Bueno, he decidido ir leyendo o releyendo algunos relatillos de esta edición e ir reflejando aquí algunas de mis impresiones
. He de decir que la edición está bastante bien en su desnudez, las traducciones diría yo que son notables, y si acaso las brevísimas relaciones sobre la fecha y lugar de la primera publicación creo que estarían mejor al comienzo de cada pieza en vez de situarlas en un anexo final.
La institutriz (Die Gouvernante), 1911. En apenas quince páginas toca Zweig, directa o tangencialmente, varios temas muy interesantes: la infancia, la educación de la mujer, las relaciones en una casa de la burguesía acomodada entabladas entre señores y empleados, la iniciación sexual... Pero sobre todo es el despertar de la niñez, el paso a la adolescencia y la toma de conciencia de un mundo oculto. La anécdota puede ser un suceso no diría banal peor sí hasta cierto punto frecuente en la sociedad de la época (lo recoge Zweig en sus Memorias); lo original están en la perspectiva que escoge el autor. Nos muestra los hechos con los ojos de dos niñas, dos hermanas ya preadolescentes (las hijas de la casa), inteligentes y perspicaces, pero que no disponen aún de la educación o información suficientes para interpretar adecuadamente los hechos que van conociendo t los datos de los que se van procurando; algo que sí tiene el lector, que sabe más que las protagonistas. Por tanto, esa labor de las niñas de ir indagando (el cuento es un cuento detectivesco) en las conversaciones de los adultos (que se detienen o cambian cuando ellas hacen presencia), el espionaje tras las puertas cerradas van avanzando hasta la toma de conocimiento de las pequeñas de que existe un mundo hostil, falso e injusto del que deben desconfiar. Muy afortunada es la parte de la reacción "animalesca" de las niñas, cuando comprueban que se les ha mentido, que cualquiera -incluidos sus padres- puede ser malo e insidioso. La parte final, con el giro de cierre, a la altura de un cuento realmente bueno
"Historia en el crepúsculo (Geschichte in der Dämmerung), 1911. No hay que confundir con "Historia de un ocaso". Este es una pieza que, si hubiera que adscribir a algún género, yo lo garía al género erótico. Tiene un aire además a lo Bécquer, en lo fantástico y en lo legendario; hasta en el preámbulo y casi en el epílogo. Un poco también podría ser un cuento de Bocaccio. Son los lances sexuales en varias noches consecutivas donde la iniciativa de los encuentros (encuentros que son asaltos; muy bien narrados, por cierto) corresponde a la mujer sin que el varón conozca la identidad de la asaltante. También el protagonista aquí debe ejercer de detective para averiguar quién es la mujer o la entidad que le está enseñando "la ternura y el escalofrío salvaje del amor". La historia va creciendo en interés, entre oscuridades, velos y rayos de lunas. Y asistimos a algunos momentos magníficos, como cuando el protagonista-detective examina en un desayuno las manos de las mujeres sentadas a la mesa intentando reconocer las de la amada: su mirada "se desliza por los cantos de la mesa sobre cuyo resplandor blanco las manos de las mujeres descansan tranquilas o se mueven despacio como barcos por una ensenada resplandeciente; sólo observa las manos, pero de momento le parecen entes individuales, como personajes en escena, cada una portando una vida y una alma". Sucede como en el relato anterior. El lector es más inteligente que el protagonista y puede advetir el error que está cometiendo en la interpretación de los datos. La trama la lleva Zweig de manera sobresaliente, con hay reflexiones muy certeras sobre la naturaleza e irrevocabilidad del amor. Más que recomendable.