Ya he visto que nadie de este foro quiere deprimirse conmigo, después de todas las advertencias que se leen en este hilo. Hacéis bien
Bueno, antes de nada deciros que la novela me ha gustado mucho y me ha impactado fuertemente por su temática y su contenido. Eso quizás sea porque lo que más me aterra en esta vida es si en alguna ocasión me tengo que enfrentar a la terrible soledad.
La novela es un ejercicio recurrente del desarrollo del final de un pueblo y de la vida misma, cuando tu alma está ya más cerca de los fantasmas que forman parte de tu pasado que de la realidad del día a día.
| Me gustan esos encuentros quiméricos de Andrés con su madre, con su hija muerta, con su mujer y con los vecinos cuyas almas abandonaron para siempre el pueblo de Ainielle. |
Me identifico plenamente con las experiencias que narra el autor en la relación del ser humano con la muerte. Cuando eres joven vives de espaldas a ella, parece que la vida es como ese río que nunca se agota. Pero cuando la muerte de un familiar te toca de lleno, y a mí me ha sucedido directamente en tres ocasiones, ya representa algo que va ligado a tu condición, y que cada vez es más presente porque el devenir hacia el final de tu existencia cada vez se acelera más y más y parece que la vida se te escapa de las manos.
Decidme si no parece que vuestros últimos diez años han transcurrido en la mitad de tiempo que el mismo período vivido en vuestra época de juventud.
| Un episodio muy agobiante y que me gustó mucho fue cuando es picado por la víbora. Que manera de reaccionar cuando no existe ninguna alternativa porque la ayuda más cercano está a cuatro horas de camino y acudir a por ella sería una muerte segura. Aún así hay que echarle valor. |
También en toda la novela flota un resentimiento de Andrés hacia todos aquellos que abandonaron a Ainielle condenándolo irremediablemente a su extinción. Si no hubiera sido así, la compañía y la vida compartida de los habitantes hubieran ofrecido una alternativa de supervivencia para Andrés y Sabina. Pero cuando la soledad ya lo gobierna todo, Andrés teme al contacto con el resto del mundo más que a su propia soledad.
Aparte de todo ésto me gusta mucho cómo escribe este autor, la manera en la que tiene de describir la ruina en la que se van convirtiendo las casas, las calles desoladas y solitarias y hasta las propias vidas de los últimos habitantes de Ainielle.
| Parece que ni la mutua compañía del matrimonio ni luego la fidelidad de la perrita sirvieron para salvar sus almas de la soledad que invadía todo. |
Bien es cierto que es preferible leer esta novela en un momento en el que tu moral no pase por su mejor estado de forma.
, si alguien me quiere acompañar.....
Encantado de poder compartirlo contigo, pero no te anticipo fecha que todavía tengo pendientes unos cuantos (si tienes muchas ganas de leerlo te libero del compromiso y ya comentaré sobre lo que tú comentes).
...la verdad es que a mi este autor me gusta muchoy ya he leído tres novelas suyas, así que espero grandes cosas de este libro 
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