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AUTOR · Cunillé, Lluisa;
ISBN 978-84-96765-17-7
Paginas 80
PERSONAJES · 2 masculinos 1 femeninos 1
GÉNERO · Drama · Diálogo · Texto
Precio: 10 €.

Ñaque dice:

Premio Nacional de Teatro 2010.

Un hombre y una mujer, dos extraños que se enfrentan. Un Ulises contemporáneo enfrentado a una mujer que encarna cuatro rostros de la tragedia griega; una mujer que es Electra, Fedra, Medea y Antígona. El escenario es sobrio, ambos contemplan la inminente aniquilación de unas fábricas. Las fábricas representan el pasado que será volado para construir un rascacielos, el emblema del futuro, un futuro que debe arrasar antes con los pilares del pasado. Bajo dos focos que se iluminan y se apagan, el hombre y la mujer comienzan un diálogo delirante, un diálogo cargado de grandes monólogos.

A leer dentro del miniclub mensual de teatro de los siglos XX y XXI a partir del 15 de diciembre.

Cómo me gustó esta obra Y mira que Cunillé, en sus inicios, a mí...
Pero de unos años a esta parte escribe cosas que me parecen muy interesantes y elaboradas.
En esta obra me pareció maravilloso el juego clásico griego. A los asiduos al mc de teatro grecolatino os va a gustar especialmente, yo creo, y, en general, a todo el que tenga frescas las cinco figuras clásicas que aparecen

Pues ya la tengo de la biblioteca y mañana me la leo.

Pues no sé si la he leído en el mejor momento pero no me ha llegado como debería, y eso que conozco a los personajes originales griegos.

En Él se reconoce a Ulises en el hecho de estar lejos de su tierra habiendo dejado a su mujer y a su hijo pequeño, aunque el personaje aquí no sabe si quiere volver o no, y lo que quiere es traerse a su hijo para trabajar. No sé, no me acaba de convencer como Ulises ni su interactuación con Ella, si no hubiera sabido la referencia simplemente podría pasar por un personaje inmigrante en el siglo XXI sin más.

Ella es un personaje más interesante y con parlamentos impactantes. En Ella sí se reconoce a Electra, odia a su madre y vivía de ese odio, por la muerte de su padre, tiene un hermano, que vivía lejos y con el que no se llevaba, Orestes, también se reconoce a Medea, que mata a sus hijos, por el abandono de su padre, e incluso a Antígona, en el hecho de que es hermana de un terrorista perseguido. A quien no veo es a Fedra por ningún lado, o no lo he sabido captar, porque Fedra es conocida fundamentalmente porque se enamora de su hijastro Hipólito.

En fin, quien no sepa estas referencias va a ver una obra un poco deslavazada puesto que Ella cambia de personalidad 4 veces y no sigue una línea continua, lo que puede desconcertar bastante al espectador, y, por otro lado, cada palabra es un mundo, no te puedes perder ni una de ellas porque todas tienen significado.

Un texto difícil con dos personajes náufragos de la tragedia clásica en el Siglo XXI, que desconcertará a la mayoría de espectadores, y que llegará a los que puedan reconocer a los personajes de la tragedia griega y su adaptación a la actualidad.

Drama. 2 personajes. (1 mujer 1 hombre)
ISBN 978-84-96765-17-7
Paginas 80

Ñaque escribió:Premio Nacional de Teatro 2010.

Un hombre y una mujer, dos extraños que se enfrentan. Un Ulises contemporáneo enfrentado a una mujer que encarna cuatro rostros de la tragedia griega; una mujer que es Electra, Fedra, Medea y Antígona. El escenario es sobrio, ambos contemplan la inminente aniquilación de unas fábricas. Las fábricas representan el pasado que será volado para construir un rascacielos, el emblema del futuro, un futuro que debe arrasar antes con los pilares del pasado. Bajo dos focos que se iluminan y se apagan, el hombre y la mujer comienzan un diálogo delirante, un diálogo cargado de grandes monólogos.

“Ni siquiera guardo ninguna foto de cuando era pequeña.

El peso insoportable

De llevar un peso insoportable

De llevar un peso insoportable

De llevar un peso insoportable

De llevar un peso insoportable

Día tras día, sin ningún alivio,

Para siempre, así imaginaba de pequeña la eternidad”.

Pues no sé por qué pensaba que esta obra ya la habíamos comentado.

Gracias por el hilo Lucía.

Los he unido porque estaban repetidos, Lucía.