Sobre el cura... Yo recuerdo cuando en los funerales de guardias civiles, policías y militares, el ataúd y el escaso cortejo fúnebre sólo tenían derecho a salir de la iglesia por la puerta de atrás y tener un entierro nocturno, o directamente en sus pueblos de origen (fuera del País Vasco o Navarra).
Y cómo olvidar al obispo de San Sebastián Luis María Setién por ejemplo pasando por delante de los hijos de José María Aldaya que estaban concentrados delante de la Catedral del Buen Pastor de San Sebastián pidiendo la liberación de su padre que estuvo 341 días secuestrado por ETA (año 1995-1996) y ni siquiera los miró. O cuando dijo que
dónde estaba escrito que un padre tuviera que amar a todos sus hijos por igual (y estaba claro por quienes tenía preferencia). Lo del obispo Luis María Setién era tan sangrante, que fue obligado a "jubilarse" por el Vaticano antes de cumplir la edad establecida para hacerlo.
También es verdad que hubo algunos sacerdotes que sí que supieron estar a la altura de lo que debe ser un pastor de almas. Me estoy acordando del que fue párroco de Maruri, en Vizcaya. Lo hacía tan bien, que ETA lo acosó de tal modo que al final no le quedó otra que marcharse de ahí.
Felicity escribió: ↑14 Abr 2020 23:25
Capítulo 26, estoy indignada
o sea, Bittori no puede ir a su pueblo porque podría despertar suspicacias? Y el cura va y se lo suelta? Pero vamos a ver qué la Víctima es ella, vamos fue su marido y encima son los que se tienen que esconder? |
Me da más cabreo que otra cosa, y más sabiendo que esto es real y que
en algunos sitios las Víctimas y sus familiares están mal vistos en según qué pueblos y en qué lugares...
Felicity, no fue en algunos sitios. Fue (y tristemente sigue siendo) en muchos sitios. Y no precisamente pueblecitos pequeños. Que en esos sitios no todo el mundo detestaba a las víctimas y a sus familias es cierto. Pero quienes les apoyaban y se solidarizaban con ellos estaban en franca minoría rodeados de un ambiente abiertamente hostil por culpa de un grupo quizás no muy numeroso pero sí muy radical y peligroso que llevaba la voz cantante y una gran mayoría cobarde que para no tener líos no sólo se callaba (que en sí ya es algo infame) sino que seguía la corriente a los canallas que acosaban a las víctimas. Y cuando digo víctimas no sólo me refiero a los asesinados, sino también a los vivos.