La Ilíada - Homero

[Arden]

Me ha dado tiempo solo a leer el larguísimo Canto V, que ocupa nada menos que 909 versos, hay que pensar que por ejemplo el III solo ocupaba 429.

El canto sigue principalmente a Diomedes, uno de los grandes héroes aqueos, no de los más conocidos pero que en este canto tiene su aristeia, su momento de gloria, su gran gesta. Bajo la tutela de Atenea mata a muchos troyanos ilustres o a algunos de sus aliados. Vemos que Ares y Atenea se retiran de la batalla, y a partir de ahí un listado de los distintos caudillos griegos con escenas de la lucha y a quién matan. Las imágenes de cómo mueren los troyanos es espeluznante.

Por el bando troyano tenemos al pobre Pándaro, que es un grandísimo tirador con el arco pero ya antes Atenea frustró su tiro a Menelao, y ahora frustra otra vez la flecha contra Diomedes, el cual aunque herido continúa matando como si nada con una furia inspirada por Atenea. Esta en este canto se la ve mala malísima, azuzando para que Diomedes ataque a Afrodita si la ve.

Y es que una cosa que nos sorprende es que si bien los dioses son inmortales sí pueden ser heridos, hasta por mortales, incluso el todopoderoso dios de la guerra Ares. Así Diomedes hiere primero a Afrodita, la cual al quejarse a Zeus, este ya le dice que ella está para los lechos y no para las guerras, pero después también al propio Ares, nada menos que el dios de la guerra.

Hay unos versos, 155 a 159, en los que se ven las consecuencias de la guerra. Diomedes mata a dos hermanos Toó y Xantos, hijos de Fénope, el cual al quedarse sin descendencia verá que nadie podrá heredar su riqueza y sus parientes se repartirán su hacienda. Son también las consecuencias de la guerra.

También seguimos viendo la lucha por las armas y los caballos de los guerreros caídos en la batalla, con especial atención a los caballos de Eneas. Pándaro se queja amargamente, 206-216, de la intervención de los dioses que hacen que no acierte con el arco como debería. Y es que si una cosa está clara es que aquí se lucha dopado, que sí, que muy valientes y todas estas cosas, pero ganar gana el que está protegido por algún dios, o al menos no perder. Es el caso de Diomedes, ayudado por Atenea, pero también Eneas consigue salvarse ayudado por Afrodita, que al fin y al cabo es su madre, y después por Apolo, al cual también ataca Diomedes, que ya está desatado.

Los versos 265 274 me parecen muy interesantes porque nos cuenta la historia de los caballos de Eneas, yo desconocía por completo que Ganímedes había sido raptado por Zeus porque se enamoró de él y en compensación le regaló los dos caballos más veloces, tanto que podían correr sobre el agua, a Tros, el padre de Ganímedes. Es curioso que yo siempre había pensado que Hera odiaba a los troyanos por el famoso juicio de Paris, pero esto se ve que era la gota que colmaba el vaso, ya que Ganímedes también era un príncipe troyano, y acabó de inmortal y amante de su marido, y ascendió después como la constelación de Acuario, así que un poco como que les tenía ya ojeriza, para acabarlo de arreglar Zeus se lió también con la pléyade Electra, y de la unión nació Dárdano, el ascendiente de los troyanos.

Y ahora vemos la otra cara de la moneda, Ares se pone furioso y se pone al frente de los troyanos, vuelve Eneas, vemos a quién mata Agamenón, a quién Eneas, a Sarpedón matando a Tlepólemo, y aquél herido, ataca después Odiseo, y cuando parece que los troyanos van a ganar, intervienen Hera y Atenea y vuelta a empezar, porque Diomedes hiere a Ares que se tiene que retirar, y los dioses acaban en el Olimpo, y la batalla continuará sin ellos.

A ver qué ocurre sin el dopaje de tener a los dioses de refuerzo.

[Mariela]

Leídos el Canto V y el resumen que del mismo ha hecho Arden.

Mañana seguiré con el Canto VI, a ver si de verdad van a luchar ilios y aqueos sin que se meta por medio ningún dios o diosa. Si es así, dudo que dure mucho la situación.

[Mariela]

He seguido avanzando y ya he leído los Cantos VI y VII. Y sí que han continuado los combates sin ayuda de los dioses. Bueno, al final Apolo ha levantado del suelo a Héctor cuando luchaba con Ayante, pero a continuación ambos contendientes se han intercambiado regalos y han quedado como amigos, así que digamos que esta intervención no cuenta, sobre todo comparada con las de los cantos anteriores.

EDITO: Me gustaría reseñar la escena del final del Canto VI entre Héctor, Andrómaca y su hijo Astianacte/Escamandrio. De todo el poema es el momento que más me ha emocionado, quizás porque ya sé qué ocurrió en la Guerra de Troya.

¡Qué injustos fueron los dioses!

[Arden]

Leído el Canto VI.

Un canto que parece que vaya a ser una retahíla de combates en la batalla y en realidad cuenta muchas cosas más.

Sí es cierto que comienza con la batalla, los aqueos están desatados y en plan catálogo de naves se nos va narrando un quién mata a quién en el bando de los aqueos, pero eso termina pronto. Destacar los versos 57 a 60 que muestran claramente la intención de Agamenón: combate a muerte, no se cogen prisioneros. Era costumbre preservar la vida de quien se rendía para pedir un rescate por él, digamos que valía más vivo que muerto, sin embargo en la guerra de Troya se llega a un punto que no es así. Sin embargo, esto inmediatamente contrasta con el encuentro entre Diomedes y Glauco, donde no solo no luchan sino que acaban intercambiándose las armas en homenaje a la calidad de huésped que tuvo su padre con el padre de Glauco, y la hospitalidad es sagrada e incluso está por encima de la guerra y se debe honrar y respetar, y ellos mismos se califican como huéspedes por parte de padres, dándose las manos y jurándose lealtad.


En el bando de los troyanos, uno de los hijos de Príamo, Heleno el adivino, aconseja que Eneas y Héctor vayan a las murallas hacia donde están reculando los troyanos y los animen para que combatan, y una vez hecho eso Héctor vuelva a la ciudad para avisar a la reina Hécuba a que vaya con las mujeres a hacer sacrificios y rezar plegarias a Atenea sobre todo que pare a Diomedes.

Así Héctor se encuentra sucesivamente con su madre Hécuba, la cual le ruega que se quede en Troya y beba vino y descanse, lo cual rechaza y le insta a hacer los sacrificios a Atenea, con Paris y Helena, donde una avergonzada y enfadada Helena despotrica de su marido Paris, pero este decide volver a la batalla, y por último uno de los momentos más emocionantes de la Ilíada: el encuentro entre Andrómaca y su hijo pequeño con Héctor.

La escena es de película porque Héctor va a buscarla al palacio y no la encuentra, ella ha ido a las murallas para ver cómo va la batalla porque le ha llegado la noticia de lo mal que va, y Héctor como tiene que volver hacia las puertas la encuentra. Y ¿qué le dice Andrómaca? Que no se vaya, que ella está sola, Aquiles mató a toda su familia, le queda su marido, y sabe que si va a la batalla morirá, que defienda la ciudad desde las murallas. Pero la fama es lo más importante, verso 446.

Héctor sabe el final cuál va a ser: Troya será destruida, versos 447 a 449, y eso va a llevar a que Andrómaca acabe convertida en esclava, y es lo que peor lleva, no la destrucción de la ciudad, la muerte de sus compatriotas, sus padres o hermanos, sino que sufre por el destino de Andrómaca. Sobre Andrómaca podéis leer las tragedias de Eurípides y Racine, aunque mi recomendación sobre el sufrimiento de las mujeres troyanas será siempre Las troyanas de Eurípides, para mí es impresionante.

Hay unos versos que también son muy interesantes, son los que tratan sobre el destino, 488-489, y esto lo podemos ver a lo largo de la Ilíada, de hecho el destino de Aquiles es morir después de que muera Héctor, por eso siempre en las batallas ha evitado enfrentarse a él, cuando sería lo lógico, pero bueno después..., ya veréis lo que pasa.

El Canto termina con el encuentro en las puertas entre Héctor y Paris que vuelven al fragor de la batalla.

[Emilio6]

Yo voy por el X. En el VIII es Héctor el que tiene su momento de gloria y, con ayuda de Zeus, se queda solo en el campo de batalla y se planta al pie del campamento griego. Tan es así que incluso a Agamenón le entra el canguelillo y decide pedir la ayuda del mismísimo Aquiles entregándole a cambio a su esclava y un montón de regalos, pero este está bastante enfadado y rechaza ayudar (por esto se subtitula la cólera de Aquiles, cuando debería llamarse el orgullo de Aquiles ).

En el VII hay otro momentazo familiar entre los dioses cuando Hera y Atenea discuten sobre ayudar a unos o a otros y Zeus dice que su hija Atenea va a sufrir su cólera, pero que Hera, su mujer, no lo hará porque ya está acostumbrada a llevar la contraria

Yo tampoco sabía que los mortales podían herir a los dioses, pero claro da igual porque salen volando en un carro, se abren las puertas del urano y llegan al Olimpo en un decir Zeus y como si nada.

[Mariela]

Leído el Canto VI.
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Sobre Andrómaca podéis leer las tragedias de Eurípides y Racine, aunque mi recomendación sobre el sufrimiento de las mujeres troyanas será siempre Las troyanas de Eurípides, para mí es impresionante.
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Tomo nota de la recomendación, Arden.

[Arden]

Yo tampoco sabía que los mortales podían herir a los dioses, pero claro da igual porque salen volando en un carro, se abren las puertas del urano y llegan al Olimpo en un decir Zeus y como si nada.

Es curioso ver la evolución de héroes y dioses. En la épica obviamente los dioses son muy poderosos, pero los héroes pueden estar cerca de ellos, tanto que Diomedes ataca a Afrodita y a Ares y estos salen heridos y tiene que recular hasta el Olimpo. Eso en la tragedia griega es impensable, los dioses son caprichosos, inalcanzables, poderosos, y los humanos por muy héroes que sean no pueden hacer nada contra los dioses, estos tienen un poder incomparablemente mayor al de los humanos.

Hay una tragedia de Eurípides, Las bacantes, quizás la más arcaica en cuanto a su concepción puesto que Eurípides es el más moderno de los dramaturgos, ya más cerca del melodrama que de la tragedia, y en esta obra enfrenta a Penteo, Rey de Tebas, y Dioniso, en la forma de un extranjero que subvierte el orden, Penteos lo encarcela y no cree a Dioniso cuando le dice que es un Dios, este lo castigará cruelmente, y Penteo no podrá hacer nada para impedirlo. Una concepción muy diferente de los dioses y los héroes, y por cierto con un final espeluznante.

[Mariela]

Por mi parte, he seguido avanzando y ya he leído el Canto VIII con el avance troyano que detiene la noche y el momentazo familiar entre dioses del que hablaba Emilio6. Hera ya debe de estar acostumbrada a estas broncas, pero me imagino el enfado monumental que tendrá Atenea al ver que su padre le ha dicho que pobre de ella si se le ocurre ayudar a los argivos.

[Mariela]

[...]
Hay una tragedia de Eurípides...
[...]

Arden, vamos a tener que hacer un ciclo de miniclubes dedicados a los clásicos griegos y romanos... Dedicado al Teatro e incluso a lo que no es teatro, que yo por lo menos estoy bastante verde en esta materia.

[Arden]

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Hay una tragedia de Eurípides...
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Arden, vamos a tener que hacer un ciclo de miniclubes dedicados a los clásicos griegos y romanos... Dedicado al Teatro e incluso a lo que no es teatro, que yo por lo menos estoy bastante verde en esta materia.

Por mí cuando queráis. Las tragedias griegas son un pozo sin fondo, por muchas lecturas que uno haga siempre se encuentra algo nuevo porque cuanto más bagaje tienes más jugo les puedes sacar.

[Arden]

Leído el Canto VII.

Parece que la idea de que los dioses no intervengan y se mantengan al margen dura menos que un pastel a la puerta de un colegio. Nada más ve Atenea que los troyanos están ganando quiere intervenir, y Apolo le propone que paren la guerra por lo pronto y se les ocurre que Héctor desafíe al que los Aqueos designen. Estos viendo que hasta Aquiles le rehuía, sus razones tiene pero no lo sabe nadie y no es por miedo de Héctor, sabe que le ganaría, sino porque conoce la profecía que dice que después de la muerte de Héctor morirá Aquiles, así que esto hace que las dudas crezcan y tenga que ser el viejo Néstor el que los avergüence, y que al final, descartando a Menelao que no le llega a la altura del betún a Héctor, salgan 9 voluntarios, siendo la suerte la que decide que sea el gigante Áyax. Si os fijáis hacía mucho que no sabíamos nada de Aquiles, hasta que en los versos 228 a 230 nos recuerda que Aquiles está fuera de la batalla por la ira a Agamenón.

De la pelea entre Áyax y Agamenón destacar dos cosas, la superioridad del bronce de los aqueos sobre el cuero de los troyanos, no es la primera vez que pasa, la lanza troyana no llega a atravesar el escudo troyano, y al revés sí, estamos en plena Edad del bronce. La segunda es el respeto a las normas del combate, llegada la noche hay que respetar la tregua de los dioses y parar el combate, verso 293, y en honor a que han combatido bien y con honor se hacen regalos y se ligan con lazos de amistad, y aquí paz y allá gloria y mañana será otro día para combatir. Veros 299-302.

Y ya que han parado ¿qué mejor que una tregua para quemar a los muertos y erigir túmulos que recuerden su gloria y extiendan su fama a través del tiempo? Esta es una idea que planea tanto por la Ilíada como por la Odisea, la importancia de la fama y la gloria que será recordada, y para eso son muy importantes los túmulos, quemar el cadáver y hacerle los honores adecuados, de ahí que en la propuesta de duelo de Héctor garantice para ambos que si bien el ganador podrá llevarse las armas el cuerpo se devolverá a los suyos. Esto es muy importante, ya lo veréis más adelante por lo que ocurre tanto con Patroclo como con el propio Héctor.

Y dentro de ese clima de buen rollo que se ha creado, los troyanos ven una posibilidad de librarse de la destrucción, y ofrecen devolver lo robado por Paris y aumentarlo, pero quedándose a Elena, y los griegos lo rechazan, y aprovechan para al levantar los túmulos para los muertos fortificar el campamento, hacer fosos, muros, puertas, y así protegerse porque han visto que los troyanos pueden llegar hasta allí y quemarles las naves, y hay que protegerlas, esto será muy importante más adelante.

El canto termina en el Olimpo, con Poseidón protestando por los muros levantados por los aqueos, ya que podrían rivalizar con las murallas de Troya que construyeron entre Poseidón y Apolo, y Zeus prometiéndole que ya los destruirá cuando termine la guerra.

Los últimos versos son curiosos porque muestran el comercio que había alrededor de la guerra, es obvio que las tropas deben abastecerse y no vale solo con la rapiña, deben comerciar con los demás pueblos a los que pagan con bronce y hierro.

[Arden]

Canto VIII.

Para mí de los menos interesantes, a pesar de ser la aristeia, el momentazo, de Héctor. Poco menos que empieza y termina con la asamblea de los dioses. Al principio Zeus prohíbe que ningún dios se entrometa y favorezca a ninguno de los dos bandos, después se va al Monte Ida a contemplar la batalla tranquilamente, aprovecha para ver el destino, que es algo que ni el propio Zeus puede cambiar, y ya sabe (versos 69-72), que la balanza del destino cae en el bando de los aqueos. Pero, por lo pronto, Zeus va a cumplir lo que le prometió a Tetis, así que acojona con truenos y relámpagos a los aqueos, eso hace que retrocedan todos menos Diomedes, que hasta ahora se ha mostrado como el auténtico héroe aqueo, el cual salva al viejo Néstor, no el rey de Pilos, y se enfrenta a Héctor, que en ese momento está imparable con la ayuda de Zeus, y Hera está que se sube por las paredes y Atenea más, y esta se arma y se suben las dos a un carro de guerra para ir a la batalla, y claro cuando Zeus se entera envía a Iris, la diosa mensajera, curioso que en la Ilíada no sea Hermes, a decirles que si se rebelan a sus órdenes las manda al Tártaro si hace falta, así que tienen que recular mal que les pese, ya le pondrán morros después, eso sí, pueden dar ánimos e ideas a los aqueos, con lo que estos se revuelven, y es el gran momento del arquero Teucro protegido por el gigantón Áyax, pero no hay forma de darle a Héctor, protegido por Apolo, y aquel acaba hiriendo a Teucro con un pedrusco gigante. Y en ese momento Zeus interviene en ayuda de los troyanos y estos acaban pasando el foso, la muralla y las torres recién construida y están a punto de llegar a las naves aqueas para incendiarlas.

Este es el momento clave, si realmente los troyanos hubieran llegado a las naves hubiera sido un sálvese quién pueda porque sus suministros dependen de las naves y la posible vuelta a casa también y se hubiera producido la debacle, pero llega la noche y han de parar. Mientras tanto ha tenido lugar otra asamblea de los dioses, Atenea se ha quejado a Hera de que ayudó a Heracles, hijo de Zeus, a cumplir los famosos doce trabajos, y ahora su recompensa son amenazas, versos 357 373. En la asamblea Zeus y Hera discuten, como siempre, pero Zeus le cuenta el destino de Troya, versos 474 a 477. Y hace un spoiler como la copa de un pino porque está contando qué es lo que va a pasar en la batalla, la muerte de Patroclo y con ello la vuelta de Aquiles.

La parte final es muy poética, con la guardia de los troyanos al pie del río preparando la batalla del día siguiente, que puede suponer el final de la guerra, con tantas hogueras como estrellas en el cielo.

[Mariela]

Este fin de semana le he podido dedicar un buen rato a La Ilíada y he avanzado hasta el Canto XV (incluído). La cosa sigue más o menos igual: Aquiles sigue enfadado, Zeus sigue impidiendo al resto de dioses intervenir, pero ya hay quien de entre ellos que se las ingenia para burlar al Crónida durante un rato, y los aqueos están defendiendo desesperadamente sus naves porque Héctor y los troyanos los han arrinconado junto a ellas y quieren incendiarlas. Parece que llega el momento de Patróclo...

[Arden]

Leído el Canto IX, y con ello termino lo que se considera normalmente la primera parte.

Se reúne la asamblea de los aqueos, están atemorizados con los troyanos a las puertas del campamento con cientos de hogueras que dan miedo, detrás tienen las naves, y si llegan hasta ahí y las incendian están perdidos, así que Agamenón hace la oferta de devolver a Briseida a Aquiles, es decir devolverle su honor, jurando además que no la ha tocado, lo cual es bastante difícil de creer, y además le hace mil regalos materiales, y le ofrece a una de sus hijas y como dote varias ciudades. La oferta es buena realmente. Escogen una delegación para hacerle la oferta de reconciliación a Aquiles, irán su viejo preceptor, Fénix, Áyax y Odiseo. Cuando entran Aquiles está tocando la lira, en mi traducción pone arpa, pero es una lira. Esta lira en realidad pertenece al botín del saqueo del palacio de Briseida, Aquiles como buen griego canta y toca la lira, dones de Apolo, y como vemos Patroclo siempre está presente, es el que se encarga de que todo esté bien, en realidad si Patroclo fuera mujer en este Canto a nadie le extrañaría.

Odiseo con su astucia primero da el mensaje de Agamenón, los regalos y todo eso, que sabe que no va a funcionar, y después lo intenta con el chantaje emocional, que vuelva por los otros aqueos que no son Agamenón, que son sus amigos, y por si no funciona, apela al viejo truco que sabe que puede hacerlo picar: La gloria, versos 298-304.

Pero Aquiles no pica, no perdona a Agamenón, piensa que lo puede engañar de nuevo, y amenaza con volverse a Ftía, y ni siquiera la devolución de Briseida le interesa, está deshonrada por Agamenón por mucho que este diga que no la ha tocado.

Aquí lo que es importante es que les comunica las opciones que sigue teniendo según se lo comunicó su madre Tetis, una vida larga y aburrida que no será recordada o la muerte en Troya y con ella la fama y la gloria, versos 408-416.

Después Fénix también le intenta convencer, sobre todo porque sabe que acabará luchando si los troyanos llegan, y si es así que no lo haga demasiado tarde.

Vuelve la comitiva a la asamblea con la noticia de que Aquiles no va a luchar, y termina con una arenga de Diomedes.

Me sigue sorprendiendo el protagonismo que tiene Diomedes, ya que en otros libros que narran la guerra de Troya apenas se le nombra, y aquí es el perejil de todas las salsas.

[lunallena]

Yo empezaré el canto IX esta noche.

Leído el Canto IX, y con ello termino lo que se considera normalmente la primera parte.

¿En cuántas partes se divide?, no lo veo en mi libro.