LA
ÚLTIMA
NOCHE
O
EL ALFIL
Al rumor del bosque ardiente,
al viento siempre ondeante,
al tiempo siempre rumiante,
al río y su corriente,
al niño siempre inocente,
al fuego iracundo, crepitante
y frío en el que ardió Dante:
Que sea en silencio todo ello:
Que calme toda tormenta,
Que amaine la más violenta.
Que caiga todo en sello.
El ruido enmudezca,
las aves plieguen su vuelo y
caiga todo al fin al suelo
antes de que amanezca.
Que cese y por favor pare,
que el tiempo, que su aliento
permanezca aún un momento,
que su vida se repare.
Que el reloj se detenga,
Que en mi mano se frene,
y que si no se detiene
alguna fuerza intervenga:
Que tome toda mi historia,
que a su pecho la derive
que si ella vive
suya es mi vida y mía la gloria.
ÚLTIMA
NOCHE
O
EL ALFIL
Al rumor del bosque ardiente,
al viento siempre ondeante,
al tiempo siempre rumiante,
al río y su corriente,
al niño siempre inocente,
al fuego iracundo, crepitante
y frío en el que ardió Dante:
Que sea en silencio todo ello:
Que calme toda tormenta,
Que amaine la más violenta.
Que caiga todo en sello.
El ruido enmudezca,
las aves plieguen su vuelo y
caiga todo al fin al suelo
antes de que amanezca.
Que cese y por favor pare,
que el tiempo, que su aliento
permanezca aún un momento,
que su vida se repare.
Que el reloj se detenga,
Que en mi mano se frene,
y que si no se detiene
alguna fuerza intervenga:
Que tome toda mi historia,
que a su pecho la derive
que si ella vive
suya es mi vida y mía la gloria.