Klatu tiene muchísima razón. Iba a haber comentado algo pero bastará leer un par de comentarios para caer en la cuenta que te la están dando con queso. Cualquier lector avezado caerá en la cuenta antes o después.
La primera versión digital que vi con apenas 600 páginas y sin datos de traducción ya me hizo sospechar. Basta leer la primera página para comprobarlo. He visto algo parecido con otros clásicos y desde entonces ando con pies de plomo.
Para enfrentarme a los miserables cuento con el siguiente armamento:
1. Una versión digital, editada en papel en los setenta, con traducción de Aurora Alemany (no recuerdo qué editorial) y es excelente. Sin errores, con notas (del autor y del traductor), y en cinco volúmenes de unas 350 páginas cada uno. (Si a alguien le interesa puedo decirle dónde adquirirla)
2. La edición en papel, de Planeta del año 2000, traducción de Nemesio Fernández Cuesta, sacada de la biblio. Según he leído entre líneas en este hilo es la primera versión que se tradujo al español, por lo que viene con palabras censuradas en el original en esa época, como son los nombres de lugares que deja sólo la inicial. Además traduce los nombres propios, algo que se estilaba en aquellas traducciones y hoy ya no se hace. Esta versión tiene una nada corta introducción que leeré al final.
He comparado, y lo sigo haciendo, muchos párrafos y me quedo con esa versión digital, no por el hecho de serlo, sino porque me está gustando más. Lo de poder aumentar el tamaño de letra y no castigar mi, aunque corregida, presbicia, ir a la explicación de la nota y volver en fracciones de segundo, o llevar la Biblioteca de Alejandría en el bolsillo es secundario es estos casos; lo primero es la mejor versión posible.
Otro domingo frío y lluvioso: ¡prepárate Hugo!