José Hierro

¿Qué es poesía? Dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... ¡eres tú!

Moderadores: Tessia, lunallena

Avatar de Usuario
Protos
Foroadicto
Mensajes: 4775
Registrado: 27 Sep 2006 17:09
Ubicación: Hic et nunc

José Hierro

Mensaje por Protos »

Generación

No fue jamás mejor aquello.
Esto de ahora es doloroso;
pero el dolor nos hace hombres
y ya ninguno estamos solos.
Alto fue el precio que pagamos:
miseria y llanto de los ojos
nuestros mejores años verdes
y nuestros sueños más hermosos.

Porque nacimos bajo el signo
del cerebro. Pero ya todo
se vino a tierra una mañana.
Lo devastó un viento glorioso,
y somos ruinas o cimientos,
algo inconcreto, algo borroso:
tronco cortado a ras de tierra
que nadie sabe que fue un tronco.

Predestinados para sabios,
para teóricos,
nos enseñaron muchas cosas
conceptualmente. Y como a un pozo
de agua estancada y silenciosa,
fuimos echando piedras, lodo,
trozos inútiles de muerte,
mármoles rotos.
Ahora nos vemos sobre el agua
el paisaje que se alza en torno.

Predestinados para sabios,
para teóricos,
conoceríamos la vida
sólo a través de microscopio,
y nuestro amigo, nuestro hermano,
serían entes, microcosmos,
nombres velados, sin sentido,
abstracciones...

Pero ya todo
se vino a tierra una mañana.
Lo devastó un viento glorioso.
Se desbordó un día la vida,
nos tornó locos,
Y les pusimos a las cosas
nuevos nombres. Y el vino rojo
de la sangre, y el agua pálida
del llanto, el sol majestuoso
del mediodía de verano
fueron más que simples fenómenos,
abstracciones, malabarismos
de los teóricos.

Éramos hombres, y el de enfrente,
aquel que hablaba con nosotros,
de su tiempo, de nuestro tiempo,
no era un ente ni un microcosmos.
El que sufría, el que gritaba
o lloraba por estar solo;
el que durmió sobre la yerba
las noches húmedas de otoño
a nuestro lado, alma con alma,
hombro con hombro,
aquel, cegado por la tierra
que nos echaban a los ojos;
aquel que anduvo por los campos
solitario, pisando odios,
era un hombre de carne y hueso
como nosotros.

Es extraño. Noches y días
se suceden. Seguimos solos
como unos árboles raquíticos
en la cima de un monte. Pozos
semicegados. (Pero el agua,
invisible para los ojos,
como una remota esperanza
suena en el fondo).

Es triste alzarse de uno mismo,
poner los ojos en el rostro
de los hombres que han de venir
tras de nosotros,
que no sabrán que entre los árboles,
sobre la yerba, en el mar hondo,
en las ciudades, en las cumbres,
hemos cantado, temblorosos
por la alegría de estar vivos.

Así pasamos, como un soplo
de brisa azul sobre la piedra.
Sin dejar rastro, como el oro
de las hojas, cuando coronan
la frente grave del otoño...

Porque no queda ni una sola
rosa, plantada por nosotros.

TIERRA SIN NOSOTROS
1
Avatar de Usuario
Chiky
Foroadicto
Mensajes: 3174
Registrado: 24 Ago 2006 23:34
Ubicación: En MeDiO dE nInGuNa PaRtE....

Mensaje por Chiky »

El otro día, una profesora, nos habló en clase sobre José Hierro y me encantó todo lo que dijo. Tengo intención de leer sus poemas en breve. Alguien me recomienda por donde empezar? La profesora me ha dicho que "Cuaderno de Nueva York" es impresionante.
1
chanquete

Re: José Hierro

Mensaje por chanquete »

Yo llegue a Jose Hierro por una portada del suplemento del Pais,
me enamoré de su cara de forjador, y cuando lo leí me convenció con sus dotes de poeta.
Raúl
Mensajes: 11
Registrado: 23 Feb 2009 15:21

Cartas a los muertos

Mensaje por Raúl »


Enlace


Remordimiento


I

Inútilmente fui
recorriendo senderos
entre mármoles.

Luz
de prodigiosa hondura.
(Toda la noche había
llovido. Al clarear
cesó la lluvia. Nubes
navegaban el cielo;
nubes blancas.)

Inútil
fue recorrer senderos,
buscar tu nombre. Inútil:
no lo hallé.
Y recé una oración
por ti -¿por ti o por mí?
Después te olvidé. Sean
los muertos los que entierran a sus muertos

II

Estaba
tan olvidado todo!
Pero esta noche...

¿Por qué será imposible
verte de nuevo, hablarte,
escucharte, tocarte,
ir -con los mismos cuerpos
y almas que tuvimos,
pero con más amor-
uno al lado del otro...
(Ilusión descuajada
del espacio y del tiempo
lo sé para mi daño.)

Yo te hablaría lo mismo que hablaría,
si yo fuese su dueño
mi verso: con palabras
de cada día, pero
bajo las que sonara
la corriente fluvial
de la ternura.
Como se hablan los hombres,
conteniendo las ganas
de llorar, de decirse
"te quiero". Sin llorar
ni decirse "te quiero",
que es cosa de mujeres.

Qué quedaría entonces
de ti, después de tantos
años bajo la tierra.
Dónde hallarte - pensé
aquel día. No estamos
jamás donde morimos
definitivamente,
sino donde morimos
día a día.

III

Pero esta noche...

Te abrazaría, créeme,
te besaría,
te daría calor,
te adoraría. Haría
algo que es más difícil:
tratar de comprenderte.

Y te comprendería
te comprendo ya, créelo.
Nos va enseñando tanto
la vida... Nos enseña
por qué un hombre ve rota
su voluntad, y sueña,
y vive solitario;
por qué va a la deriva
en el témpano errante
arrancado a la costa,
y se deja morir
mientras mira impasible
cómo se hunden los suyos,
la carne de su carne,
su hermoso mundo...

IV

Son líneas sin sentido
éstas que trazo.
Yo mismo no comprendo
qué es lo que dejo en ellas.
Acaso sea música
de mi alma, arrancada
de modo misterioso
por tu mano de muerto.

Tu mano viva.
Yo pensé en ella, pero
era una mano muerta,
una mano enterrada
la que yo perseguía.

Inútilmente fui
buscando aquella mano.
Se estaba convirtiendo
en festín de las flores.
En vaho tibio para
empeñar las estrellas.
En luz malva y errante
que da su son al alba.
Estaría mezclándose
con la tierra materna.
Se hacía mano viva:
lo que es ahora.

V

Te abrazaría, créeme.
Te daría calor.
Te comprendo ya. Entonces
no era tiempo. Fue un día
de septiembre, en Ciriego,
-un cementerio que oye
la mar- el año mil
novecientos cincuenta.

Cuando vivías, eras
un extraño. Aquel día
entre mármoles, fui
buscándote, tratando
de comprenderte. Sólo
esta noche, de modo
inesperado, al fin
he comprendido.

Tarde,
para mi daño.



De: Cuanto sé de mí
1
Avatar de Usuario
lucia
Cruela de vil
Mensajes: 84500
Registrado: 26 Dic 2003 18:50

Re: José Hierro

Mensaje por lucia »

Fusiono con el tema del poeta ;)
Nuestra editorial: www.osapolar.es

Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.

Imagen Mis diseños
chanquete

Re: Cartas a los muertos

Mensaje por chanquete »

Raúl escribió:
Enlace


Remordimiento

Gracias Raul, no solo nos has regalado la voz de J.Hierro, sino tambien la de Cortazar
Avatar de Usuario
RAOUL
Foroadicto
Mensajes: 4856
Registrado: 28 Dic 2008 05:58

Re: José Hierro

Mensaje por RAOUL »

Beethoven ante el televisor

El alemán de Bonn identificaba
todos los sones de la naturaleza:
el del mar, el del rio, el del viento y la lluvia,
el canto del ruiseñor, el de la oropéndola, el del cuco.
Un día, cantó un ave, y él no oía su canto:
fue la primera señal de alarma.
Luego avanzó implacable la sordera
hasta desembocar en la noche de los sonidos.
Compuso, desde entonces, imaginándolos.
Nunca pudo escuchar su misa en Re,
sus últimos cuartetos, su última sinfonia.

Luis Van Beethoven murió en mil ochocientos veintisiete
(es lo que piensan los desinformados),
pero yo le he visto en el Lincoln Center.
Fue en los años noventa. Ocupábamos
asientos contiguos. Yo lo reconocí
por su expresión huraña y tierna y feroz.
Y también por el desaliño de que nos hablan sus biógrafos.
Escribí en mi programa estas palabras:
“Excelente concierto”. Y él asintió:
“No se moleste en escribir,, oigo perfectamente”.
Después, en el descanso, hablamos de su música,
(sin duda se dio cuenta
de que acababa de reconocerlo.)
Avisaron que había que volver
a la sala para escuchar el plato fuerte,
la Novena. Pero él, van Beethoven,
dio medio vuelta y se marchaba.
“Pero, ¿precisamente ahora?” le pregunté,
“Yo regreso al hotel. Voy a escuchar
la novena Sinfonía en el televisor,
la transmiten en directo”, contestó.
“¿Me permite que le acompañe?”, dije,
y se encogió de hombros.

Pues aquí acaba todo.
Nos sentamos ante el televisor.
Escuchamos el golpe de batuta
sobre el atril. Silencio. Y la orquesta rugió.
Entonces, Ludwig van Beethoven
se levantó y apagó el sonido.
Ahora si que el silencio era absoluto.

Canturreaba a veces, levantaba la mano
para indicar la entrada a los timbales
en el Scherzo. Lloró con el adagio,
enardeció cuando cantaba el coro
las palabras de Schiller.
Yo nunca podré oir, nadie podrá
lo que él oía. Finalizó el concierto.
fue entonces cuando se levantó,
y se acercó al televisor,
recuperó el sonido.
Las cámaras enfocaban ahora
al público enardecido.
Van Beethoven oía, en mil novecientos noventa,
Los aplausos que no podía oír en Viena,
en mil ochocientos veinticuatro.
1
Avatar de Usuario
Aben Razín
Vivo aquí
Mensajes: 57440
Registrado: 19 Feb 2009 14:28
Ubicación: Al lado del Torico.

Re: José Hierro

Mensaje por Aben Razín »

chanquete escribió:Yo llegue a Jose Hierro por una portada del suplemento del Pais,
me enamoré de su cara de forjador, y cuando lo leí me convenció con sus dotes de poeta.
A excepción de que mi llegada a José Hierro no fue por medio de una contraportada, en todo lo demás chanquete :60: estoy de acuerdo...

Es un poeta, cuya lírica sale de las manos de un trabajador... :lista:
Pasado: El coraje de ser de Mónica Cavallé.

Presente: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.

Futuro: La deseada de Maryse Condé.
Avatar de Usuario
aleteo
Vivo aquí
Mensajes: 13051
Registrado: 03 Ene 2009 21:53

Re: José Hierro

Mensaje por aleteo »

Canción de cuna para dormir a un preso

La gaviota sobre el pinar.
(La mar resuena.)
Se acerca el sueño. Dormirás,
soñarás, aunque no lo quieras.
La gaviota sobre el pinar
goteado todo de estrellas.

Duerme. Ya tienes en tus manos
el azul de la noche inmensa.
No hay más que sombra. Arriba, luna.
Peter Pan por las alamedas.
Sobre ciervos de lomo verde
la niña ciega.
Ya tú eres hombre, ya te duermes,
mi amigo, ea...

Duerme, mi amigo. Vuela un cuervo
sobre la luna, y la degüella.
La mar está cerca de ti,
muerde tus piernas.
No es verdad que tú seas hombre;
eres un niño que no sueña.
No es verdad que tú hayas sufrido:
son cuentos tristes que te cuentan.
Duerme. La sombra toda es tuya,
mi amigo, ea...

Eres un niño que está serio.
Perdió la risa y no la encuentra.
Será que habrá caído al mar,
la habrá comido una ballena.
Duerme, mi amigo, que te acunen
campanillas y panderetas,
flautas de caña de son vago
amanecidas en la niebla.

No es verdad que te pese el alma.
El alma es aire y humo y seda.
La noche es vasta. Tiene espacios
para volar por donde quieras,
para llegar al alba y ver
las aguas frías que despiertan,
las rocas grises, como el casco
que tú llevabas a la guerra.
La noche es amplia, duerme, amigo,
mi amigo, ea...

La noche es bella, está desnuda,
no tiene límites ni rejas.
No es verdad que tú hayas sufrido,
son cuentos tristes que te cuentan.
Tú eres un niño que está triste,
eres un niño que no sueña.
Y la gaviota está esperando
para venir cuando te duermas.
Duerme, ya tienes en tus manos
el azul de la noche inmensa.
Duerme, mi amigo...

Ya se duerme
mi amigo, ea...

De "Tierra sin nosotros" 1947
1
Ionescu
Me estoy empezando a viciar
Mensajes: 365
Registrado: 03 Abr 2009 03:08

Re: José Hierro

Mensaje por Ionescu »

Teoría


Un instante vacío
de acción puede poblarse solamente
de nostalgia o de vino.
Hay quien lo llena de palabras vivas,
de poesía (acción
de espectros, vino con remordimiento).


Cuando la vida se detiene,
se escribe lo pasado o lo imposible
para que los demás vivan aquello
que ya vivió (o que no vivió) el poeta.
Él no puede dar vino,
nostalgia a los demás: sólo palabras.
Si les pudiese dar acción...


La poesía es como el viento,
o como el fuego, o como el mar.
Hace vibrar árboles, ropas,
abrasa espigas, hojas secas,
acuna en su oleaje los objetos
que duermen en la playa.
La poesía es como el viento,
o como el fuego, o como el mar:
da apariencia de vida
a lo inmóvil, a lo paralizado.
Y el leño que arde,
las conchas que las olas traen o llevan,
el papel que arrebata el viento,
destellan una vida momentánea
entre dos inmovilidades.

Pero los que están vivos,
los henchidos de acción,
los palpitantes de nostalgia o vino,
esos... felices, bienaventurados,
porque no necesitan las palabras,
como el caballo corre, aunque no sople el viento,
y vuela la gaviota, aunque esté seco el mar,
y el hombre llora, y canta,
proyecta y edifica, aun sin el fuego.
1
Avatar de Usuario
madison
La dama misteriosa
Mensajes: 41155
Registrado: 15 May 2005 21:51

Re: José Hierro

Mensaje por madison »

Con las piedras, con el viento...
Apagamos las manos. Dejamos encima del mar marchitarse
la luna
y nos pusimos a andar por la tierra cumplida de sombra.
Ahora ya es tarde. Las albas vendrán a ofrecernos sus húmedas
flores.
Ciegos iremos. Callados iremos, mirando algo nuestro que
escapa
hacía su patria remota.
(Nuestro espíritu debe de ser, que cabalga sobre las olas.)


Ahora ya es tarde. Apagamos las manos felices
y nos ponemos a andar por la tierra cumplida de sombra.
Hemos caído en un pozo que ahoga los sueños.
Hemos sentido la boca glacial de la muerte tocar nuestra boca.


Antes, entonces, con qué gozo ardiente,
con qué prodigioso encenderse de aurora
modelamos en nieblas efímeras, en pasto de brisas ligeras,
nuestra cálida hora.
Y cómo apretamos las ubres calientes. Y cómo era hermoso
pensar que no había ni ayer, ni mañana, ni historia.


Ahora ya es tarde; apagamos las manos felices
y nos ponemos a andar por la tierra cumplida de sombra.
Cómo errar por los años, como astros gemelos, sin fuego,
como astros sin luz que se ignoran.
Cómo andar, sin nostalgia, el camino, soñando dos sueños
distintos
mientras en torno el amor se desploma.


Ahora ya es tarde. Sabemos. Pensamos. (Buscábamos almas.)
Ahora sabemos que el alma no es piedra ni flor que se toca.
Como astros gemelos y ajenos pasamos, sabiendo
que el alma se niega si el cuerpo se niega.
Que nunca se logra si el cuerpo se logra.


Dejamos encima del mar marchitarse la luna.
Cómo errar, por los años, sin gloria.
Cómo aceptar que las almas son vagos ensueños
que en sueños tan sólo se dan, y despiertos se borran.
Qué consuelo ha da haber, si lograr una gota de un alma
es pretender apresar el latir de la tierra, desnuda y redonda.


Estamos despiertos. Sabemos. Como astros soberbios, caídos,
sentimos la boca glacial de la muerte tocar nuestra boca.
1
Avatar de Usuario
RAOUL
Foroadicto
Mensajes: 4856
Registrado: 28 Dic 2008 05:58

Re: José Hierro

Mensaje por RAOUL »

Yo vi una vez a José Hierro y fue casi como una extraña fantasía. Hace muchos años, en un pueblo de Cuenca, un luminoso mediodía de invierno. El pueblo cuenta con poco más de 100 habitantes y se alza en una roca que rodea el Júcar. Tiene tres iglesias y una fortaleza erigida por los árabes. Un entorno de piedra y silencio, cargado de historia.

Por razones que no vienen al caso yo estaba en el edificio que preside la plaza central. Un edificio que data del siglo XVI, pequeño, incómodo y frío. En aquellos tiempos era necesario acercarse regularmente a los radiadores situados en la pared que da al exterior si uno no quería quedar congelado. Pues en uno de sus viajes en busca de calor, me asomé a la ventana y entonces, a la entrada de la plaza solitaria, lo vi. Inconfundible con su cráneo reluciente. Estaba justamente aquí, en este punto, y ésta misma era la vista que él tenía cuando yo lo descubrí:

Imagen

Miraba justamente hacia donde yo estaba, aunque no podía verme tras los cristales. No iba acompañado y contemplaba la extensa plaza, la gran iglesia situada en uno de los fondos, todo el entorno urbano. Parecía absorto, desorientado. Como si desde Madrid hubiera cerrado los ojos y de pronto y en un momento hubiera sido transportado a un pueblecito casi perdido. Al cabo de un rato se volvió y tomó la larga calle empedrada que une la plaza con la vieja fortaleza. En fin lo seguí con la mirada hasta que dejó de verse en el horizonte, y cuando ya dejó de vérsele porque la calle bajaba, aún parecía percibirse el resplandor de su calva. :cunao:

En fin, sólo quería dejar esta impresión porque muchas veces me he preguntado si verdaderamente vi lo que vi. Y sé que lo vi y que era él, pues hice mis averiguaciones. Pero fue un momento inolvidable. En aquella época, además, no estaba lejana la publicación de su "Cuaderno de Nueva York", un poemario que, para mí, como ya dije en alguna parte del foro, es uno de los más hermosos de todo el siglo XX español. Una obra maestra que nunca me cansó de leer.

Así que por don José, al que un día vigilé desde lo alto sin que él lo sospechara y en mitad de un pueblo abandonado, y en homenaje al gran poeta que fue, y que es, pongo ahora no un poema de ese libro sino otro igualmente hermosísimo que escribió unos años antes. El que habla de la noche, de Lope de Vega, ese cura sacrílego, y de Marta de Nevares, aquella joven enloquecida, su último amor, que cuando abría sus ojos verdes hacía que sonara el mar.

LOPE. LA NOCHE. MARTA

He abierto la ventana. Entra sin hacer ruido
(afuera deja sus constelaciones).
«Buenas noches, Noche».
Pasa las páginas de sombra
en las que todo está ya escrito.
Viene a pedirme cuentas.

«Salí al rayar el alba ―digo―.
Lamía el sol las paredes leprosas.
Olía a vino, a miel, a jara».
(Deslumbrada por tanta claridad
ha entornado los ojos).
La llevan mis palabras por calles, ascuas, no lo sé:
oye la plata de las campanadas.
Ante la puerta de la iglesia
me callo, me detengo ―entraría conmigo
si yo no me callase, si no me detuviera―;
yo sé bien lo que quiere la Noche;
lo de todas las noches;
si no, por qué habría venido.

Ya mi memoria no es lo que era. En la misa del alba
no dije Agnus Dei qui tollis pecata mundi,
sino que dije Marta Dei (ella también es cordero de Dios
que quita mis pecados del mundo).
La noche no podría comprenderlo,
y qué decirle, y cómo, para que lo entendiese.

No me pregunta nada la Noche,
no me pregunta nada. Ella lo sabe todo
antes que yo lo diga, antes que yo lo sepa.
Ella ha oído esos versos
que se escupen de boca en boca, versos
de un malaleche del Andalucía
―al que otro malaleche de solar montañés
llamara «capellán del rey de bastos»―
en los que se hace mofa de mí y de Marta,
amor mío, resumen de todos mis amores:
Dicho me han por una carta
que es tu cómica persona
sobre los manteles, mona
y entre las sábanas, Marta.
Qué sabrá ese tahúr, ese amargado
lo que es amor.

La Noche trae entre los pliegues de su toga
un polvillo de música, como el del ala de la mariposa.
Una música hilada en la vihuela
del maestro del danzar, nuestro vecino.
En la cocina estará escuchando Marta;
danzará, mientras barre el suelo que no ve,
manchado de ceniza, de aroma, de trigo candeal,
de jazmines, de estrellas, de papeles rompidos.
Danza y barre Marta.

Pido a la Noche que se vaya. Hasta mañana, Noche.
Déjame que descanse. Cuando amanezca regaré el jardín,
saldré después a decir misa
―Deus meus, Deus meus, quare tristis est anima mea―,
luego volveré a casa, terminaré una epístola en tercetos,
escribiré unas hojas
de la comedia que encargaron unos representantes.
Que las cosas no marchan bien en el teatro,
y uno no puede dormirse en los laureles.

Hasta mañana, Noche.
Tengo que dar la cena a Marta,
asearla, peinarla (ella no vive ya en el mundo nuestro),
cuidar que no alborote mis papeles,
que no apuñale las paredes con mis plumas
―mis bien cortadas plumas―,
tengo que confesarla. «Padre, vivo en pecado»
(no sabe que el pecado es de los dos),
y dirá luego: «Lope, quiero morirme»
(y qué sucedería si yo muriese antes que ella).
Ego te absolvo.
Y luego, sosegada, le contaré, para dormirla,
aventuras de olas, de galeones, de arcabuces, de
rumbos marinos,
de lugares vividos y soñados: de lo que fue
y que no fue y que pudo ser mi vida.

Abre tus ojos verdes, Marta, que quiero oír el mar.
1
Avatar de Usuario
madison
La dama misteriosa
Mensajes: 41155
Registrado: 15 May 2005 21:51

Re: José Hierro

Mensaje por madison »

Imagen
Alegría

Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.

Era alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
( Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía. )

Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.

De "Alegría" 1947
1
Avatar de Usuario
madison
La dama misteriosa
Mensajes: 41155
Registrado: 15 May 2005 21:51

Re: José Hierro

Mensaje por madison »

Imagen
EL BUEN MOMENTO

Aquel momento que flota
nos toca con su misterio.

Tendremos siempre el presente
roto por aquel momento.

Toca la vida sus palmas
y tañe sus instrumentos.

Acaso encienda su música
sólo para que olvidemos.

Pero hay cosas que no mueren
y otras que nunca vivieron.

Y las hay que llenan todo
nuestro universo.

Y no es posible librarse
de su recuerdo.
1
Avatar de Usuario
madison
La dama misteriosa
Mensajes: 41155
Registrado: 15 May 2005 21:51

Re: José Hierro

Mensaje por madison »

Imagen
NOCHE

Salió desnuda el alma
a quemarse en la hoguera.

¡Qué claras da la sombra
las estrellas! Se enredaba la noche,
azul, entre las piernas.

ocultas en los chopos
bailaban las doncellas.

¡Qué anunciación, qué víspera
de deshojar las nieblas
de dos en dos. Las brisas
de tres en tres!

Estrellas,
qué claras dan la sombra
las estrellas
1
Responder