Una de las asignaturas que más me fascino de mi carrera -que por cierto, nada tenía que ver con ella-, fue "Instituciones comunitarias"
Teníamos una profesora "de fábula", que venía con un moño de pelo ensortijado, enfundada en pantalones de cuero, con corses y las uñas negras.
A mí me encantaba. Cuando daba clase -era muy joven, tendría treinta o treinta y cinco años (aunque para mí entonces era vieja
), golpeaba la mesa con las uñas, y pensabas "le falta la fusta".
Por algún motivo extraño, me aprendí de pe a pá la materia y esto es lo que pasó.
- La Comisión Europea (plas, golpe en la mesa), es el órgano destinado a velar por los intereses de toda la UNIÓN (mirada fuliminante) Y NO DE LOS PAÍSES INDEPENDIENTES DE PROCEDENCIA DE LOS COMISARIOS QUE LA INTREGRAN.
Oh, qué bonito.
Ah, EUROPA.
Oh, que orgullo.
Llegué a mi casa, encendí el televisor:
- Ha saltado el escándalo porque el comisario inglés convenció a la Comisión Europea para dejar pasar carne de vaca loca, contaminada, cuando ya se sabía de la enfermedad, a fin de que no decayeran los precios de este país.
Mi examen, un diez.
Europa, un cero.
Cielos, parezo Lisa Simpson el en concurso de redacciones de la nación...
No sé si Europa me va o me viene, Arwen, la política en sí me deprime. Y eso que no sé casi nada de ella.
Sí sé que odio a los políticos. Ellos son nuestros servidores, y sin embargo, lo primero que hacen es subirse sus sueldos, cambiar sus camas, renovar sus despachos, comprarse mil pisos... dan asco.
Blog
Entrevistas
Revista
Fotos
El trono maldito - Antonio Piñero y José Luis Corral
