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Ingredientes:
- Unas 4 o 5 manzanas
- Pasta filo
- Azúcar moreno
- Mantequilla
- Pan rallado
- Canela en polvo
- Pasas
- Nueces
- Azúcar glas
- Opcional: helado de vainilla o salsa de vainilla (yo la preparo diluyendo natillas de las de supermercado en un poco de leche)
- Para el relleno, pelamos y troceamos las manzanas. Las ponemos en un bol, las espolvoreamos con un poco de azúcar y canela y las metemos al microondas unos minutos para que se medio cocinen y queden un poco blandas. A mí me gusta que queden blandas, pero se puede hacer con las manzanas crudas. Esperamos que se enfríen un poco y les añadimos unas pasas y unas nueces troceadas.
- Cogemos un trozo de mantequilla, lo derretimos y le vamos añadiendo pan rallado hasta que se quede con una textura como de tierra mojada. Hay quien sustituye esto por galletas trituradas.
- Fundimos más mantequilla. Sobre un papel de horno, extendemos una lámina de pasta filo y la untamos con la mantequilla. Ponemos otra lámina encima de la otra y repetimos el proceso de untarla. Hacemos lo mismo con una tercera lámina. Deben quedar bien pintadas con mantequilla.
- Sobre la tercera lámina esparcimos montoncitos de la mezcla de mantequilla y pan rallado.
- Ahora ponemos el relleno de forma que quede en la parte baja de las láminas, dejando unos dedos de margen y doblamos la masa de forma que se quede el relleno en su interior, quedando una especie de burrito enorme y procurando doblar los bordes para que quede bien cerrada. Para pegar el final usamos un poco más de mantequilla fundida.
- Untamos con mantequilla todo el exterior y horneamos según las instrucciones del paquete.
- Espolvoreamos con azúcar glas y a comer. Lo típico es acompañarlas de helado de vainilla o de una salsa de vainilla, pero se puede comer sin nada. Se tiene que comer caliente o templado y, además, la pasta filo se reblandece en poco tiempo y de un día para otro no queda crujiente.
