Los funerales de la Mamá Grande - Gabriel García Márquez

[Tolomew Dewhust]

Se me olvidaba... sí, en Cien años sí aparece la tentativa de robo en casa de Rebeca y el final es el mismo.

[hierbamora]

Por otro lado, no me cabe duda que el calor es otro de los protagonistas absolutos de ese relato, lo que no consigo alcanzar a comprender es el sentido con que García Márquez lo incorpora y por qué es tan importante... Será cuestión de seguir meditándolo un poco...

La idea del calor, Tolo, las altas temperaturas, el fuego, podría simbolizar el propio infierno. Los que han cometido "pecados" (o sea, los pobres, incido otra vez en ello) vagan por el purgatorio (esto es, ni tienen sombra ni protección contra el sol), mientras que el resto pueden regocijarse en una espléndida y estéril siesta (por favor, no interpretéis esto fuera del contexto del relato, que no tengo nada en contra de esa costumbre).

En cuanto a lo que comentas, he leído por ahí unas declaraciones del autor diciendo que considera a este texto en concreto como su mejor relato corto, y no me extraña.

No lo sabía. Me alegra saber que estaba bien contento con este relato corto, pues, para mí, es bastante redondo, se acerca a la perfección (y eso que no creo en ella).

Ya he leído el segundo relato. Me sigo quedando con el favorito de Gabo. A mí también me gustan mucho las frases demoledoras. Otro disparo de relato. Conciso. Demoledor. Cierto. De cómo los que ostentan el poder y redistribuyen la felicidad al resto, encuentran, en ciertos resquicios, su merecido. Me ha recordado mucho a la maravillosa novela El coronel no tiene quien le escriba.

Un relato con mucha mala leche, como me gustan,

¡Gabo, otra copita de champagne, por favor!

Yo también brindo por y con Gabo,

P.D: No me has contestado sobre la duda de Rebeca, lee el spoiler, please...

Edito: Sí me has contestado después, sorry...

[Tolomew Dewhust]

Hierbamora, lo del calor no sé si va por donde comentas, que muy bien pudiera ser... Parece más como un castigo auto impuesto por las protagonistas, la madre y la hija, pues mira que le ofrece el cura hasta una sombrilla (más con la intención de persuadirlas, creo, que no de protegerlas del sol, y al mismo tiempo de evitarles las miradas de los vecinos curiosos). Y la madre, erre que erre, férrea en su decisión de soportar con estoicismo ese calor infernal como si fuera parte de la condena que debe cumplir por los actos de su hijo.

Y, tras la lectura de La viuda de Montiel

...me pregunto qué le haría el género femenino a este hombre para que dibuje a casi todas las protagonistas de sus historias siempre tan desgraciadas.... (vale, luego recuerdo a Sierva María y se me olvida...). Hace muchísimo años que leí La casa de Bernarda Alba, pero, aun sin recordar bien aquella obra, cada vez que me encuentro con una Úrsula Iguarán, esta misma viuda de Montiel o esa otra que se gana la vida sacudiendo prendas y aguanta a un marido maltratador y altanero que hemos leído dos relatos atrás... no sé por qué pero se me viene a la mente Federico y aquella casa de locos. Y, volviendo al texto, menudo gañán el tal Montiel...

[hierbamora]

Hierbamora, lo del calor no sé si va por donde comentas, que muy bien pudiera ser... Parece más como un castigo auto impuesto por las protagonistas, la madre y la hija, pues mira que le ofrece el cura hasta una sombrilla (más con la intención de persuadirlas, creo, que no de protegerlas del sol, y al mismo tiempo de evitarles las miradas de los vecinos curiosos). Y la madre, erre que erre, férrea en su decisión de soportar con estoicismo ese calor infernal como si fuera parte de la condena que debe cumplir por los actos de su hijo.

La dignidad que gozan las protagonistas asume todo infierno posible (y por ende, castigo). Y sí, podría ser que la madre considere el trayecto o viaje como su propia condena, aunque no lo veo claro. Me despista que ella no se avergüence, en ningún momento, del hijo. Al respecto dice: "Era un hombre muy bueno".

Ella no se quiere esconder, ni taparse, va de frente. No tiene nombre porque nadie le ha preguntado. En el fondo siente que se ha cometido un acto injusto hacia su hijo. Y la verdad debe prevalecer por doquier, a cualquier hora, hasta la del infierno.

[Tolomew Dewhust]

Me ha recordado mucho a la maravillosa novela El coronel no tiene quien le escriba.

Pues la tengo igualmente en mi lector, pugnando con mi primera aproximación a Dostoyevski, al cual había jurado y perjurado meterle mano nada más acabar este recopilatorio de cuentos... A ver en qué queda esa pugna.

[hierbamora]

Me ha recordado mucho a la maravillosa novela El coronel no tiene quien le escriba.

Pues la tengo igualmente en mi lector, pugnando con mi primera aproximación a Dostoyevski, al cual había jurado y perjurado meterle mano nada más acabar este recopilatorio de cuentos... A ver en qué queda esa pugna.

Yo lo tendría claro, el ruso, sin lugar a dudas. Pero lee El coronel, en cuanto puedas. Sólo por la frase final vale la pena leerla...

[Tolomew Dewhust]

Pues ya tengo al ruso aguardando paciente en mi lector, pero, antes:

Leído Un día después del sábado. La verdad es que no he sabido disfrutarlo como seguro merece y, por primera vez desde que leo a este hombre, se me ha hecho un texto demasiado largo para lo que se nos cuenta. Igual es cosa mía y necesito ya cambiar de aires, pero lo único que me ha llamado la atención es el fabuloso personaje del párroco.

[jilguero]

Pues ya tengo al ruso aguardando paciente en mi lector, pero, antes:

Leído Un día después del sábado. La verdad es que no he sabido disfrutarlo como seguro merece y, por primera vez desde que leo a este hombre, se me ha hecho un texto demasiado largo para lo que se nos cuenta. Igual es cosa mía y necesito ya cambiar de aires, pero lo único que me ha llamado la atención es el fabuloso personaje del párroco.

A ver si el fin de semana le doy un empujón.
¿Cuá te vas a leer del ruso?

[hierbamora]

A ver si el fin de semana le doy un empujón.

jilguero. Yo también adelantaré más su lectura este fin de semana.

Fabuloso tercer relato de García Márquez. La trama y básicamente la resolución la sabemos desde los comienzos, -en ese sentido me recordó mucho a Crónica de una muerte anunciada-, pero cómo despliega la historia, con qué equilibrio y sutilidad, es propia de la maestría de Gabo. Hay muchos detalles, que en apariencia parecen nimios, -las tres bolas de billar, por ejemplo-, que conforme avanza la historia, sigilosa pero con ritmo certero, ascendente, van cobrando protagonismo y son pieza fundamental para el conjunto del relato. Muy bueno.

Me está gustando mucho el libro,

[jilguero]

A ver si el fin de semana le doy un empujón.

jilguero. Yo también adelantaré más su lectura este fin de semana.

Fabuloso tercer relato de García Márquez. La trama y básicamente la resolución la sabemos desde los comienzos, -en ese sentido me recordó mucho a Crónica de una muerte anunciada-, pero cómo despliega la historia, con qué equilibrio y sutilidad, es propia de la maestría de Gabo. Hay muchos detalles, que en apariencia parecen nimios, -las tres bolas de billar, por ejemplo-, que conforme avanza la historia, sigilosa pero con ritmo certero, ascendente, van cobrando protagonismo y son pieza fundamental para el conjunto del relato. Muy bueno.

Me está gustando mucho el libro,

Pues el recuerdo que tengo de ese relato es vago, como si me hubiera llamado menos la atención, mientras que recuerdo uno de una jaula que me impactó más.
Ya veremos en esta relectura, pues los gustos me van cambiando

[Tolomew Dewhust]

Otra vez por aquí . Tenía un ratito libre y le he hincado el diente a los que me faltaban, Rosas artificiales y Los funerales de la Mamá Grande... No diré nada. Si acaso, demasié.

Terminado el recopilatorio, y con la sensación de que va de más a menos. Para gustos los colores, claro. Pero son los dos primeros relatos los de más calidad del conjunto (y con diferencia, a mi humilde entender). Me estoy refiriendo a La siesta del martes y Un día de estos (este último es sin duda mi favorito). Solo por estos dos ya merece la pena hacerse con la obra. El que tú comentas, Jilguero, es La fabulosa tarde de Baltazar, otro que se disfruta mucho. Con la lectura de los demás me he quedado un poco en tierra de nadie. Vamos, en general bien, pero, cuando uno espera los fuegos artificiales a los que nos ha acostumbrado el autor y no termina de encontrarlos, te queda la ligera impresión de que te ha decepcionado un pelín. Un ejemplo de esto último es el penúltimo, el de las rosas... Porque el de Los funerales... no sabría ni qué opinar. A ver por dónde salís vosotras y ya si eso os doy u os quito la razón... Repito, demasié.

Un placer haber estado con todos vosotros/as por aquí. Estaré atento a vuestras opiniones de los relatos que os restan.

Pajarito, he empezado por el final: Los hermanos Karamazov. Ya le he metido mano, .

[jilguero]

Pajarito, he empezado por el final: Los hermanos Karamazov. Ya le he metido mano, .

Pues suerte con el ruso. Yo tuve esa época con ventipocos años y estaba prendada del autor y, por ello, dispuesta a leerme todo lo suyo con interés. Hace unos años intenté meterle el diente de nuevo a El idiota y no pude con él.

Sí tienes razón, el que más recuerdo de los que quedan es La fabulosa tarde de Baltazar. Fíjate, cuando leí La cajita de la reina de Albatross, basada en un tío suyo que era enbanista, me acordé de este cuento. No porque se parezcan las prosas pero sí por el entusiasmo con que ambos trabajaban y por el chasco que ambos se llevaron. Cuando relea este voy a releer también el otro a ver si mi asociación tiene razón de ser o no.

[jilguero]

El siguiente, En este pueblo no hay ladrones.

Mmm... esperaba otro final.

Pero, qué bien dibuja este hombre a los personajes principales...

No está mal pero, después de ver como monta una historia con tan pocas palabras en Un día de estos, este me ha resultado menos magistral.
Con todo, me ha gustado mucho cómo usa las bolas de billar como símbolo.

Por un lado, en el caso del ladrón, como algo necesario para recuperar su dignidad como profesional: no le sirven para nada pero algo tenía que robar después de tanto esfuerzo; más tarde, como queriendo justificarse todavía más, se le ocurre que hasta puede montar un negocio con ellas. Por otro lado, como esa pérdida tan pequeña puede hundir el negocio; es decir, algo insignificante pero que acaba con una costumbre puede ser muy importante en un ambiente cerrado y pobre como el que nos describe el autor.

Otra cosa que me gusta es que sus personajes no son nada esterotipados sino una mezcla equilibrada de virtudes y defectos.

Dámaso es chulillo y vago, pero tiene buen corazón y pierde el sueño pensando en el falso culpable y en el dueño del local.

Total que sin ser mi favorito me ha resultado grato de leer.

PD: si pensáis que debo poner spoiler, avisadme. Es que la gracia de estos relatos cortos no la veo tanto en el elemento sorpresa como en la forma y en la estructura que elige el autor.

[jilguero]

La prodigiosa tarde de Baltasar
Debo reconocer que siento una especial debilidad por este tipo de personajes: el artesano que se entrega a su trabajo en cuerpo y alma ("durante dos semanas había dormido mal , dando tumbos y hablando disparates, y no había vuelto a pensar en afeitarse") y al final lo que hace, en mi opinión, es arte. Y por eso el remate que le da el autor, aunque muy realista, no es el que yo hubiera preferido.
¡Qué maravilla de jaula! Cuando se la golpea en la cúpula con los nudillos se llena de acordes profundos; y que no necesita pájaro, porque "bastará con colgarla entre los árboles para que cante sola". Una jaula con tres pisos, con compartimentos especiales para comer y dormir y con trapecios reservados para el recreo de los pájaros. Vamos, la jaula con la que sueña un jilguero.
El texto tiene también su componente de denuncia social, donde se nos dice que Baltasar llega a casa de los Montiel "con esa expresión de decorosos candor con que los pobres llegan a la casa de los ricos" y que el Chepe Montiel, con el corazón más duro que una piedra, pierde los papeles cuando ve que no consigue que el pobre le obedezca: "te ruego que no me discutas... El médico me ha prohibido coger rabia",

"Llévate tu cacharro. Lo último que faltaba es que un cualquiera venga a dar órdenes en mi casa, ¡Carajo!". O ese niño rico caprichoso que patalea y luego Baltasar descubre que no ha derramado ni una sola lágrima.

Me encanta la salida que encuentra Baltasar, llena de dignidad, que le coloca por encima del otro:

La hice expresamente para regalársela a Pepe. No pensaba cobrar nada.

Por eso me habría encantado un final en el que viéramos al carpintero entregado de nuevo en cuerpo y alma a la elaboración de su siguiente obra, como una forma de mostrar que es pobre pero a su manera libre, tal cual ocurre con la madre de La siesta del martes. Pero el autor prefirió otro remate y lo siento.
En resumen, un relato muy correcto y que se lee con gusto. En mi caso, he disfrutado especialmente la primera parte porque siento debilidad por los artesanos que trabajan con alma de artistas.

[Eyre]

Me están gustando tanto vuestros comentarios y lo que estáis disfrutando con este libro que me sabe mal interrumpir. Pero si desveláis puntos importantes de la historia, como el desenlace, sí que se agradecería que utilizarais el spoiler, para evitar disgustos a otros lectores