que mi madre se descargue
La isis dorada de la mula no tiene ningún inconveniente en que yo le preste ese mismo libro (cosa que ya he hecho, por cierto)? Tengamos en cuenta que el beneficio o perjuicio para el autor (nuestro co-forero Azcárate) es exactamente el mismo en los dos casos.