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Andromeda escribió:Gabo, ¡te has instalado en la exageración!!
Yo no dejo el off topic y digo:
1. ¿Cuándo Gabo se desinstaló de la exageración? Algo de tiene de andaluz. Algún antepasado bandolero.
2. Doy fe con este mensaje offtopiqueante de que sigo viva.
Yo estoy en el capítulo XVII; no tengo tiempo de comentar ahora mismo pero tantas vueltas al asunto empiezan a desesperarme.
Aunque, por otro lado, espero cierto encuentro...
Gabo escribió:Yo la terminé ayer o anteayer, no lo recuerdo, pero no he encontrado un momento adecuado para comentar mis impresiones, aunque básicamente ya lo he ido haciendo a lo largo del hilo. El final, a mi modo de ver, se desinfla un poco, pero no le quita méritos al conjunto. Creo que es una novela compleja, en cierta forma, un juego con el lector, una broma estupenda, de literatura dentro de la literatura, y sin pedantería, entre otras cosas porque los personajes elegidos por el autor no permiten caer en ella. No se trata de que el autor demuestre lo listo que es y lo mucho que sabe y el lector no, sino más bien de reírse de las propias vicisitudes del proceso creativo. Y sí, Andromeda, creo que es probable que ese juego de espejos que es este libro, tenga que ver con el de Las meninas, el cuadro de Velázquez citado en el libro. Como también es posible que tenga que ver con El Quijote, como también se insinúa.
Me ha gustado, aunque no es el tipo de lectura al que estoy acostumbrado y tal vez por eso, me exigió un poco más de esfuerzo que otras de mis lecturas. Pero no me arrepiento en absoluto de haberlo leído
Al fin terminé (no sin esfuerzo).
Gregorio continúa en el desenfrenado plano del ensueño,
aunque procurando siempre el enlace con la realidad a través de "algún vínculo tangible". Asimismo, comienza a anhelar una única identidad ante el cansancio de verse atrapado en esa progresión interminable de mentiras a duras penas acreditadas.
Es una historia de altibajos, Gregorio se agobia con sus propias invenciones pero es incapaz de eliminarlas de su mente. En cierto punto Angelina se erige como contraparte de su marido, al ser una mujer con un sentido práctico de la vida. Pero para Gregorio hasta un dolor de muelas vacila entre la ficción y la realidad; el punto de equilibrio escapa a sus posibilidades psicológicas y el libro se hace interminable al exponer continuamente todo el cúmulo de situaciones que redunda en repeticiones innecesarias.
Ante la llegada de Gil a la ciudad, Gregorio se enfrenta con la inmensidad de lo que ha construido y se siente incapaz de enfrentarse a un hombre que ha estado viviendo a sus expensas; que ha alimentado su insoportable cotidianidad mediante el reflejo del poeta. No hay autenticidad en sus vidas; el ser real que habita en Gregorio Olías quedó anquilosado ante su potente inventiva.
Los nuevos planes, las medias verdades y las salidas ingeniosas ante la lluvia de cuestionamientos por parte de los personajes que observan los sucesos en forma parcial me sorprendieron, porque Olías no se contradice y conduce a cada uno de acuerdo a las circunstancias que puedan resguardarlo de algún modo. Faroni "muere" porque la coexistencia se hace insostenible.
Gregorio hace una ligera remembranza al referirse a que de chico quería ser esto o aquello sólo por complacer a su padre y a su abuelo. Quizá desde ese momento se asentó en los confines de lo que nunca podría ser.
En las últimas páginas me pareció algo forzada la presencia del viejo Isaías, a través del cual el autor quizá pretendió explicar (sin necesidad) el sentido más profundo de la novela:
"Cada cual debe ser ante todo uno mismo".
Y el final, sin esperanza de realidad. La vida continúa al igual que la farsa, aunque quizá lo más justo no sería propiciar la desolación al apartar a esos hombres de sus vidas soñadas.
En suma: es un buen libro con una idea interesante que parte de seres insignificantes que no tienen más remedio que fabricarse un mundo paralelo para soportar el peso de la existencia. Lo malo es que Landero se extendió demasiado en reiteraciones y ramificaciones de una sola idea y al menos para mí 400 páginas de lo mismo resultaron excesivas.
Andromeda, es un comentario estupendo. Coincido contigo en todo. Incluso en lo de la extensión de la novela: a mí también se me hizo larga en ocasiones. A pesar de todo, me alegro de que te haya gustado, que fui yo quien te embarcó en esto
Estoy encantada de haberla leído, Gabillo, gracias. De hecho me gustaría formarme una idea más completa del autor (si te decides nos espera El guitarrista).
Como tengo memoria de pez apenas me acuerdo, sólo de algunos detalles. Sí recuerdo que era enrevesado y medio surrealista, pero me pareció tan original y tan magníficamente construído que seguí leyendo novelas de este autor.
El resto de libros son menos complicados y a la vez, para mi gusto, algo menos buenos. Pero la prosa es magnífica en cualquiera de ellos.