El beso 1: En el bosque
Donde el clavel besaba el bosque,
allí, viento y música tras la perenne
hojarasca; se desnudó el alma
y claro silencio sembraba
el roce de nuestros labios.
Mírame, esa mirada violeta se refugia entre
un suspiro, y el firmamento, velado
por la angustia, cae sobre mí
como una estrella efímera.
El roce de nuestros labios,
pura inocencia, mátame con ese beso
para cubrir la luna de dulces sueños.
El beso 1: En el bosque
Re: El beso 1: En el bosque
Ese mátame rompe un poco todo el onirismo del que cargas el poema hasta entonces.
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