El cluedo forero

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Moderadores: Lifen, LizzyDarcy

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veves
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Re: El cluedo forero

Mensaje por veves »

Pues a mi me da que este asesinato a sido múltiple.
Todos tienen sobrados motivos para querer acabar con el viejo.
Y todos se han puesto de acuerdo para que esa, sea la ultima cena de Edgar Maine.
Amanita ha ido envenenándole poquito a poco y durante muuucho tiempo.Sabe que el viejo la aprecia y que la incluirá en su testamento. Quiere disfrutar de esa herencia antes de que sea una vieja, pero el Sr. Maine parece que no tiene prisa por morirse. - Una ayudita no le vendría mal.
Por supuesto Luis esta al corriente de todo esto pues es fácil de adivinar que entre Luis y Amanita hay amor.
Así que esa noche, Amanita le ha añadido mas veneno de el acostumbrado por que esa noche es la elegida.
Cuando cae por las escaleras, o mejor dicho. Cuando Veves le empuja por las escaleras, llega Felicity y le arrea con la culata de la escopeta, y por si eso fuera poco, Eboli le da con todas sus fuerzas con la katana, y
Clandestino, con la llave de tuercas.

Así que la cosa queda así.

Asesinos: Todos. En mayor o menor medida.
Armas: Le empujan por las escaleras, envenenamiento, escopeta, Katana, llave de tuerca.
Motivo: Como no, el dinero.
Adisson83
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Re: El cluedo forero

Mensaje por Adisson83 »

Me han destrozado la hipótesis, voy a armarla de nuevo con otro asesino.
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Felicity
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Re: El cluedo forero

Mensaje por Felicity »

Yo voy a ir de Original :lol: :lol:

Ya sé que no va a ser pero bueno. Por cambiar un poco:

Asesina: Chubb (Sin querer)
Armas: Asfixia
Motivo: La fuerte impresión que le dió al hombre cuando su hija le confesó que se iba a casar con la señorita Willendorf en secreto.

"Esto más que un asesinato fué un accidente. Estaban todos cenando, algunos mejor que otros, cuando de repente la hija, Chubb anunció que se iba a casar con la que era su novia y había traído a la cena.

En ese momento el señor Maine se atragantó con un trozo de carne que tenía a medio digerir y se levantó de la mesa, mientras se asfixiaba, un poco cegado no sabía por dónde iba, y acabó cayendo por la escalera dónde se rompió el cuello sin querer.

Un triste accidente terminado en Tragedia.
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Clandestino
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Re: El cluedo forero

Mensaje por Clandestino »

Luis había llegado hasta el límite de su paciencia. Estaba hasta los santísimos testículos de su padre. ¿Pues no, que aquel carcamal deshechaba sin ni siquiera mirar todos los proyectos que él le presentaba para mejorar el rendimiento de su compañía? Proyectos que le costaban dinero, trabajo y salud. El último y más ambicioso, el de asociarse con la compañía rival y duplicar los beneficios. Pero el viejo chapado a la antigua hacía oídos sordos. Estaba cansado ya de ser el pelagatos de la empresa a ojos de los empleados. Todos sabían que quien mandaba realmente no era él, era el Viejo. Notaba incluso que se reían de él a las espaldas y hacían chistes obscenos sobre él. Su autoridad y liderazgo estaba por los suelos. Algo tenía que cambiar. Ya era hora de que fuera él quien asumiera el mando. Pero, ¿cómo? Él no era una persona valiente precisamente, y no quería mancharse las manos de sangre, y menos sangre de su propia sangre, por mucho que fuera la de su demente padre.

Mientras se vestía tras lo que catalogaría como un insustancial acto sexual, Raquelina puso en orden sus ideas. Acababa de enterarse de que Minga Fría, como ella lo llamaba para sus adentros, no iba a incluirla en su testamento. Con todo lo que ella había hecho por él. Le daba tiricia hasta recordar lo que había tenido que hacer para mantener contento al viejo. ¿Y todo para unos tristes regalitos de vez en cuando, apartándola del pastel de su herencia? El viejo la había utilizado. Al otro lado de la cama, Luis pensaba también en su padre. Había estado pensando en él durante el polvo extra-rápido que acababa de echarle a Raquelina, y por eso no había salido como él esperaba. Había que acabar con él para que pudiera hacerse con el control de sus empresas, tener verdadero poder, hacerse valer y ser respetado. Cada vez lo veía más claro.

Raquelina contempló sus posibilidades. Con el viejo no podría conseguir ya nada. ¿Cuál era la mejor opción? Confirmó que estaba haciendo lo correcto. Tirarse al único hijo varón del viejo. Con lo chapado a la antigua que era, seguro que le dejaba un buen pellizco a Luis. Para ello, el vejestorio debía de morir, pero tenía miedo de planteárselo a su nuevo amante.

- ¿Lo matamos? -dijo Luis Dos Minutos-.
- Claro -contestó Raquelina-.
- ¿Qué interés tienes en su muerte?
- Venganza. No me gusta que jueguen conmigo -mintió la mujer de moral distraída-.
- ¿No te parece suficiente venganza acostarte con el hijo de Edgar?
Ella calló. Discurrieron el plan del crimen.

La noche de autos, Raquelina sonreía abiertamente al viejo y al resto de sus esposas y ex-mujeres que se aglutinaban en la mesa. Al fin y al cabo, le gustaba provocar celos a aquellas marujas amargadas. No dejaba de cruzarse miradas insinuadoras con Minga Fría. Hizo un último gesto bastante explícito, se levantó, y contoneándose se alejó de la mesa. Luis ya estaba en el sitio acordado. Se dirigió a las escaleras que conducían al piso de arriba, a la habitación del viejo, sabiendo que éste no se resistiría a los favores sexuales que ella le ofrecía. Todo ocurrió muy rápido. El viejo subió rápido las escaleras. Raquelina esperaba arriba. Nada más subirlas, empujó al viejo por las mismas. Pero no feneció. Todavía se arrastraba. Luis salió de debajo de la escalera, y lo volvió a subir por la misma, dispuesto a rematar la faena. Lo dispuso como una tabla de surf. Se sentó encima de él y se tiró escaleras abajo. El viejo exhaló su último aliento. Venganza completada. Empezaba una nueva generación Maine. Para celebrarlo, se retiraron a la habitación del viejo a confirmar su alianza entre las sábanas. Desde la puerta y cronómetro en mano, el mayordomo Martín Clandestino cronometró dos minutos y medio de chasquido de muelles. Y es que hay cosas que no cambiaban de una generación a otra.
Asesinos: Luis y Raquelina.
Arma: Accidente en las escaleras.
Motivos: Heredar la empresa, ser el jefe de la misma e infundir respeto, por un lado, y vengarse de Minga Fría y aprovecharse del nuevo patriarca de la familia por otro.
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Amanita
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Re: El cluedo forero

Mensaje por Amanita »

¡Menuda pintaza tiene el caso! :luxhello:

Veo que muchos me señaláis como autora del crimen :lista: Pondré mis neuronas a pensar, a ver si hay suerte y esta vez pongo hipótesis... :roll:

Clandestino escribió:Amanita, he estado investigando, y he de decirte que no veo misterio tan complejo desde el Código Da Vinci :noooo: No sé por dónde enfocarlo, estoy metido entre pastelitos, abdominales, entre si eres escritora, entre si haces ejercicios de imaginación... no obstante, seguiré investigando :lista:
Continúa, pues, a ver si resuelves el misterio 8)

Yo he desistido de resolver el tuyo :lol: aunque me muero de curiosidad, no soy tan buena detective como tú :lol:
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luisoroverde
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Re: El cluedo forero

Mensaje por luisoroverde »

El caso estaba muy bien planteado, tu resolución me parece poco verosímil, Clandestino :lol:
eboli
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Re: El cluedo forero

Mensaje por eboli »

jajajja, eso mismo pensaba yo, no me atreví a ponerlo!
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luisoroverde
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Re: El cluedo forero

Mensaje por luisoroverde »

:lol:

A ver si hay suerte...

No es un dato menor que Edwar haya perdido la cabeza sin pretenderlo, por la adolescente Arwen, ella desde pequeña se sintió insegura a su lado. Esto sumado a las demostraciones de desprecio que tenía para con su pequeño hermano, que ella quería casi marternalmente, le había causado un odio profundo hacia su abuelo.
Arwen es entonces quien lo empuja desde la escalera, al ver una oportunidad de hacerlo sin testigos, pero luego huye al verlo rodar.
Cerca de la escalera estaba fisgoneando Martín Clandestino, al ver al anciano maltrecho, supo que era podía fácilmente recibir la recompensa que Luis le había ofrecido si lo eliminaba de modo discreto.
Con un pesado candelabro que tenía a la mano el mayordomo remata al viejo de un golpe en la cabeza antes de que lleguen los demás.

Asesinos: Arwen y Clandestino.
Arma: Empujón de Arwen y candelabro.
Motivos: El odio en ambos asesinos, sumado a la ambición en caso de Clandestino, de recibir parte de la herencia de Luis.
Última edición por luisoroverde el 22 Ene 2011 19:11, editado 1 vez en total.
Adisson83
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Re: El cluedo forero

Mensaje por Adisson83 »

Está más claro que el agua que la asesina fue K. Willendorf, el viejo había rechazado el ambicioso proyecto de fusión que su hijo Luis había acordado con la multinacional que esta depredadora de los negocios dirigía. ¿Cuándo se iba a jubilar ese vejestorio? Si no se retiraba por iniciativa propia alguien tendría que retirarlo... a la fuerza.

Willendorf era una ambiciosa mujer de negocios que había llegado a dirigir una empresa multinacional con sede en Los Ángeles. Su escalada de poder se había debido al gran carácter que ella demostraba tener.

Pero había algo que se le estaba resistiendo y ella no estaba acostumbrada al fracaso. Tenía que pergeñar un plan para deshacerse de aquel que la alejaba de sus objetivos. Para conocer a su rival, buscó en Google información y se dedicó a leer su biografía, trataba de encontrar un punto débil, su talón de Aquiles, algo que pudiera hacer tambalearse “PVC y Polipropileno´s Maine”. Así fue descubrió que aquel pequeño y vil ser había estado casado tres veces, y tenía 5 hijos. En ellos fijó su interés tratando de encontrar cualquier falta que supusiese un escándalo familiar y llevase a la empresa al desprestigio y a la caída de sus acciones en Wall Street, momento que la depredadora Willendorf aprovecharía para obtener la añorada fusión y paladear finalmente su victoria.

La primogénita Veves, era una cincuentona que vivía en la mansión familiar sin tener conexión con el mundo exterior. Parecía inaccesible. A Luis ya lo conocía, había demostrado ser un pusilánime y estaba descartado totalmente.

De Adisson descubrió que estaba felizmente casada y no le importaba para nada la empresa familiar, de hecho no contaba con apenas participaciones accionariales. Quedó también descartada.

La siguiente fue Chubb, una veleta, filántropa, ecologista -capaz de hacer frente a su padre- y una profusa amante de los animales. Por fin alguien interesante en esta familia. Decidió seguir su instinto y profundizar en la persona de Chubb, había algo que la atraía de esta persona, pero todavía no sabía qué. Totalmente descartada quedó también Anaid debido a sus problemas.

De esta manera, contrató a un investigador privado para que la ubicase y le creara un perfil de la misma, algo le decía que con esta persona llegaría hasta dónde se proponía.

Al cabo de unos pocos días, el investigador privado se presentó en su despacho con un exhaustivo dossier sobre Chubb. Además de lo ya conocido, supo que vivía en West Hollywood, barrio gay de Los Ángeles por excelencia, lo que en principio podría sugerir que se encontraba ante una posible lesbiana. El camino se iba allanando, esta podría ser su grieta.

El dossier le indicaba que todas las noches Chubb frecuentaba un local en Sunset Boulevard. Pero esta vez no quiso delegar, este caso prefería llevarlo a cabo personalmente. Como mujer impaciente que era, esa misma noche se presentó en aquel local, el Smelly Cat, un antro que por fuera hacia juicio a su nombre, pero que por dentro no estaba tan mal… Vestida para la ocasión, fría y calculadora, se adentró en el local, momento en el cual se sintió observada, qué digo observada, devorada por una infinidad de mujeres. Tratando de parecer segura de sí misma, se acercó a la barra para pedir su tradicional Gin Tonic, no había terminado de sacar el dinero para pagar la bebida, cuando la camarera le dijo que no debía nada, que había sido invitada, indicándole con la mirada la mujer que había tenido el detalle, la cual le mandó un beso. No salía de su asombro, ella estaba acostumbrada a driblar a los hombres que no le interesaban, pero aquello era diferente. Recomponiendo el gesto de su cara, las dudas la asaltaron, abandonar el plan fue barajado en su mente; y justo cuando estaba pensando en salir de aquel local de mala muerte, vio a la hija de Maine, cómo para no verla, había empezado a dar saltos como una posesa en medio de un escenario. En su locura era acompañada por otras dos chicas al parecer igual de locas que ella.
Decidió intentarlo, pero cómo acercarse a aquella chica, quizás cómo habían intentado hacer con ella, invitándola a algo, tropezando con ella, tenía que actuar, de nada le serviría quedarse quieta. Lo único que se le ocurrió fue pasar por su lado y premio especial sin avances… La joven Chubb la vio pasar por su lado y de repente dio un salto y cayó justo delante de ella, aferrándose fuertemente a sus piernas. Por septuagésima vez Willendorf no salía de su asombro, aquel local era digno de una tesis antropológica.
- ¿Pero qué haces?. Preguntó Willendorf con el susto reflejado en su rostro.
- Pues que pasaba por aquí de repente y me apetecía tirarme a tus pies... Eres muy guapa- Respondió como si tal cosa Chubb.
- Suéltame -. Dijo lo más digna que pudo Willendorf.
- ¿A cambio de qué?, yo no dejo escapar así como así a mis presas.
- A cambio de nada.
- Sí, a cambio de un baile o mejor de muchos.
- No, rotundamente no.

Pero en ese momento comenzó a sonar I will survive, y la más absoluta locura se adueñó del local. Sin apenas tener tiempo de reacción, se vio arrastrada por una alocada Chubb hacia las masas poseídas al unísono, no lograba desasirse, pasaba el tiempo y no podía escapar… cansada, se dio por vencida y decidió relajarse y seguir el ritmo de la música y beber todo lo que le ofrecían, a ver si siguiéndoles el paso la dejaban por fin tranquila. Pero la cosa fue a peor, entonces comenzó a sonar Macho Men, y posteriormente los restante 98 himnos gays… Para cuando llegó la hora del cierre, su cabeza le daba vueltas y no sentía ni un músculo de su cuerpo, se acordaba ahora de aquel infantil poema, “me duele hasta la punta tonta de los dedos”.
- Me rindo, yo no estoy acostumbrada a estas cosas, yo, yo, me confundí de local… Dijo con un apenas perceptible hilo de voz Willendorf.
- No me digas que lo has pasado mal, reconozco que al principio tenías menos movimiento que una escoba, pero luego parecía que disfrutabas…
- Y qué querías que hiciera, si no me soltabas…
- Si me lo hubieras pedido "por favor" te habría dejado ir.
- “Por favor”, no entra dentro de mi vocabulario.
- Ya veo. Adiós, ya nos veremos por ahí.
- Por mi bien, espero que no.

Andando totalmente de un lado para otro, trazando perfectos zig-zag, pues no había ninguna pared a la que aferrarse, logró llegar hasta el lugar donde había dejado aparcado su coche, el cual para su sorpresa no se encontraba. Ahora entendía esa frase tan popular que los desesperados mexicanos gritaban a los policías de frontera “mátame camión”. Hecha toda una piltrafa, buscó la parada de autobús más próxima, dónde casualmente se hallaba Chubb.
- ¿Qué sorpresa?. Exclamó ésta al verla.
- Yo mejor diría, qué he hecho yo para merecer esto.
- Jajaja, ya te dije que nos veríamos por ahí-. Rió Chubb.
- Este autobús ¿donde lleva? ¿Va hacia el centro?
- No, este circunda toda la ciudad.
- OMG. Y dónde hay una línea que lleve al centro.
- Pues a estas horas, pocas, por esta zona ninguna.
- Y ahora qué hago, mi coche no está, o me lo han robado o se la ha llevado la grúa… no hay autobuses, tengo una cogorza del 15… No sé qué hacer.
- Puedes quedarte en mi casa a dormir.
- Ah no, eso sí que no.

En ese momento se detuvo un autobús junto a ellas Chubb subió y ya estaba pagando, cuando le dijo:
-Vienes o te quedas.
- Voy…- Dijo la pobre Willendorf.

Una vez que atravesó el umbral del apartamento de Chubb, se desplomó sobre un sofá del que no se movió hasta el día siguiente a las 12 del mediodía, momento en el que se despertó con un insoportable dolor de cabeza.

¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? No recordaba nada del día anterior, vio que en su reloj eran las 12 y dio un grito, ¡¡No estaba en su despachooo!!. Grito que despertó a Chubb.
Dio un salto y se puso en pie, pero no conseguía mantener el equilibrio, Chubb la invitó a desayunar y así fue como más sobria y con algo en el estómago, comenzaron a bromear sobre la noche anterior, y un vínculo se estableció entre ellas. Willendorf, para su asombro descubrió a una persona con carisma, inteligente y que llevaba la vida que quería, sin ataduras, sin complicaciones... Muchas cosas comenzaron a tambalearse en la personalidad de Willendorf.

Con el paso de los días y tras quedar varias veces, se dio cuenta de que posiblemente se había enamorado de aquella alocada chica. Todos sus esquemas se habían ido a tomar viento. Hasta incluso llegó a olvidar el plan que había trazado. Su hoja de ruta se había desviado. Finalmente desechó llevar a cabo su macabro plan. Quería estar con Chubb, y no quería hacerle daño.

Un día fue invitada por Chubb al cumpleaños de su padre, la presentaría a su familia. Chubb le avisó de que la cena se presentaría animada, que se preparase para todo, pero no le dio más detalles...Y en efecto, era todo un espectáculo ver a toda la familia reunida, la mujer, la ex mujer, la amante, los hijos, los medio-hermanos, ella misma en calidad de novia de su hija… qué familia más variopinta, no tenía que envidiar en nada a un culebrón venezolano.

Inesperadamente Willendorf fue llamada a un aparte por el viejo patriarca, ella pensó que a lo mejor era para hablar algo de negocios, pero cual fue su sorpresa al ver que la estaba acompañando hacia la entrada de la casa, Willendorf, en principio pensó que sería para tomar un poco el aire, tratar algún negocio entre ambas empresas, pero se dio cuenta de que el viejo lo que estaba haciendo era despachándola:
- Señorita, creo que ha llegado la hora de que se marche.
- Yo vine aquí con Chubb y con Chubb me iré.
- No, usted se va ahora mismo y se olvida de mi hija y ni sueñe con poner un pie en mi compañía.

Willendorf escuchó las exhortaciones del viejo, como quien oye llover, no le importaba lo más mínimo. Pero no se iría de allí sin Cubb, por eso, trató de acercarse a la puerta de la casa para avisar a su novia. Hecho que le resultó imposible, el viejo la había agarrado con fuerza, ella en el forcejeo unos segundos y empujó con todas sus fuerzas al hombre que la apresaba, con tal mala suerte que el anciano cayó escaleras abajo, golpeándose violentamente con cada uno de los duros escalones.

Y así fue como Willendorf accidentalmente mató a Edgar Maine.

Hoy la compañía la dirige Willendorf, Luis sigue siendo el segundo de abordo, pero sin importar lo más mínimo, y Chubb lleva a cabo todas las reformas necesarias en la empresa para que esta cumpla con los preceptos del Protocolo de Kioto.

Resumen:
Asesina: Willendorf
Arma: caída escaleras.
Motivo: inicialmente ideó un plan para hacerse con la empresa, pero posteriormente, lo desechó. Maine murió fortuitamente.
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Josephine Maine
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Re: El cluedo forero

Mensaje por Josephine Maine »

Muchas gracias a todos :60:

¡Qué de hipótesis ya! :P De momento he visto que habéis puesto Arwen, Veves, Felicity, Clandestino, Luis y Adisson. No voy a leer ninguna hasta que no escriba en el ordenador la resolución (aunque ya la tengo escrita a mano y no voy a cambiar nada, tranquilos) en la página esa que ha puesto Luis (me parece muy chula :D ) y como aún quedáis algunos sospechosos por resolver el caso... Esta noche la transcribo :P

En cuanto al caso es difícil y no sé si de primeras lo vaís a sacar o tendré que dar pistas :roll:

Raquelina, me cambié de nombre porque no encontraba el masculino de Josephine y si ponía Jonas se podía confundir con Jonathan Stride, así que me puse Edgar, un nombre que a mi me suena a malo malísimo :lol:

Eboli, es que para introducir a tantos personajes distintos en la historia, solo se me ocurría hacer una especie de saga familiar :) No me extraña que os hayáis liado :oops:

¿Habéis visto que sexy me he puesto? :boese040: :boese040: :boese040: Lamentablemente no tengo los "encantos" de mis compañeras pero, eso sí, en tamaño de cabeza no me gana nadie :cunao: Es que soy muy inteligente :mrgreen: :meparto:
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Re: El cluedo forero

Mensaje por luisoroverde »

Pues que bonitos ojos debajo de esas dos cejas... :lol:
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Josephine Maine
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Re: El cluedo forero

Mensaje por Josephine Maine »

luisoroverde escribió:Pues que bonitos ojos debajo de esas dos cejas... :lol:
¿Eso lo dices por mí? :oops: :oops: :oops:
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Re: El cluedo forero

Mensaje por eboli »

Josephine, estás muy guapa!, sin barba!

Yo también te he enviado mi resolución del caso, escueta, sin tanta literatura...
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Josephine Maine
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Re: El cluedo forero

Mensaje por Josephine Maine »

eboli escribió:Josephine, estás muy guapa!, sin barba!

Yo también te he enviado mi resolución del caso, escueta, sin tanta literatura...
Gracias, Eboli :60: He ganado en belleza sin esa barba (aunque ya no soy Dostoievska :cry: )
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Re: El cluedo forero

Mensaje por luisoroverde »

Claro Jose, no se te escapa detalle con esos ojazos :)
aquí está la de Eboli..
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