Pues a mí me ha gustado bastante.
Me ha parecido una obra muy dura, desoladora. No hay concesiones al espectador, ni idealizaciones de ningún tipo. El ambiente, que podría haber valido para un sainete (tasca, barrio popular, globos, quinielas), se convierte en escenario para un drama de gente humilde sin esperanza. Eso ya me parece un acierto. Del sainete sólo han quedado los tipos y el lenguaje, lleno de coloquialismos, pero que no busca ahora el humor, sino ser reflejo de una realidad, de una manera concreta de hablar. Son muchos los aspectos que me han llamado la atención y que me parecen dignos de comentar, pero no quiero alargarme en exceso. El escenario es complejo y une varios ambientes en uno, incluso con escenas que se suceden simultáneamente. En eso me ha recordado al Buero Vallejo de la época, al que se parece también en la intensidad de la temática social.
La camisa trata temas muy variados, todos con un trasfondo social y de denuncia muy marcado: la pobreza, la emigración, el alcoholismo, la opresión de los pobres, el chabolismo, el azar, el deterioro de las relaciones familiares, la fuerza de la mujer, las pocas perspectivas de los jóvenes, el maltrato, el apego a la tierra, la pérdida de ilusiones. Y muy pocos destellos de esperanza: los globos de colores y las quinielas. Impresentable el personaje del Tío Paco, que busca aprovecharse de la miseria de los demás. Los hombres aparecen derrotados (Juan, Ricardo) y son las mujeres (Lola, la Abuela, María, Balbina) las que tienen que tomar la iniciativa. Creo que siempre ha sido así. Y los jóvenes, ilusionados en el amor (Nacho, Lolita), pero con tan pocas perspectivas como en
Historia de una escalera. Y el mito de la época: Alemania, con su atractiva oferta de empleo para los que son capaces de subir al tren. Vaya, casi que me parece que estoy describiendo la época actual.
Detrás está el trasfondo de la guerra civil: Se hace alusión a alguien del pe-ce (escrito así) y a un falangista. Y la realidad del momento (Lolo describe un gol de Di Stéfano a pase de Gento). Hay violencia contenida que nunca llega a estallar en escena (sí fuera de ella). Además, la obra está llena de símbolos (globos, petardos, calcetín amarillo y, por supuesto, la camisa, con su cuello recuperado y su faldón roto). Y el satélite, contemplado casi como un cometa. Y el Tío Maravillas, del que no quiero desvelar nada. Mi personaje favorito es, sin duda, Lola.
Una obra sencilla, muy valiente para la época en que se estrenó. Quizá no es una obra perfecta (coincido contigo Chubb en que, a veces, parece que le falta algo). No está a la altura de las mejores obras de temática social de Buero Vallejo, pero su lectura me ha merecido mucho la pena.
Lolo: ¿Está usted mala?
Balbina: Yo no. La vida. |
Juan (molesto): ¡No estoy pa globos!
Tío Maravillas: Cógelo, amigo. Es un trocito de infancia. |
Lolita: Me gustaría tener una en un valle muy verde y al lao de un río claro: que se vieran las piedras blancas del fondo. (Ilusionada.) ¡Debe ser bonito vivir así!
Nacho: Cuando hablas de estas cosas se te arruga la naricilla ¡y me dan ganas de darte un bocao! (Intenta besarla). |