Autor: Pauline Carowoki escribió:«Salgo dentro de poco para un viaje bastante inesperado, pero quiero participarte sin demora una buena noticia, y es que estoy encargado de suplir al buen viejo Marignol en su cátedra del Colegio de Francia. (...) Y vuelvo a mi viaje, que te va a hacer mucha gracia. Figúrate que esta mañana una esquela de Lacante me llama a su lado. (...) —Querido mío -me dijo sin preámbulos,- me ocurre una contrariedad considerable: he perdido a mi tía. (...) —Querido amigo -continuó después de un instante,- es para cumplir un deber... un deber de conciencia en interés de la niña... —¿Qué niña? ¡Cómo! ¿Acaso aquella noble dama tenía?... Lacante no me dejó acabar. —¿Qué diablos va usted a pensar, amigo querido? La niña, y esto es lo que me preocupa, la niña es hija mía»
Título original: Aimer c'est vaincre
Año de publicación: 1904
Editorial: BebelPlatz
Colección: Vetusta
Páginas: 226