¡Bueeeenos díííías!
Pues nada, como te hacía liada con las cosillas tuyas, enredada en los recuerdos de aquel tiempo de infancia y toboganes, y, dado que en dos días me ha cundido a mí también
cosa mala, venía yo a contarte dos anécdotas (poco accidentales y más bien provocadas por este menda) para entretener un poco al personal y a
Katherine.
Empiezo por la primera que para eso ocurrió antes... (y ahora que pretendo narrarlo compruebo que, pese a que supuso apenas un instante, transcribirlo me va a llevar un rato largo).
ANÉCDOTA ONE:
Miércoles 21 de September (la fecha es para que, in the future, pueda ubicarlo con facilidad, que soy de recuerdos altamente etéreos).
Trabajaba yo de mañana y, después de un par de servicios poco significativos me dirijo con un compañero de la Escala Ejecutiva, que está de prácticas, a dar una vuelta por la zona centro y el casco antiguo.
Oh mi sorpresa (atenta, Caleta) cuando accedo (pues conducía yo) a la, desde ahora, bendita calle Hospital de Mujeres y, a escasos metros delante mía, circulando a pie y en dirección opuesta a este humilde pamplinero, observo a don Juan Carlos Brihuega Delgado... Y tú dirás,
"¿Y ese quien es?" Y respondo yo, "Oh, profana"... ¿Que aún no sabes de mi adoración perpetua a los hombres que prestan sus voces a los poetas de Cádiz? Pues resulta que ese buen hombre es "El Carli", mito viviente en la ciudad milenaria, al que sigo como si fuera él un profeta y yo su discípulo desde el año 1993, cuando dio un salto a la fila de adelante en "Los miserables" -primer premio, por cierto, soltando la caja que hasta entonces llevaba y haciendo de octavilla en la comparsa de Martínez Ares, con quien estuvo hasta la disolución del grupo (y que fueran en años sucesivos "La ventolera", "El Brujo, "La Trinchera", "El vapor", "Los Piratas", "Los templarios" y "La milagrosa". Ojo, que luego siguió con Juan Carlos Aragón: "Los condenaos", "Los Ángeles caídos" y "Los Americanos". Y con Tino. Y con los Carapapas...).
No era la primera vez que lo veía pues, ya en mis años mozos había seguido a la comparsa en algunas de sus actuaciones en mi ciudad natal y alrededores... Y, una vez lo tuve bien cerca, si bien, entonces pensaba que molestarlo para saludarle era excesivo... Luego, en esta ciudad que nos acoge, he tenido la fortuna de ver a otros y saludar a varios, y hoy día cuando me cruzo con un par de buenos comparsistas me entretengo algunos minutos con ellos hablando de esto o aquello... Pero,
ay mare, que a mi Carli del alma no había tenido la fortuna de volver a cruzármelo...
Transcribo con pulcra literalidad la conversación que mantuvimos (yo en el coche y él a pie).
- (Ojo, que le veo venir, freno en seco, bajo a tope la ventanilla y le grito cual poseso) ¡Carlos, Carlos!.
- (Carlos, sorprendido, seguramente preguntándose... jajaja -bueno, que ya he dicho que yo estaba trabajando, ya sabes...) Sí... dígame.
- Carlos.... ¡eres Dios! (tal cual).
- Jajaja.
- Carlos, cojones, que llevo diez años en Cádiz y ya me preguntaba cómo era posible no haberme cruzado aún contigo, Carlos, que eres mi ídolo, (aquí salió la metralleta y no le dejé articular palabra), que soy un flipado del Carnaval, Carlos, que estoy en Cádiz por el Carnaval, Carlos, que te sigo desde niño, Carlos, que eres el más grande... Carlos...
- Jajaja, bueno, bueno, ya será menos (me da la mano efusivamente -no, no me las he vuelto a lavar desde ese instante, como comprenderás). Oye, de dónde dices que eres... (le respondo) Ah, pues tenemos tres este año en la comparsa que son paisanos tuyos...
- Sí hombre, "El Taleguilla" y su hermano, y el segundo guitarra... Carlos, que estoy pendiente de los que hacéis y deshacéis y ya deseando que llegue Febrero...
- Bueno, hombre, pues encantando y a seguir disfruntando.
- Adiós, Carlos (ya con la baba en el suelo, lógicamente).
-Ahora que lo transcribo compruebo que, o bien ya he borrado algunos fragmentos de la conversación, o bien yo me trababa más que una escopeta de feria, porque leyéndolo no echo apenas un minuto, y en directo estuvimos casi cinco (de reloj, porque me lo dijo el compi, a cuento de lo que sigue...).
Esto... ejem... pues intento recomponerme mientros subo la ventanilla, hago así como que coloco bien el espejo retrovisor y, antes de reanudar la marcha, me percato de que hay detrás como tres o cuatro vehículos esperando que arranque... y le digo al compi, "Oye, llevan estos mucho tiempo ahí detrás", jajaja, y me suelta, "Hombre, un ratillo sí que llevan"... Jajaja, y añade, "Lo que pasa es que igual les ha dado corte pitarle al guardia"... Y es cuando ya arranco y le suelto, "No, hombre, no... Lo que pasa es que han visto que el que estaba con nosotros era "el Carli", y no se han atrevido a protestar".