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Me gusta citar párrafos de los libros porque creo que ayuda a hacerse idea del tono de estos, que es algo muy importante, al menos para mi.
He seleccionado este que da, quizás, la razón de la conformidad con la vida que mostraba Jesusa a pesar de sus muchos padecimientos: El Ser Supremo nos envía a la tierra a lavar nuestras almas porque nos hizo limpios la primera vez y para poder retornar a él tenemos que regresar como nos mandó. ¿Y cómo nos vamos a limpiar? A fuerza de dolor y sufrimiento.
Este otro como ejemplo de las historias entrañables y fantasiosas que cuenta Jesusa a lo largo del libro: Yo llevaba mis flores de nubes. Compraba una gruesa y llegando al templo hacía los ramos para limpiar. En la envoltura de Trinidad Pérez de Soto, en su carne material, pasaba el niño espiritual Tomás Ramírez y ese niño cura con flores blancas y, si no hay flores blancas, entonces con un ramo de alfalfa […] El niño Tomás Ramírez con su manita espiritual limpiaba con los ramos y yo tenía que dárselos rápido, si no él mismo los cogía. Como todos los niños, era impaciente […] Era un niño que murió chiquito, tendría como tres años más o menos cuando dejó la envoltura, porque en su segunda o tercera reencarnación –quién sabe cuántas llevaría-, vino a la carne de una niña y como no le gustó se ahogó con frijoles. Platicaba que en otras reencarnaciones había sido otra clase de niño, y ahora como le tocaron sus papases muy pobres sufría nomás le daban de comer frijoles. Como no le pareció ser pobre ni mujer se retacó bien la boca de frijoles y ya no pudo respirar, regresando otra vez al mundo espiritual. De Tomás Ramírez no hay retratos ni nada. Era indito. ¿Así cree que le van a sacar retratos? Los martes y los viernes bajaba a la tierra el niño espiritual y como Trinidad Pérez de Soto trabajaba con los ojos cerrados, yo tenía que irle dando las escobitas de flores en la mano y no me despegaba de su derecha.
Y otro como ejemplo de cuando ella manifiesta su pensar a las bravas (lo hace a menudo), en este caso sobre la tendencia sexual: A Sara Camacho no le gustaban las mujeres, pero todo lo hacía como hombre. Le decían Sara Quemacho, de mal decir. No era manflora. Las manfloras tienen sus queridas y vienen a ser como jotas. Cuentan –yo no lo he visto- que viven alternado, un mes de hombre y un mes de mujer porque tienen cosa de hombre y cosa de mujer. Antes las manfloras se usaban mucho en México. De joven, me gustaban las blusas de manga larga con cuello de hombre y corbata, pero como eso se ponían ellas, las aborrecí. Hasta que un día hicieron redada de manfloras allá en la Alameda y se las llevaron a la cárcel. Hace años se paseaba uno muy bien en la Alameda y todo, pero vaya usted a adivinar quién es uno y quién es otro en la oscuridad de los árboles. Y los policías se encontraban a las mujeres bien cuatrapeadas. Fue cuando comenzaron a aprehender tanta chanclera. Les dicen chancleras y tortilleras. Se refriegan los estropajos, se dan topes de borrego. Eso no es legal. En las cosas legales sí voy de acuerdo, pero ésa es una sinvergüenzada muy aparte. Si tienen muchas ganas, ¿por qué no se meten con un hombre? Según la historia de muchos siglos atrás, así tiene que ser y si hombre y mujer es malo, pues ahora, imagínese hombre con hombre o mujer con mujer, pues eso es una pura desgracia.
Ya me queda poco. Es un personaje entrañable. Cuando termine con esta "biografía" novelada voy a buscar información del original de Jesusa Palancares: Josefina Bohórquez.
Autora y Josefina.jpg
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bartlebycubano escribió: ↑08 Oct 2021 04:43
Es del día que ella se llenó de coraje con el marido y lo enfrentó y dijo algo así como vamos a ver de qué cuero salen más...
¡Llegué, Bartleby! .
No es con su marido, sino con un tal José Torres, que se enamoró de ella, pero en vez de pretenderla, habló con la niña espiritual Georgina Valencia, que junto con el niño Tomás Ramírez, mencionado en una de las citas del comentario anterior, llevaban los asuntos de amores: la niña Georgina Valencia, una albina blanquita, blanquita enharinada, con sus pestañas de nieve y su pelito de copos de algodón, bonita la niña, nomás que murió chiquita porque la asolearon y esos niños blancos como la leche no les puede dar el rayo de sol. (Esto lo he puesto porque me gusta la descripción).
A Jesusa le sentó fatal que hablara con la niña, en vez de con ella, y le dio calabazas. Entonces él se empareja con una tal Epifania (Pifania en la jerga de Jesusa). Jesusa vivía arrimada, por el lado de fuera, a la casa de los Torres (para que el alero la guareciese un poco). Una noche, él llega borracho y discuten. José le dice: ¡Cállese porque le voy a romper el hocico!. Y Jesusa le responde: Nos lo rompemos porque somos dos. ¡No crea usted que yo soy Pifania la que se deja! ¡Aquí nos damos , a ver de cuál cuero salen más correas! ¡Ándele! ¡Éntrele.
Dejo aquí una cita que refleja bien la fuerza de Jesusa, su capacidad de adaptarse a la dureza de su situación, de enrabietarse en vez de amargarse: Yo no sé lo que es la tristeza. Nunca he tenido tristeza. Me habla en chino […] ¡el llorar es uno, pero la tristeza es otra! Es mala, no sirve, a nadie le importa más que a uno mismo. Yo lloro cuando tengo coraje, pero nunca he sido triste. Lloro porque no me puedo desquitar y me brotan las lágrimas de pura rabia. Necesito desquitarme a mordidas, a patadas, a como sea. […] Los tristes son malas gentes que no se acuerdan más que de sus pesares. Yo nunca le dije que fuera triste, le dije que era triste la vida que he llevado, pero yo, no.
Y muy significativo lo que le gustaría fuera su final: Cuando ya no pueda más, agarro mi morral y como sé que en el camposanto no hay pozo para mí, me voy al cerro a que me coman los zopilotes. Me caen en gracia desde chiquilla. Hablo mucho de ellos porque me gustan. Son animales que a lo mejor mañana, pasado, voy a ser su pasto y quiero que ellos me coman en el campo. Ya parece que los estoy viendo volar en rueda cada vez más bajito, cada vez más bajito. Son más o menos de la estatura de una pípila, iguales de negros y con la cabeza colorada también. Los jóvenes brillan bonito, como chapapote caliente. Esos son los que limpian los pueblos de las epidemias; viene la mortandad de la indiada, de la caballada, de la juanada, del animalero de cristianos y bestias y los zopilotes de lo embuchan todo. Y ni los rumores. Ojalá los zopilotes también pudieran tragarse la maldad cuando nos dejan limpios como calacas, pero esa siempre se queda en la tierra. […] Tengo ganas de irme a morir por allá donde estuve errante. ¡Qué Dios se acuerde de mí porque yo quisiera quedarme debajo de un árbol por allá lejos! Luego que me rodearan los zopilotes y ya; que viniera a preguntar por mi y yo allá tan contenta volando en las tripas de los zopilotes.
Bartleby, gracias por tu recomendación . He disfrutado mucho leyendo esta biografía novelada. ¡Gran personaje Jesusa!
Y ahora, sin que ella se entere, a informarme de Josefina (un aliciente adicional es que no sea pura ficción). Y digo sin que Jesusa se entere porque, de enterarse seguro que me diría lo que dice justo al cierre de la supuesta entrevista que es esta novela: Ahora ya no chingue. Váyase. Déjeme dormir.
Por eso este Deep peace va por ella a modo de nana de su sueño eterno.
jilguero escribió: ↑08 Oct 2021 18:06
Me gusta citar párrafos de los libros porque creo que ayuda a hacerse idea del tono de estos, que es algo muy importante, al menos para mi.
Autora y Josefina.jpg
Y muy bien que lo haces. Esta vez me haces recordar muchas cosas maravillosas.
jilguero escribió: ↑08 Oct 2021 18:06
Es un personaje entrañable. Cuando termine con esta "biografía" novelada voy a buscar información del original de Jesusa Palancares: Josefina Bohórquez.
Me alegra que te haya llegado muy profundo este personaje. Si recomiendo el libro es precisamente porque todo el aporte de Josefina en la entrevista es lo que dio la posibilidad de hacer un buen libro. No subestimo el trabajo de la Poniatowska, que es realmente loable, pero esta autora se encontró con una mina de oro al entrevistar a Josefina. De modo que la Jesusa se nos presenta como una mujer mágica.
Y ahora mismo voy a buscar información acerca de la vida de esta mujer mejicana (Josefina Bohórquez), que debe ser muy interesante. Es obvio que fuera una mujer muy digna de admirar por su honradez, su sabiduría natural y su arrojo.
bartlebycubano escribió: ↑08 Oct 2021 04:43
Es del día que ella se llenó de coraje con el marido y lo enfrentó y dijo algo así como vamos a ver de qué cuero salen más...
¡Llegué, Bartleby! .
No es con su marido, sino con un tal José Torres, que se enamoró de ella...
...José le dice: ¡Cállese porque le voy a romper el hocico!. Y Jesusa le responde: Nos lo rompemos porque somos dos. ¡No crea usted que yo soy Pifania la que se deja! ¡Aquí nos damos , a ver de cuál cuero salen más correas! ¡Ándele! ¡Éntrele.
¡Qué buena memoria tienes!
Ni creas. La mala vida que me ha tocado vivir me ha matado neuronas y me ha borrado muchas cosas; pero al menos me quedan algunas de las que he encontrado en los libros y se me han enganchado muy bien, cosas que en su momento me llamaron la atención. El asunto es que recuerdo menos lo de ayer mismo que lo de hace treinta o cuarenta años, o incluso de mi niñez.
Gracias por traerme esa frase completa. Imagino que Josefina la dijera muy valientemente, que ya estaba cansada de tanta cosificación. Por eso me sonó tan fuerte y me gustó mucho.
Última edición por bartlebycubano el 11 Oct 2021 09:06, editado 1 vez en total.
jilguero escribió: ↑09 Oct 2021 21:45
Dejo aquí una cita que refleja bien la fuerza de Jesusa, su capacidad de adaptarse a la dureza de su situación, de enrabietarse en vez de amargarse: Yo no sé lo que es la tristeza. Nunca he tenido tristeza. Me habla en chino […] ¡el llorar es uno, pero la tristeza es otra! Es mala, no sirve, a nadie le importa más que a uno mismo. Yo lloro cuando tengo coraje, pero nunca he sido triste. Lloro porque no me puedo desquitar y me brotan las lágrimas de pura rabia. Necesito desquitarme a mordidas, a patadas, a como sea. […] Los tristes son malas gentes que no se acuerdan más que de sus pesares. Yo nunca le dije que fuera triste, le dije que era triste la vida que he llevado, pero yo, no.
Me encanta esa manera de ver las cosas y de proceder en la vida. Gran sabiduría además de la rabieta. Admirable el personaje de Jesusa y la mujer que le dio origen mediante la escritura de la Poniatowska.
jilguero escribió: ↑09 Oct 2021 21:45
Bartleby, gracias por tu recomendación . He disfrutado mucho leyendo esta biografía novelada. ¡Gran personaje Jesusa!
Cuánto me alegra que también te haya gustado Jesusa y que su magia te haya cautivado tanto como a mí. Ciertamente es un gran personaje; inolvidable, fascinante. Y nada que agradecerme, jilguero; de cualquier manera me has deleitado ahora al traerme unas maravillosas citas del libro. Buena puntería, o buen gusto el tuyo, al citar fragmentos de tanta belleza y que encierran tanta sabiduría natural (a través de Jesusa, sabemos que Josefina fue una mujer sin estudios). Gracias, jilguero.
Me asombra que mediante Google no he podido encontrar ningún documento acerca de Josefina Bohórquez. Espero que jilguero tenga mejor suerte y lo comparta en este hilo. Yo al menos cito esto que he sacado de una entrevista que le hicieran a la Poniatowska:
"La mayoría de sus novelas tienen tintes periodísticos y literarios. Por ejemplo, la novela Hasta no verte Jesús mío me gustaría que nos explicara ¿Cuál es la línea que utiliza para pasar de la realidad a la ficción? Ya que Josefina es una persona real que narra a través de sus palabras ¿Cuál es el intermedio entre la ficción y la realidad en sus textos?"
A esas preguntas, Elena Poniatowska responde _y cito_:
"Muchas gracias por la pregunta. Lo que sucede es que yo tengo formación de periodista, hago entrevistas desde hace miles de años. Jesusa Palancares, que no se llamaba sino Josefina Bohórquez, no quiso que yo usara su nombre. La entrevisté durante varios miércoles, yo iba a su casa, vivía muy lejos y ella me contaba su vida. Fue hace años, las grabadoras eran como maleta de viajes; muy pesadas y a veces no funcionaban. Ella tenía una vivienda pequeña, ya que vivía en la pobreza y decía “dónde va uste’ a poner ese animal” el animal era un cajón grande que era la grabadora, con su micrófono. Le robaba su luz porque la tenía que enchufar en su casa y en una vecindad es difícil porque se comparten marañas y marañas de cables y muchas veces diablitos que se robaban la luz. Así que al final opte por escribir, reconstruir lo que ella me decía, y como ejercía mucha influencia sobre de mí, sus palabras me impactaban mucho, no era difícil. Recuerdo que esa misma noche llegaba de su casa y escribía lo que ella me había dicho."
Otra cosa que no olvido es que Jesusa tenía una mala opinión de los jefes de la revolución mejicana. Y hablaba peste de Pancho Villa. Jesusa decía que el mejor era Emiliano Zapata, si mal no recuerdo.
De momento lo que he encontrado es este enlace, donde si picas en "Adelanto del libro en PDF" tienes acceso a parte del ensayo de la autora sobre Josefina. Todavía no lo he leído, pero te lo dejo por si quieres leerlo. Voy a estar un par de semanas alejada del mundanal ruido. A la vuelta ya te comento sobre él.
bartlebycubano escribió: ↑11 Oct 2021 18:04
Gracias, jilguero, por el enlace. Al menos ya lo abrí. Luego le meto mano. Espero que el distanciamiento durante un par de semanas sea por algo bueno.
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. He disfrutado mucho leyendo esta biografía novelada. ¡Gran personaje Jesusa!
