Las margaritas dicen siempre no...

[Berlín]

Está dedicado a mi diosa Ororo. Estaba en el hilo del concurso de relatos y si lo dejo ahí morirá enterrado.

Tomaba yo una birrita bajo un cielo soleado
cuando una diosa levitando vi
por las calles de París...
El impacto fue instantáneo:
patada en la boca, bichos en el estómago
tambores en el pecho
y asombro en el corazón...

Y mientras yo me retorcía de las ganas
de besarla en el quicio de la boca
un perro ciego buscaba una esquina
donde mear.

¿Por qué se aleja?
Le pregunté al perro
¿Por qué no me quiere? Seguía yo
mientras él se lamía el pundonor.

Deja al perro, ¿no ves que no ve?
Pregúntale a una margarita,
dijo una puta guapa, tendiendo sus bragas al sol
pero ya te advierto yo
que suelen decir que no.

Y dijo que no
porque no podía decir que si,
que tras el último pétalo no había nada más
que un silencio hablando a gritos.

¿Y por qué no me quieres?
te aullaba yo con hambre entera
a pleno pulmón en el corazón de la luz
y tú te reías de mí, diosa odiosa...

Y pasabas levitando de nuevo,
sorteando mis dentelladas al viento
esquivando mi saliva, mi lengua codiciosa
y mi mirada lasciva de tigre hambriento.

No me ensucies el bordillo, dijo la puta guapa,
con tus babas trasnochadas
y deja en paz a la flor
que ella no te va a querer
...tiene todos los mares en los ojos
¿no lo ves?

[Ororo]

Vuelvo a darte las gracias. Hermoso por tu parte agasajarme de esta manera.

Admiro tu humildad, pues todos sabemos aquí que la única que levita y elige a sus víctimas para escribir palabras de amor eres tú.

[Berlín]

Vuelvo a darte las gracias. Hermoso por tu parte agasajarme de esta manera.

Admiro tu humildad, pues todos sabemos aquí que la única que levita y elige a sus víctimas para escribir palabras de amor eres tú.

Ya sabes que te quiero un montón. No me cuesta nada haceros poemas a mis amores del foro.

[lucia]

Pues a mí alguien debería contarme qué le veis...

[Nínive]

Es como una adicción, sabes que es mala para tu salud, que te hará daño, que deberías dejarlo... pero es inevitable, vuelves a caer en sus garras.

[jose manuel saiz]

Está dedicado a mi diosa Ororo. Estaba en el hilo del concurso de relatos y si lo dejo ahí morirá enterrado.

Tomaba yo una birrita bajo un cielo soleado
cuando una diosa levitando vi
por las calles de París...
El impacto fue instantáneo:
patada en la boca, bichos en el estómago
tambores en el pecho
y asombro en el corazón...

Y mientras yo me retorcía de las ganas
de besarla en el quicio de la boca
un perro ciego buscaba una esquina
donde mear.

¿Por qué se aleja?
Le pregunté al perro
¿Por qué no me quiere? Seguía yo
mientras él se lamía el pundonor.

Deja al perro, ¿no ves que no ve?
Pregúntale a una margarita,
dijo una puta guapa, tendiendo sus bragas al sol
pero ya te advierto yo
que suelen decir que no.

Y dijo que no
porque no podía decir que si,
que tras el último pétalo no había nada más
que un silencio hablando a gritos.

¿Y por qué no me quieres?
te aullaba yo con hambre entera
a pleno pulmón en el corazón de la luz
y tú te reías de mí, diosa odiosa...

Y pasabas levitando de nuevo,
sorteando mis dentelladas al viento
esquivando mi saliva, mi lengua codiciosa
y mi mirada lasciva de tigre hambriento.

No me ensucies el bordillo, dijo la puta guapa,
con tus babas trasnochadas
y deja en paz a la flor
que ella no te va a querer
...tiene todos los mares en los ojos
¿no lo ves?

Me ha gustado tu poema, Berlín, tiene los ingredientes adecuados para atraparte en su lectura desde el inicio. Enhorabuena.
Un abrazo
J. Manuel